sábado, 10 de mayo de 2025

MAS, SOBRE LEON XIV

 HABEMUS PAPAN

Recuerdos del cura gringo que siempre estuvo al lado de los más necesitados cuando sirvió en el norte del Perú. Su nombre era Robert Francis Prevost. Hoy es un deber llamarlo, para los católicos, Su Santidad.

Sonia Süyón

En HILDEBRANDT EN SUS TRECE” Nº 732, 9MAY25

A

penas se cono­ció el nombre del nuevo Papa Robert Francis Prevost, las campanas de la catedral de Chiclayo co­menzaron a repicar. Las puertas de las iglesias y parroquias se abrieron de par en par y algunas per­sonas, entre incrédulas y emocionadas, empezaron a entrar para orar y hasta llorar de alegría. Ya habían escuchado antes las misas del padre Robert aho­ra convertido en Papa, ya se lo habían cruzado por alguna calle, ya los había bendecido en alguna procesión o les había bautizado a sus hijos.

Todos recordamos que el Papa León XIV estuvo antes aquí, con nosotros. Vivió con no­sotros por muchos años. Estamos muy felices. Hoy se vive una fiesta de esperanza”, dice, emocionado, desde Chiclayo el sacerdote Elky Segura, párroco de la parroquia del Señor de los Milagros. Segura lo recuerda como alguien muy cercano al pueblo. “Él siempre estaba con to­dos, pero principalmente con los más necesitados y humildes. También acu­día a todas las festivida­des religiosas y populares como la Cruz de Motupe o el Corpus Christi por­que quería estar cerca del pueblo y llevar la Iglesia al pueblo”, dice el párroco. Cuenta que con él vivieron un devastador El Niño. “El padre Robert estuvo siem­pre pendiente de los dam­nificados sirviendo a la gente que lo había perdido todo”, dice Segura. Lo re­cuerda en plena crisis del covid liderando campañas para conseguir oxígeno y con su mascarilla puesta, visitando hospitales y pos­tas sin temor al contagio. “Nunca ordenaba, prefería escuchar, siempre sere­no, respetuoso y cercano. Como sacerdotes no había que pedir audiencia ni re­unión, sólo teníamos que escribirle un WhatsApp y nos atendía de inmedia­to”, dice Segura.

Prevost empezó su ca­mino religioso en 1985, en las polvorientas calles de los asentamientos huma­nos de Chulucanas, bajo un clima que en verano ronda los 39 grados. Dos años antes había sido ordenado sacerdote agusti­no y fue enviado al Perú en su primera misión pasto­ral en los convulsionados tiempos del terrorismo y la hiperinflación.

No sabía hablar muy bien el español pero se en­tendía perfectamente con los parroquianos, especial­mente con los niños que lo empezaron a llamar “el pa­dre gringo Robert”. Se sen­taba en las picanterías, en los comedores populares y hasta en los “chicheríos” norteños para hablar de Jesús, del evangelio y del prójimo. En las fotos que los piuranos han empeza­do a desempolvar se le ve rodeado de niños y jóve­nes en su labor pastoral y misionera. Estuvo un año como vicario parroquial de la catedral. Y fue Canciller de la Prelatura de Chulucanas. Tras un breve regreso a Estados Unidos como promotor vocacional, eli­gió volver al Perú en 1988, de nuevo al norte. Llegó a Trujillo con la misión de formar sacerdotes agusti­nos.

Hasta 1998 Prevost estuvo en Trujillo, don­de dirigió el proyecto de formación común de los aspirantes agustinos y se desempeñó como prior de la comunidad, director de formación y maestro de profesos. Ahí creó tam­bién parroquias como la de Nuestra Señora de Monserrat.

“Cuando escuché su nombre Robert Prevost como nuevo Papa, me arrodillé frente al televisor y me puse a llorar. Le di gracias a Dios porque yo escuché sus misas y él siempre estuvo cerca de los más humildes. Es una bendición para el Perú, ahora tan golpeado con la delincuencia y la co­rrupción”, dice Gisela Puicón, profesora de Chiclayo y feligresa de la diócesis de esa ciudad. Ella ha vis­to al nuevo Papa montado en mototaxi, con botas de agua en pleno desborde del río, sirviendo en los come­dores populares y comien­do ahí mismo un arroz con cabrito, o celebrando misas y dando jalones de orejas a las autoridades corrup­tas. “La primera planta de oxígeno que llegó a Chicla­yo durante la pandemia la gestionó monseñor Prevost. La mayor cantidad de ayuda humanitaria durante El Niño Costero del 2017 la gestionó también él, a tra­vés de Cáritas”, dice Puicón. Y los 20 mil testimo­nios de fe sobre el milagro eucarístico de Eten los llevó él al Vaticano, recuerdan en Lambayeque.

No pocos han mencio­nado que cuando Alberto Fujimori fue indultado Prevost opinó que el exdic­tador debía pedir disculpas a los familiares de todas las víctimas de Barrios Altos y La Cantuta.

Cuando en 2014 Pre­vost fue nombrado por el Papa Francisco como ad­ministrador apostólico de la Diócesis de Chiclayo y luego fue elevado a obis­po de Chiclayo en 2015, empezó a abrir trocha para encaminar a la Iglesia desde una perspectiva y compromiso social. “Como obispo atendió situacio­nes muy críticas como la fuerte migración venezo­lana, también la situación de las cárceles, la pobreza, siempre atendiendo esos temas con una perspectiva de horizonte y compromi­so social, cosa que antes no había”, dice Javier Jachnke, de la Comisión Episcopal de Acción Social. Recuer­da que Prevost fue además segundo vicepresidente de la Conferencia Episcopal de 2018 a 2023. Como obispo también empezó a formar sacerdotes que fueran más cercanos a la gente, que tu­vieran compromiso social con los más necesitados. En Chiclayo también se le evo­ca como un obispo sereno y compasivo que vivió siem­pre austeramente. En 2023 fue despedido con el canto “No es más que un hasta luego”, cuando tuvo que marchar a Roma convocado por el Papa al Vaticano para trabajar a su lado. ■

¿Entendiste?
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Puka T'ika:

El nuevo papa León XIV es un alivio para las víctimas del sodalicio (el grupo conservador y violador de Cipriani y aliados que el papa Francisco disolvió). Según leo, apoyó la denuncia de las víctimas y seguirá esa línea. Bien.

PERO no olvidemos que a pesar de eso es insuficiente para una iglesia católica estructuralmente colonial, homofóbica, machista.

Es bueno que haya vivido en Perú y que la mayor parte de su trabajo haya sido pastoral. Pero aunque lamentó públicamente lo sucedido en el Perú en enero de 2023 y demostró sensibilidad ante las víctimas, sus declaraciones ante la prensa no mostraron una condena abierta al gobierno en momentos en que se necesitaba contundencia. No se si en privado o de otras formas ha enfrentado esta dictadura, ¿saben? Sería bueno saberlo.

En tal caso, no parece ser su estrategia ser una actor frontal y tal vez fue elegido por eso. Me pregunto si eso le permitirá hacer cambios en el Vaticano y su innegable influencia en la política internacional. No lo sé. Solo espero que la iglesia y sus feligreses asuman la responsabilidad de ser una de las voces que aún el mundo considera autorizadas para hablar de ética y moralidad.

Las injusticias y crímenes que vivimos necesitan que todas las espiritualidades enfrenten el terror, la impunidad y la violencia de los conservadurismos. <:>



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