domingo, 29 de agosto de 2021

JOSE LUIS AYALA COMENTA EN DIARIO UNO

 VASQUEZ CUENTAS Y LA IDENTIDAD CULTURAL

José Luis Ayala, Diario UNO 29AGO21

El permanente, con­tinuo proceso dialéctico de tratar de reconocemos cómo somos y, hada dónde vamos, ha sido y será una tarea ardua para tratar de saber por qué so­mos una nación fallida, un Estado escindido y una República, como dijo Jorge Basadre: Secuestra­da. Lamentablemente, la pandemia ha frustrado el gran debate que debió haberse realizado con ocasión del Bicentenario de la Independencia del Perú. Los historiadores, científicos sociales y escri­tores, no han respondido a tres preguntas básicas: ¿Qué hemos sido?, ¿qué somos?, ¿qué debemos o podemos ser? En sín­tesis, qué clase de sociedad debemos construir. 

Esta amarga frustración histórica, marcará a una generación de jóvenes sumidos en una negativa experiencia que se tradu­cirá en un evidente desen­canto social. A lo que es preciso añadir, el drama de miles de niños huér­fanos que ha dejado la pandemia y ahora están sumidos en un horrendo sufrimiento. El Perú sa­queado por la cacocracia (gobierno de los cacos), no atenderá a quienes llega­rán a la adolescencia sin un oficio para sobrevivir en un mundo adverso.

El libro publicado por Guillermo Vásquez Cuen­tas. “Escritos por la puneñidad” es en realidad una antología muy personal que incide sobre la necesi­dad de redefinir una iden­tidad plural, pertenece a un concepto mayor en referen­cia a la identidad nacional. Los temas son variados, se refieren a la cultura popular, Festividad de la Candelaria, Titicaca, Desarrollo, Política, Personas, Instituciones y Pueblos. Es una antología que recoge textos que datan de varios años de un traba­jo periodístico continuo, así como el ejercido de una acción cultural destinada a revalorar un proceso continuo de permanencia y cambio.

En Algunas reflexiones sobre la identidad nacional, Guillermo Vásquez Cuentas dice: “La Nación aimara tiene un pasado suficientemente esclarecido respec­to a sus orígenes remotos y próximos, tiene una trayectoria histórica suficientemente conocida y tiene en la actualidad una existencia objetiva y comprobable en la realidad de los países de Bolivia, Perú y Chile”.

Sin embargo, no se puede dejar de mencionar a los ay­marás de Argentina. Según una encuesta del 2018, hay un millón de personas con identidad aymara radica­das en Buenos Aires, Jujuy, Neuquén y Humahuaca. Se trata de una única comuni­dad con personería jurídica reconocida por el Estado Ar­gentino. Además, hay otras comunidades en Rodeo, San Marcos, Luján y La Huerta.

“La división actual -es­cribe Vásquez Cuentas- de la Gran Nación Aimara es históricamente injusta por lo que asiste a los aimaras el derecho fundamental de forjar su unidad social, cultural y política, por cual­quier medio que sea idóneo para conseguir y mantener el propósito estratégico per­manente, cual es la unificación integral de las tres par­tes en que se halla dividida. 1 (Es preciso tener en cuenta a los aymaras de Argentina).

Las luchas por la integra­ción y liberación de los pue­blos originarios en el siglo XX han sido constantes. “El aymarazo”, texto de análisis desde el Derecho Consue­tudinario de Jaime Ardiles Franco, es una muestra de la capacidad de movilización y defensa de la Nación aymara como riquezas de sus territorios. Sobre este tema Vásquez Cuentas hace las si­guientes Recomendaciones:

“1- Erigir el propósito estratégico permanente de la unificación de la Nación Aymara como finalidad suprema y objetivo máxi­mo de todos los aimaras.

2- Construir un organis­mo promotor, unificador y coordinador único en el ámbito de la Nación Aimara encargado de desplegar, sos­tener y coordinar la lucha y la acción política en pos de la forja de la unificación nacional. Tal organismo de dirección debe crearse me­diante un proceso participativo de todas las partes, colectividades y organiza­ciones políticas y sociales, identificadas indubitable­mente como aimaras y que actúan en todas y cada una de tres partes aimaras”. 2.

El proceso de decoloni­zación social, política, cul­tural y económica está en marcha. Es una respuesta a las desacertadas afirma­ciones económicas y filo­sóficas de Francis Fukuyama, quien aseveró que no habrá razones para que los pueblos avasallados se rebe­len, porque se iba a impo­ner el sistema democrático y sobre todo los Derechos Humanos. No ha sido así, el rumbo de la historia actual ha tomado otra vía. ¿Cuál ha sido la respuesta y reac­ción del poder económico dominante? La judicialización, represión y muerte de personas que se expresan contra toda clase de explotación y abusos del poder.

El libro de Vásquez Cuentas, “Escritos por la puneñidad”, editado por la U.N.A., es un registro de las preocupaciones de un cronista del siglo XX que observa los acon­tecimientos para dar un testimonio de su tiempo histórico. Por eso, los temas son variados. Sin embargo, hay una evidente ausencia de crítica analítica pedagógica tan necesaria, así como el uso de instrumentos de aná­lisis desde las ciencias so­ciales. Ninguna sociedad permanece estática, todo está en movimiento cons­tante. Así, el émbolo de la historia social es la bús­queda del bien común.

¿A qué se debe que los historiadores como in­vestigadores sociales no se hayan pronunciado a través de ensayos en referencias al Bicentenario de la Independencia del Perú? Los pocos trabajos que es posible leer no se refieren a un tema fun­damental: ¿Qué clase de República somos? ¿Qué clase de República debe­ríamos construir? Habrá que esperar textos de des­linde, de reconstrucción y esperanza. Todavía hay tiempo, nunca es tarde.

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1 - Guillermo Vásquez Cuentas. Escritos por la puneñidad. Universidad Nacional del Altiplano. Puno. Pág. 581. Industria Gráfi­ca Altiplano. 2021. Puno.

2- Guillermo Vásquez Cuen­tas. Escritos por la puneñidad. Universidad Nacional del Altiplano. Puno. Pág. 582. Industria Gráfica Altiplano. 2021. Puno

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