lunes, 3 de junio de 2013

CONTAMINACION ¿HASTA CUANDO?


Meditando frente a una cloaca
Escribe: JOSÉ PANIAGUA NÚÑEZ | LOS ANDES 02 jun 2013
Cuando hace más de una veintena de años; un visitante, escribió en una revista de Lima; “Puno es un pueblo que vive a orillas de una cloaca”, se dispararon algunas protestas por radio y el único periódico de entonces “Los Andes”. Nadie pensó que con el discurrir del tiempo, ese comentario fuese una realidad, que hoy constituye el problema número uno de nuestra ciudad.
La bahía de Puno, está contaminada; y con el crudo invierno serrano y el sol canicular de los días, el mal olor inunda algunas calles de la ribera y hace correr a propios y extraños.
Desde aquellos años del vaticinio, son muchas las instituciones, los técnicos, las ONGs, la universidad, los expertos y los “genios” de la descontaminación; que se han pronunciado, en sendas conversaciones y conferencias magistrales. Se han formulado brillantes proyectos, abundantes presupuestos. Los políticos han pregonado a los cuatro vientos que el problema de la contaminación tiene que ver mucho con la vida diaria de la gente; y hasta la fecha no se da un paso efectivo para una solución, ni siquiera mediática.
“Emsa Puno”, la parásita institución que en parte tiene que ver con la contaminación de la bahía de Puno, tiene a su cargo una maloliente Laguna de Oxidación, donde se han multiplicado los experimentos, con aparatos aireadores y graciosamente, hasta con unos puñados de polvo que sirve para cristalizar el agua.
Durante mucho tiempo, el Lago Titicaca, es depositario de las aguas servidas y deshechos de las poblaciones ribereñas.
Nuestra preocupación; vale decir de algunas instituciones, como la Región o el Municipio; cual si fuera una maravilla, han extraído algunas toneladas de la lenteja que tiñe de verde la bahía, sin tener en cuenta que esta labor, es un saludo a la bandera; y a mediano plazo, contribuye a una super reproducción; de tal manera, que no se ha hecho nada, aparte del gasto y trabajo desperdiciado.
La contaminación de la Bahía de Puno, viene de muchos años atrás. No hay porque buscar “chivos expiatorios” en este momento; su origen, no sólo está en el discurrir de las aguas negras de la ciudad de Puno; está en el relave de las minas “Pampa Blanca”, “Ananea·, “La Rinconada”, “Choquenuri” y otros asientos mineros de legales e informales.
Sancionar esta negligencia, regular o establecer normas punitivas, de acuerdo a las leyes en vigencia; corresponde, a la Fiscalía del Medio Ambiente, que esta de adorno, a la Gobernación, al Ministerio de Energía y Minas fundamentalmente. Porque a esta altura de los acontecimientos; corresponde a las instituciones que tienen la misión de defender el medio ambiente; celebrar un convenio binacional con las autoridades pertinentes de Bolivia, para que ningún pueblo asentado en las riberas del Titicaca, tenga al Lago Sagrado, con sus múltiples leyendas como el depositario de sus desperdicios, y que la población tenga conciencia ecológica y construya sus pozos sanitarios. Mientras tanto; que Puno, sus autoridades tutelares, en forma multisectorial, se empeñen cuando antes, a concretizar el proyecto de erradicar, todas las aguas servidas y desperdicios a una gran planta de tratamiento, muy fuera del radio urbano.
Dentro los diversos proyectos, que posiblemente duermen en algún escaparate o escritorio de oficina, de la solemne burocracia que cada día aumenta en los estamentos de la administración pública, es posible que exista, el proyecto más factible y más lógico. Sacar las aguas servidas de la ciudad y bombearlas en uno de sus espacios marginales; y al mismo tiempo, -repetimos- hacer que cada nueva urbanización, de los pueblos que bordean el Lago, tenga sus pozos asépticos.
Y finalmente, es posible que este periodista, forme parte del equipo de los campeones de la teoría. Sin embargo, toda sugerencia tiene un valor sentimental. Y esto nos basta por hoy.
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