miércoles, 16 de abril de 2025

MAS, SOBRE FERNANDO TUPAC AMARU

 EL INFIERNO QUE ATRAVESÓ FERNANDO  

Omar Aramayo

Extracto del libro LOS TUPAC AMARU 1572 -1827

"Fernando mendiga por las calles de Madrid, para todos hay un lugar, ¿no hay uno para mí? estudié gramática retórica y poética en la escuela de Getafe, luego en Avapies, más que los demás y en mis condiciones fuí el mejor, sin embargo cuando invoco una plaza de trabajo solo me ofrecen un convento, a cual de las órdenes debo ir, todas me ofrecen un claustro, el padre director me convoca una y otra vez, está convencido que la vocación no me llama pero la administración lo conmina y el me pide que lo considere, una y otra vez, como podría yo dar el mal paso si he pasado mi vida entera prisionero...

Nacido en Tinta o Surimana, cuando su padre era tres veces cacique. Tiene la misma edad de la gestación de la gran empresa de José Gabriel. Micaela, su madre, lo concibe a los 26 años.

En enero de 1781, observa el intento de la toma del Cusco. José Gabriel asedia la ciudad durante 10 días, en los cuales se producen muchas batallas. El niño pernocta en la tienda de campaña, cerro Puquín.

José Gabriel es capturado en abril de 1781, en días como estos. Micaela se dispone a huir de Urcos a La Paz y es capturada junto a su menor hijo. Fernando es recluido en la carceleta de la Compañía de Jesús, donde purgan los tupacamaristas.

El 18 de mayo de 1781 Por disposición del visitador Areche es obligado a presenciar la ejecución de sus padres, Fernando lanza un grito desgarrador. Página terrorífica en la historia.

El obispo Moscoso, que fuera amigo de José Gabriel, y a quien engañó, y a engañará otra vez a Diego Cristóbal, el nuevo conductor de la rebelión, acoge a Fernando.

El visitador Areche, lo condena a ser ejecutado junto a su hermano Mariano, su madre, y otros líderes de la Gran Rebelión, sentencia que no se cumple, posiblemente por mediación del obispo Moscoso y Peralta.

Lo traen a Lima en 1781. El 2 de enero de 1782 el virrey Jáuregui dispone sea recluido, junto a los tupacamaristas prisioneros, en las estrechas celdas y pasadizos del Real Felipe, en el Callao.

Por orden de Jauregui, Fernando como los parientes cercanos de Túpac Amaru son extrañados a España. En la mar de vicisitudes, dos barcos parten del Callao, el Peruano y el San Pedro de Alcántara. Fernando embarca en el segundo. El barco presenta notables deficiencias de construcción, por lo cual tiene serios problemas para llegar a Europa.

La noche del 2 de febrero de 1785, día de la Virgen de la Candelaria, el San Pedro de Alcántara, que transporta grandes valores, dentro de ellas la fortuna del Virrey Jauregui, naufraga frente a las costas de Portugal. Uno de los pocos sobrevivientes es Fernando, que es arrojado por las olas.

El adolescente divaga por las costas de Portugal, pero finalmente se entrega a la policía, que lo reporta a las autoridades españolas.

castillo de Santa Catalina, Cádiz
Sufre prisión en una mazmorra bajo el mar, durante muchos años, en el castillo de Santa Catalina, Cádiz. Desde allí escribe varios rogatorios a Carlos III; es la de década de los 80. Le dice: que su soberana bondad se ha de mover a compasión al ver padecer a un inocente tanto tiempo, un prolongado martirio sin otro delito que haber nacido. Carlos III no quería saber nada de los Tupac Amaru. Gran número de estas cartas fueron publicadas en los libros documentales de los años 60.

Por alguna razón del destino, Fernando es liberado de la mazmorra e internado en los colegios de Getafe y Lavapié. Durante este tiempo es presionado por curas y funcionarios para internarse en una orden religiosa. Se niega tenazmente, dice que si la vida entera ha vivido en prisión, ya no le es posible seguir haciéndolo.

Libre, el Estado Español le concede una pensión. Cobrar el estipendio es una burla que sufre cada mes, una tragedia kafkiana. Usted no puede imaginar lo que fue eso. No lo aceptan en ningún trabajo, porque en la hoja de vida que presenta donde va, dice que es hijo del feroz hijo de Túpac Amaru, que tanto estropicio causó en el Perú.

Según los médicos madrileños padecía de “melancolía hipocondriaca”, es decir una grave depresión. Le habían recomendado los baños termales de Saucedón.

El 30 de agosto de 1798, fallece a los 28 años, en el barrio de Lavapiés, Madrid, desprotegido y hambriento, en un invierno jamás antes visto.

Es enterrado, de caridad, en Madrid, en el cementerio de San Sebastián”. <:>

No hay comentarios:

Publicar un comentario