LECTURAS
INTERESANTES Nº 892
LIMA PERU
15 MAYO 2019
LA JUSTICIA POÉTICA DE LA REVOLUCIÓN BOLIVARIANA
por Arnold August* teleSUR TV ✔@teleSURtv 14MAY19
El 30 de abril de 2019 la Revolución Bolivariana derrotó el
último de una serie de intentos de golpes de Estado orquestados por Estados
Unidos desde el inaugural, que tuvo lugar el pasado 23 de enero cuando Juan
Guaidó fue reconocido por Washington como “presidente”.
Uno de los principales pretextos utilizados para la
intervención de Estados Unidos es el de las elecciones presidenciales de mayo
del 2018, supuestamente “impregnadas” de irregularidades electorales y, por lo
tanto, deficientes. Según esta narrativa, Maduro no fue elegido
democráticamente.
MADURO |
Sin embargo, con un toque de ironía, las continuas
actividades intervencionistas de Estados Unidos, apoyadas por el Grupo de Lima,
son las que precisamente han ratificado a Maduro como Presidente.
Desde el pasado 23 de enero, millones de venezolanos han
marchado en todo el país y manifestado en innumerables ocasiones su apoyo a
Maduro como Presidente y a la Revolución Bolivariana que él encarna. Sus
detractores se burlan de esta expresión política, como si no fuese conforme a
las normas aceptables de democracia, por no hablar de los procedimientos
electorales.
Sin embargo, —durante cerca de tres meses— millones de
venezolanos han votado continuamente con sus pies y sus voces. ¿Puede esta
experiencia reemplazar una urna de votación? Obviamente que esto no puede
sustituir a la formalidad. No obstante, el permanente “votar en las calles y en
los lugares de trabajo” es aún más importante que un simple depósito en una
urna de votación. De hecho, el 4 de mayo, los militares venezolanos “acudieron
a las urnas” para ratificar una vez más la votación de mayo de 2018.
Esta justicia poética ha fortalecido la posición de Maduro
como Presidente legítimo. Maduro y el gobierno lo saben. Sin embargo, Estados
Unidos no puede permitirse admitir esto, dado que constituye un desafío a su
pensamiento único, en el sentido de que la gente no quiere ni socialismo ni
revolución, opciones que supuestamente doblegan la voluntad de la gente.
Además del procedimiento electoral que sirve como excusa a
la intervención de Estados Unidos, la acusación por la cual se señala que
Maduro y el gobierno son “autoritarios” en el mejor de los casos, o que se
trata de una “dictadura”, independientemente de cómo haya sido elegido, también
sirve de pretexto.
¿Por qué Estados Unidos no ha sido capaz de derrocar al
gobierno de Maduro? ¿Es acaso porque se trata de una dictadura? No, si se
tratase realmente de una dictadura, sería relativamente fácil para Estados
Unidos convencer a la gente, con una dosis de ingenuidad, a liberarse de sus
“opresores”.
Estados Unidos no tendría éxito a causa de la unión
cívico-militar. A pesar de todos los intentos, incluido este último del 30 de
abril, no sólo permanece intacto, sino que se ha fortalecido su conciencia, su
patriotismo y la fuerza militar.
El hecho de que la ya amplia alianza armada hunde
continuamente, más y más, sus raíces en las comunidades que se arman (a
petición propia), hace que, lo que normalmente sería aplaudido como
democratización, sea visto como otra prueba de la “dictadura.”
Estados Unidos se opone a esta fuerza. ¿Pueden Estados
Unidos y sus títeres ofrecer la democracia? Su objetivo declarado es convertir
a Venezuela en un satélite económico y político de ellos. En vista de esto, la
alianza cívico-militar y el gobierno de Maduro son garantía de democracia para
la mayoría de los venezolanos.
Así, en otro toque de ironía, el mismo gobierno que ha
venido señalando una dictadura, como resultado de la política estadounidense,
está actuando a diario —y más importante aún, está siendo visto por millones de
venezolanos— como un instrumento de democracia para Venezuela y no la antítesis
de ella.
Esta consciencia vale su peso en oro y se encuentra
omnipresente en la sociedad, incluyendo a los militares.
Estados Unidos afirma que quiere democracia para Venezuela,
pero la mayoría de venezolanos está cada vez más aferrada a su propio gobierno
como instrumento para mantener —y al parecer fortalecer— la democracia. La
virtud es recompensada mientras que la infamia es castigada. Más aún, la
situación está evolucionando, y Estados Unidos está destinado a ser castigado
una y otra vez, dada su ceguera y sus propios intereses, así como sus opiniones
preconcebidas acerca de la democracia.
La resistencia de la Revolución Bolivariana a la actual
guerra económica y política liderada por Estados Unidos va a ser uno de los
capítulos más heroicos posteriores a la Segunda Guerra Mundial en la historia
de América Latina. Hoy, millones de venezolanos están escribiendo la historia.
Este es el resultado que temen los críticos a la política de
Trump. Su única diferencia con Trump es su afirmación de que su intervención
económica, política (y potencialmente) militar es “contraproducente”. ¿Qué
significa eso? Temen a lo que llaman la “polarización”, una palabra liberal en
clave para designar el fortalecimiento del Chavismo, que produce temor en los
corazones y las mentes de la oposición de la “izquierda” en EE.UU. y Canadá.
La Revolución Bolivariana imparte justicia poética a todas las
acusaciones que se levantan en contra de ella. Es cambiar la historia y a sus
acusadores, y al mismo tiempo conseguir un mayor apoyo en todo el mundo. Esto
incluye el pueblo, tanto en Estados Unidos como en Canadá, uno de sus
principales aliados.
Por otra parte, el gobierno de Estados Unidos está cada vez
más aislado. Está arremetiendo y lanzándose cual perro enfermo de rabia, como
lo hace contra Cuba, proceso en el que se está aislando más a escala
internacional.
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Periodista y conferencista canadiense,
es el autor de los libros Democracy in Cuba and the 1997–98 Elections (1999),
Cuba y sus vecinos: Democracia en movimiento (2014) y Relaciones Cuba-EE.UU:
¿Que ha cambiado? (2018). Es un colaborador de teleSUR. Twitter: @Arnold_August
FaceBook: Arnold August. | | | Arnold August is Canadian author and journalist.
His books include Democracy in Cuba and the 1997-1998 Elections (1999), Cuba
and its Neighbours: Democracy in Motion (2013) and Cuba-U.S. Relations: Obama
and Beyond (2017). He is a collaborator of TeleSUR. Follow him on Twitter:
Arnold_August and FaceBook. www.arnoldaugust.com
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