TANGO PARA
VICTOR HUMAREDA
Omar Aramayo
C |
ualquiera
diría que nadie vio tu paso
por
esta ciudad de proyectos insidiosos
solo
tu demencia candorosa y genial
nadie
tus manos agitanándose por un río de azucenas de fuego violeta
ni
tus ojos de caballos salvajes acezando al romper el alba
el
alba es cualquier momento cuando un humano como tú respira como las rosas
con
la ebriedad del mar por mostrar sus entrañas sin reparos de ninguna clase
como
si tan sólo fuera un juego de pañuelos
pero
claro nadie es más lúcido
lúcido
de luz
que
aquel que arma sus espejos a cada paso
en
el difícil caleidoscopio de la realidad
y
cada quien ve solamente lo que quiere ver
y
tú
Víctor
tal
como eras y sigues siendo y cada vez más Víctor Humareda
un
árbol con la copa violeta al atardecer
mezclándose
al cielo violeta morado desnudo
cual
si acaso el asunto fuera ser o no ser visto sino por uno mismo
porque
tenías los ojos del mundo más adentro que la sopa del hotel
para
auscultar desde tus ventanas este mar en todos sus ademanes
en
sus escafandras y reflejos a todo cañamazo
para
mentirnos de lo que somos a nosotros mismos a cada instante
viejos
actores del mismo drama del mismo crimen
bajo
tu carcajada como una explosión de girasoles o navajas de gallos
la
verdad duele sin cesar al ser arrancada la máscara viejo arlequín.
Cualquiera
diría que nadie te vio
y
debimos amarte y mimarte con más delicadeza como te gustaba
pero
el mundo sabía y temía interrumpir
alucinado
tu
matrimonio con la eternidad
tu
fiesta de delirio
los
confines donde el ancla de la razón no sirve para nada
y
los invitados llegan hasta la puerta entreabierta
y
miran por el ojo de la cerradura como bailas el tango con la vida misma
vestido
de verde limón y tongo en una madrugada rubia de tabaco
con
la mejor hembra del mundo en los brazos Marilyn Monroe
mil
veces Marilyn
la
Venus de la era
señor
del vicio mental y la sevicia abstracta
Marilyn
fabricada por Dios personalmente para tu fatiga
por
tu Dios interno
para
tus besos de color
para
tus brazos pura mancha
para
tus pasos de pincel
tango
que te vio
y
tu cerebro la pared última donde termina Lima por un buen momento
el
agua loca salta bajo los puentes
y
las calles llegan en olas como caballos y más caballos
caballos
para ti Víctor Humareda.
Aquí
estás aquí brillas esta noche en esta esquina
con
tu oscuro abrigo bajo la garúa
apuntas
el cielo rojo con labios de mujer excitada y sin esperanzas
apuntas
un hombre ha perdido a su madre en un castillo
en
una gruta de telaraña y de rocío
apuntas
un hombre ha vuelto a mi infancia y no sabe donde ponerla
cabeza
de pajarito
pronto
comprendiste que el amor en estos confines
es
un poder suicida y una pasión sin espacio para el poder de la belleza
tienes
cinco años tu maestra de primera letras te regala unas tijeras
y
recortas veloz el perfil del atardecer el puente el río las torres de tu pueblo
y
también de los primeros monstruos de la indolencia
después
los contaremos uno a uno
en
la azotea en el sillón de Sócrates.
El
doctor Salem arranca el primer carcinoma de tu garganta
una
orquídea negra a medianoche exhala el perfume de su maldad
y
te deja sin voz pero no sin palabra
con
un silencio a gritos
a
jadeo limpio a cuaderno abierto
tus
palabras abracadabras tienen los colores del camino a París
camino
a Buenos Aires
el
doctor Salem arranca el segundo carcinoma de tu garganta de chinchilla
una
orquídea negra exhala la luz de una granada en los campos de batalla
el
doctor Salem arranca el tercer carcinoma de tu garganta de contrabajo
ya
es muy tarde
desde
el fondo del espejo se aproxima un toro negro pura sangre
son
los ojos insomnes de la luna que te han seguido por todo el camino.
Aquí
estás Víctor Humareda entre las madreselvas de Barranco
cuentas
las sílabas de un viejo bandoneón
y
en la madrugada densa y turbia suave se desliza
la
barcarola de tus pasos ensayados de por siempre
borracho
de color niño de la putas
arlequín
el
mundo está de espaldas sus ojos son fábricas de apariencias
aun
puedes detener al tiempo para recordar
en
el arte y en la vida la realidad es sirvienta de la fantasía
y
no al revés
nada
es al revés ni siquiera la muerte
torero
torero
de la puna brava
el
pincel es la prolongación temblorosa de la mano
polen
y estambre tómalo por el extremo y vibra como eres
cuando
eres.
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