Escribe: Adolfo Huirse
Una sociedad como la andina,
organizada en torno a la producción agrícola de acuerdo a la observación de los
fenómenos astronómicos, es probable que debió regirse por un calendario lunisolar
vinculado a los ciclos de la naturaleza. Se afirma que ese año está dividido en
trece meses de 28 días cada uno, con cuatro semanas de siete días,
correspondientes a las cuatro fases lunares. Total 364 días. El día faltante
para completar los 365 días está dedicado al Sol, su suprema deidad. Este día
es llamado Inti Raymi (en quechua), o Willka Uru (en aimara), y coincide con el
inicio del Año Nuevo Andino los 21 de junio. En el mundo mapuche el año nuevo
es el Wetripantu, uno de los tres grandes ritos de esta nación que comienza la
noche del 23 de junio, como preparación a la salida del sol el día 24.
Cada Año Nuevo Andino coincide con el solsticio de invierno, es decir, cuando
el Sol comienza un nuevo recorrido, visto desde nuestro hemisferio. Según el
calendario quechua (oficialmente aceptado desde 1992 en Ecuador, Perú, Bolivia,
Norte Chileno y Norte Argentino) estaríamos (2013) en el año 5521.
Hay que recordar, en contrario, que el mundo andino abarca etapas que son
anteriores al mundo quechua: Chavín, Tiwanaku, Wari, etc. Si hablamos de
civilizaciones como Caral (costa central del Perú), o la de los puquina y los
uru en el altiplano peruano-boliviano, es posible remontarnos a los más
tempranos inicios de la historia de la civilización en los Andes.
El solsticio de junio es el momento en que el sol llega a su punto más bajo,
cuando los rayos del sol bañan con su máxima inclinación las regiones del
hemisferio sur de la Tierra. Esta etapa corresponde a la culminación del
invierno y es el momento elegido para la celebración del Año Nuevo Andino, ya
que “marca el fin de una temporada de cosecha y el inicio de una nueva época de
siembra”.
El solsticio de invierno marcó la celebración de la fiesta más importante del
incario ya que, desde el gobierno de Pachacútec, entronizó el culto estatal al
Inti o Dios Sol con la fiesta del Inti Raymi o Fiesta del Sol. La celebración
suprimida por la sangrienta evangelización católica pero pudo sobrevivir en
forma de manifestaciones sincréticas y a través de la tradición oral.
Entre 1930 y 1940, un grupo de intelectuales y artistas cusqueños encabezados
por el profesor universitario antoniano Humberto Vidal Unda, surgidos del
movimiento cusqueñista, decidió recuperar el Inti Raymi de la historia,
depurarlo de elementos cristianos, y presentarlo como un espectáculo originario
de tipo teatral. Desde entonces, con muy pocas excepciones, ha sido
representado cada año, recreándose y evolucionando constantemente.
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SOLSTICIO DE JUNIO: La Tierra muestra al Sol el Trópico de Cáncer, latitud
23,44° Norte. Es la noche más larga y el día más corto del año, en el
hemisferio sur. La Eclíptica llega a su punto más bajo en el día y al más alto
durante la noche. (Ocurre entre el 20 y el 21 de Junio).
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