martes, 20 de diciembre de 2022

COMENTARIOS SOBRE ACONTECER POLITCO ACTUAL

 PATADITAS

Diario UNO 18DIC22

¿JUNTA MILITAR?

 Parece ser exagerada la afirmación de Sigrid Bazán, de que Dina Boluarte está gobernando con una junta Mili­tar, pero quedó muy bien eso de poner a los militares y los policías a dar la palabra oficial sobre las operaciones realizadas cintra la convulsión social, vestido el jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas con uniforme de faena o de combate, tratando un conflicto social con lenguaje bélico, solo confirma el enfoque militar que la presidenta ha aceptado darle a un problema social y político que no se soluciona a balazos.

NI MEA CULPA

 La presidenta recibió un pase para meter gol y empezar a equilibrar el partido, cuando una reportera le pre­guntó sobre si no hay en doña Dina una mea culpa y ella solo respondió que busca el diálogo y llamó a la paz y el general Gómez de la Torre solo dijo que sus soldados actúan defen­sivamente y se refirió apenas a que lamentablemente hay "algunas muer­tes", mientras en Internet circulan videos en los que se ve a soldados sin parapeto ni posición defensiva, disparando horizontalmente, ob­viamente al cuerpo. Por lo menos el general y su comandante suprema debieron decir que se someten a la investigación del Ministerio Público o a una investigación internacional.

¿DELIBERAN O NO?

En la conferencia de ayer Gómez de la Torre y el general Alfaro incurrieron en deliberancia, al hacer comentarios políticos, aunque eso no molesta cuando ganan aplausos de la DBA. Mal camino. ¿Qué va a pasar cuando a la cúpula castrense se le ocurra que un gobierno civil se está apartando de lo que ellos consideran el camino correcto, el régimen político del que, según el locuaz Alfaro, el Perú nun­ca se debe apartar, hablando como Aguinaga o Lourdes Flores, que es justamente lo que no deben hacer ni militares ni Policías, deliberar.

ROCHE POLICIAL

Como si fuera poco reducir el pro­blema al vandalismo y la destrucción a cargo de grupos reducidos, Alfaro se expuso al ridículo al presentar como hecho importante de las operaciones, la incautación del armamento de un grupo de asháninkas -luchadores con­tra Sendero-, es decir arcos y flechas que ese pueblo originario usa para cazar y y también con fines ornamen­tales. Algunos reporteros sonrieron cuando dijo finalmente que los as­háninkas participaron con la Policía con una marcha de policías por la paz, que es un plato que no se sirve solo, sino acompañado por la justicia, que es en este caso como el pollo para el arroz con pollo, indispensable.

DINA FEMINISTA

Doña Dina puede negarse a renun­ciar, es su decisión y es legalmente presidenta. Pero no puede usar el arma de la victimización invocando su condición de mujer. Nadie la ha cuestionado por eso. No le piden su re­nuncia porque es mujer, no se la piden por machismo, sino porque quienes así lo plantean la creen responsable política de la represión y las muertes o la invitan a dimitir quienes piensan que debe sacrificarse, para obligar a unas muy prontas nuevas elecciones.

LA FISCAL DEL YERRO SE QUITÓ

Durante semanas, la fiscal de la Nación nos atosigó proclamándose guardiana de la legalidad, es decir atribuyéndose tutelaje sobre todo lo que considere o le tinque que ame­naza la legalidad, cuando su papel es recibir denuncias y conducir in­vestigaciones policiales. Pero resulta que cuando el mayor valor jurídico, la vida, es puesta en cuestión por más de veinte muertes a balazos, no asiste a la reunión del Consejo de Estado que, por cierto, solo sirvió para insistir en buscar soluciones represivas al conflicto social.

GENERAL CAZAFANTASMAS

Patética la locutora de Canal N alegando que todos los derechos de las personas están suspendidos por el Estado de Emergencia para justifi­car el absurdo allanamiento al local de Nuevo Perú y la Confederación Campesina del Perú, encabezado por el antiterrorista general Arrióla, que ve terrorismo hasta en la sopa. Uno de los 22 campesinos intervenidos lo encaró y le dijo en su cara pelada que les habían sembrado dos pasamontañas flamantes, unos machetes nuevecitos, tres encendedores des­echadles (seguro Arrióla pensaba que eran para prender molotovs), hondas y algunas piedras, como si fueran un arsenal terrorista.


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