lunes, 16 de noviembre de 2015

FENOMENO DEL NIÑO O ¿ESTADO CLIMATICO?

Arq. Hugo Zea Giraldo
En Edición Especial de AL DIA.4NOV15
Ya no es probable, sino  confirmado: el FENOMENO DEL NIÑO, cual fuere su intensidad, entrará en escena este año en esta parte del continente que comprende al Perú. Se especula mucho al respecto. En las esferas del gobierno no se esconden los afanes de hacer notoria su preocupación destinando cuantiosos fondos monetarios para “paliar” los efectos socio-económicos del “desastre”. Como si el prevenir se tratara con repartir dinero entre los sectores y hacia algunos “gobiernos locales”; sin dejar de reconocer las tardías acciones de difusión en el norte del país.
¿Qué enseñanzas se tienen de los azotes del clima registrados en los años 82/83 y 97/98, respectivamente?. Cuando en el Perú poblaban  algo de 18 millones de habitantes, allá en los años 80, quedó afectada hasta un tercio de la población, el PBI bajó en un 12 %,  y se perdieron más de mil millones de dólares, según reporta el INDECI. Recibimos una estocada en la economía nacional de tal magnitud que  no pudo recuperarse. Asociado a este desastre natural, se tuvo la aparición incontrolada de la insurrección terrorista y, para colmo de males, la herencia del desastre administrativo del Estado con el Gobierno  Aprista. Terminó por poner al Perú en franca bancarrota,  situación sin precedentes en la historia republicana.
No poco desastroso fue el ocurrido entre los años 1997 y 1998. Es menester reconocer que el gobierno fujimorista encaró el problema con relativo éxito en acciones preventivas que las estadísticas muestran: de los más de  diez mil millones de dólares que pudo haber costado el desastre al Estado peruano, se perdió solo mil ochocientos millones de dólares. Resultó de todas maneras un duro golpe a la economía nacional en su renaciente situación de crecimiento cuyas secuelas -pese a los fondos destinados a la reconstrucción- el pujante pueblo peruano pudo ir superando con los años, poco a poco, con sus propios recursos.
Y,  ¿cómo se han manifestado estos FENOMENOS DEL NIÑO en Puno?. Sequia entre los años 1982 y 1983; inundaciones entre los años 1997/1998. (Este último el de mayor catástrofe a nivel mundial, habiéndose manifestado en 41 países con sequias e inundaciones). Los ríos que desembocan en el lago Titicaca en el mes de febrero del año 1998 alcanzaron un record de caudal como el Rio Ramis hasta 320 m3/seg, el Rio Huancané 70m3/seg., el  Rio Ilave 80 m3/seg. y así se tuvieron incontroladas las inundaciones, pese a los trabajos de defensa ribereña y trabajos de descolmatación de cauces, que como siempre, no fueron suficientes.
De acuerdo a los últimos informes del EFEN (Estudio Nacional del Fenómeno El Niño), conformado por expertos representantes del Instituto del Mar del Perú, IMARPE; Autoridad Nacional de Agua, ANA; Dirección de Hidrografía y Navegación de la Marina, DHN; Instituto Geofísico del Perú, IGP; Instituto Nacional de Defensa Civil, INDECI; y Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología del Perú, SENAMHI, reportan con alta probabilidad que este FENOMENO DEL NIÑO, en la sierra sur y el altiplano se ha de manifestar con SEQUIA. Es decir NO LLOVERÀ; por lo que la situación se pone preocupante. 
Más vale que llueva, a que falte agua, los efectos pluviosos se pueden controlar. La sequía es más devastadora. Sufrieron los ganaderos y el ganado alpacuno, ovino y vacuno de las zonas intermedia y alta de la región. Los campos secos podrían causar una gran mortandad de animales y pérdida total de la agricultura. Migrar hacia la zona circunlacustre sería una alternativa, como lo hacían los antiguos pobladores. Tal posibilidad hoy sería complicada y de probable conflicto por la tenencia parcelada de las tierras, cuyos propietarios de seguro no compartirán, más bien, con preocupación  van a  tener que ir ganando terreno al retiro del lago. El nivel del lago va descender inobjetablemente. Se podría repetir, en caso esta sequia sea extrema, lo acontecido entre esos  años 1940 a 1942.
Al respecto se dice, se escribe o investiga poco. El lago se secó hasta llegar a la cota estimada de alrededor de los 3,807 msnm;  es decir, bajó casi tres metros del nivel actual.  El más bajo registrado desde 1912. Ello significa inexorablemente que el desecamiento del lago dejará al descubierto gran superficie donde ahora crecen los totorales. Todo este territorio se convertirá en una enorme pampa. Posibilitará ir a pie hasta Capachica desde Puno, cruzando el rio Willis con embarcación (si dudan, pregunten a los abuelos).
Frente a la ciudad de Puno tendremos reducida la superficie de agua a manera de laguna dejando al descubierto amplias áreas pestilentes del lecho actual. (Se debe recordar que la laguna o Bahía de Puno, tiene una profundidad máxima de 5 a 6 metros frente a Huajje, y, con los dragados en el canal, sería las únicas muestras de mantos acuíferos visibles).
En aquel entonces, durante y poco después de esa inesperada sequía, los inversionistas (dueños de la Peruvian Corporation), se vieron obligados a iniciar los trabajos para llevar el ferrocarril desde Juliaca directo hacia la península de Capachica y allí en Cotos, con acceso al  lago grande, construir un nuevo puerto, pensando  que el lago no volverá  a recuperar su nivel.
A esto se sumó el gran éxodo de los habitantes del Altiplano y de la sierra del Perú hacia las ciudades de la Costa. En los años 40 se registran las mayores estadísticas migratorias en  las ciudades de la costa. En la  ciudad de Puno, se localizan los primeros asentamientos en la parte sur y en las faldas de los cerros circundantes. El hambre arrecia y la desesperación por agua será el conflicto de cada día a falta de lluvias.  La napa freática debilitada secarán los pocos manantiales que existen,  a ello se suma la falta de presión hídrica  debido a la poca nieve proveniente de lo que alguna vez fueron glaciales de la cordillera Real. Se podría presentar un panorama realmente apocalíptico. ¿Se piensa en ello?.

Tampoco se dice, se sabe o se investiga, sobre la gran sequía de casi doscientos  años sucedidos entre los siglos II y V de nuestra era; o sea, no llovió en el Altiplano por más de 200 años!, tampoco a lo largo de los Andes. Obligaron a las culturas del Ande migrar a la ceja de selva o hacia la costa. Los Puquinas o Tiahuanaco, los Chavín y asentamientos de otras culturas migraron dispersándose hacia territorios donde llovía. En la costa peruana, la sequìa motivó la aparición de culturas transitorias de gran trascendencia histórica como la Paracas, Nazca, Mochica y otras. ¡El Lago Titicaca bajó su nivel en más de treinta metros!. Sus orillas llegaban hasta Ayaviri por el nor/oeste y por el sur/este hasta el lugar donde se asientan los actuales vestigios del Tiahuanaco, cubría las pampas de Vilque y la hoy laguna de Umayo era parte del gran lago. El cerro Huajsapata era un embarcadero natural.
En pocas palabras, está cerca y se cumplirá lo que científicos del mundo ya tienen como certeza: ¿El Fenómeno de El Niño ya no será un fenómeno sino una situación o estado climático? 
Que la mamita Candelaria nos proteja.



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