LO QUE DIGO EN ESTE LIBRO:
CAMINANDO ENTRE RECUERDOS Y RECONOCIMIENTOS
Guillermo
Vásquez Cuentas
Este libro se halla en dirección a
constituirse un clásico en el campo de la historiografía cultural y artística
de Puno y el Perú. Su indudable aporte al conocimiento de las formas cómo se ha
desenvuelto la práctica institucionalizada de la coreografía popular en la
región altiplánica de Puno, así lo amerita.
Ese tácito cometido, queda expresado en
este volumen en la descripción y análisis de la formal y a veces accidentada
vida institucional de la Agrupación Puno de Arte Folklórico y Teatro APAFIT, entidad
que tiene una posición y un alto lugar registrado en el largo proceso de
actividad y difusión crecientes sobre las estampas y motivos de la dancística
puneña y de los sones, ritmos y melodías, su indisoluble complemento.
El libro ha sido escrito con sangre. Con la sangre heredada de Carlos Cornejo Rosello, de aquel enamorado de su tierra, del que encendió la chispa que impulsó el rescate de los valores intrínsecos de la danza y la música ensambladas en coreografía popular, tanto del campo como de la ciudad, que era vista en sentido peyorativo ante los ojos de la hegemónica cultura colonizada impuesta en nuestros países desde la invasión hispánica.
Pero no solo
se trata de sangre biológica, es también sangre intelectual, pensada, nacida allí
donde se gesta el numen, los sentimientos, las querencias, las
identificaciones, los amores que suscita el medio físico y humano en el que se
abren los ojos para descubrir el mundo. Hernán Cornejo Rosello Dianderas,
además del oficio de escribir, cumple probada y largamente la permanente
militancia identitaria en la puneñidad.
Como es bastante conocido, a lo que
muchos llaman Folklore (neologismo anglo-sajón que lo define como “lo que sabe
el pueblo”) y nosotros Cultura Popular (“Conjunto de los conocimientos y manifestaciones
en que se expresa la vida tradicional de un pueblo”, conforme a la Real
Academia Española), por mucho tiempo se le negó y aun se le sigue negando estatus
de cultura y de arte, con miras a su transformación con pérdida de sus esencias
cuando no a su extinción. Fuerzas y tendencias aculturadoras coloniales e
incluso “modernas” fueron y son las encargadas de perpetrar tal “culturicidio”.
Frente a ello, paralelamente, la cultura popular nutrida de gran diversidad de
manifestaciones y amplia gama de matices artísticos, ha ido afirmando su
resistencia ante esos embates y abriendo frentes y medios para la defensa de su
personalidad de milenios y centurias.
En medio de esa lucha sorda pero
patente, teniendo o no conciencia de su inserción en la relación dialéctica, se
inscribe la fundación de APAFIT el 31 de julio de 1961, descrita con detalle en
las páginas de este libro. El acto inauguró un movimiento reivindicativo de lo
popular, de lo nativo, de lo vernáculo, que creció y se expandió a través de
décadas y los años, en el mismo Puno y en algunas ciudades peruanas, merced a
la imitación de sus fines orgánicos y funcionales por entidades que asumieron
iguales o parecidos quehaceres a los que desplegó con éxito la institución
pionera.
A través de las páginas de este libro, desfilan
centenares de hechos de magnitud disímil que jalonan la génesis y vicisitudes
que experimentó la entidad asociativa en mención, a lo largo de medio siglo de
vida interior cumplida en el amplio contexto cultural-institucional de la
realidad puneña e incluso peruana. Y quedan aún, sin duda, cantidad enorme de
historias de personas y de grupos familiares, de danzantes, de músicos, de
círculos de amigos, susceptibles todas de ser recogidas en relatos, anécdotas,
comentarios de distinto orden.
A quien
escribe estas líneas, le cupo el honor de presidir la institución allá por los
primeros años de la década del 70 del siglo pasado. Muy largo sería intentar un
informe de gestión de los poco más de dos años al frente de APAFIT. Consejos de la memoria sugieren tan solo
dejar señalado que durante ese periodo APAFIT logro reorganizarse con nuevos
ímpetus, recuperar su posición y presencia en la colectividad puneña; participar
representando a Puno en la primera versión de FESTIDANZA en la ciudad de
Arequipa; Llenar el gran coliseo de la ciudad de La Paz y exhibir las danzas
puneñas y altiplánicas en el Estadio de Oruro; Presentar el mayor número de
danzas en la Función de Gala ofrecida por el Gobierno Peruano con motivo de la
celebración del II Reunión Ministerial del Grupo de los 77, en Lima 1971;
mantener la presentaciones de las danzas Kullawa y Marinera Pandilla durante la
Festividad de la Candelaria y carnavales, respectivamente, durante esos años, y
ofrecer presentaciones en inauguraciones y actos de trascendencia en la ciudad
de Puno.
De esas vivencias nace la
identificación total con APAFIT junto con el
orgullo de ser parte suya, por siempre.
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