VARGAS LLOSA Y PUNO
José Luis Velásquez Garambel
ara
muchos coterráneos Vargas Llosa tuvo una visión sesgada sobre Puno, a tal
extremo que es recurrente la alusión "al lugar de castigo al que en su
mundo ficcional envió a Pantaleón", errada y prejuiciosa es esa mirada,
que durante muchos años perduró en las aulas universitarias, y es que de
literatura solo nos mostraban la epidermis.
Vargas
Llosa, en mi experiencia personal constituye la cumbre y el compromiso más
enconado entre la conquista del lenguaje, la arquitectura estructural de la
ficción y la vocación del intelectual, la del escritor.
Polémico
en sus ideas políticas, lector del segundo Popper, de Isaía Berlín y de Aron, un
liberal reflexivo, su error fue mostrar una mirada contemplativa hacia este
fujimorismo, del que fue también presa; pero eso no tiene nada que ver con su
ideología. Craso error que hizo que muchos, sin haberlo leído jamás se formen
una idea equivoca sobre el liberalismo y sobre toda su obra.
No
creo que el Perú vuelva a tener durante muchos años a un intelectual y a un
escritor de ese calibre, Vargas fue la cumbre más alta, y su obra debe ser
leída desde la literatura y con todas las convenciones estéticas del rigor
hermenéutico, no desde la ignorancia.
Yo
recuerdo una visita de Vargas Llosa a Puno durante su campaña política, muchos arribistas
se le pegaron como lapas, gente que vivía y mamaba de un Estado que ellos
mismos habían quebrado, en un período muy conflictivo. Su discurso no pegó
acaso porque la verdad duele y todos escapan de ella y llegan a detestarla,
FREDEMO no caló, y la población prefirió elegir a un desconocido que tenía todo
el aparato del APRA, ya sabemos lo que ocurrió luego.
Y
sin embargo años luego, paradojas del destino, Vargas Llosa ganó el nobel, de
haber sido elegido habría terminado embarrado por la política sucia y lumpen
que tanto daño le ha hecho a nuestro país.
Ha
caído el edificio más alto y latente que tenía el Perú, en cuanto se refiere a
literatura, no existe un latinoamericano de ese vuelo, no por el momento.
El
Vargas con el que me quedo es ése que tenía el espíritu combativo, el púgil
literario que peleaba consigo mismo para conquistar la palabra, con ese que se
reconocía en Oquendo de Amat, el puneño vanguardista.
"Hace
aproximadamente treinta años, un joven que había leído con fervor los primeros
escritos de Breton, moría en las sierras de Castilla, en un hospital de
caridad, enloquecido de furor. Dejaba en el mundo una camisa colorada y Cinco
metros de poemas de una delicadeza visionaria singular. Tenía un nombre sonoro
y cortesano, de virrey, pero su vida había sido tenazmente oscura, tercamente
infeliz. En Lima fue un provinciano hambriento y soñador que vivía en el barrio
del Mercado, en una cueva sin luz, y cuando viajaba a Europa, en Centroamérica,
nadie sabe por qué, había sido desembarcado, encarcelado, torturado, convertido
en una ruina febril. Luego de muerto, su infortunio pertinaz, en lugar de cesar,
alcanzaría una apoteosis: los cañones de la guerra civil española borraron su
tumba de la tierra, y, en todos estos años, el tiempo ha ido borrando su
recuerdo en la memoria de las gentes que tuvieron la suerte de conocerlo y de
leerlo. No me extrañaría que las alimañas hayan dado cuenta de los ejemplares
de su único libro, encerrado en bibliotecas que nadie visita, y que sus poemas,
que ya nadie lee, terminen muy pronto trasmutados en humo, en viento, en nada,
como la insolente camisa colorada que compró para morir. Y, sin embargo, este
compatriota mío había sido un hechicero consumado, un brujo de la palabra, un
osado arquitecto de imágenes, un fulgurante explotador del sueño, un creador
cabal y empecinado que tuvo la lucidez y la locura necesarias para asumir su
vocación de escritor como hay que hacerlo: como una diaria y furiosa
inmolación".
(Discurso "La literatura es
fuego" al recibir Vargas Llosa el premio
Rómulo Gallegos). <:>
MARIO VARGAS LLOSA. DE
NOVELISTA CASTRISTA A MARQUÉS ANTISOCIALISTA.
Isaac Bigio
n
la noche del Domingo de Ramos (13 de abril) murió en Lima el letrado peruano
más laureado. El único premio Nobel que ha tenido nuestro natal Perú había
nacido 89 años antes en Arequipa, el 28 de marzo de 1936.
Junto
a muchos de mis compatriotas recibimos esta noticia con tristeza, pues ha sido
una personalidad con cuyas obras hemos crecido y cuya trayectoria siempre hemos
seguido.
Mis
condolencias a su familia, en particular a su viuda Patricia, a quien hace
medio siglo conocí junto a su finado esposo en casa de mis padres y de mis
tíos, y a su hija Morgana, quien llego a festejar un cumpleaños mío en mi
departamento y fue una buena amiga cuando estudiábamos juntos en la
"London School of Economics."
Vargas
Llosa salió al estrellato con sus tres primeras tres novelas: “La Ciudad y los
Perros” (1963), “La Casa Verde” (1966) y “Conversación en la Catedral” (1969).
Inicialmente su producción se centraba en su patria, pero luego produjo otras
obras sobre otras naciones, como “La guerra del fin del mundo” (1981), “La
fiesta del chivo” (2000) y “El sueño del celta” (2010).
Aún
hoy es el único andino cuya foto aparece en el frontis de la universidad
"Kings College" de Londres donde ambos llegamos a vernos y también
pasamos clases (en periodos muy distintos), pero él alcanzó una dimensión
sobresaliente. En un momento estuve coordinando con Richard Barnes, el teniente
alcalde de Londres (2008-12) para hacerle un reconocimiento.
Vargas
Llosa llegó a ser miembro de la Real Academia Española, así como de otras en
diferentes lenguas: la de EEUU, la de Brasil y la de la lengua francesa. Vargas
Llosa supo aprender diversos idiomas extranjeros y llegar a ser uno de los
“inmortales” de la francófona, proeza inusual para alguien cuya lengua materna
no haya sido la gala.
No
obstante, pese a haber pasado su infancia en dos ciudades quechua-hablantes
(Arequipa y Cochabamba), nunca dominó una lengua nativa. Esto fue un marcado
contraste con otro gran novelista apurimeño José María Arguedas (1911-69).
Tanto él, como Manuel Scorza (1928-83), pudieron haber obtenido un premio Nobel
de no haber sido por sus prematuras muertes (el primero solo vivió 58 años y el
segundo apenas 55). Scorza ya había sido considerado por la academia sueca
pocos años antes de fallecer en un accidente aéreo en 1983 y tres décadas antes
de que Vargas Llosa fuese galardonado en 2010.
A
nivel político Vargas Llosa operó una gradual transformación desde haber estado
asociado a la extrema izquierda hasta haberse convertido en un portavoz de la
extrema derecha. Esto es algo que fue notando en sus novelas. Una de ellas
"La Historia de Mayta" (1984), Vargas Llosa intenta tocar al primer
levantamiento armado marxista peruano (hecho por el Partido Obrero
Revolucionario, ala posadista) buscando los orígenes del senderismo, pero ya
habiendo pasado del foquismo al liberalismo. En dicha obra él muestra gran
desorientación e incapacidad para entender a los movimientos izquierdistas,
como confundir al maoísmo con el trotskismo (pese a que el primero apoya el
asesinato que hizo Stalin de Trotsky y a que ambos tienen estrategias
contrapuestas para la toma del poder).
En
sus años juveniles simpatizó con la revolución cubana y con el “socialismo
militar” del gobierno de Juan Velasco (1968-75), pero paulatinamente fue
girando hacia la derecha. Estuvo con el segundo gobierno de Fernando Belaúnde
(1980-85), a cuya primera gestión (1963-68) tanto atacó (llegó a apoyar a las
guerrillas castristas).
Luego
cuando el primer gobierno de Alan García (1985-90) estatizó a la banca, Vargas
Llosa se convirtió en la primera figura pública para organizar a los
empresarios y la clase media en contra de dicha medida. Con Hernando de Soto creó
el Movimiento Libertad, el cual se asoció a la derecha histórica (Acción
Popular y PPC) para formar el Frente Democrático (FREDEMO nombre similar al que
en ingles significa “libertad”).
En
las elecciones de 1990 él se convirtió en el primer peruano en ganar una
primera vuelta para luego perder en la ronda final. Entonces, el APRA y la
mayor parte de la izquierda llamaron a votar por Alberto Fujimori, quien al
final terminó haciendo un shock económico mucho peor al que planteó Vargas
Llosa.
Durante
la década fujimorista, Vargas Llosa criticó el autoritarismo y el autogolpe de
1992. Para evitar devenir en un apátrida sin pasaporte (pues Fujimori amenazaba
con quitarle el peruano), Vargas Llosa adoptó la ciudadanía española.
Luego,
el novelista estuvo junto a Alejandro Toledo, quien fue presidente en
2001-2006. Más adelante apuntaló a su ex enemigo García ante el temor de que
pudiese ganar Ollanta Humala, a quien él considerada como un castro-chavista.
Sin embargo, en el siguiente balotaje (2011), Vargas Llosa acabó tejiendo un
pacto con Humala para apuntalarle contra Keijo Fujimori.
Para
evitar que la exprimiera dama e hija del dictador llegase a palacio, Vargas
Llosa endosó a su viejo amigo Pedro Pablo Kuyczyinski en 2016.
Empero,
en la última segunda ronda peruana (2021), las familias Fujimori y Vargas Llosa
se re-amistaron para impulsar la candidatura de Keiko.
Esto
último fue una suerte de “hara-kiri” político, por lo cual la gran mayoría de
la gente que antes respetaba su trayectoria en defensa de libertades le fue
dando la espalda. Para culminar dicho proceso, Vargas Llosa devino en el
principal intelectual que apoyaría a Dina Boluarte (pese al golpe y a las
matanzas con la que llego al poder). La dictadora, a su vez, le premiaría en
palacio.
El
antiguo castrista castró todas sus raíces “marxistas”. Devino en allegado al
post-franquista Partido Popular y en marqués del rey Juan Carlos. No quiso
escribir alguna novela sobre los pueblos andinos originarios y menos aún sobre
cualquiera de sus antiguas civilizaciones. Su hispanismo le hizo reivindicar la
castellanización de las Américas aduciendo que ello implicó la unificación
continental y también oponerse a cualquier referendo por la independencia
catalana. Nacido en las faldas del volcán Misti, tierra de tantas revoluciones,
Vargas Llosa acabó bajo las faldas de la aristocracia feudal de Madrid.
.jpg)
En
todas las últimas elecciones presidenciales sudamericanas hizo campaña por la
derecha dura: por Jair Bolsonaro en Brasil y por José Antonio Katz en Chile,
ambos admiradores de antiguas juntas miliares. En 2021 sostuvo “lo importante
no es que haya libertad, sino votar bien”. Con ello se aceptaba poder derrocar
a un gobierno (como uno izquierdista o tipo Pedro Castillo) porque no se votó
bien.
En
el domingo en que él falleció, en Ecuador reeligió a Daniel Noboa en medios de
graves acusaciones de fraude (es el primer balotaje en el cual uno de sus
finalistas saca menos votos de los que sacó en la primera vuelta, pese a contar
con el respaldo de la tercera fuerza electoral). Vargas Llosa, de haber estado
vivo, hubiese celebrado tal triunfo y rechazado cualquier posibilidad de
manipulaciones electorales. Por supuesto, si hubiese pasado lo contrario, como
fue el caso peruano del 2021, bien pudo haber hablado de "fraude".
El
literato monarquista ha fallecido en su república natal donde sus novelas van a
ser leídas durante muchas generaciones más y sus cambios de posiciones
políticas van a seguir generando constantes cuestionamientos. Por Vargas Llosa
el Misti llora "tristi" <:>.