jueves, 14 de marzo de 2019

PUEBLOS PUNEÑOS

PICHACANI,
LA CUNA DEL K’ARABOTAS
Por Jorge Alberto Paniagua D. Puno, 1953
Coordinador General de los Núcleos Escolares Campesinos de los Departamentos PUNO – CUZCO, en la presentación del libro ”MONOGRAFIA DEL DISTRITO DE PICHANI” de Andrés Avelino Serruto Loayza, Ed Laycaccota, Puno 1953, volumen del que extractamos los siguientes textos.
A
 cuarenta kilómetros de la ciudad de Puno, y casi sobre las faldas de la cordillera de los Andes, se encuentra uno de les pueblos aimaras más típicos, del altiplano collavino: PICHACANI. Recordar su nombre es traer a la mente la inconfundible figura del K’arabotas pichacaneño, famoso jinete indígena de los más expertos en los menesteres de su caballería criolla.
El buen pichacaneño cifra su orgullo en la posesión de uno o más caballos, y no se cam­bia por nadie cuando concurre jactancioso a las fiestas lugareñas, donde, al calor de unos "tragos" de alcohol, suele vérsele haciendo demostraciones de sus rústicos conocimientos de la equitación. El mismo fabrica desde sobre­caronas y sobre-pellones de cuero curtido, de recargados adornos, y el "apero" chapeado con láminas de plata, hasta las riendas trenzadas de finos lazos y unidas a trechos por argollas metálicas que rematan en borlas hechas también de delgados lazos.
Jesualdo Portugal
Pero lo que más singulariza a este caba­llista de la puna, son las botas, mejor dicho, las k’ara-botas (de k’ara = cuero) que le cu­bren las piernas desde los tobillos hasta las in­gles, sujetas lateral y exteriormente por dece­nas de relucientes hebillas. No se puede con­cebir al jinete cholo de Pichacani, ya sea cuan­do hace largos viajes en plan de comerciante, o cuando se halla ocupado en las labores de rodeante en las haciendas, sin que lleve ajus­tadas sus k’ara-botas,- y hay quienes las usan hasta para las caminatas a pie, como si fuera une prenda indispensable de su vestimenta.
Cuando el amor toca a las puertas del corazón de este Caballero de la Puna, monta en su minúsculo y bien enjaezado caballo, y se lanza a la conquista de la chola portando su charango y su botella de "trago". Pasará días y noches en las proximidades de la casa de su elegida entregado a la grata ocupación de arrancarle al charango, ya punteándolo con romántica intención, ya rasgueándolo con fruición de desesperado, las notas que más mella hagan en el corazón de la pichacaneña hasta hacerla suya. Y si algún intruso se in­terpone en su camino, serán el zurriago o la reata, que hará chasquear con ferocidad in­contenible, las armas para imponerse en cam­pal batalla a su rival. De ese modo demos­trará a su amada la firmeza con que defiende su amor.
El chusco y Sufrido ¡amelgo, el que pa­cientemente soporta los arrebatos de todo género del K’ara-botas, y al que quiere con cariño casi familiar, es el único amigo fiel y mudo testigo de sus correrías, por eso, si sufre la pérdida o la muerte de este su mejor compañero, su tristeza será profunda, y tanto o más sentida que la del más querido miembro de su familia. En el amor al chusco basa su lema esta picara copla que rueda en las no­ches de fiesta:

"Mi caballo y mi mujer se me murieron al mismo tiempo.
Yo no siento de mi mujer más siento de mi caballo;
mi caballo me llevaba donde unas cholas que tengo."

Es, pues de la tierra del k’ara-botas, del Pichacani bravío por su clima y por la naturaleza de sus hombres, que habla este estudio monográfico de uno de sus hijos, el maestro primario, Normalista Andrés A. Serruto L. quien, aprovechando los pocos momentos de descanso que tiene fuera de la es­cuela, ha conseguido reunir en este volumen los aspectos sociales, económicos y culturales más importantes de la vida de su pueblo.
Si bien los asuntos estén tratados -en la forma y en el fondo- con algunas deficiencias de las que no siempre puede quedar exento quien escribe su obra primigenia, valga en Serruto la sinceridad de sus propósitos, el cariño que demuestra por la tierra que lo vio nacer, y su firme voluntad para acometer una em­presa tan llena de dificultades en nuestro me­dio, como es la de agotar los temas de un estudio monográfico, sabiendo que no hay más fuentes de información que las que pro­porciona la contemplación de la propia Na­turaleza.
_________________________

 
Florentino Sosa

CABALLITO “CHOJJCHIPHORKKE”
(Huayño)
Letra y Música de sus autores: ANDRES DAVILA y LEONIDAS ZEA AMAT (Letra completa)
I
Caballito “Chojjchi Porke” lindo alazán de “Tunquipa de hirsuta crin.
terror de las Cordilleras, herramienta de las punas, “Jauk’a-ladrón”       
ESTRIBILLO Corriendo bajas, corriendo subes, sin tropezar   (bis)
II
Con tu apero y tus ijares, quebrajeados por la helada, viento y sol
Tu bozal de rienda larga, un ‘‘Karabotas borracho, volando va      
Corriendo, etc   
III
En la Apacheta de “Huausa, el viento rebrama y silva canción brutal
La luna nueva cual garra tras los montes silentes, ya se hundirá   
Corriendo, etc           
IV
Corriendo siempre arriba, sudando en el “Urpo-frío” vas al Keñual
¡Ay! que fatal, es tu destino los caminos se hicieron, para tus pies.
Corriendo, etc   
V
Ya en los bordes del abismo, ya rodeando en las “Anqasas’ como un reptil.
O trepando el cerro abrupto, vas clavando el casco firme, como un puñal
Corriendo, etc   
VI
Cuatro “Jaukas” mudos, se juntan como fantasmas de viento, de odio y terror.
Algún secreto musitan, acuerdan aprietan las sinchas, signo fatal 
Corriendo, etc           
VII
Montan, cruzan sus botellas “t’inkan” a la tierra y a los cielos toman su alcohol,
Y allá van, que vuela el poncho, la Carabina en las manos, listos a matar Corriendo, etc   
VIII
Al galope, y sin volearte, jadeante vas y regresas sin tropezar.
El hocico al ras del suelo, el resoplido pujante, como un ciclón      
Corriendo, etc   
IX
Es de noche, está nevando la cabaña solitaria duerme sin luz.
Los animales dormitan los “Sunkcas ’ se dispersan sin previsión   
Corriendo, etc   
X
De pronto rompen el cerco, cuatro herramientas veloces y adentro van,
Los "Sunkcas” saltan al anca, se oyen disparos y ruedan muertos al fin
Corriendo, etc   
XI
Gritos de auxilio se oyen, el ganado ya está fuera, y arrear y arrear.
Los dueños caen heridos, alpacas, llamas y ovejas volando van... Corriendo, etc    
XII
Silva la rienda, y azotan los caballos, se reparten sin vacilar.
De izquierda a derecha, arrean no queda a su paso torpe ni un animal
Corriendo, etc....
XIII
La mañana está penosa, la puna se quita el poncho de blanco tul,
Y allá, en el quebracho oscuro mojados el “Chojjchi” y los “Jauk’as” durmiendo están       
Corriendo, etc   
XIV
Al galope y sin volearte, orejeando siempre fogoso, corriendo vas, Pampas, laderas, zanjas, cuestas pendientes, ríos todo al igual. 
Corriendo, etc    
XV
El día está penoso, el calabozo se pone de algún penar, y allí en la celda oscura dos "Jaukas arrepentidos, cantando están..
Corriendo…


No hay comentarios:

Publicar un comentario