lunes, 4 de marzo de 2024

GRANDES LUCHADORES CAMPESINOS

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A LOS 139 A脩OS DE LA SUBLEVACI脪N CAMPESINA QUE 脠L LIDER脪

En: SUCESOS Revista de Cultura. Regi贸n 脕ncash

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edro Pablo Atusparia, naci贸 el 29 de junio de 1840 en Huaraz, capital del departamento de Ancash, que en ese entonces era una villa peque帽a y aislada del callej贸n de Huaylas. Al d铆a de su natalicio debi贸 su nombre, compuesto de los dos m谩rtires del cristianismo. Seg煤n fuentes orales la casa de su nacimiento se ubica en Jr. Sucre 201, entonces casa comercial de Juan Jos茅 Sender Taboada, piurano. De acuerdo a los datos proporcionados por Santiago Magui帽a, Atusparia era hijo bastardo y presumiblemente mestizo de una joven empleada de dicha casa, llamada Mar铆a Mallqui.

La esposa del propietario, do帽a Emperatriz Sender, decidi贸 encargar la crianza del peque帽o a Mar铆a Martina 脕ngeles, ama de leche de la casa y natural de la aldea de Tuquipayoc. Mar铆a Martina era esposa de Cayetano Atusparia, del pueblo de Mari谩n. El matrimonio Atusparia 脕ngeles lo adoptar铆a finalmente como hijo leg铆timo. Cuidaron de llevarlo a la pila bautismal, acompa帽ados de Manuel Alzamora y su hija Petronila. Alzamora era propietario de los pastos de Yanacancha en Mari谩n y resid铆a en la ciudad de Huaraz, Jr. Santa Rosa 402.

Manuel Reina Loli investig贸 acerca de esta versi贸n y encontr贸 que el primer Z茅nder que lleg贸 a Huaraz fue Jacobo Z茅nder, de quien no se encuentran huellas anteriores a 1871, cuando figura como suscriptor de un semanario titulado "El Ciudadano". En 1874 fund贸 una casa comercial con su hermano Sim贸n. Juan Jos茅 Z茅nder no podr铆a haber sido el padre de Atusparia, ni 茅ste habr铆a nacido en su casa comercial. El origen de Pedro Pablo Atusparia sigue siendo por lo tanto poco claro.

En aquella 茅poca era costumbre en la sierra que, llegado el hijo de un matrimonio ind铆gena a cierta edad, fuera entregado a un se帽or con poder (un "misti") para que le sirviese, a cambio de la protecci贸n e instrucci贸n que 茅ste le brindar铆a. Fue entregado Pedro Pablo Atusparia a su padrino, el Sr. Alzamora, para que lo adiestrase como tintorero; aprendi贸 a te帽ir jergas, bayetas, cordellates y otras telas de lana que se comercializaban entre los indios de la regi贸n. Parece que no lleg贸, empero, a saber leer y escribir, puesto que en un documento de 1880, otra persona firma "a ruego de" Atusparia.

En 9 de octubre de 1869 Pedro Pablo Atusparia se cas贸 con Mar铆a Fernanda Yauri. De esta uni贸n nacieron cuatro hijos, aunque el primero muri贸 muy peque帽o. Atusparia vivi贸 entre Huaraz y el campo. Pronto descoll贸 en su profesi贸n y como dirigente. En 1880 era subinspector de la estancia de Mari谩n, y tuvo con el agente Manuel Mosquera (que recolectaba le帽a y criaba caballos para el ej茅rcito) un conflicto que lleg贸 a enfrentamientos f铆sicos y al poder judicial.

En una asamblea celebrada en la navidad de 1884 en el atrio de la iglesia matriz de Huaraz, Atusparia fue elegido por los vecinos como Alcalde Ordinario del primer distrito de la ciudad, La Independencia. El primero de enero siguiente 茅l y sus dos "campos" (ayudantes), en una ceremonia acostumbrada, recibieron de manos del p谩rroco de la ciudad una capa negra de terciopelo y una vara de chonta que simbolizaba su mando.

Eran tiempos convulsos. El callej贸n de Huaylas hab铆a sido asolado por varios de los ej茅rcitos de la guerra con Chile, y los campesinos hab铆a sido reclutados para las tropas. La 煤ltima batalla contra los chilenos, la de Huamachuco, se libr贸 cerca de la regi贸n, y a ella fueron a refugiarse varios heridos y derrotados. Tras la firma de la Paz de Anc贸n, en octubre de 1883, se inici贸 el enfrentamiento entre Miguel Iglesias Pino y Andr茅s Avelino C谩ceres. Algunos ven la rebeli贸n de Atusparia como parte de esta lucha, de la misma forma que la de Juan Bustamante, en 1867, se vio envuelta en la lucha civil entre Prado y Diez Canseco.

Al calor de esas guerras "de mistis" (de mestizos y criollos) se abrieron paso las reivindicaciones campesinas. As铆 pas贸 en 1885. Huaraz hab铆a quedado controlada por las fuerzas de Miguel Iglesias. 脡ste nombr贸 a Francisco Noriega como Prefecto del departamento. Los vecinos se hallaban, sin embargo, muy divididos entre caceristas e iglesistas. Francisco Noriega trat贸 de activar la cobranza de impuestos a fin de poder realizar una labor de gobierno. A los caceristas, entre quienes militar铆a Atusparia, les supo a chicharr贸n de sebo.

Entre los impuestos, el m谩s impopular (en la medida en que afectaba al grueso de la poblaci贸n) era el de la contribuci贸n personal. Hab铆a sido instaurada por el r茅gimen de Nicol谩s de Pi茅rola en diciembre de 1879, pero la guerra hab铆a vuelto dif铆cil su cobranza. Los chilenos no hab铆an tratado de levantar el impuesto, optando por cobrar contribuciones s贸lo a las ciudades y a la poblaci贸n acomodada. Francisco Noriega trat贸 asimismo de restaurar los trabajos de "rep煤blica": una suerte de faenas comunales por las que los indios deb铆an trabajar en la construcci贸n de puentes, caminos y otras obras civiles, lo que recordaba la "mita de la plaza" de los tiempos coloniales.

Los ind铆genas de la provincia rechazaron el pago de la contribuci贸n, fijada en cuatro soles plata, que equival铆an a veinte soles billete, 煤nica moneda que llegaba a sus manos. La imposici贸n resultaba desmesurada. El 22 de febrero de 1885, Noriega sac贸 un bando concediendo un plazo de tres d铆as para el pago de los dos soles de la primera semestralidad. Bajo la asesor铆a del abogado Manuel Mosquera, antiguo prefecto cacerista, se redact贸 un memorial pidiendo una rebaja en el impuesto y la suspensi贸n de los trabajos de rep煤blica. Atusparia fue el encargado de dar la cara y presentar el documento. Cuando los ind铆genas fueron requeridos para ir a recoger paja para arreglar los techos de las viviendas de Huaraz, Atusparia se neg贸 a dar la orden. El Prefecto lo hizo apresar y lo someti贸 a tortura para que confesase qui茅n era el verdadero autor del memorial.

Los dem谩s alcaldes indios acudieron a pedir la libertad de su varayoc. Francisco Noriega hab铆a salido de la ciudad y la prefectura qued贸 a cargo del subprefecto Jos茅 Collazos. El subprefecto hizo apresar tambi茅n a los dem谩s alcaldes y, como signo de escarmiento, les hizo cortar las trenzas como en el tiempo de los corregidores; luego los despach贸 sin contemplaci贸n alguna a su pedido.


Los ind铆genas no perdonaron esta afrenta y se organizaron en rebeli贸n para tomar la ciudad de Huaraz, castigar a los vecinos que secundaban al prefecto iglesista, saquear las tiendas de los chinos que vend铆an las escasas mercanc铆as a precios exorbitantes y liberar a Atusparia. El 2 de marzo de 1885 comenz贸 el asedio; iban armados r煤sticamente, pero dispon铆an de algunos fusiles que hab铆an quedado de la guerra con los chilenos, en la que hab铆an servido de "montoneros". La gendarmer铆a de Collazos intent贸 rechazarlos, pero al d铆a siguiente cay贸 la capital del departamento y Atusparia fue sacado de prisi贸n. Los gendarmes fueron masacrados.

Aunque los sublevados pidieron a su alcalde tomar el control de la ciudad, 茅ste declin贸 y ofreci贸 el cargo al abogado Mosquera, quien sac贸 un pronunciamiento contra Miguel Iglesias. La rebeli贸n se extendi贸 por la cordillera negra, al occidente del callej贸n de Huaylas. Fue importante la labor de Pedro Cochach铆n, antiguo trabajador minero que hab铆a sido montonero de C谩ceres. Ucchu Pedro (como se conoc铆a a Cochach铆n) fue el lugarteniente de Atusparia y represent贸 en la rebeli贸n la corriente radical, que hizo creer a los blancos que estaban frente a una guerra de castas.

Para el mes de abril la rebeli贸n controlaba todo el callej贸n. El gobierno de Miguel Iglesias nombr贸 un nuevo Prefecto, el coronel Jos茅 Iraola, quien desembarc贸 en Casma al mando de dos batallones de infanter铆a, dos brigadas de artiller铆a, un regimiento de caballer铆a y sendos decretos suprimiendo la contribuci贸n personal y el trabajo de rep煤blica. Los rebeldes comenzaron a desbandarse. Un periodista lime帽o, Luis Felipe Montestruque, sac贸 en Huaraz un peri贸dico llamado "El Sol de los Incas", donde deslizaba la especie que la rebeli贸n se propon铆a reinstaurar el m铆tico Tahuantinsuyu, lanzando tambi茅n elogios a Andr茅s Avelino C谩ceres, de quien se esperaba ayuda para los sublevados.

El 4 de mayo el ej茅rcito de Iraola recuper贸 Huaraz tras un sangriento combate iniciado el d铆a anterior. Atusparia fue herido en una pierna y se asil贸 en casa de un espa帽ol, Julio Aristibel. Iraola le ofreci贸 garant铆as para su vida y se entreg贸. Ucchu Pedro no acat贸 la rendici贸n y, al mando de decenas de miles de indios, intent贸 recuperar Huaraz el 11 y 12 de mayo; su fracaso se sald贸 con la p茅rdida de muchos de sus hombres. Tom谩s Romero y Flores, jefe cacerista, sigui贸 en rebeld铆a, pero no coordin贸 sus movimientos con los de Ucchu Pedro. Entre los d铆as 12 y 23 de mayo, varios alcaldes indios aceptaron la paz de Iraola. Ucchu Pedro continu贸 la resistencia, asediando otras villas del callej贸n, como Yungay, Caraz y Carhu谩s, de donde era originario. En agosto fue capturado y ejecutado al mes siguiente, junto con centenares de rebeldes.

Una de las primeras cosas que hizo Andr茅s Avelino C谩ceres cuando tom贸 la Presidencia en junio de 1886 fue sacar de la c谩rcel a Pedro Pablo Atusparia. Lo invit贸 a Palacio de Gobierno, donde dialogaron en quechua. El l铆der de Huaraz, ablandado por el cautiverio, se mostr贸 arrepentido, mientras el presidente reconoci贸 los abusos que sufr铆an los ind铆genas. Atusparia hizo entonces un ritual conocido y que escenificaba su sometimiento al nuevo jefe de la naci贸n: le entreg贸 a su hijo Manuel Ceferino para que lo educase y lo tuviese bajo su protecci贸n. El 15 de junio de 1886 se embarc贸 para Casma, de donde tomar铆a el camino a Huaraz.

Los alcaldes indios consideraron que Atusparia los hab铆a traicionado. Para ello habr铆a resultado decisiva la campa帽a de periodistas locales como C茅sar del R铆o y la restauraci贸n de la contribuci贸n personal realizada por el gobierno de C谩ceres. Lo invitaron a un banquete en cuyo transcurso, al parecer, fue obligado a beber una copa envenenada. Manuel Reina Loli, sin embargo, cree que Atusparia muri贸 v铆ctima del tifus el 25 de agosto de 1887.

Los investigadores que han estudiado la rebeli贸n de Huaraz la interpretan de distintos modos. Para algunos fue un movimiento antifiscal, como otros movimientos ind铆genas en la historia peruana; otros estudiosos la vinculan con una reivindicaci贸n ind铆gena antihispana; para ciertos historiadores, por 煤ltimo, fue simplemente un cap铆tulo de la lucha entre Iglesias y C谩ceres.

William Stein concluye en lo siguiente: "El movimiento de Ancash tuvo mito y fe, pero careci贸 de un programa y una doctrina. (...) El movimiento no ten铆a una conciencia unificada de sus objetivos y sus pretensiones; su comprensi贸n colectiva estaba tan fragmentada como los heterog茅neos elementos que la conformaban." Luego de tomar Huaraz, los sublevados no supieron qu茅 m谩s hacer. Rehuyeron el poder de esta peque帽a ciudad, entregando el mando al abogado Mosquera, l铆der de los caceristas. El papel de Mosquera es poco claro. Hay quienes lo consideran el redactor del memorial presentado a Noriega e incluso el l铆der intelectual de la rebeli贸n.

Franklin Pease observa: "De hecho, concurren una serie de factores en la sublevaci贸n. Es importante el reconocimiento de la vinculaci贸n con la propia guerra civil entre iglesistas y caceristas, pero m谩s resaltante es la capacidad de organizaci贸n de la poblaci贸n ante el alza de las contribuciones, fueran 茅stas en dinero o en trabajo. Se aprecia, asimismo, una importante alianza entre grupos mestizos e ind铆genas; no es la primera vez que ello ocurre, y se ha visto en otras sublevaciones andinas, coloniales, por ejemplo."

Mark Thurner, por su parte, distanci谩ndose de quienes consideran las rebeliones ind铆genas como meras comparsas de las guerras civiles de los mestizos, argumenta: "Dos conjuntos de causas fueron fundamentales para la transformaci贸n de una protesta esquiva a una petici贸n legal y a una rebeli贸n abierta en Huaraz. La primera tiene que ver con la contradicci贸n de una medida tributaria (aunque liberal) como la contribuci贸n personal, que no conllevaba garant铆as del Estado para el acceso ind铆gena a sus parcelas o pastos comunes, convirti茅ndose en una doble imposici贸n con el cobro ilegal que los terratenientes hac铆an por el acceso a esos recursos. Esta contradicci贸n, combinada con el incremento de los trabajos de "rep煤blica" y con las constantes levas militares (en una coyuntura en que las econom铆as campesinas atravesaban serias dificultades) ubicaron a los indios y sus l铆deres en una situaci贸n explosiva. La segunda, y m谩s decisiva, que determin贸 el estallido de la rebeli贸n, fue la combinaci贸n de un rechazo terminante a la petici贸n de los alcaldes, con la humillaci贸n a estas personas que eran sus autoridades. Entonces, los objetivos pol铆ticos (tanto campesinos como caceristas) como la defensa de la ganancia inicial, determin贸 la expansi贸n de la insurgencia." En cualquier caso, Atusparia se convirti贸 en una figura legendaria local, alrededor de la cual se han compuesto numerosos huaynos, novelas y obras teatrales.

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Fuentes:

- https://www.biografiasyvidas.com/biografia/a/atusparia.htm

- Fern谩ndez, Tom谩s y Tamaro, Elena. «Biografia de Pedro Pablo Atusparia». En Biograf铆as y Vidas. La enciclopedia biogr谩fica en l铆nea [Internet]. Barcelona, Espa帽a, 2004.

- https://revistas.pucp.edu.pe/.../article/download/7788/8042/

- https://portalhuaraz.com/la-rebelion-pedro-pablo-atusparia/ 

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