LA TRAMPA NEOLIBERAL
Escribe: Milciades Ruiz
12
de abril/2025
L |
a torta económica mundial es una sola y, las tajadas
grandes son a costa de reducir a las demás. Bajo el sistema capitalista, la
repartición se hace de acuerdo a un orden mundial de poder económico. Los
países más poderosos, disfrutan de las tajadas más grandes y el resto, según su
ubicación en la pirámide de poder. De este orden capitalista, deriva toda la
problemática de la vida mundial, nacional, familiar e individual. Veamos.
En
este orden mundial, “el pez grande se come al chico” e impide que crezcan, a
fin de conservar por siempre su posición de dominio. Si los chicos crecen,
disminuye automáticamente su tajada en la repartición de la torta mundial. Es
que, el orden de los factores no altera el total que, será siempre 100%. No hay
manera de eludir este principio matemático del universo.
Pero
también, el universo dictamina que no hay nada eterno, ni estático y, todo lo
que se inicia tiene un final. El orden mundial implantado por EE UU tras la
segunda guerra mundial, es ya insostenible porque no ha podido evitar el
crecimiento de peces chicos que ahora tienen mayor tajada en esa repartición.
Según el Fondo Monetario Internacional- FMI, esta es la tendencia:
En
esta situación geopolítica estamos en el mundo. EE UU se resiste a perder el
rango que tenía y trata de recuperar por todos los medios el terreno perdido.
En esta desesperación, pateando el tablero aplica un shock de medidas
traumáticas como: elevar aranceles a la importación de mercadería extranjera,
principalmente la proveniente de China. Esto viene produciendo desbarajustes en
el orden mundial, afectando el desempeño del resto del mundo.
Pero,
otro principio universal nos dice que, no hay acción sin reacción y cada país,
busca reacomodarse a la nueva situación porque las cadenas de reacción se están
multiplicando. EE UU ha desatado una guerra comercial contra China, mientras
los países adulones de su férula, al decir del presidente Trump, le “besan el
trasero”. El asunto es que las medidas traumáticas, chocan y rebotan haciendo
daño en cuerpo propio, porque genera contramedidas defensivas impidiendo las
exportaciones norteamericanas provocando caídas económicas.
El
remedio podría ser más dañino que la enfermedad. La población estadounidense ha
empezado a protestar sin que haya marcha atrás en la estrategia de shock. Trump
podría terminar como Fujimori, (proveniente de la migración asiática), que
aplicó una estrategia mecánica similar, incluyendo la castración y
esterilización forzada de la población nativa para evitar que nazcan más
pobres, que nos quitan parte de la tajada que nos toca.
El
combate a la migración es el otro eje de la estrategia de Trump, pero es el
propio sistema capitalista de desigualdad extrema el que generó la doctrina del
neoliberalismo basado en la competitividad en el mercado. Esta, ha generado al
mismo tiempo dos necesidades en EE UU: Emigración de capitales propios en busca
de menores costos para competir manteniendo la rentabilidad, (Se van a México,
India y otros) e, inmigración de mano de obra barata que reduce costos internos.
El
problema es que, el aumento de migrantes obliga a compartir la tajada de la que
disfruta su propia gente que ve disminuir su parte. Y, por otro lado, ha dado
oportunidad de crecimiento con capitales propios a China que, tenía los costos
laborales más bajos del mundo. Con bajos costos y subsidios, la producción
barata china, se expandió por todo el mundo, incluyendo EE UU, ganando
competitivamente por menores precios. EE UU ha reaccionado tardíamente a la
estrategia de China de utilizar el neoliberalismo en beneficio propio.
En
cambio, Trump con su estrategia mecánica, quiere obligar a que regresen sus
capitales, protegiéndolos con aranceles altos (impuestos) para eliminar la
competencia extranjera. Pero es a costa de encarecer la vida a su población.
Los altos costos inflacionarios generados con la subida de aranceles, eleva los
costos productivos y desalienta el regreso. Todo esto, ha desencadenado
parálisis en la cadena económica, empeorando su situación.
El
asunto es que, el sitial económico alcanzado por EE UU es a costa de succionar
riqueza a otras naciones. Pero si es succionado por China, entonces pierde
parte de la tajada y, automáticamente baja el nivel de vida para todos los
estadounidenses. Eso es lo que está en juego, en este pleito. Y si las
predicciones económicas se cumplen, el desbarajuste podría provocar derrumbe
económico.
Lo
que más se menciona son las medidas arancelarias, pero dado que la estructura
económica está interconectada con otras bases de sostenibilidad del orden
mundial, el desbarajuste alcanza al sector de los negocios de inversión de todo
tipo y paraliza el sector financiero que sostiene las inversiones. Cae entonces
la producción, comercialización, servicios, etc., rondando el fantasma de la
recesión económica, como preludio de un desastre.
Lo más probale es que este desbarajuste agravará nuestra situación. Nuestra tajada se reduce. A menor producción mayor desempleo y mayor delincuencia. Menores ingresos presupuestales, mayores dificultades económicas, que impiden nuestras aspiraciones. No tenemos injerencia en este pleito mundial, pero pagamos las consecuencias. Son los países dominantes los que predestinan nuestras vidas y condicionan nuestra vida familiar y personal.
¿Qué
podemos hacer? Si estuviésemos en el poder, tendríamos que cambiar el sistema
político de gobierno para lograr nuestra liberación de la dependencia
extranjera. Entonces podríamos aprovechar el momento histórico para empoderar
capitales propios, preferentemente comunitarios conforme a nuestra tradición de
solidaridad corporativa. Pero eso es soñar.
Lo
real es que el empoderamiento político popular es muy bajo y las condiciones
para competir por el gobierno son fraudulentas. Si no trabajamos para empoderar
nuestras filas, con un plan de lucha efectivo, seguiremos lloriqueando,
golpeándonos el pecho ante el muro de los lamentos. Puedo estar equivocado,
pero ustedes qué dicen. <:>
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