TRADICIÓN Y SENTIMIENTO:
PANDILLA PUNEÑA
Escribe: Liliana Quinto Laguna.
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ada año, los
carnavales en la región de Puno son los días de alegría, colorido, emoción,
donde instituciones y conjuntos alborozan escenarios gracias a la Pandilla
Puneña; Declarada Patrimonio Cultural de la Nación “…por ser una manifestación
significativa en la tradición artística de la Región Puno. Nacida del sector
medio urbano, ha mantenido los rasgos que reflejan su origen social y cultural,
al tiempo que ha podido ser adoptada, en virtud de su belleza y vistosidad, por
los diversos sectores sociales y regionales de Puno, convirtiéndose así en un
factor de integración cultural”.
“Desde wawita te he querido,
desde wawita te he amado,
desde muy joven te he querido,
desde muy joven te he amado.
Ahora que ya eres madurita,
te sigo amando palomita”.
Canciones al ritmo
de parejas que con fina expresión corporal, danzan suave, elegante y
alegremente; ellas con un sombrero inclinado hacia la derecha o izquierda
acompañado de dos trenzas largas adornadas por cintas de seda al final;
vestidas de blusa blanca, bordada delicadamente, encima un mantón de manila sujeto
por un discreto prendedor, la pollera sujeta a la cintura, de hermoso matiz con
el largo de dos dedos debajo de la rodilla, unos bellos y femeninos botines
blancos que aprisionan las pantorrillas, con un pañuelo blanco en la mano para
realizar los giros suaves al ritmo de la música. Ellos, tienen el sombrero
negro y de ala ancha, camisa nívea, corbata y terno negro, encima un mantón de
manila doblado alrededor del cuello, el pañuelo respectivo para los giros
pertinentes.
Danza practicada en
las trece provincias de la región de Puno, por todas las edades, siempre con
garbo y resaltando la esencia puneña, lo que genera vítores y aplausos de parte
del público observador que balbucea canciones y se deja llevar por su encanto
musical y rítmico, porque es imposible estar indiferente a tanta energía
contagiante.
El domingo 25 de febrero del presente año, la Federación de Pandilla y Marinera Puneña, integrada por diversos conjuntos realizó un desfile institucional por la plaza mayor de la ciudad del lago, posteriormente los conjuntos confraternizaron en el local del Club Kuntur, al ritmo de la pandilla puneña, en expresión de hermandad y amistad.
Orgullo puneño al
viento, cultura viva en su máxima expresión. Cada año los carnavales son
sinónimo de elegancia y calidez, gracias a la Pandilla Puneña, donde la danza
le guiña el ojo al amor, al enamoramiento, y las mejillas se sonrojan ante la
belleza de paisajes, tradiciones y costumbres, en otra pieza más del enorme
mosaico cultural. <>
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