CAPTURA DE UNA PROTESTA
Fotógrafo
de 25 años llegó a Lima desde Puno para realizar una producción dirigida a
personas con discapacidad, y terminó registrando las protestas desde dentro del
humo y el caos.
Por
Paul
Acevedo Gutiérrez INVESTIGA 21 de noviembre de 2020
Cuando Max Nina llegó a Lima desde su natal Puno, apenas en octubre último, no imaginó que terminaría siendo la mirada a través de la cual miles de personas, de dentro y fuera del país, observarían conmovidos la tumultuaria marcha en defensa de la democracia que emprendieron miles de jóvenes como él.
“Vine a Lima para realizar algunos audiovisuales para personas con discapacidad (…) Creo que el universo conspiró”, dice como buscando una explicación para lo que el denomina “el evento más peligroso que he cubierto hasta el momento”.
Max
Nina Nayhua tiene apenas 25 años y es comunicador social egresado de la
Universidad Nacional del Altiplano, allá en la lejana tierra que besa el lago
Titicaca. “Nunca imaginé esto, solo recuerdo haber visto el primer día de
protestas y en mi mente lo único que dije es: “Tengo que estar allí””.
Max Nina, fotógrafo de 25 años.
¿Qué
es lo que te movió a hacerlo?
Creo
que fue el abuso que vi contra los jóvenes ese primer día. Todo fue por
voluntad y espontáneo. Solo pensaba en mi cabeza: “Tengo que registrar eso”.
Recuerdo que eran las 4 de la tarde y me vinieron a buscar para ir a trabajar,
pero les dije que no, que a las 4 (de la tarde) me iba a la marcha y me fui…
Así empezó todo.
En
las fotos enfocas muy de cerca al personal policial, ¿tuviste algún problema
con ellos?
Sí,
el primer día me quisieron quitar mi cámara luego de esa foto secuencia de dos
tomas donde se ve a un joven grabando a un agente con el celular y luego este
al descubrirlo le apunta…
Es
decir, una vez allí en la protesta, ¿confirmaste tu primera impresión de que
había abuso?
Claro
que hubo abuso. Recuerdo que un joven corrió y es alcanzado por un policía. El
joven cae al suelo y el policía al verlo allí le ha dado como 25 varazos, no
exagero. A cualquiera le daba ganas de defender al muchacho. Imagínate que tuvo
que llegar otro agente y controlar a policía. Se escuchó que le gritó: ¡Ya,
cálmate! Y por fin dejaron al chico. Fue un abuso total. Uno se sentía
impotente al ver eso.
Sí,
cuando cayó una (bomba) lacrimógena en la mano, hasta se me rompió uno de los
lentes de mi cámara. Mi mano estuvo inflamada durante dos días…
¿Qué
sentías mientras estaban registrando todo lo que veías en las protestas?
Eran
momentos muy tensos. Dentro de mi corazón sentía cólera y rabia…
Tus
fotos transmiten mucha emotividad y han sido compartidas en miles de cuentas de
la red social Facebook, Instagram, por gente común y hasta por artistas, ¿qué
sientes al ver eso?
Emoción,
mucha emoción…
¿Cuál
es tu foto favorita?
Una
de mis favoritas es la del muchacho que ondea la bandera frente al Palacio de
Justicia.
Esa
foto ha sido compartida por medio mundo, es muy potente la imagen, tiene una
significancia que bien puede resumirlo todo.
Sí,
algunos amigos me escribían para decirme que tal o cual artista había colocado
esa imagen sin mi crédito…
¿Eso
te molestó?
No,
para nada, esa foto es de todos, es de todos…
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