QUÉ DEL CAMBIO CLIMATICO Y LAS PROMESAS UNIVERSALES
Hugo Luis Zea
Giraldo
“Las COPs no son ilógicas porque sí.
Detrás de la sinrazón existe una razón
o mejor dicho
dos grandes lógicas: la del capital y la del poder” (1).
Desde el 30 de Noviembre, hasta el 11 de Diciembre, se viene
celebrando en París la COB 21 (21 Conferencia de Naciones
Unidas sobre Cambio Climático). En esta Conferencia como en las anteriores se
tratará de alcanzar un nuevo acuerdo, cuyo objetivo “consiste en realizar el paso efectivo a nivel mundial hacia un futuro
de bajas emisiones de carbono y de lucha contra el cambio climático”.
Después de 20 COBS, el
cambio climático es una realidad, y todos los compromisos establecidos
para alcanzar los
objetivos marcados,
y sobre todo su cumplimiento son necesarios, pero no suficientes. Así lo ha
establecido la IPCC (Grupo Intergubernamental sobre el cambio climático) que concluye
así: “Las emisiones continuas de
gases de efecto invernadero causarán un mayor calentamiento y nuevos cambios en
todos los componentes del sistema climático.
Para contener el cambio climático, será necesario reducir de forma sustancial y sostenida las emisiones
de gases de efecto invernadero. {6, 11–1}
Haber, el consumo de energía está
considerada como la mayor responsable de las emisiones de carbono, o sea, directas causantes de la generación de los
gases de efecto invernadero. La energía está relacionada a patrones de extracción, producción, consumo
y deshecho insostenible que depende principalmente de fuentes no renovables como el
gas natural, petróleo y combustibles sólidos (carbono); Norteamérica, China,
Europa y Asia son las que tienen mayor responsabilidad de las emisiones, por la
enorme generación y consumo energético. Económicamente:
¿les conviene reducir su consumo energético generado por las mismas fuentes que
ellos controlan?
“Pero la locura de las COPs va mucho más allá. En la COP21 en Paris, al
igual que en las anteriores, no se hará ninguna referencia al hecho de que para
reducir las emisiones de carbono hay que dejar de extraer los combustibles fósiles
que están bajo la tierra. Los estudios son muy claros al respecto.
Para limitar el incremento de la temperatura a 2ºC el 80% de
las reservas de combustibles fósiles conocidas deben dejarse bajo tierra entre
ahora y el 2050. En el texto de negociación del nuevo acuerdo a adoptarse en
Paris no se menciona en absoluto este tema. ¿Cómo vamos reducir las emisiones
de CO2 si no hay un acuerdo para dejar bajo tierra el 80% del “oro negro”
descubierto hasta la fecha? (1).
En esta locura, también estamos involucrados nosotros los
llamados “ciudadanos de a pie” (sin distinción que pueblan mundos
desarrollados, subdesarrollados o arrollados). ¿Hacemos lo suficiente para
contribuir en evitar la anunciada catástrofe climática?; más aún, ¿Cuánto y/o cuantos saben los que
sucede?. ¿Confirma el que seamos animales egoístas sensatos de lo que hacemos y
olvidamos o desdeñamos el futuro que les espera a nuestros hijos, descendencias
y a la larga la preservación humana?.
Sin duda, el paso
hacia una economía baja en carbono, va asociado a un cambio de mentalidad y de
hábitos fundamentalmente. Transmitir y comunicar a la sociedad la información
necesaria, acerca de los beneficios por el consumo responsable de la energía y
la reducción de las emisiones, es fundamental para tomar conciencia de las
consecuencias de la inacción ante el grave problema del cambio climático, y así
poder adquirir compromisos como individuos. ¿A quién o quienes les corresponde
actuar, informar, comunicar, sensibilizar, educar…? A LOS GOBIERNOS.
Si a los Gobiernos, directos responsables de políticas
inmediatistas orientadas a ponerse (sin vergüenza) a órdenes de un sistema mundial con una economía basada en los NEGOCIOS. Es que este “problema climático”, se ha
constituido en una nueva forma de negociar, orientado a preservar el poder, y
los gobiernos son piezas fundamentales en esta estructura.
Para mantenerse
en el poder deben hacer alianzas con
otrora enemigos, callar
frente al atropello y a veces corrupción
de algunos de sus seguidores, crear círculos
palaciegos para controlar estructuras de poder y desarrollar
planes que tengan impacto inmediato en su popularidad, que amplíen su
poder y
les permitan ganar
más votos en
la próxima elección. La gran
mayoría de los partidos que llegan al gobierno ya están coaligados con sectores
del capital. Responden a uno u a otro sector de las clases dominantes. Están
allí principalmente para garantizar los intereses del sector económico que
financió su campaña. (1). Acaso no se notó luego de concluido el CADE?
¿Quién o quiénes fueron los favoritos? En fin, ¿alguien habló sobre el tema?
Es que la angurria de capitalizarse llega tan lejos que los
mismos gobiernos (corporaciones) emisores (excepto China cuando no?)
paliativamente, como resultado de algunos acuerdos en las COPs anteriores (en
Kioto exactamente), crearon lo que dio por llamarse fondos de BONOS DEL
CARBONO. Es decir, hacer una bolsa (“chanchita”) de manera se premie a las
organizaciones que ejecuten proyectos
orientados a mitigar y/o reducir las emisiones contaminantes al medio ambiente
para la reducción de emisiones causantes del calentamiento global y estos, son los que menos producen las emisiones, sin
embargo son las que con mayor desenfreno consumen.
Una forma engañosa que tienen las grandes corporaciones que
controlan capitales en países que contaminan para escaparse de sus compromisos
de reducción de
emisiones y a hacer nuevos negocios. Por eso la
proliferación de mecanismos de mercado
de carbono a través de los
cuales pueden “cumplir” sus obligaciones comprando certificados de
carbono de algún proyecto
en alguna otra parte del mundo, y además,
también pueden hacer más dinero especulando con esos créditos de carbono.(1)
Estoy convencido, hasta que el mundo despierte, que las reducciones de emisiones que están
declarando los países muy industrializados son falsas. Lo que se está haciendo,
al menos en parte, es como dije, "colocar" emisiones en los países de
bajas emisiones por distintos procedimientos. Estoy igualmente convencido de
que con las energías alternativas y eficiencia energética no se va a lograr las
reducciones de emisiones necesarias y con la inmediatez que la naturaleza
espera.
En síntesis, la lucha real contra el cambio
climático está íntimamente ligada a
la lucha contra las lógicas del capital y el
poder. Sin construir una relación de fuerzas que desde la sociedad civil altere
estas lógicas dominantes será imposible evitar un planeta en llamas.
Que la mamita Candelaria nos proteja.
(1)Comentarios de Pablo Solón en: “Einstein y
la locura de las negociaciones climáticas”
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