LA SALUD COMO NEGOCIO CORPORATIVO
Escribe: Milciades Ruiz
31 de marzo 2025
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n
materia de salud, nuestra alternativa de gobierno debería diferenciarse de
otras, por su razonamiento ajeno a los intereses económicos de los grupos de
poder. Para el sistema vigente, la salud es un negocio y, tener una sociedad
saludable “va contra de estas inversiones”. Nuestro plan sería, ante todo,
evitar la proliferación de enfermedades para proteger la salud y economía de la
población.
Pero
la salud es un resultado. Empieza desde el estado prenatal. Al igual que las
plantas que germinan robustas en un suelo fértil y sano, los seres humanos
adquieren desde su gestación, la capacidad de resistencia frente a
enfermedades. Un niño débil será presa fácil frente al ataque de virus
diversos. No podrá recuperarse porque su organismo carece de defensas natas.
Una
madre gestante anémica, no tendrá la fertilidad requerida para obtener hijos
saludables. La nutrición es lo que impulsa el desarrollo de nuestros órganos
internos. La desnutrición gestante los atrofia y, deforma. Muchos nacen ya,
minusválidos. Nuestra propuesta sería, poner a las madres gestantes en las
mejores condiciones nutricionales para asegurar inmunidad, a las nuevas
generaciones de peruanos.
Se
sabe que, los primeros mil días de una persona, (desde la concepción hasta 2
años), son los más importantes para el desarrollo del cerebro. La lactancia
materna proporciona beneficios incomparables para ello y, brinda a los bebés
protección inmunológica. Sin embargo, se sigue ciegamente a la televisión y,
buscamos lo más fácil. Utilizamos leches industrializadas fraudulentas para
sustituir a la leche materna.
Pero,
lo fácil, cuesta caro. La obesidad será lo primero que atacará al bebé,
bloqueando sus defensas naturales, y nos hará gastar más en males derivados,
sin sanar lo que ya perdió. Según el índice global publicado estos días por la
fundación Access to Nutrition Initiative (ATNI), las mayores empresas de
alimentación y bebidas del mundo venden, los productos menos saludables en los
países pobres; no así en los ricos.
El
informe señala que 18 empresas, entre las que se encuentra la Nestlé, acaparan
el 76% del mercado mundial de leche sucedánea a la leche materna. Usan leche de
soya en forma líquida o en polvo, que se promociona inadecuadamente por
televisión, como si fuese mejor que la leche materna, estafando a los padres
compradores.
El
asunto es que, los niños al nacer, encontrarán un mundo adverso con buitres
comerciales que lo acechan por todos lados, incluso con la complicidad de sus
padres que recurren a los productos industrializados por comodidad (con el
beneplácito de inversionistas alimentarios). Y si la lonchera escolar no fuera
suficiente, le esperan los programas estatales con alimentos adulterados y
falsificados.
Se
ha reportado la intoxicación de 23 escolares, cuyas edades oscilaban entre los
13 y 16 años de edad, por consumir desayunos en conserva industrial. En este
negocio, están comprometidos, funcionarios del programa Qali Warma y la fábrica
Frigoinca. Para olvidar el caso se ha cambiado el nombre al programa,
llamándole ahora, Wasi Mikuna y asunto arreglado.
Es
así como, funciona el sistema de gobierno que nos rige. También en hospitales y
otras dependencias estatales de salud, los médicos recetan “coincidentemente”
los medicamentos que empresas transnacionales “recomiendan”. No interesa sanar
al paciente, sino, salir momentáneamente del problema, aplicando medicinas
industriales que a la larga son destructivas de las defensas naturales. El
cáncer sorprende en cualquier momento.
Pero
negocios son negocios y muchos mueren no, a causa de la enfermedad sino, de la
medicina aplicada. Lo sucedido con las muertes ocasionadas por el suero
fisiológico de MEDIFARMA en estos días, no es casual. Es común en todos los
centros de atención donde las transnacionales tienen predominancia, en las políticas
estatales. El culto a la “inversión privada” está por encima de nuestra salud.
Los costos de los sobornos se cargan al precio de los medicamentos que nos
recetan. Pagamos para que nos arruinen la vida.
En el Perú, el mercado de alimentos lo lidera Alicorp, seguido de Nestlé y, Gloria. En salud, el ranking de laboratorios farmacéuticos, lo lidera Medifarma, con ingresos superiores a los S/4,700 millones.
“La
salud entra por la boca” dice el refrán popular. Pude comprobar esta verdad, al
observar a miembros de una revista que llegaron flacos de la serranía, pero
adquirieron la costumbre o hábito de consumir bebidas gaseosas, teniéndolas
siempre sobre el escritorio. Al cabo de un año, ya estaban obesos. Pero nadie
está libre de caer en la trampa del marketing o mercadotecnia alimentario,
mediante un software informático que simula el pensamiento humano.
Nadie se da cuenta que somos estudiados por las empresas vendedoras. Actuamos por reflejo condicionado, según inteligencia artificial(IA). Las empresas alimentarias añaden elementos químicos a los productos envasados que crean adición alimentaria. Pero son muchas las técnicas de fraude alimentario. No tenemos policía contra la estafa alimentaria, ni ministerio de alimentación que, proteja a la sociedad del fraude alimentario. Eso, “sería ir contra el sistema, perjudicando la inversión privada”.
Curiosamente,
el ministro de salud de EE UU, Robert Kennedy ha denunciado que las empresas
alimentarias utilizan ingredientes de laboratorio para crear adicción a sus productos,
al igual que las tabacaleras. Que, agregan suavizantes para que los
consumidores "no mastiquen tanto y tengan la sensación de
insatisfacción". Los casos de obesidad y cáncer, son las más altas allá.
Pero
así funciona nuestro sistema de gobierno, en todos los aspectos y lo que figura
en los siguientes cuadros oficiales, es lo que aspiramos a cambiar.
Pero
no olvidemos que, la lucha es contra el sistema. No contra los gobernantes
circunstanciales que son solo pasajeros. Salvo mejor parecer. <*>
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