lunes, 7 de diciembre de 2015

21 Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático

QUÉ DEL CAMBIO CLIMATICO Y LAS PROMESAS UNIVERSALES

Hugo Luis Zea Giraldo

“Las COPs no son ilógicas porque sí.
Detrás de la sinrazón existe una razón 
o mejor dicho  dos grandes lógicas: la del capital y la del poder” (1).

Desde el 30 de Noviembre, hasta el 11 de Diciembre, se viene celebrando  en París la COB 21 (21 Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático). En esta Conferencia como en las anteriores se tratará de alcanzar un nuevo acuerdo,  cuyo objetivo “consiste en realizar el paso efectivo a nivel mundial hacia un futuro de bajas emisiones de carbono y de lucha contra el cambio climático”.
Después  de 20 COBS, el cambio climático es una realidad, y todos los compromisos establecidos para alcanzar los objetivos marcados, y sobre todo su cumplimiento son necesarios, pero no suficientes.  Así lo ha establecido la IPCC (Grupo Intergubernamental sobre el cambio climático) que concluye así: “Las      emisiones continuas  de gases de efecto invernadero causarán un mayor calentamiento y nuevos cambios en todos los componentes del sistema climático.  Para contener el cambio climático, será necesario reducir  de forma sustancial y sostenida las emisiones de  gases de  efecto invernadero. {6, 11–1}
Haber, el consumo de energía está considerada como la mayor responsable de las emisiones de carbono,  o sea,  directas causantes de la generación de los gases de efecto invernadero. La energía está  relacionada  a patrones de extracción, producción, consumo y deshecho insostenible  que  depende  principalmente de fuentes no renovables como el gas natural, petróleo y combustibles sólidos (carbono); Norteamérica, China, Europa y Asia son las que tienen mayor responsabilidad de las emisiones, por la enorme  generación y consumo energético. Económicamente: ¿les conviene reducir su consumo energético generado por las mismas fuentes que ellos controlan?

Pero la locura de las COPs va mucho más allá. En la COP21 en Paris, al igual que en las anteriores, no se hará ninguna referencia al hecho de que para reducir las emisiones de carbono hay que dejar de extraer los combustibles fósiles que están bajo la tierra. Los estudios son muy claros al respecto.
Para limitar el incremento de la temperatura a 2ºC el 80% de las reservas de combustibles fósiles conocidas deben dejarse bajo tierra entre ahora y el 2050. En el texto de negociación del nuevo acuerdo a adoptarse en Paris no se menciona en absoluto este tema. ¿Cómo vamos reducir las emisiones de CO2 si no hay un acuerdo para dejar bajo tierra el 80% del “oro negro” descubierto hasta la fecha?  (1).
En esta locura, también estamos involucrados nosotros los llamados “ciudadanos de a pie” (sin distinción que pueblan mundos desarrollados, subdesarrollados o arrollados). ¿Hacemos lo suficiente para contribuir en evitar la anunciada catástrofe climática?;  más aún, ¿Cuánto y/o cuantos saben los que sucede?. ¿Confirma el que seamos animales egoístas sensatos de lo que hacemos y olvidamos o desdeñamos el futuro que les espera a  nuestros hijos,  descendencias  y a la larga la preservación humana?.
Sin duda,  el paso hacia una economía baja en carbono, va asociado a un cambio de mentalidad y de hábitos fundamentalmente. Transmitir y comunicar a la sociedad la información necesaria, acerca de los beneficios por el consumo responsable de la energía y la reducción de las emisiones, es fundamental para tomar conciencia de las consecuencias de la inacción ante el grave problema del cambio climático, y así poder adquirir compromisos como individuos. ¿A quién o quienes les corresponde actuar, informar, comunicar, sensibilizar, educar…? A LOS GOBIERNOS.
Si a los Gobiernos, directos responsables de políticas inmediatistas orientadas a ponerse (sin vergüenza) a órdenes de un  sistema mundial con  una economía basada en los NEGOCIOS. Es que este “problema climático”, se ha constituido en una nueva forma de negociar, orientado a preservar el poder, y los gobiernos son piezas fundamentales en esta estructura.
Para mantenerse en el poder deben hacer  alianzas  con  otrora  enemigos,  callar  frente  al atropello y a veces corrupción de  algunos de sus seguidores,  crear  círculos  palaciegos  para  controlar estructuras de poder y desarrollar planes que tengan impacto inmediato en su popularidad, que amplíen su poder  y  les  permitan  ganar  más  votos  en  la  próxima elección. La gran mayoría de los partidos que llegan al gobierno ya están coaligados con sectores del capital. Responden a uno u a otro sector de las clases dominantes. Están allí principalmente para garantizar los intereses del sector económico que financió  su  campaña. (1).  Acaso no se notó luego de concluido el CADE? ¿Quién o quiénes fueron los favoritos? En fin, ¿alguien habló sobre el tema? 
Es que la angurria de capitalizarse llega tan lejos que los mismos gobiernos (corporaciones) emisores (excepto China cuando no?) paliativamente, como resultado de algunos acuerdos en las COPs anteriores (en Kioto exactamente), crearon lo que dio por llamarse fondos de BONOS DEL CARBONO. Es decir, hacer una bolsa (“chanchita”) de manera se premie a las organizaciones que  ejecuten proyectos orientados a mitigar y/o reducir las emisiones contaminantes al medio ambiente para la reducción de emisiones causantes del calentamiento global y estos,  son los que menos producen las emisiones, sin embargo son las que con mayor desenfreno consumen.
Una forma engañosa que tienen las grandes corporaciones que controlan capitales en países que contaminan  para escaparse de sus  compromisos  de  reducción  de  emisiones  y  a hacer nuevos negocios.  Por eso la proliferación de mecanismos de mercado  de  carbono a través  de  los cuales pueden “cumplir” sus obligaciones comprando certificados  de  carbono  de  algún  proyecto en alguna otra parte del mundo, y  además, también pueden hacer  más dinero  especulando con esos créditos de carbono.(1)
Estoy convencido, hasta que el mundo despierte,  que las reducciones de emisiones que están declarando los países muy industrializados son falsas. Lo que se está haciendo, al menos en parte, es como dije, "colocar" emisiones en los países de bajas emisiones por distintos procedimientos. Estoy igualmente convencido de que con las energías alternativas y eficiencia energética no se va a lograr las reducciones de emisiones necesarias y con la inmediatez que la naturaleza espera.
En síntesis,         la lucha real contra el cambio climático está        íntimamente ligada a la lucha contra las lógicas del capital y  el poder. Sin construir una relación de fuerzas que desde la sociedad civil altere estas lógicas dominantes será imposible evitar un planeta en llamas.
Que la mamita Candelaria nos proteja.


 (1)Comentarios de Pablo Solón en: “Einstein y la locura de las negociaciones climáticas”

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