EL ARCHIVO DEL DIARIO LOS ANDES
Jesús
Santisteban Ávila
Actualmente
dónde se encuentran los ejemplares del Archivo perteneciente al Diario Los Andes de Puno, desde su fundación
allá por el año de 1930, hasta la ocurrencia del sensible fallecimiento de su
Director Samuel Benjamin Frisancho Pineda?
El Decano de la Prensa Escrita en Puno, con
más o menos 70 años de intenso trajín, pudo haber coleccionado muchísimos de
sus ejemplares incluyendo, claro está, los números extraordinarios y conmemorativos.
El archivo Los Andes constituye fuente informativa que estimula conversación
objetiva alrededor de Puno Antiguo. Libro abierto: convocatoria al estudio y la
comparación. Personas, vida institucional y laborista. Palpitar de las
provincias y sus distritos a través de las notas de sus Corresponsales.
Nosotros
fuimos privilegiados revisando sus páginas en lectura salpicada de datos. Nos
impresionó la descripción de la visita del Centro Musical Yunguyo a Puno. Y hoy
día –para nuestros amigos- nos sentimos doblemente privilegiados ofreciendo
algunas comparaciones paralelas.
Estamos
en 1937 aproximadamente. Los integrantes del Centro Musical Yunguyo decidieron rendir homenaje de saludo a la
Ciudad de Puno, Capital Departamental, en ocasión de su fiesta jubilar de
noviembre. Yunguyo, acogedora y
progresista ciudad fronteriza, devota de Tata Pancho y su fiesta del Diez de
Octubre.
Con
la colaboración económica del Concejo Distrital –siempre en la versión del
Diario Los Andes-, los músicos iniciaron la travesía por un territorio
mayoritariamente iluminado por el Lago Titicaca. Cómo era el transporte de
pasajeros entre Yunguyo y Puno? Probablemente utilizando embarcaciones
lacustres en algunos trechos y, la mayor
parte, a pie en tránsito por camino de arrieros. Nos imaginamos la caravana de
músicos aymaras desde Yunguyo, cuidando sus instrumentos y pertenencias en una
época del año caracterizada por lluvias intermitentes.
La
presentación musical y el homenaje del grupo visitante, según el Decano del
Periodismo Escrito en Puno, fueron calificados de sobresalientes por la
autenticidad de las canciones y melodías interpretadas. Qué canciones formaron
el ramillete de homenaje? Sin duda, música acunada en el sentimiento de familias
representativas: Gordillo, Maydana; Benavides, Arroyo, Panclas, Arce, Chuquimia.
En
aquel tiempo, el surgimiento artístico musical de Puno ciudad era evidente, a
partir de La Pandilla Puneña encabezada
por Montesinos y el surgimiento de Los Pampeños, El Círculo Unión Puno, Lira Puno.
Grupos
familiares de reconocida trayectoria pandillera fueron: Pari Goyzueta, Alata,
Zambrano, Agramonte, Cano Rojas, Medina
Castañeda, Miranda Gordillo, Noriega Cuentas.
Por su parte, el Conjunto Masías popularizaba temas como “Anillito de
oro” y Alberto Rivarola con su inspiración “Me voy con mi paloma” galardonados
en certámenes nacionales. En otro margen, “Puñal de Cachita Blanca” - wayño popular- y “Matajuicio” melodía de corte aymara grabada por la
Orquesta Dunker se actualizaron para llegar hasta nuestros días convertidos en
“Cascabelito de Penas” y “Volatinero” gracias a la poesía de José Andrés Dávila
Martínez.
Los
Andes de Puno desde su fundación hasta
el sensible fallecimiento de su Director Samuel Benjamín Frisancho Pineda fue sistematizado
a pulso: Sobre el peso de la columna inclinada de artesanos tipógrafos en cuyo
recuerdo radican los cimientos institucionales del manejo informativo y su
colegiatura. Tipeando cada palabra para formar galeras de plomo. La misma tecnología
que Gamaliel Churata conocía a fondo. ¿Acaso no fue esa técnica la que hizo
posible la publicación de “El Pez de oro” y el “Boletín Titicaca”? Y no fue aquella misma la que colaboró con J.
Eduardo Fournier Barrionuevo, Gustavo Manrique –Director de “El Siglo”, (1) así
como Rosendo Huirse en el “Eco de Puno”.
Hay que recordar. En un plano diferente de
aplicación la misma técnica de los artesanos del Diario Los Andes hizo posible
el colorido y la impresión de capillos
de bautizo y anuncios cronológicos,
programas de cine, de circos y de deportes. Personas, actitudes, destino
que el periodismo encierra evocando representantes como los hermanos Camacho
Ávila.
Tal
vez inspirados en la actitud corporativa de los músicos del Centro Musical
Yunguyo, el Instituto Americano de Arte de Puno, en su momento, acordó instituir para su programa de trabajo y
bajo la dirección del Dr. Jesús Bueno Morales y Walter Tapia Bueno, los “Viernes Culturales”, sesiones de estímulo
y de agradecimiento a todos y cada uno de los Centros Musicales y Estudiantinas
del Departamento de Puno, por su participación, su música, su alegría en el
marco esperado de todo aquello que fueron
las tradicionales Serenatas y Concursos de Estudiantinas.
Nuestro aporte dejaría de ser coherente, sin
la mención de los colaboradores y Corresponsales provinciales y distritales, en
actitud y servicio permanente. Todos ellos, sin estudios académicos ni
colegiatura, desvelaban por retratar las necesidades y los acontecimientos de
su entorno. Periodistas de convicción y compromiso con las realidades y anhelos
de sus correspondientes circunscripciones. La presencia de todos ellos en el
recuerdo constituye otro de los fundamentos de la imprescindible obra cumplida
por el Diario Los Andes contenida en su Archivo General de utilidad renovada y
extrañada.
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Nota (1) Fuente: Emilio Vásquez,
1961: “Periodismo en Puno”, publicado en Puno, Cultura y Desarrollo.
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JAVIER SALAS ÁVILA: “SOY HEREDERO DE LA MÚSICA MESTIZA”
Escribe: Los
Andes | 20SET15
Músico por
vocación y devoción, José Javier Salas Ávila es hoy uno de los pocos puneños
que viven en Lima y hacen pública nuestra música y nuestros orígenes, con una
calidad inigualable y digna de imitar para las futuras generaciones artísticas.
“Es cierto
que los puneños, por alguna razón de orden cosmogónico, cosmográfico,
turístico, geográfico, social y cultural, tenemos vena artística, relacionada a
la pintura, a la danza, al canto, a la muisca; tenemos, por ejemplo, la fuerza
de los sicuris como un respaldo histórico”, menciona.
Nacido en el
distrito de Macusani (Carabaya), Salas Ávila inició sus estudios primarios en
el Colegio Nacional San Carlos y los prosiguió, la secundaria, en el Gran
Unidad San Carlos. “Mis padres me trajeron desde muy niño a Puno”, cuenta.
Y añade:
“Crecí en medio de la música, de las estudiantinas; el primer instrumento que
aprendí a tocar fue la mandolina y luego la guitarra. Tuve como maestro de
música al gran Augusto Masías Hinojosa, y como profesor de coro a Félix
Zambrano Velásquez”.
Pero ellos no
fueron los únicos genios musicales de Puno con quienes tuvo contacto. También
conoció y aprendió de los geniales Jorge Huirse, Edgar Valcárcel, entre otros,
quienes aparentemente reconocieron en él a un artista nato y de proporciones
significativas.
“Soy heredero
de la música mestiza”, comenta, y luego recuerda que, gracias a su disciplina,
hoy es docente nombrado en la Escuela Nacional Superior de Folclore “José María
Arguedas”, en donde enseña lenguaje musical, teoría musical, entrenamiento
auditivo y taller de coro, así como historia de la música peruana y puneña.
“Mucha gente
no sabe, y otra no quiere reconocer, que fui fundador y propulsor de la
creación de la carrera de arte de la UNA”, señala en otro momento, para luego
añadir que tiene varias composiciones, entre las que destacan dos cantatas, una
de las cuales se estrenó en Lima (2000).
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