OLORES
César Hildebrandt
En HILDEBRANDT EN SUS TRECE N° 763, 19DIC25
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E |
l rufián que tiene el extenso alias de “Fiscal
Interino de la Nación” ha anunciado que desactivará antes de fin de año a los
equipos especiales, empezando por el de Lava Jato. Rafael Vela ha dicho, con
razón esta vez, que eso demostrará que la Fiscalía es la mesa de partes del
Congreso (del hampa).
El canalla conocido con el alias de “Defensor del
Pueblo” sigue peleando por la liberación de Daniel Urresti, comprometido en el
asesinato del' periodista Hugo Bustíos.
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| Chillico |
La foraja abogadil que se hace llamar Tribunal
Constitucional, surgida de la sentina de Fuerza Popular, decidió hace poco que
el poder judicial no puede ejercer el control difuso en los casos de delitos de
lesa humanidad, imprescriptibles según la ley internacional y los acuerdos
suscritos por el Perú.
El jefe de la vasta pandilla conocida como Congreso
de la República lucha desde octubre para que se apruebe en estos días el proyecto
que les permitirá a policías, oficiales y soldados matar manifestantes sin
siquiera ser investigados. Ya no se trata de leyes procrímenes sino de
licencias para el exterminio.
Este es el Perú de hoy. No me vengan con vainas ni
con comentarios relamidos. El Perú -mi país, mi fardo, nuestra pesada mochila-
huele mal. Huele a rancio. Huele a comienzos de la república, a milicos
peleándose el botín, a oligarquías que nunca amaron la tierra que les daba
fortunas. Huele a quienes se escondían en sus casas para no estar en la ultima
batalla de Lima. Huele a la farsa de Piérola, a quienes le negaron ayuda a
Cáceres. Huele a Lizardo Montero, pundonoroso en su huida, y a Agustín
Belaunde, coronel desertor de Arica. Huele a historiador tembloroso que no
puede decir la verdad porque no quiere problemas y aspira a que lo sigan invitando. Huele a la llamada “república aristocrática”
fundada en la explotación extrema y la usurpación de territorio comunal. Huele a Leguía y a
promesa rota y a nuevo civilismo plutocrático
disfrazado de anticivilismo. Huele, en fin, a derecha chueca apostando por los
privilegios y pidiéndole al señor de los milagros que cambien los apellidos y
los rostros pero que no cambie el choleo, las ciudadanías de segunda, los
tratos de tercera, las plebes esperando.
Mi país huele a mentira, a autocomplacencia y a
fracaso. No importa cuántas montañas de oro o cobre vendamos ni cuántos
arándanos seamos capaces de exportar: no somos un país integrado y la batalla
cultural la ha ganado una derecha multipropósito que mensajea sus lemas de
terruqueo y sus advertencias fulminantes sobre una masa alegremente sumergida
en la ignorancia.
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| Mechain en PERU21 |
¿Hay salida? Quiero creer que sí. Doscientos años
después de tanta sinfonía inconclusa, ¿seremos capaces de producir un
liderazgo robusto que enrole a los mejores, que proponga metas y cambios
razonables, que produzca algún entusiasmo que no sea exclusivamente limeño?
¿No tenemos por allí a alguien que mire al Perú como el país complejo, diverso
y contradictorio que es? ¿Podremos encontrar a alguno que tenga el coraje de
redistribuir la renta, que es la manera fina de decir que los ricos paguen lo
que deben (sin dejar de ser ricos)? ¿No tenemos por allí a un sujeto
sorprendente que venga de lo mejor de Castilla, de Pardo, de Cáceres? Sueño con
eso. >+<


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