René Calsín Anco | LOS ANDES - 24 oct 2015
Hoy
que rememora la efeméride de significativo valor sobre la rebeldía juliaqueña,
nos referimos al cincuentenario de los luctuosos sucesos de noviembre de 1965,
nos permitimos dar cuenta de un sustento histórico de la indocilidad calcetera.
LA REBELDÍA.- Juliaca es un pueblo indómito por antonomasia. Así lo
demuestra el afloramiento intermitente de la rebeldía innata de sus pobladores,
en diversos períodos. Casos ilustrativos de ese accionar insubordinable, son
los que a continuación se desglosan.
LA RESISTENCIA PUQUINA.- El período más convulso que registra
la región Puno, es el del Intermedio Tardío, cuando se establecieron los reinos
aymaras, tras una incursión militar y venciendo a los puquinas. Si bien es
cierto que los aymaras se enseñorearon en el área puneña actual, desplazando a
los puquinas hacia zonas actuales de Arequipa y Bolivia; sin embargo, un
significativo porcentaje de los puquinas de Juliaca resistieron con denuedo y
valentía la arremetida aymara, logrando concentrarse y permanecer en las pampas
calceteras, convirtiendo a estas en el último baluarte puquina. Ese reducto, en
la colonia, quedó registrado como parcialidad o ayllu Puquina o Piquina y,
después, como Pequen. Al puquina de Juliaca, por su resuelta y tenaz
resistencia, se le motejó Ruqui (término aymara; una de sus acepciones es
indomesticable). Los puquinas se involucraron con los aymaras y formaron parte
de sus huestes.
LA
QASHWA.- Una vez que hubo desavenencias entre los aymaras, los qollas (entre
ellos los qollas de Juliaca) se enfrentaron a los qanas, kanchis y, sobre todo,
a los lupaqas; después de lograr triunfos y sufrir algunas derrotas los qollas
consiguieron cierta primacía y un vasto territorio. Se presume que uno de los
señores de Hatuncolla, uno de los gobernantes del reino qolla, nos referimos a
Ruquisapana, tendría linaje juliaqueño. En ese tiempo, se originó la danza
guerrera de la Qawa, que después se llamaría Qashwa y finalmente Qashwa de San
Sebastián.
QOLLAS E INKAS.- Cuando los inkas en su afán expansionista
incursionaron territorio puneño, se suscitó una serie de prolongados y
encarnizados enfrentamientos fundamentalmente entre qollas e inkas. Por
referencias de los cronistas, se conoce que todas esas contiendas resultaron
con victoria cusqueña, excepto dos de ellas, y de estas, una fue protagonizada
en Huarmi Pukara (en jurisdicción actual del distrito de Juliaca) entre el
ejército qolla dirigido por las mujeres cullacas (mujeres de Juliaca) y las
fuerzas de los Hanan y Hurin Cusco.
LA BATALLA DE HUARMI PUKARA.- La victoria de las huestes
juliaqueñas sobre los inkas, que ocurrió por el año de 1471, nos la hace
conocer Juan de Santa Cruz Pachacuti, en su crónica Relación de antigüedades de
este reino del Perú, de este modo: “sale del Cuzco un ejército muy poderoso...
Comienzan a pelear en Huarmi pucara con las mujeres cullacas, en donde... fueron
vencidos los quechuas del inca”. Este triunfo logrado en tierras juliaqueñas,
ratifica la arraigada rebeldía calcetera y la actitud indoblegable de sus
pobladores.
WAYNARROQUE.- Por ese tiempo, en los decenios de enfrentamiento entre
qollas e inkas y en una contienda que aconteció por inmediaciones del actual
cerro tutelar de Juliaca, se inmoló el juliaqueño y joven líder qolla
Waynarroque, en honor a esa inmolación el cerro lleva actualmente su nombre.
Igual actitud asumió otro líder qolla de esta jurisdicción, nos referimos a
Puntaca.
EN LA COLONIA.- De las convulsiones sociales suscitadas en la colonia,
en la circunscripción actual de la región Puno, resalta la rebelión de
Laykakota, esta rebelión por algunos meses tuvo a Juliaca por escenario, puesto
que los partidarios de los hermanos Salcedo establecieron su cuartel en tierra
calcetera y, después se desplazaron hacia Laykakota para atacar a sus
adversarios y retomar la posesión que siempre la tuvieron. Es más, en Juliaca,
el accionar de los Salcedo viró hacia una rebelión, el de minar el dominio
español.
EN LA EMANCIPACIÓN.- La población calcetera participó
plenamente en los principales levantamientos del proceso de la independencia
peruana, es decir, en la rebelión de 1737, en la revolución tupacamarista
(1780-1782) y en la revolución de 1814. Lo más relevante es el papel cumplido
por el ejército de Juan Cahuapasa, curaca de Juliaca, en la revolución que
lideraron los Túpac Amaru.
EL CURACA JUAN CAHUAPASA.- El ejército de Juan Cahuapasa tuvo
activa y decisiva participación en los meses iniciales de la revolución
tupacamarista. Por esa intervención valerosa y leal a la causa patriota, el 13
de diciembre de 1780, el curaca juliaqueño Juan Cahuapasa resultó nombrado
Justicia Mayor de Azángaro por José Gabriel Túpac Amaru, líder de la
revolución.
EN LA REPÚBLICA.- Durante la vida republicana, afloró otra vez la
rebeldía calcetera y en numerosas ocasiones.
Veamos sólo seis casos
emblemáticos: la batalla de Juliaca (1842), la guerra civil de 1894-1895, el cuartel
general de Rumi Maqui (1915), la sublevación militar de 1948, los sucesos de
noviembre de 1965 y el paro del 2013; no obstante que en otros períodos
convulsos tuvo destacada participación, caso de la guerra del Pacífico, en esos
años Juliaca quedó convertida en centro de comunicaciones.
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LA BATALLA DE JULIACA.- Esta contienda la protagonizaron las
montoneras puneñas y el ejército boliviano invasor, en el río de Juliaca. Ese
enfrentamiento ocurrido en abril de 1842, con victoria de las armas nacionales,
fue determinante para la expulsión de las fuerzas invasoras que se enseñorearon
en el departamento de Puno, después de su victoria en Ingavi.
LA GUERRA CIVIL.- En los años de la guerra civil de 1894 y 1895, entre
caceristas y pierolistas, el cuartel de los primeros se estableció en tierra
calcetera. Además, de los dos enfrentamientos importantes que se registraron en
el departamento de Puno, uno de ellos aconteció en Cabanillas, el 5 de marzo de
1895.
EL CUARTEL DE RUMI MAQUI.- En 1915 Teodomiro Gutiérrez Cuevas
instauró en Juliaca su cuartel general, para la concreción de rebeliones
campesinas e instaurar una nueva sociedad. Gutiérrez en Juliaca se proclamó
“Rumi Maqui, General y Supremo Director de los pueblos y ejército indígenas del
Estado Federal Tawantinsuyano”.
LA SUBLEVACIÓN MILITAR DE 1948.- El 4 de julio de 1948, aconteció
una sublevación militar en el Cuartel de Juliaca, dirigida por el Comandante
Alfonso Llosa Gonzales Pavón. Este levantamiento militar, que contó con la
adherencia de los cuarteles de Huancané y Puno, fue un serio intento de golpe
de estado.
LOS SUCESOS DE 1965.- En los luctuosos sucesos de hace
cincuenta años, de noviembre de 1965, nuevamente se puso de manifiesto la
rebeldía innata de la población calcetera. En los 11 días de lucha, se ha
demostrado valentía, unidad de la población y la utilización de singulares
medidas, como la marcha del silencio. Esta lucha en contra del centralismo y de
la postergación de Juliaca, logró connotación nacional e internacional.
EL PARO DEL 2013.- El último acontecimiento
significativo ocurrido en Juliaca, es el paro de la población juliaqueña de
hace dos años, en contra de la autoridad municipal. Se programaron tres
jornadas de lucha, pero se llevaron cuatro. Fue contundente y se movilizaron
decenas de miles de pobladores asentados en Juliaca.
Los
episodios descritos muestran fehacientemente el espíritu rebelde, innovador e
indoblegable de los pobladores que viven en Juliaca, quienes luchan en defensa
del territorio nacional y en aras de un mejor porvenir para una población
emprendedora.
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