LEGADO REVOLUCIONARIO DE JAVIER HERAUD
Escribe: Milciades Ruiz, mayo
13/2024
E |
l 15 de mayo de 1963, ocurrió el épico suceso de
nuestra historia en que, el laureado “Poeta joven del Perú”, Javier Heraud
Pérez, fue abatido en su otro yo, “El Río”, en la selva de Madre de Dios,
cuando cumplía misión revolucionaria, en nuestra ilusión patriótica de hacer
justicia social, ante el padecimiento de los pobres de nuestro país.
La
década de 1960, fue de gran fervor revolucionario. El ejército rebelde de Cuba
había derrotado por la vía de las armas a la dictadura militar de Fulgencio
Batista y el gobierno revolucionario estaba haciendo reforma agraria
expropiando a las empresas terratenientes, nacionalizando empresas monopólicas,
recuperando sus recursos naturales en manos extranjeras, educación y medicinas
gratis, etc.
El
entusiasmo era inmenso, con la esperanza de que ocurriera lo mismo en nuestro
país. Surgieron nuevos movimientos políticos, como el “Frente Nacional de
Defensa del Petróleo”, el “Frente de Liberación Nacional” fundado por el cura
capellán del ejército, Salomón Bolo, el general (r), César Pando y el
periodista Genaro Carnero Checa; el “partido social progresista” y otros grupos
identificados con la revolución cubana.
En
1961, Radio Habana Cuba, avisó que el gobierno cubano ofrecía becas de estudios
universitarios a jóvenes peruanos y, muchos provincianos postulamos acudiendo a
Lima a inscribirnos en la Federación de Estudiantes del Perú, con sede en la
casona de San Marcos que, tenía esa responsabilidad. Eran tiempos en que la FEP
pesaba por su gran influencia política.
Javier
Heraud, había logrado ingresar a la Universidad Católica y a San Marcos. A sus
20 años ya era profesor en colegios emblemáticos y había viajado en
representación de Perú, al Fórum Internacional de la Juventud realizado en
Moscú. No obstante, a su regreso, se inscribió entre los postulantes a dichas
becas, conjuntamente con otros jóvenes poetas.
La
visita a la Unión Soviética, fortaleció su vocación política y escribió: “No
creo que sea suficiente llamarse revolucionario para serlo”. Más aun, los
becaros seleccionados viajamos a La Habana, con gran entusiasmo, pensando en
los estudios, pero el impacto de ver directamente el entusiasmo popular de un
pueblo armado, nos contagió su fe revolucionaria.
Javier
era un muchacho miraflorino, había estudiado en el británico Markham College, y
no era un sufrido vasallo del sistema republicano. Hoy comprendo su excepcional
sensibilidad humana. Creo que todos los poetas y poetisas, tienen esa virtud.
Eso explica la resuelta participación revolucionaria de José Martí, Mariano
Melgar y, otros poetas que se jugaron la vida por la liberación de los
oprimidos contra el yugo opresor.
Cuando
en 1962, los becarios peruanos en Cuba, fundamos el “Ejército de Liberación
Nacional- ELN”, todos éramos muy jóvenes, dispuestos a dar la vida por lograr
que Perú sea una república socialista. Javier tenía apenas 21 años, como la
gran mayoría de estudiantes becarios. Otros peruanos no becarios se fueron
sumando al grupo inicial.
En
nuestro afán revolucionario, enrumbamos hacia nuestras zonas operativas,
atravesando territorio boliviano, hasta llegar cerca de la frontera selvática,
donde nos esperaban los guías hacia el valle de La Convención (Cusco) y Pasco.
Los detalles lo pueden leer en: javier-heraud-poeta-revolucionario/
Lo
dicho hasta aquí, no es solo por rendir homenaje a tan insigne revolucionario
que asumió el reto de la historia de su tiempo. Es también por renovar nuestra
fue fe la lucha revolucionaria que nos corresponde y tomar nuevo impulso en
nuestros afanes de lograr la anhelada liberación de los oprimidos, ante las
atrocidades del sistema de opresión capitalista mundial y nacional.
El
reto de nuestro tiempo sigue siendo el mismo que tuvo Javier Heraud, solo que
las condiciones han variado. El actual sistema de opresión capitalista ha
renovado mecanismos de dominación con tecnología diversa. Pero la estructura
sigue siendo piramidal. Los más poderosos dominantes en la cúspide y los
indefensos en la base.
A
esa estructura vertical, nos oponemos por las desigualdades sociales que
ocasiona y que se traducen en injusticia social en todo aspecto. Nuestra opción
es la estructura horizontal, compartiendo el desarrollo humano en condiciones
de equidad socialista. Al interés individualista por encima del interés social,
nosotros postulamos lo contrario.
A
la primacía del capital, nuestra opción es la primacía de los derechos humanos.
A las hegemonías económicas oponemos la libre determinación de los pueblos. A
la postergación de los pueblos ancestrales nos oponemos reivindicando sus
plenos derechos, sin sumisión a los poderes discriminatorios.
La
epopeya de Javier Heraud, es el fuego eterno que alienta nuevas generaciones de
peruanos, sensibles al sufrimiento humano. Los ideales supremos de la juventud
peruana van por la senda del bienestar común y la justicia social. Solidaridad
con los que sufren las injusticias de un régimen abusivo. Liberar a nuestra
patria de toda dominación hegemónica, siempre será nuestra bandera.
Finalizo
repitiendo lo que escribió aquel jovencito miraflorino:
Palabra
de guerrillero
Porque mi patria es
hermosa
como una espada en
el aire,
y más grande ahora
y aun
más hermosa
todavía,
yo hablo y la
defiendo
con mi vida.
No me importa lo
que digan
los traidores,
hemos cerrado el
pasado
con gruesas
lágrimas de acero.
El cielo es
nuestro,
nuestro el pan de
cada día,
hemos sembrado y
cosechado
el trigo y la
tierra,
y el trigo y la
tierra
son nuestros,
y para siempre nos
pertenecen
el mar
las montañas y los
pájaros.
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