martes, 21 de enero de 2025

PARA LA HISTORIA DE LAS LUCHAS INDIGENAS EN PUNO

 LOS MENSAJEROS

Christian Reynoso

E

ntre 1901 y 1902, un grupo de pobladores aimaras de las zonas de Juli, Pomata, Pisacoma, Ilave y Ácora, viajaron a la ciudad de Lima desde el altiplano peruano para llevar y presentar en Palacio de Gobierno diversos memoriales en los que narraban los terribles abusos de los que eran objeto ellos y sus comunidades por parte de las autoridades locales, la iglesia, los jueces y los ganaderos. Desde entonces, se les conoció como los mensajeros. Fue la única forma que encontraron para que les prestaran atención, con la esperanza de que se tomaran acciones que cambiaran la situación que vivían.

La respuesta del gobierno, presidido por Eduardo López de Romaña, fue crear una comisión que viajara a Puno y recorriera la zona sur para verificar los hechos. La comisión estuvo presidida por Alejandrino Maguiña, razón por la cual se le conoce como la Comisión Maguiña. A su vuelta a Lima, Maguiña redactó un Informe en el que confirmó la situación e hizo algunas recomendaciones de tipo legal en favor de los pobladores aimaras abusados. Algunos de los decretos que se publicaron luego no necesariamente cambiaron la realidad ni desterraron los abusos.

El libro de próxima aparición titulado “Mensajeros. Aimaras y quechuas por la libertad. 1902” (2025), del abogado y periodista Jaime Ardiles Franco (Puno, 1942), cuenta y analiza estos hechos que forman parte de la historia puneña de comienzos del siglo XX. El libro, además, presenta los diversos memoriales y el Informe Maguiña transcritos como en su forma mecanógrafa original. Presenta también un conjunto de leyes y decretos que se emitieron en la época. Ardiles Franco rescata así este importante material que ayuda a comprender los procesos históricos peruanos. La lectura de los memoriales es especialmente dramática a la vez que reveladora.

Así como hace más de ciento veinte años los pobladores del Perú profundo tenían que realizar extensas y duras jornadas de viaje para ser escuchados por el gobierno, hoy, parece que sigue ocurriendo lo mismo, no obstante, las tecnologías y los medios de comunicación y transporte. La indiferencia de los gobiernos de turno y en especial del actual ante los problemas que sufren los ciudadanos del país es latente. No hay ningún tipo de diálogo, no hay voluntad política, no hay una mirada horizontal, no hay políticas ni planes concretos, solo hay corrupción, impunidad, censura, improvisación y distanciamiento. Los mensajeros y sus memoriales no están tan lejos como pareciera, aunque más cerca parece estar “el camino de la resignación y del silencio”, como escriben. <:>

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