LAS GUAGUAS (tant’awawas)
Rocío Silva Santisteban
Revista EL DORADO
abril-junio 1999, p.20
“Al muerto el hoyo, al vivo el bollo”. Este refrán español tiene su origen en la tradición muy arraigada de preparar panes dulces para el Día de los Difuntos. En el Perú, desde el pueblo más alto de la cordillera hasta el más cercano al desierto, se preparan para esa fecha las llamadas guaguas o panes en forma de niños.
Según la investigadora Rosario Olivas Weston, estos bollos suelen adquirir otros aspectos como el de caballito o de paloma. En algunas regiones se amasa a la familia entera: “mamá”, “papá” y “guagua”. En Arequipa se elaboran adornados de confite, cubiertos de mazapán y con caritas de yeso. En el Cusco, donde se los rellena de dulce de frutas, mermelada y manjar blanco, actualmente se continúa con la costumbre de “bautizar” a las guaguas, al igual que en Cajamarca. Los niños o adolescentes realizan una escenificación del bautizo, con sacerdote, padrino y madrina. Al final todos terminan comiendo un pedacito de la guagua. En la zona de Ayacucho se barnizan con huevo para que adquieran un tono dorado y en Arequipa se les agrega el tradicional pastizaje de mazapán para formar la cara y los adornos del vestido.En
Ancash las guaguas (tant’awawas) tienen dimensiones gigantescas: pueden
llegar a medir de dos a tres metros, están hechas en forma de mujer y de hombre
y se hornean a fuego muy lento durante 24 horas seguidas. Si la guagua tiene
figura de mujer se adorna la pollera con el tiznado del hollín del homo
(generalmente la leña es de eucalipto y si es hombre se tizna el bastón,
siempre antes de hornear.
Las
guaguas son infaltables en las fiestas grandes, sobre todo en los caporales y
limpia de acequias. En las minkas (trabajo comunal de apoyo recíproco) para
construir techos o techada se amasan pequeñas guaguas que se cuelgan de
la canaleta para las lluvias; todas “vestidas” con papel de seda de distintos
colores. Luego serán arrojadas sobre los asistentes por el gato (un
hombre que en la noche se sube al techo para probarlo), que va descolgando los
regalos mientras esquiva los bastonazos de la concurrencia. En la zona del
Callejón de Huaylas los que no tienen hijos bautizan a las guaguas, pero no se
las comen sino que las entierran; es una tradición que desapareciendo. <❖>
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