EZEQUIEL URVIOLA,
EL
PROFETA PROLETARIO
Wilfredo Kapsoli Escudero*
Tomado de BRISAS, septiembre 2024
En los años veinte, en Azángaro, Puno, surgió el líder
combativo de los campesinos que predicó los postulados de Mariátegui en defensa
de los indígenas.
E |
n nuestro libro Los Movimientos Campesinos en el
Perú 1879-1965 publicado por la Editorial Deiva Editores, dimos a conocer un
esbozo biográfico de Ezequiel Urviola y Rivero escrito por nuestro recordado
amigo Antonio Rengifo Balarezo. Él hace una lectura cronológica de la vida de
este líder combativo de los campesinos de Puno. Indica que nació en Muñani
(Azángaro) el año 1891 donde realizó sus estudios primarios. Su extracción
social es la clase media y su adolescencia lo pasó en la ciudad de Azángaro
haciendo estudios en el colegio de cuya cotidianeidad y testimonio a Lizandro
Luna quien dice: “En el aula, Urviola fue
un temperamento eutrapélico, un muchacho aplicado y machacón, lo llamábamos
Copérnico” (por ser jorobado y parecerse al polaco físicamente).
“Era un tipo simpático, muy cordial, lleno de gran ternura. Había que
tratarlo con mucho cuidado ya que tenía una dificultad en la espalda y también
en el pecho. Es por ello que casi todos le decíamos “el ccopo", expresión
aimara que significa jorobado. Urviola era chico, usaba anteojos. Yo tuve la
suerte de ser amigo de él porque siempre lo traté con mucho cariño y casi todo
el colegio hacía lo mismo porque era magnífico como amigo”.
Cuando estudiante universitario que se preparaba
para ser abogado con un conjunto de amigos prepararon un homenaje a los
indígenas por el Día del Campesino, es ahí cuando se deciden hacer una
representación teatral en la que se escenificaba la vida de los pongos en las
haciendas cusqueñas. Urviola asumió hacer dicho papel, desplazándose con
chullo, ponchos, ojotas y faja de tela en la cintura. Fue humillado y
maltratado por los administradores y gamonales que asumían aquel papel de amos.
Urviola asumió dicho rol con tal entrega que prácticamente se mimetizó y al término
del espectáculo dijo que he encontrado mi camino y seré la representación del
indio de por vida luchando por recuperar las tierras y aniquilar a los
patrones, rápidamente optó por la ideología anarquista y paraba haciendo
prédicas a favor de dicho postulado con los lemas constantes abajo el chancho
burgués y muera el gamonalismo, también se incorporó al Comité Pro Derecho
Indígena Tahuantinsuyo y asistió a los congresos indígenas que se realizaban en
Lima, es ahí cuando entabló amistad con Pedro Zulen y José Carlos Mariátegui,
cuyos testimonios reproducimos a continuación (Carta de Dora Mayer a
Mariátegui 07 de febrero 1927) :
1. “Recuerdo
nuestro encuentro en el Tercer Congreso Indígena, hace un año. El estrado y
las primeras bancas de la sala de la Federación de Estudiantes estaban ocupadas
por una polícroma multitud indígena. En las bancas de atrás, nos sentábamos
los dos únicos espectadores de la Asamblea. Estos dos únicos espectadores
éramos Zulen y yo. A nadie más había atraído este debate. Nuestro diálogo de
esa noche aproximó definitivamente nuestros espíritus”
2. “Y recuerdo
otro encuentro más emocionado todavía; el encuentro de Pedro S. Zulen y de
Ezequiel Urviola, organizador y delegado de las federaciones indígenas de
Puno, en mi casa, hace tres meses. Zulen y Urviola se complacieron
recíprocamente de conocerse. “El problema indígena -dijo Zulen- es el único
problema del Perú”.
3. “Zulen y
Urviola no volvieron a verse. Ambos han muerto en el mismo día. Ambos, el intelectual
erudito y universitario y el agitador oscuro, parecen haber tenido una misma
muerte y un mismo sino”
4. “Ya no es
tiempo de pensar en ensayar otra vez el método así definido. Se imponen otros
caminos. Y esto no lo afirman sólo los conceptos sino los hechos que requieren
ahora nuestro examen. Las reivindicaciones indígenas, el movimiento indígena,
que hasta hace dos años tuvieron un extraordinario animador en un oscuro indio,
Ezequiel Urviola, rechazan la fórmula humanitaria y filantrópica. Valcárcel
escribe: “Pro - Indígena, Patronato, siempre el gesto del señor para el esclavo,
siempre el aire protector en el semblante de quien domina cinco siglos. Nunca
el gesto severo de justicia, nunca la palabra de justicia, nunca la palabra
viril del hombre honrado, no vibraron jamás los truenos de bíblica".
6. "Recuerdo el imprevisto e impresionante tipo
de agitador que encontré hace cuatro años en el indio puneño Ezequiel Urviola.
Este encuentro fue la más fuerte sorpresa que me reservó el Perú a mi regreso
de Europa, Urviola representaba la primera chispa de un incendio por venir. Era
el indio revolucionario, el indio socialista. Tuberculoso, jorobado, sucumbió
al cabo de dos años de trabajo infatigable. Hoy no importa ya que Urviola no
exista. Basta que haya existido. Como dice Valcárcel, hoy la Sierra está
preñada de Espartacos".
7. "Fue Ud, amigo mío, director de Amauta,
quien escribió en Mundial, el 6
de febrero de 1925, sobre una noche con Zulen en el Tercer Congreso Indígena, y
sobre un encuentro de Zulen y Urviola en casa de Ud. Allí cita la palabra de
Zulen: "el problema indígena es el único problema del Perú".
8. "Ud. tiene que continuar el hilo de las
ideas que brotaron en su mente en aquellas dos ocasiones memorables, y
volvieron a su imaginación a la hora solemne de la desaparición de Zulen del
campo material de batalla".
Zulen y Urviola fallecieron el mismo día y partieron
juntos al cementerio. A Zulen lo acompañaron intelectuales y profesores de la época,
mientras que Urviola fue conducido por una multitud de indígenas e incluso un
dirigente que se fugó de El Frontón para despedirse de su amigo motivando la
protesta y la persecución contra los dictadores indígenas, anarquistas y
socialistas. ♦
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*Historiador
y profesor universitario
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