miércoles, 16 de abril de 2025

MAS, SOBRE FERNANDO TUPAC AMARU

 EL INFIERNO QUE ATRAVESÓ FERNANDO  

Omar Aramayo

Extracto del libro LOS TUPAC AMARU 1572 -1827

"Fernando mendiga por las calles de Madrid, para todos hay un lugar, ¿no hay uno para mí? estudié gramática retórica y poética en la escuela de Getafe, luego en Avapies, más que los demás y en mis condiciones fuí el mejor, sin embargo cuando invoco una plaza de trabajo solo me ofrecen un convento, a cual de las órdenes debo ir, todas me ofrecen un claustro, el padre director me convoca una y otra vez, está convencido que la vocación no me llama pero la administración lo conmina y el me pide que lo considere, una y otra vez, como podría yo dar el mal paso si he pasado mi vida entera prisionero...

Nacido en Tinta o Surimana, cuando su padre era tres veces cacique. Tiene la misma edad de la gestación de la gran empresa de José Gabriel. Micaela, su madre, lo concibe a los 26 años.

En enero de 1781, observa el intento de la toma del Cusco. José Gabriel asedia la ciudad durante 10 días, en los cuales se producen muchas batallas. El niño pernocta en la tienda de campaña, cerro Puquín.

José Gabriel es capturado en abril de 1781, en días como estos. Micaela se dispone a huir de Urcos a La Paz y es capturada junto a su menor hijo. Fernando es recluido en la carceleta de la Compañía de Jesús, donde purgan los tupacamaristas.

El 18 de mayo de 1781 Por disposición del visitador Areche es obligado a presenciar la ejecución de sus padres, Fernando lanza un grito desgarrador. Página terrorífica en la historia.

El obispo Moscoso, que fuera amigo de José Gabriel, y a quien engañó, y a engañará otra vez a Diego Cristóbal, el nuevo conductor de la rebelión, acoge a Fernando.

El visitador Areche, lo condena a ser ejecutado junto a su hermano Mariano, su madre, y otros líderes de la Gran Rebelión, sentencia que no se cumple, posiblemente por mediación del obispo Moscoso y Peralta.

Lo traen a Lima en 1781. El 2 de enero de 1782 el virrey Jáuregui dispone sea recluido, junto a los tupacamaristas prisioneros, en las estrechas celdas y pasadizos del Real Felipe, en el Callao.

Por orden de Jauregui, Fernando como los parientes cercanos de Túpac Amaru son extrañados a España. En la mar de vicisitudes, dos barcos parten del Callao, el Peruano y el San Pedro de Alcántara. Fernando embarca en el segundo. El barco presenta notables deficiencias de construcción, por lo cual tiene serios problemas para llegar a Europa.

La noche del 2 de febrero de 1785, día de la Virgen de la Candelaria, el San Pedro de Alcántara, que transporta grandes valores, dentro de ellas la fortuna del Virrey Jauregui, naufraga frente a las costas de Portugal. Uno de los pocos sobrevivientes es Fernando, que es arrojado por las olas.

El adolescente divaga por las costas de Portugal, pero finalmente se entrega a la policía, que lo reporta a las autoridades españolas.

castillo de Santa Catalina, Cádiz
Sufre prisión en una mazmorra bajo el mar, durante muchos años, en el castillo de Santa Catalina, Cádiz. Desde allí escribe varios rogatorios a Carlos III; es la de década de los 80. Le dice: que su soberana bondad se ha de mover a compasión al ver padecer a un inocente tanto tiempo, un prolongado martirio sin otro delito que haber nacido. Carlos III no quería saber nada de los Tupac Amaru. Gran número de estas cartas fueron publicadas en los libros documentales de los años 60.

Por alguna razón del destino, Fernando es liberado de la mazmorra e internado en los colegios de Getafe y Lavapié. Durante este tiempo es presionado por curas y funcionarios para internarse en una orden religiosa. Se niega tenazmente, dice que si la vida entera ha vivido en prisión, ya no le es posible seguir haciéndolo.

Libre, el Estado Español le concede una pensión. Cobrar el estipendio es una burla que sufre cada mes, una tragedia kafkiana. Usted no puede imaginar lo que fue eso. No lo aceptan en ningún trabajo, porque en la hoja de vida que presenta donde va, dice que es hijo del feroz hijo de Túpac Amaru, que tanto estropicio causó en el Perú.

Según los médicos madrileños padecía de “melancolía hipocondriaca”, es decir una grave depresión. Le habían recomendado los baños termales de Saucedón.

El 30 de agosto de 1798, fallece a los 28 años, en el barrio de Lavapiés, Madrid, desprotegido y hambriento, en un invierno jamás antes visto.

Es enterrado, de caridad, en Madrid, en el cementerio de San Sebastián”. <:>

martes, 15 de abril de 2025

"EL KARABOTAS", PERSONAJE CORDILLERANO EN LOS ANDES ORIENTALES DE PUNO

 

Joaquín Chávez

KARABOTAS


















Moisés Aguilar: DANZANDO


Anónimo: RODEANTE


Mosho: KARAHUATANA





SOBRE UN TRASLADO DE RESTOS INEXISTENTES

 RESTOS DE FERNANDO.

IMPERDONABLE TRAICIÓN AL PERÚ

Por: José Luis Ayala.

E

l ilustre Colegio Profesional de Historiadores del Perú CPHP, afirma que no existen pruebas científicas de que los restos de Fernando Túpac Amaru, provengan del cementerio donde está enterrado. Señala que no se ha exhibido documento alguno que así lo acredite. El cuestionamiento académico que no haya tenido una respuesta científica de parte de traficantes con mentalidad colonial y servil, es grave. No es la primera deleznable acción ni será la última.

Este hecho se desarrolla dentro la doctrina y pensamiento oficial del Estado Español llamado La leyenda negra, creada y acuñada por el historiador español Julián Juderías y Loyot (1877-1918). En síntesis, todo cuestionamiento referente a la invasión de España, ataques, crímenes, saqueos, robos y muertes de aproximadamente 10 millones de personas, dice que no es verdad. El primer historiador que fue censurado con odio fue Bartolomé de las Casas.

El primer loby para atacar y saquear al Perú fue el Contrato de Levante, Pizarro, Luque y Almagro, eran mercenarios. Felipillo fue el primer mentiroso y traidor. Los españoles asesinaron a Atahualpa y a Huáscar, mataron de Túpac Amaru I. No se trató de un acto de conquista sino de invasión y ataque. Saquearon y destruyeron el Koricancha, diezmaron las Islas del sol y la luna. Destruyeron el sistema político incaico, asesinaron a Juan Choxne, primer líder de la resistencia cultural, ajusticiado por el odio del cura Cristóbal de Arbornoz. Implantaron la crueldad del perreo, asesinaron a José Gabriel Túpac Amaru, Micaela Bastidas, a sus hijos Hipólito y Mariano, a miles de quechuas cuyos nombres no se conocen.

Túpac Amaru fue traicionado en Langui el 6 de abril de 1781, por Francisco Santa Cruz y Ventura Landaeta, dos de sus partidarios. Fue derrotado en la batalla de Checacupe, sentenciado a muerte y degollado vivo en la Plaza de Armas del Cusco el 18 de mayo de 1781. Luego mataron a Micaela Bastidas y su hijo Hipólito, apresaron a Juan Bautista Túpac Amaru. Asesinaron a Pedro Vilca Apaza y Tomás Catari. Durante la colonia se produjeron 140 revueltas y rebeliones en el siglo XVIII en el Perú y el Alto Perú.

Todo empezó cuando el presidente de México Andrés Manuel López Obrador, asumió el cargo y le pidió al rey de España que pidiera perdón a México por las atrocidades cometidas por los españoles. El rey de España no ha contestado hasta ahora, debido a que no quiere reconocer el ataque a México, menos los saqueos y matanzas imperdonables.

Lo que ha optado el Estado Español, no es guardar silencio sino alentar, impulsar, financiar toda actividad y hechos destinados a tergiversar los sucesos del pasado, de modo que quienes pretendan descolonizar el pensamiento dominante, son absolutamente ignorados. Los historiadores de la coloniedad gozan de becas de estudios, pero sobre todo de financiación para publicar sus libros. Es en este esquema que se explica la edición de un libro que representa una versión de los historiadores oficiales colonialistas: Las cartas de Fernando Túpac Amaru y otros documentos (1782-1798), fue un meditado avance para después traficar oficialmente con los supuestos restos de Fernandito. No menciona que Fernandito fue castrado para que no tenga descendencia, toda vez que era el único Túpac Amaru vivo en la tierra. Un solo hecho hubiera bastado para una certificación respecto a la veracidad, someter los pocos restos humanos a una prueba científica que consiste en comparar el ADN de Fernandito, con los de sus parientes que muchos de ellos viven en Pampamarca y Tungasuca.

Al no haberse producido ese hecho, no solo es un acto inaceptable, es un tráfico para justificar el asesinato de sus padres, hermanos, parientes y miles de peruanos durante y después de la rebelón de Túpac Amaru. Se trata de un acto que será registrado como una acción de impostura y traición al Perú y América.

Sin embargo, la llamada Leyenda negra[1] tiene en el Perú un historiador contestatario como Aníbal Quijano que ha escrito Coloniedad y Descoloniedad del Poder[2], señala que mientras no haya una toma de conciencia colectiva, será difícil superar los traumas. La colonialidad es una teoría que Aníbal Quijano define como una forma de imposición del sistema capitalista, el eurocentrismo y la modernidad. Este patrón vigente impone actos deshonestos como el tráfico de los restos de Fernandito.

Esta corriente filosófica tiene importantes aportes de intelectuales como E. Dussel, W. Mignolo, S. Rivera, J. Viaña y Walsh. Debido a ellos no es posible escribir historia sin tener en cuenta la Escuela de los Annales, corriente historiográfica en la que concurre la historia y otras disciplinas como la sociología, geografía, economía, psicología social y antropología.

El ignaro y servil alcalde del Cusco, se ha prestado a una patraña que es una vil traición al Perú y América, a los Tupac Amaru, a miles de quechuas que fueron asesinados. Pero la historia tiene un proceso dialéctico y continuo, la lucha de Túpac Amaru, es la lucha por la libertad, la diaria batalla para que el pan social, esté al alcance de las grandes mayorías pauperizadas e invisibles. El acalde ha amenazado con querellar a quienes critiquen su traición. La notificación debe llegar a munsnawa@yahoo.com

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 Notas:

 (1) Según la versión de la doctrina oficial española: La leyenda negra es una falsa historia de España contada por sus enemigos. Es una versión llena de violencia, muerte, asesinatos y robo del oro de América. Falso, cada día la descolonización es más fuerte.

(2) Aníbal Quijano. Coloniedad y descoloniedad del poder. Universidad Ricardo Palma. Editorial Universitaria. 2022. Lima

 

lunes, 14 de abril de 2025

ANALIZANDO EL MOVIDO PANORAMA ECONÒMICO MUNDIAL

 LA TRAMPA NEOLIBERAL

Escribe: Milciades Ruiz

12 de abril/2025

L

a torta económica mundial es una sola y, las tajadas grandes son a costa de reducir a las demás. Bajo el sistema capitalista, la repartición se hace de acuerdo a un orden mundial de poder económico. Los países más poderosos, disfrutan de las tajadas más grandes y el resto, según su ubicación en la pirámide de poder. De este orden capitalista, deriva toda la problemática de la vida mundial, nacional, familiar e individual. Veamos.

En este orden mundial, “el pez grande se come al chico” e impide que crezcan, a fin de conservar por siempre su posición de dominio. Si los chicos crecen, disminuye automáticamente su tajada en la repartición de la torta mundial. Es que, el orden de los factores no altera el total que, será siempre 100%. No hay manera de eludir este principio matemático del universo.

Pero también, el universo dictamina que no hay nada eterno, ni estático y, todo lo que se inicia tiene un final. El orden mundial implantado por EE UU tras la segunda guerra mundial, es ya insostenible porque no ha podido evitar el crecimiento de peces chicos que ahora tienen mayor tajada en esa repartición.

Según el Fondo Monetario Internacional- FMI, esta es la tendencia: 

En esta situación geopolítica estamos en el mundo. EE UU se resiste a perder el rango que tenía y trata de recuperar por todos los medios el terreno perdido. En esta desesperación, pateando el tablero aplica un shock de medidas traumáticas como: elevar aranceles a la importación de mercadería extranjera, principalmente la proveniente de China. Esto viene produciendo desbarajustes en el orden mundial, afectando el desempeño del resto del mundo.

Pero, otro principio universal nos dice que, no hay acción sin reacción y cada país, busca reacomodarse a la nueva situación porque las cadenas de reacción se están multiplicando. EE UU ha desatado una guerra comercial contra China, mientras los países adulones de su férula, al decir del presidente Trump, le “besan el trasero”. El asunto es que las medidas traumáticas, chocan y rebotan haciendo daño en cuerpo propio, porque genera contramedidas defensivas impidiendo las exportaciones norteamericanas provocando caídas económicas.

El remedio podría ser más dañino que la enfermedad. La población estadounidense ha empezado a protestar sin que haya marcha atrás en la estrategia de shock. Trump podría terminar como Fujimori, (proveniente de la migración asiática), que aplicó una estrategia mecánica similar, incluyendo la castración y esterilización forzada de la población nativa para evitar que nazcan más pobres, que nos quitan parte de la tajada que nos toca.

El combate a la migración es el otro eje de la estrategia de Trump, pero es el propio sistema capitalista de desigualdad extrema el que generó la doctrina del neoliberalismo basado en la competitividad en el mercado. Esta, ha generado al mismo tiempo dos necesidades en EE UU: Emigración de capitales propios en busca de menores costos para competir manteniendo la rentabilidad, (Se van a México, India y otros) e, inmigración de mano de obra barata que reduce costos internos.

El problema es que, el aumento de migrantes obliga a compartir la tajada de la que disfruta su propia gente que ve disminuir su parte. Y, por otro lado, ha dado oportunidad de crecimiento con capitales propios a China que, tenía los costos laborales más bajos del mundo. Con bajos costos y subsidios, la producción barata china, se expandió por todo el mundo, incluyendo EE UU, ganando competitivamente por menores precios. EE UU ha reaccionado tardíamente a la estrategia de China de utilizar el neoliberalismo en beneficio propio.

En cambio, Trump con su estrategia mecánica, quiere obligar a que regresen sus capitales, protegiéndolos con aranceles altos (impuestos) para eliminar la competencia extranjera. Pero es a costa de encarecer la vida a su población. Los altos costos inflacionarios generados con la subida de aranceles, eleva los costos productivos y desalienta el regreso. Todo esto, ha desencadenado parálisis en la cadena económica, empeorando su situación.

El asunto es que, el sitial económico alcanzado por EE UU es a costa de succionar riqueza a otras naciones. Pero si es succionado por China, entonces pierde parte de la tajada y, automáticamente baja el nivel de vida para todos los estadounidenses. Eso es lo que está en juego, en este pleito. Y si las predicciones económicas se cumplen, el desbarajuste podría provocar derrumbe económico.

Lo que más se menciona son las medidas arancelarias, pero dado que la estructura económica está interconectada con otras bases de sostenibilidad del orden mundial, el desbarajuste alcanza al sector de los negocios de inversión de todo tipo y paraliza el sector financiero que sostiene las inversiones. Cae entonces la producción, comercialización, servicios, etc., rondando el fantasma de la recesión económica, como preludio de un desastre.

En nuestro caso, China ha penetrado nuestra economía en diversos sectores, siendo el principal inversionista en minería y otros sectores. Pero si los productos chinos pierden mercado, reducirán su producción y tendremos menos ingresos presupuestales y mayor déficit fiscal. Somos un país primario exportador y nuestro país aparece como gran exportador de materia prima y alimentos, pero no con capitales propios, pues casi todo es capital extranjero corporativo que produce para el mercado externo, hoy en desbarajuste.

Lo más probale es que este desbarajuste agravará nuestra situación. Nuestra tajada se reduce. A menor producción mayor desempleo y mayor delincuencia. Menores ingresos presupuestales, mayores dificultades económicas, que impiden nuestras aspiraciones. No tenemos injerencia en este pleito mundial, pero pagamos las consecuencias. Son los países dominantes los que predestinan nuestras vidas y condicionan nuestra vida familiar y personal.

¿Qué podemos hacer? Si estuviésemos en el poder, tendríamos que cambiar el sistema político de gobierno para lograr nuestra liberación de la dependencia extranjera. Entonces podríamos aprovechar el momento histórico para empoderar capitales propios, preferentemente comunitarios conforme a nuestra tradición de solidaridad corporativa. Pero eso es soñar.

Lo real es que el empoderamiento político popular es muy bajo y las condiciones para competir por el gobierno son fraudulentas. Si no trabajamos para empoderar nuestras filas, con un plan de lucha efectivo, seguiremos lloriqueando, golpeándonos el pecho ante el muro de los lamentos. Puedo estar equivocado, pero ustedes qué dicen. <:>

LUCES LITERARIAS Y SOMBRAS POLITICAS EN EL UNICO NOBEL PERUANO

 VARGAS LLOSA Y PUNO

José Luis Velásquez Garambel

P

ara muchos coterráneos Vargas Llosa tuvo una visión sesgada sobre Puno, a tal extremo que es recurrente la alusión "al lugar de castigo al que en su mundo ficcional envió a Pantaleón", errada y prejuiciosa es esa mirada, que durante muchos años perduró en las aulas universitarias, y es que de literatura solo nos mostraban la epidermis.

Vargas Llosa, en mi experiencia personal constituye la cumbre y el compromiso más enconado entre la conquista del lenguaje, la arquitectura estructural de la ficción y la vocación del intelectual, la del escritor.

Polémico en sus ideas políticas, lector del segundo Popper, de Isaía Berlín y de Aron, un liberal reflexivo, su error fue mostrar una mirada contemplativa hacia este fujimorismo, del que fue también presa; pero eso no tiene nada que ver con su ideología. Craso error que hizo que muchos, sin haberlo leído jamás se formen una idea equivoca sobre el liberalismo y sobre toda su obra.

No creo que el Perú vuelva a tener durante muchos años a un intelectual y a un escritor de ese calibre, Vargas fue la cumbre más alta, y su obra debe ser leída desde la literatura y con todas las convenciones estéticas del rigor hermenéutico, no desde la ignorancia.

Yo recuerdo una visita de Vargas Llosa a Puno durante su campaña política, muchos arribistas se le pegaron como lapas, gente que vivía y mamaba de un Estado que ellos mismos habían quebrado, en un período muy conflictivo. Su discurso no pegó acaso porque la verdad duele y todos escapan de ella y llegan a detestarla, FREDEMO no caló, y la población prefirió elegir a un desconocido que tenía todo el aparato del APRA, ya sabemos lo que ocurrió luego.

Y sin embargo años luego, paradojas del destino, Vargas Llosa ganó el nobel, de haber sido elegido habría terminado embarrado por la política sucia y lumpen que tanto daño le ha hecho a nuestro país.

Ha caído el edificio más alto y latente que tenía el Perú, en cuanto se refiere a literatura, no existe un latinoamericano de ese vuelo, no por el momento.

El Vargas con el que me quedo es ése que tenía el espíritu combativo, el púgil literario que peleaba consigo mismo para conquistar la palabra, con ese que se reconocía en Oquendo de Amat, el puneño vanguardista.

"Hace aproximadamente treinta años, un joven que había leído con fervor los primeros escritos de Breton, moría en las sierras de Castilla, en un hospital de caridad, enloquecido de furor. Dejaba en el mundo una camisa colorada y Cinco metros de poemas de una delicadeza visionaria singular. Tenía un nombre sonoro y cortesano, de virrey, pero su vida había sido tenazmente oscura, tercamente infeliz. En Lima fue un provinciano hambriento y soñador que vivía en el barrio del Mercado, en una cueva sin luz, y cuando viajaba a Europa, en Centroamérica, nadie sabe por qué, había sido desembarcado, encarcelado, torturado, convertido en una ruina febril. Luego de muerto, su infortunio pertinaz, en lugar de cesar, alcanzaría una apoteosis: los cañones de la guerra civil española borraron su tumba de la tierra, y, en todos estos años, el tiempo ha ido borrando su recuerdo en la memoria de las gentes que tuvieron la suerte de conocerlo y de leerlo. No me extrañaría que las alimañas hayan dado cuenta de los ejemplares de su único libro, encerrado en bibliotecas que nadie visita, y que sus poemas, que ya nadie lee, terminen muy pronto trasmutados en humo, en viento, en nada, como la insolente camisa colorada que compró para morir. Y, sin embargo, este compatriota mío había sido un hechicero consumado, un brujo de la palabra, un osado arquitecto de imágenes, un fulgurante explotador del sueño, un creador cabal y empecinado que tuvo la lucidez y la locura necesarias para asumir su vocación de escritor como hay que hacerlo: como una diaria y furiosa inmolación". (Discurso "La literatura es
fuego" al recibir Vargas Llosa el premio Rómulo Gallegos).  
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 MARIO VARGAS LLOSA. DE NOVELISTA CASTRISTA A MARQUÉS ANTISOCIALISTA.

Isaac Bigio

E

n la noche del Domingo de Ramos (13 de abril) murió en Lima el letrado peruano más laureado. El único premio Nobel que ha tenido nuestro natal Perú había nacido 89 años antes en Arequipa, el 28 de marzo de 1936.

Junto a muchos de mis compatriotas recibimos esta noticia con tristeza, pues ha sido una personalidad con cuyas obras hemos crecido y cuya trayectoria siempre hemos seguido.

Mis condolencias a su familia, en particular a su viuda Patricia, a quien hace medio siglo conocí junto a su finado esposo en casa de mis padres y de mis tíos, y a su hija Morgana, quien llego a festejar un cumpleaños mío en mi departamento y fue una buena amiga cuando estudiábamos juntos en la "London School of Economics."

Vargas Llosa salió al estrellato con sus tres primeras tres novelas: “La Ciudad y los Perros” (1963), “La Casa Verde” (1966) y “Conversación en la Catedral” (1969). Inicialmente su producción se centraba en su patria, pero luego produjo otras obras sobre otras naciones, como “La guerra del fin del mundo” (1981), “La fiesta del chivo” (2000) y “El sueño del celta” (2010).

Aún hoy es el único andino cuya foto aparece en el frontis de la universidad "Kings College" de Londres donde ambos llegamos a vernos y también pasamos clases (en periodos muy distintos), pero él alcanzó una dimensión sobresaliente. En un momento estuve coordinando con Richard Barnes, el teniente alcalde de Londres (2008-12) para hacerle un reconocimiento.

Vargas Llosa llegó a ser miembro de la Real Academia Española, así como de otras en diferentes lenguas: la de EEUU, la de Brasil y la de la lengua francesa. Vargas Llosa supo aprender diversos idiomas extranjeros y llegar a ser uno de los “inmortales” de la francófona, proeza inusual para alguien cuya lengua materna no haya sido la gala.

No obstante, pese a haber pasado su infancia en dos ciudades quechua-hablantes (Arequipa y Cochabamba), nunca dominó una lengua nativa. Esto fue un marcado contraste con otro gran novelista apurimeño José María Arguedas (1911-69). Tanto él, como Manuel Scorza (1928-83), pudieron haber obtenido un premio Nobel de no haber sido por sus prematuras muertes (el primero solo vivió 58 años y el segundo apenas 55). Scorza ya había sido considerado por la academia sueca pocos años antes de fallecer en un accidente aéreo en 1983 y tres décadas antes de que Vargas Llosa fuese galardonado en 2010.

A nivel político Vargas Llosa operó una gradual transformación desde haber estado asociado a la extrema izquierda hasta haberse convertido en un portavoz de la extrema derecha. Esto es algo que fue notando en sus novelas. Una de ellas "La Historia de Mayta" (1984), Vargas Llosa intenta tocar al primer levantamiento armado marxista peruano (hecho por el Partido Obrero Revolucionario, ala posadista) buscando los orígenes del senderismo, pero ya habiendo pasado del foquismo al liberalismo. En dicha obra él muestra gran desorientación e incapacidad para entender a los movimientos izquierdistas, como confundir al maoísmo con el trotskismo (pese a que el primero apoya el asesinato que hizo Stalin de Trotsky y a que ambos tienen estrategias contrapuestas para la toma del poder).

En sus años juveniles simpatizó con la revolución cubana y con el “socialismo militar” del gobierno de Juan Velasco (1968-75), pero paulatinamente fue girando hacia la derecha. Estuvo con el segundo gobierno de Fernando Belaúnde (1980-85), a cuya primera gestión (1963-68) tanto atacó (llegó a apoyar a las guerrillas castristas).

Luego cuando el primer gobierno de Alan García (1985-90) estatizó a la banca, Vargas Llosa se convirtió en la primera figura pública para organizar a los empresarios y la clase media en contra de dicha medida. Con Hernando de Soto creó el Movimiento Libertad, el cual se asoció a la derecha histórica (Acción Popular y PPC) para formar el Frente Democrático (FREDEMO nombre similar al que en ingles significa “libertad”).

En las elecciones de 1990 él se convirtió en el primer peruano en ganar una primera vuelta para luego perder en la ronda final. Entonces, el APRA y la mayor parte de la izquierda llamaron a votar por Alberto Fujimori, quien al final terminó haciendo un shock económico mucho peor al que planteó Vargas Llosa.

Durante la década fujimorista, Vargas Llosa criticó el autoritarismo y el autogolpe de 1992. Para evitar devenir en un apátrida sin pasaporte (pues Fujimori amenazaba con quitarle el peruano), Vargas Llosa adoptó la ciudadanía española.

Luego, el novelista estuvo junto a Alejandro Toledo, quien fue presidente en 2001-2006. Más adelante apuntaló a su ex enemigo García ante el temor de que pudiese ganar Ollanta Humala, a quien él considerada como un castro-chavista. Sin embargo, en el siguiente balotaje (2011), Vargas Llosa acabó tejiendo un pacto con Humala para apuntalarle contra Keijo Fujimori.

Para evitar que la exprimiera dama e hija del dictador llegase a palacio, Vargas Llosa endosó a su viejo amigo Pedro Pablo Kuyczyinski en 2016.

Empero, en la última segunda ronda peruana (2021), las familias Fujimori y Vargas Llosa se re-amistaron para impulsar la candidatura de Keiko.

Esto último fue una suerte de “hara-kiri” político, por lo cual la gran mayoría de la gente que antes respetaba su trayectoria en defensa de libertades le fue dando la espalda. Para culminar dicho proceso, Vargas Llosa devino en el principal intelectual que apoyaría a Dina Boluarte (pese al golpe y a las matanzas con la que llego al poder). La dictadora, a su vez, le premiaría en palacio.

El antiguo castrista castró todas sus raíces “marxistas”. Devino en allegado al post-franquista Partido Popular y en marqués del rey Juan Carlos. No quiso escribir alguna novela sobre los pueblos andinos originarios y menos aún sobre cualquiera de sus antiguas civilizaciones. Su hispanismo le hizo reivindicar la castellanización de las Américas aduciendo que ello implicó la unificación continental y también oponerse a cualquier referendo por la independencia catalana. Nacido en las faldas del volcán Misti, tierra de tantas revoluciones, Vargas Llosa acabó bajo las faldas de la aristocracia feudal de Madrid.


En todas las últimas elecciones presidenciales sudamericanas hizo campaña por la derecha dura: por Jair Bolsonaro en Brasil y por José Antonio Katz en Chile, ambos admiradores de antiguas juntas miliares. En 2021 sostuvo “lo importante no es que haya libertad, sino votar bien”. Con ello se aceptaba poder derrocar a un gobierno (como uno izquierdista o tipo Pedro Castillo) porque no se votó bien.

En el domingo en que él falleció, en Ecuador reeligió a Daniel Noboa en medios de graves acusaciones de fraude (es el primer balotaje en el cual uno de sus finalistas saca menos votos de los que sacó en la primera vuelta, pese a contar con el respaldo de la tercera fuerza electoral). Vargas Llosa, de haber estado vivo, hubiese celebrado tal triunfo y rechazado cualquier posibilidad de manipulaciones electorales. Por supuesto, si hubiese pasado lo contrario, como fue el caso peruano del 2021, bien pudo haber hablado de "fraude".

El literato monarquista ha fallecido en su república natal donde sus novelas van a ser leídas durante muchas generaciones más y sus cambios de posiciones políticas van a seguir generando constantes cuestionamientos. Por Vargas Llosa el Misti llora "tristi" <:>.

viernes, 11 de abril de 2025

ANALIZANDO LA COYUNTURA INTERNACIONAL

 ESTADOS UNIDOS Y SU GUERRA DE LOS ARANCELES.

¿POR QUÉ? ¿LO FAVORECERÁ O AL CONTRARIO?

Por Jorge Rendón Vásquez

E

l gobierno de Donald Trump de Estados Unidos ha declarado una guerra de aranceles a casi todos los países del mundo y, de la manera más hostil, contra China.

La primera explicación sería que, al subir los aranceles a los bienes que importa, Estados Unidos buscaría que el aparato productivo de este país los produzca. Activaría así su economía, aumentaría el empleo nacional, haría subir las ganancias de sus empresarios y también, en algo, incrementaría los ingresos tributarios. En el plano teórico, esta medida sería una aplicación de la teoría del economista alemán del siglo XIX Friedrich Litz sobre la protección de la industria nacional frente a la competencia de las mercancías de otros países cuyo ingreso se debería evitar, según él, elevando los impuestos a la importación sobre la base de la soberanía de cada país para legislar como lo deseen sus gobernantes. Esta recomendación le vino bien a Alemania, sobre todo tras su unificación en 1870 y contribuyó a convertirla en la primera potencia industrial de Europa continental. Aunque llevado más por el sentido común, el presidente de Estados Unidos Alexander Hamilton había preconizado la misma fórmula para favorecer el crecimiento de la industria de su entonces novísimo país.

Luego de la década del ochenta del siglo pasado y como una prolongación del neoliberalismo, impulsado para reducir los alcances del Estado de Bienestar y convertir una parte de los recursos para pagarlo en ganancias empresariales, los ideólogos del capitalismo impusieron la mundialización económica como un dogma consistente en la reducción, hasta donde se pudiera, de las barreras limitativas del ingreso de las mercancías y los capitales procedentes de otros países.

Uno de los países que más se benefició con la mundialización o globalización fue Estados Unidos, pero, contradictoriamente, no tanto para colocar sus mercancías en el exterior, sino para adquirir las mercancías de otros países a precios bajos y satisfacer las necesidades de su población que, en ese momento, se acercaba a los 230 millones de personas y tenía el ingreso per cápita más alto del mundo, un mercado enorme que podía absorber todo lo que se le ofreciera para la alegría de las cadenas de distribución y venta.

Por lo tanto, Estados Unidos importó más mercancías que las que exportaba. Por ejemplo, en 2023, sus exportaciones llegaron a 2,019,542 millones de dólares, en tanto que sus importaciones alcanzaron 3,172,514 millones de dólares. Es decir, el valor de sus importaciones fue un 57% más que el valor de sus exportaciones. Esta diferencia se pagaba con dólares en sus formas de moneda fiduciaria y moneda escritural.

Los dólares fiduciarios consisten en billetes impresos por la Reserva Federal de Estados Unidos con ciertas figuras, signos y seguridades y son entregados al gobierno de Estados Unidos y a los bancos para ser puestos en circulación. El costo real del soporte de algodón y lino de cada billete y de su impresión es de unos 35 centavos de dólar, pero su valor nominal, o capacidad de pago, es de 5, 10, 20, 50 y 100 dólares. Los dólares escriturales son registros en las cuentas de los bancos, correspondientes a estos y a los titulares de los depósitos y préstamos quienes pueden pagar con ellos sus compras o adquirir dólares fiduciarios.

Por los acuerdos de Breton Woods de 1944, el dólar fue admitido como la moneda de cambio internacional con un respaldo en oro, o Patrón Oro, fijado en ese momento en 35 dólares la onza troy, oro que los países tenedores de dólares podían recuperar de la Reserva Federal entregando sus billetes. En 1971, el gobierno de Richard Nixon decidió suprimir el Patrón Oro del dólar y vendió casi todo el oro guardado como reserva para pagar los gastos que irrogaba la guerra de Vietnam. Por lo tanto, en adelante, el dólar comenzó a valer solo por las sumas impresas en los billetes. Y todos los que tenían dólares, dentro y fuera de los Estados Unidos, tuvieron que aceptarlo. Más aún, se vieron obligados a creer firmemente que esos billetes valían por sí mismos, como cualquier otro objeto que se tiene en propiedad, imbuyéndose de la confianza de que con ellos, por los que habían dado sus activos en cantidad igual a las sumas marcadas en los billetes, se podía comprar y pagar cualquier cosa. Y era eso lo que los estrategas económicos de Estados Unidos querían y esperaban. En 1974, tras la crisis del petróleo de 1973, el gobierno de Estados Unidos convenció al gobierno de Arabia Saudita para firmar un acuerdo por el cual las ventas de petróleo se deberían pagar en dólares. A este acuerdo se añadieron otros países el Medio Oriente productores de petróleo, con lo cual el dólar se generalizó en el mundo como la moneda con la cual deben hacerse las transacciones internacionales. Obviamente, a Estados Unidos esta aceptación le sirvió para pagar sus compras del exterior, y en particular sus déficits de la balanza comercial, con sus billetes que no le costaban casi nada. Ha llegado así a una situación en que cerca del 75% de los dólares emitidos por la Reserva Federal circulan en el exterior, usándose en casi todos los países como medios de cambio y atesoramiento, como si estuvieran dotados de valor por sí mismos.

Otro dato a tenerse en cuenta para comprender la política aranceleria del gobierno de Estados Unidos es el enorme tamaño del Estado, cuya burocracia y gastos en servicios públicos no llegan a financiarse totalmente con los ingresos provenientes de los tributos. Para cubrir sus déficits tiene que acudir al crédito en la forma de bonos emitidos por el gobierno que compran la Reserva Federal y el público nacional (en gran parte los fondos de pensiones) o internacional (países como Japón, China y otros). Estos bonos tienen, como regla general, una duración de 10 años y reditúan hasta un 4% de interés al año. Son inversiones seguras, porque el gobierno cumple con pagar los intereses y devuelve las sumas de dinero indicadas en los bonos a su vencimiento. Año tras año el Estado de este país ha ido incrementado su deuda pública que llega ahora a casi 37 billones de dólares, una suma por la cual tiene que pagar cada año unos 1.48 billones de dólares por intereses y 3.7 billones de dólares por la devolución del capital de los bonos vencidos, o sea unos 5.18 billones de dólares. Es mucho dinero que los ingresos presupuestarios no llegan a cubrir totalmente y obligan al Estado a tomar en prestamo más dinero.

Se podría decir que la sociedad norteamericana ha sido habituada a vivir gastando más de lo que gana y pagando la diferencia con billetes sin respaldo y prestándose dinero. Y esta situación se ha hecho casi irreversible.

¿Qué hacer, entonces? La fórmula proteccionista de Friedrich Litz es ahora inaplicable. La situación del comercio mundial ha cambiado mucho en relación a la del siglo XIX.

Como, ni el gobierno ni la sociedad de Estados Unidos están dispuestos a renunciar a las dos fuentes de recursos indicadas ni les sería posible hacerlo, solo aparece para ellos en perspectiva una devaluación del dólar que reduciría la deuda pública en cierto porcentaje según el menor valor real del dólar y que, además, podría abaratar las mercancías producidas en Estados Unidos para hacerlas más competitivas en el mercado internacional frente a las mercancías y servicios de otros países que resultarían encarecidas por los mayores aranceles. En otros términos, con la inflación proyectada, Estados Unidos podría matar dos pajaros con un solo tiro. El perjuicio para los poseedores de dólares en el extranjero, por la reducción de su valor real, sería un daño colateral, como se dice en las novelas de detectives.

El país más castigado con la elevación de los aranceles de Estados Unidos es China, al que se los fueron subiendo hasta totalizar ahora un 145% del precio de sus mercancías remitidas a este país. A los demás países se les ha impuesto aranceles más bien bajos, equivalentes a un 10%, pero suspendidos por 90 días, para darles tiempo a sus representantes a hacer el peregrinaje genuflexo a Washington.

Por un acuerdo comercial entre ambos países, las importaciones por Estados Unidos de mercancías de China fue en 2023 equivalente al 7.3% del total. Una parte de estas mercancías son fabricadas en China por empresas estadounidenses instaladas allí desde la apertura de China al capitalismo y atraídas por la fuerza de trabajo barata y las ventajas impositivas. Esa fuerza de trabajo se ha tecnificado hasta colocarse en el nivel de los países más desarrollados de Occidente y, en ciertos rubros, en un nivel superior. Son estas mercancías las afectadas por la reciente elevación de los aranceles, en perjuicio no solo de sus fabricantes y de China, sino también de los consumidores estadounidenses.

Para determinar ese impacto, tomemos como referencia el costo de la fuerza de trabajo, tanto en China como en Estados Unidos, representado por el salario minimo en ambos países que puede servir como índice comparativo de las remuneraciones en todos los niveles.

Tomemos como ejemplo la laptop de Apple MacBook-Pro que se fabrica en China y se vende al público en Estados Unidos a $ 1,599. Como el costo de la fuerza del trabajo es el valor determinante del precio de cada mercancía se puede tomar como referencia el valor del salario mínimo en China y en Estados Unidos. El salario mínimo por hora en China es $ 3.60 dólares y en Estados Unidos $ 7.25.

Se puede decir, entonces, que $ 3.60 (salario mínimo en China) es a $ 1,599 (el precio de esta laptop en Estados Unidos), como $ 7.25 (salario mínimo en Estados Unidos) es a x (el precio que tendría esta laptop si se fabricara en Estados Unidos). Por lo tanto x sería $ 3,220.

Aplicando al precio de la laptop fabricada en China, $ 1,599, un arancel de 145% al entrar a Estados Unidos, este arancel sería igual a $ 2,318, suma que añadida al precio de la laptop haría que su precio de venta fuera $ 3,917 o sea mucho más cara que si se fabricara en Estados Unidos: $ 3,220.

Pero, con este precio, que es más del doble del precio inicial $ 1,599, los potenciales compradores se retraerían y muchos dejarían de adquirir esta laptop fabricada en Estados Unidos, a pesar de su óptima calidad.

Con otras mercancías procedentes de China ocurriría algo similar.

La solución para los fabricantes de estas mercancías en los Estados Unidos sería abaratarlas. Pero, como no es posible reducir los precios nominales de los insumos producidos en Estados Unidos ni las remuneraciones de los trabajadores, la solución no podría ser otra que devaluar el dólar mediante un proceso inflacionario que se llevaría a cabo emitiendo más dinero que el necesario para el conjunto de los bienes y servicios en el mercado. Esta devaluación implicaría la reducción del poder adquisitivo real de las remuneraciones, que es lo que se estaría buscando. Nominalmente, las remuneraciones seguirían siendo las mismas, pero su valor adquisitivo se reduciría frente a los precios que aumentarían. ¿Lo soportarían los trabajadores estadounidenses? Una generalización de este hecho empobrecería a la sociedad norteamericana y haría perder dinero a las empresas extranjeras establecidas en China imposibilitadas de vender sus productos en Estados Unidos. La solución para estas empresas podría ser trasladarse de China a algún otro país con salarios bajos que les confiera las mismas o mejores ventajas que China, por ejemplo India, pero siempre que a esta se le limite los aranceles en Estados Unidos a no más del 10%.

Sin embargo, siendo los precios de las mercancías fabricadas en China y otros países en vías de desarrollo tan ostensiblemente menores a las mercancías equivalentes fabricadas en Estados Unidos, la inflación en este país tendría que reducir el valor adquisitivo real del dólar a menos de la mitad de lo que es ahora, algo que resultaría distópico.

Como un efecto adicional, es posible que el gobierno de China tenga que implementar ciertas medidas para sobreponerse con serenidad a ese contratiempo, por un lado, mejorando su producción y abaratándola, y, por otro, ampliando su mercado interior para comprender a los cientos de millones de personas que viven en el campo y están aún bajo los niveles de ingreso y consumo de las ciudades.

La elevación de los aranceles impuesta por China, como represalia, a las mercancías estadounidenses, 125%, las encarecerá y excluirá de este gran mercado, otro efecto perjudicial para Estados Unidos.

En definitiva, Estados Unidos podría entrar en una crisis irremediable, en tanto que China podría incrementar su desarrollo.

(Comentos, 11/4/2025)

HILDEBRANDT SOBRE EL ACONTECER POLITICO ACTUAL EN EL PERU

 DIOSITO PAGANO

César Hildebrandt

En HILDEBRANDT EN SUS TRECE Nº 728, 11ABR25

L

a jefa de la mafia fujimorista está de fiesta. Su prensa inmunda brinda, sus voceros dicen que la justicia se ha restablecido, sus sicarios anuncian la agonía y la cárcel para José Domingo Pérez.

Ese es el drama de la derecha escamosa del Perú: no puede vivir sin su mentor, su diosito pagano, su becerro de bosta, su chino sin escrúpulos. Y como ese personaje ya no está, el premio consuelo es su hija, a quien defienden porque saben que tiene todas las depravaciones del progenitor, a quien imaginan en el poder formal el 2026 porque saben que así se garantizan quizá otra década de gollerías grandes y tratos de excepción.

Esa es la tragedia de la derecha perua­na: se arrodilló ante Bolívar, se acomodó en el gobierno de la ocupación chilena, se sometió a Benavides y a Leguía, le entre­gó sus intimidades a Odría, hizo negocios con los milicos revo­lucionarios de Velasco y aplaudió a rabiar el golpe del 5 de abril de 1992. Ahora quiere que el fujimorismo vuelva a gobernar. La derecha nativa es una señora Bovary extra­ña: vive de préstamos y deudas, pero jamás tendrá el coraje de envenenarse. Lo que quiere es otro Lheureux. Y no importa con cuántos Boulanger deba acostarse: su amante es el dinero y su ciencia es la ostentación.

En las covachas del fujimorismo, donde hoy es gárgola Femando Rospigliosi, dicen que el antifujimorismo es un puré de odios.

Es todo lo contrario. Hay que odiar al Perú para ser fujimorista. Hay que odiar profundamente a este país indescifrable y nuestro para desear el regreso de quienes lo hicieron un burdel.

Yo recuerdo nuestras luchas primeras y pienso que librarlas fue un deber.

Fuimos quienes descubrimos al verdadero Fujimori en plena cam­paña electoral. Revelamos sus 34 casas construidas y sin declarar y difundimos las cifras de sus malos manejos hacendarlos como rector de la Universidad Agraria.

Eso nos costó el empleo, el exilio voluntario en España y la feroz campaña de los medios que se arrimaron al fogón del sátrapa.

Pero eso fue sólo el tibio comienzo. Fujimori construyó el gobierno más corrupto y autoritario de la historia del país. Nos ha faltado el Basadre que lo relatara, pero nos sobran los datos que lo confirman.

No hubo una sola institución que el fujimorismo no enmierdara. Y digo bien: no hubo una sola institución que no cayera bajo su dominio.

Fujimori no fue presidente del Perú. Fue su caudillo, el Franco surgido de una guerra que no había ganado, el Porfirio Díaz (de La Victoria) que nos refundaría.

El país turbulento que heredó tuvo su paz varsoviana. Pero el costo es que dejamos de ser país. Fuimos el expe­rimento social de un ladrón y asesino que tuvo el privilegio de contar, como respaldo, con la banda completa de las fuerzas armadas. Fujimori robaba y dejaba robar y las fuerzas armadas robaban y dejaban que el país se desplomara en un vértigo autocrático.


¿Los jueces? Estaban bajo el mandato del chino Rodríguez Medrano y, en los casos más grandes, de Montesinos y su SIN.

¿La Contraloría? Tenía las manos atadas y una pistola en la sien. ¿La Fiscalía? Nadie se atrevió a quebrantar la ley mañosa de proteger a los funcionarios del régimen. Y ya sabemos qué paso con el Tribunal Constitucional cuando osó contrariar una abierta ilegitimidad de­cretada por la dictadura. ¿Y el Congreso? Muy fácil: o el fujimorismo tenía mayoría por las urnas o la tenía por la compra de parlamentarios dispuestos a venderse.

¿Y la sociedad civil, las ONG, las personalidades de la resistencia? Hicieron lo que pudieron pero resultaba poco frente a la presunta unanimidad social que la prensa basura y la TV barragana mostraban como el fondo de la escena.

Fujimori lo controló todo. No se salvaron, por supuesto, los entes electorales, comprometidos hasta el tuétano en el fraude del año 2000.

Esa pandilla se quebró por dentro. Una disidente sentimental en­tregó el video que todos vieron y que nos asomó al infierno podrido que era el régimen.

Por eso cayó Fujimori. Por eso tuvo que huir. Porque hasta para los que se habían hecho ricos y los que habían medrado intermediando en la venta a precio bobo de las empresas públicas, fue demasiado ver a Beto Kouri, congresista de la “oposición”, meterse quin­ce mil dólares dados por Vladimiro Montesinos en la salita del SIN.

La banda del Chino cayó por un video. Y ahora nos quieren contar la película al revés: quienes han caído -dice la mafia- son los que investigaron y descubrieron que Keiko Fujimori era una colectora de fondos negros dados por capos de las fi­nanzas y la industria y por lobistas de actividades cri­minales.

No, señor. Que no vengan otra vez a tratar de engañamos. José Domingo Pérez puede haber cometido errores formales, pero hizo un gran trabajo. Y gracias a esa investigación supimos lo que sospechá­bamos: que el fujimorismo sigue siendo el mismo. Ese fujimorismo impertérrito es capaz de recibir millones de dólares de plata sucia y luego inventar cócteles y donantes para trafear su contabilidad. Por,mque el fujimorismo no es un partido sino una fachada de la derecha prebendaría y zafia.

Ese es el fujimorismo que está regresando y que cogobiema al lado de la muy miserable señora Boluarte. Ese es el fujimorismo que lo quiere todo y que sueña con ser la aplanadora renovada de las próximas elecciones. Ese es el fujimorismo que tenemos el deber de enfrentar otra vez. <:>