FALACIAS POLÍTICAS
Escribe: Milciades
Ruiz
E |
stamos
transitando el cuarto de siglo del XXI, sin haber podido alcanzar nuestros
ideales de justicia social. Algo hemos avanzado, pero nuestra capacidad de
lucha sigue siendo precaria frente al poder abrumador de la dominación vigente.
Es preciso entonces, mejorar nuestra combatividad política, hasta alcanzar el
nivel requerido para obtener los logros sociales que aspiramos. Veamos.
Para
ser certeros en el combate social, tenemos que partir de un diagnóstico real y
desapasionado. Luchar a la ciega, es una fatalidad. Nosotros y nuestros
adversarios tenemos ventajas y desventajas, virtudes y defecciones, puntos
fuertes y debilidades, etc. Del manejo de estos aspectos, depende la eficacia
de nuestra lucha. Son las condiciones de lucha las que determinan las victorias
y derrotas.
Es de suponer que los movimientos políticos vienen haciendo un balance de su accionar en el 2024 y, evalúan la certeza de sus planes, programas y métodos de trabajo. Se suele culpar de todo a la derecha, sin considerar que nosotros también somos culpables por inacción. Si dejamos pasar los abusos de nuestros dominadores y no reaccionamos apropiadamente para hacerlos retroceder, es que somos permisivos. Con insultos no se vence al enemigo.
Se
despotrica contra el Parlamento por lo que hacen sus integrantes. Pero, este
órgano de gobierno nacional, es una entidad que puede estar compuesta por
buenas o, malas personas, según el procedimiento electivo. Si la comida te sale
mal, la culpa no es de la olla. Si la preparación es incorrecta, la comida
saldrá horrible y si no se cambia el procedimiento seguirá dando malos
resultados.
Repudiamos
a los congresistas circunstanciales, pero ellos no se eligieron a sí mismos.
¿Quiénes los eligieron? Y ¿Quiénes eligieron la plancha presidencial de la que proviene
la actual mandataria? ¿Fue la derecha la que la eligió? Los gobernantes que
tenemos son producto de las reglas impuestas por el sistema político que,
aceptamos sin reclamar justicia. Mientras no se cambie esas reglas, seguiremos
en las mismas.
No
luchamos por el cambio de modelo. Simplemente nos adaptamos a lo que manda la
dominación. “No necesitamos de América Latina. Son ellos los que necesitan
de nosotros” ha dicho el gobernante del imperio dominante. Es la mentalidad
prepotente de los dominadores para quienes los esclavos necesitan del
esclavista, los pobres necesitan de los ricos, los dominados necesitan de los
dominadores y no al contrario.
Esta
misma mentalidad impera entre nosotros. No nos rebelamos contra las
imposiciones abusivas. Simplemente, nos adaptamos a lo que manda el sistema y
no luchamos por cambiar dichas reglas antidemocráticas. Quizá porque se piense
que, los explotados necesitamos de nuestros explotadores, que el pueblo
necesita el castigo de sus depredadores, la mayoría necesita ser gobernada por
la minorá, la justicia necesita injusticia, etc.
Entonces,
Lima, cuya vecindad está compuesta en un 90% por ciudadanos de extracción
indígena, afroperuana y cholos, tiene un alcalde adverso. ¿Será porque así, lo
necesita la ciudadanía? ¿A quién culpar de esta contrariedad? La supuesta
“Democracia representativa” no es tal, pero aceptamos lo inaceptable, al
permitir una falacia legal, sin oponernos. Lo ilegal, se consolida como normal
y pasa por bien, lo que en verdad es un mal.
Renegamos
que, los actuales congresistas aprueben normas inmorales que buscan la
inmunidad delictiva sobre crimen organizado y, corrupción, eliminando la
colaboración eficaz de los investigados. Es que, más del 50% de los 130
miembros del Congreso son investigados penalmente por corrupción y otros
delitos. Pero esta es, la clase de gente que llega al congreso, cumpliendo
legítimamente las normas establecidas. Actúan así porque están facultados
legalmente y hacen uso de esa potestad.
Se precisa pues, cambiar la normatividad parlamentaria para evitar las mafias gubernamentales que suplantan representatividad. Pero, solo renegamos sin ir más allá. De nada sirve, vociferar ¡Que se vayan todos!, si no se cambian las reglas del sistema que son causa de los males. Vendrán otros de la misma condición. No son las personas particulares, el objeto de nuestra lucha. La lucha, es contra el sistema que, causa los males gubernamentales.
Se
olvida el procedimiento fraudulento con el que la actual presidenta, llegó al
poder cumpliendo el régimen electoral desde la izquierda. Rebuscan motivos para
acabar con ella. Pero, si ella ejerce el cargo sin ser representativa de ningún
sector social, ni tiene partido político que la respalde, ¿Cómo es que, una
persona en esta condición maneja el poder ejecutivo? Es porque, no está
prohibido legalmente.
Ella
actúa conforme al “Estado de derecho”. Pero nadie pide cambiar la normatividad.
Solo buscan cambiar a ella. No hay un solo día que no le lancen insultos de
toda índole, ocultando que otros jefes de estado han hecho igual o, peor y, han
sido reelegidos, hasta encumbrados. Hay mucho de misoginia en esto, pero sea
como fuere, pasará a la historia por ser la primera mujer que ejerce la
presidencia del país. Es provinciana, serrana, chola y de habla quechua. Pero
como no es “pituca”, no la soportan muchos.
Se
a lo que me expongo por pensar de manera diferente. Pero volviendo al punto,
creo que ni la “unidad” de los débiles nos puede fortalecer. La fortaleza está
en el clamor popular. No confundir la unidad de las cúpulas con la unidad de
las fuerzas populares. La unidad de arriba para abajo, no es igual que la
unidad de abajo para arriba. La estrategia debería ser construir la unidad
popular desde abajo.
Un punto determinante es, fortalecer el movimiento político sobre la base de la representatividad. Hay que procurar que las dirigencias accedan a los cargos por su representatividad, como requisito indispensable. Dar acceso a los luchadores gremiales representativos, evitará el oportunismo de muchos que solo buscan candidaturas. “No lo hacen por amor al chancho, si no a los chicharrones”. La honestidad y trayectoria de lucha es fundamental.
La
autocrítica, no siempre es verdadera. Justificar lo injustificable es muy común
entre nuestras filas. Los candidatos con malos antecedentes deberían ser
descartados. Limpiar nuestras filas de los malos elementos, es crucial para
prosperar. Salvo mejor parecer. <:>
28 enero/
2025
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