viernes, 27 de diciembre de 2024

HISTORIA: PREFECTOS DE PUNO

ALEJANDRO DEUSTUA (1810-1855).

UN HÉROE OLVIDADO DEL PROCESO DE LA INDEPENDENCIA DEL PERÚ.

Por: Alonso Villanueva Quispe.

Tomado de Puno Histórico

L

os tumultuosos años de la independencia y Republica del Perú, Alejandro Deustua Pomadera destacó como un militar de honor y coraje. Nacido en Tacna el 23 de febrero de 1810, creció en un contexto de agitación política, esto lo llevó a unirse al ejército patriota. Su participación en las decisivas batallas de Junín y Ayacucho ocurridas en 1824 lo posicionó como un patriota comprometido con la libertad y la independencia.

Años más tarde durante los primeros años de la vida independiente del Perú, específicamente en 1826, participó en la Toma del Callao como parte del Primer Batallón del Regimiento Número 3 bajo el mando del coronel José María Pinto. Con este acto, Deustua se consolidó como uno de los patriotas que contribuyeron a liberar al Perú de las últimas fuerzas españolas.

En 1836, las fuerzas del presidente Felipe Santiago Salaverry, a las que pertenecía, fueron derrotadas en la Batalla de Socabaya por las tropas de Andrés de Santa Cruz, en medio de los intentos de consolidación de la Confederación Perú-boliviana. En aquella ocasión, Salaverry y varios de sus oficiales fueron ejecutados. Deustua logró salvarse gracias a la intervención de terceros. Según una versión, el general Blas Cerdeña intercedió por él al reconocerlo como su exsecretario. Otra versión, apoyada por el historiador Modesto Basadre, indica que fue la prima de Deustua, María Mazuelos de Mac Leaughlin, quien, a través de su influyente esposo inglés, intercedió por su vida. Tras su liberación, Deustua fue desterrado, pero regresó juntó al Ejército Restaurador del Perú que, en 1839, combatió a la Confederación en la Batalla de Yungay, logrando la victoria.

Luego de la derrota de Agustín Gamarra en la Batalla de Ingavi (1841), el sur peruano fue invadido por el ejército boliviano, y Tacna inició su primer período de cautiverio bajo ocupación boliviana. En este contexto, Deustua apoyó al prefecto de Tacna en la organización de la defensa del sur peruano y luchó nuevamente para liberar su tierra natal de la ocupación extranjera.

El nombre de Alejandro Deustua también se destaca en su gestión civil. Fue nombrado prefecto de Puno en 1847, en dicho departamento impulsó importantes obras. Entre sus logros más destacados se encuentra la inauguración del emblemático Arco Deustua símbolo de sus esfuerzos por embellecer y mejorar la infraestructura pública. Su administración fomentó la masificación de la educación mediante la implementación y fundación de colegios para niñas en varias localidades y proporciono un local propio al Colegio de Ciencias y Artes. Deústua también se preocupó por el desarrollo urbano, la mejora del hospital, cárceles y sistemas de agua potable en varias ciudades de la región puneña.

    Arco Deustua
Su siguiente destino fue Arequipa, donde en 1851 asumió la prefectura en medio de un clima de agitación política. La presidencia de José Rufino Echenique, recién electo, fue motivo de controversia y críticas debido al polémico manejo de la deuda interna y la corrupción generada por la Consolidación, además de la inacción en conflictos internacionales con Bolivia. Arequipa, tradicionalmente opositora a la administración central, se encontraba en rebelión y Deustua enfrentó el desafío de imponer el orden en una ciudad dividida políticamente.

A pesar de sus esfuerzos por mantener la paz y su compromiso con el orden, Deustua se mantuvo fiel a su lealtad militar y rechazó tajantemente cualquier insinuación de unirse a la insurrección contra el gobierno central. En una carta dirigida al prefecto de Tacna, Celestino Vargas, y publicada en el diario "El Independiente" de Tacna, Deustua expresó su indignación ante la propuesta de deserción, afirmando que no podía traicionar su honor ni la causa del orden.

La vida de Alejandro Deustua terminó en un trágico desenlace, el 5 de enero de 1855, durante la Batalla de La Palma, que culminó con la derrota del gobierno de Echenique. Deustua cayó en combate, cerrando así una vida marcada por la lucha, la lealtad y el sacrificio. Su muerte causó honda tristeza en la plana militar y en su tierra natal. En su entierro, llevado a cabo el 7 de enero, su amigo el coronel Román González recordó: “La guerra civil es la mayor plaga de las naciones... Vencedor en Junín, Ayacucho, Callao, y Yungay, él combatió con honor y gloria por la independencia y restauración del Perú”.

Este héroe tacneño, vivió, luchó y murió como un defensor incansable de la independencia y estabilidad de su país. Su legado de valentía y patriotismo sigue vivo en la memoria de quienes nos acercamos a personajes del pasado y a quienes rescatamos del olvido. <> 

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