viernes, 15 de mayo de 2020

LA COYUNTURA PERUANA


LECTURAS INTERESANTES Nº 958
LIMA PERU            8 MAYO 2020
CUERPO A CUERPO
César Hildebrandt
Tomado de HILDEBRANDT EN SUS TRECE N° 489, 15MAY20
N
o la damos mucho. Gritamos como profetas, maldecimos como dioses, enaltecemos como si fuéramos alguna autoridad del buen pensar. Y lo que somos en esencia es este cuerpo viral y acongojado que hoy nos somete al miedo.

Toda la civilización consiste en decirnos a nosotros mismos que no tenemos cuerpo, que eso es algo  que sólo debemos recordar cuando algo se avería, cuando un fluido se atora en un conducto, cuando llamamos al doctor Huerta.
El amor supone creer que la persona amada no tiene que ir al baño. Idealizar a alguien significa que borremos de su entorno el estigma de las necesidades más o menos humillantes y que sólo reconozcamos la vocación del placer. Por eso es que invitamos a cenar y por eso mismo desterramos de cualquier conversación civilizada temas como el uso de bidé, hijo del orinal y enorme invento de la cultura occidental.
La arrogancia pretende alejarnos de nuestra condición de primates capaces de hacernos el mayor daño posible. Y entonces citamos a Shakespeare y escuchamos a Telemann y creemos que así nos eximimos del árbol de donde procedemos, del rugido que predijo nuestro idioma, de la piedra que pulimos para empezar a matarnos. Hoy tenemos misiles nucleares para acabar con todo: hemos progresado enormemente.
Nos elevamos en la imaginación, ocupamos la cumbre de la creación según la doctrina de nuestro narcisismo estúpido, pero cualquier manada de elefantes podría –si pudiera- enseñarnos la cordura del vivir en paz y el último perro de la tierra nos daría la lección de sinceridad que tanta falta nos hace.


Estamos rodeados de “electrónica comunicacional”, como dijo algún huachafo, pero tenemos cada vez menos cosas que decirnos. Porque como hemos perdido la singularidad y cada vez nos parecemos más entre nosotros, nuestros discursos se asemejan en grisura, en aburrimiento, en coral cacofonía.  Y no importa lo que tengamos o compremos: en nosotros habita una fiera tribal, un cazador que requiere de sangre ajena para proveerse.
Este virus nos recuerda que somos ese cuerpo negado, esa herencia simiesca. Y que bien haríamos en admitir nuestra pertenencia intrínseca a la animalidad, con todo lo bello y sabio que eso supone.
Somos un cuerpo y la muerte nos ronda. Mucho más que cualquier filósofo ininteligible, el Covid-19 nos da una lección sobre la fugacidad. ¿La aprovecharemos? Ya he dicho que no creo. Basta escuchar a Trump para saber que nos espera como especie de brutos alfa. Basta oír a Vizcarra para confirmar que no somos la cumbre de la evolución. <>

Vizcarra y su ministro de Salud, Zamora.  (Chillico)


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