1. Anónimo 2 . Eufrain Flores 3. Lucas Pinazo 4. Allcca Merma 5. Benigno Aguilar
sábado, 29 de abril de 2023
EN LA ESTRUCTURA ADMINISTRATIVA DEL ESTADO: IMPUNIDAD INADMISIBLE
DAÑO IRREVERSIBLE
Juan Manuel Robles
En
HILDEBRANDT EN SUS TRECE Nº 633 28ABR23
Q |
ué tolerantes somos; no para respetarnos como
individuos —por supuesto— sino para aguantar las atrocidades, los balazos, los
autoritarismos más ramplones. Qué alto está nuestro umbral de resistencia al
horror. Qué facilidad para mirar al otro lado; o ver la sangre en los videos y
no sentir nada, pasar a lo siguiente. ¿Será que está pasando de nuevo, como
cuando volaban personas en pedazos, como cuando incineraban gente? De qué
callada manera nos encallecemos de nuevo. Que rápido nos adaptamos, otra vez,
al vaho del infierno.
Mataron a menores y a gente que no tenía nada que
ver en las protestas. Es el periodo de horror más oscuro en el siglo XXI.
El Perú que se escandalizaba cuando bajábamos medio
punto en el índice de confianza para inversionistas no dirá media palabra por
el informe de HRW. Ese grupete que celebraba cada vez que las calificadoras
ponían a Lima como una de las diez ciudades más seguras (ojo, para hacer
negocios) no pondrá el grito en el cielo por esta radiografía del espanto. La
derecha lo tiene claro. Esas muertes no importan. Son daños colaterales, los nadies buscando bala en vez de ponerse
a trabajar. Revoltosos. Terrucos.
Y pasa como si nada. ¿Será que somos tolerantes
porque estamos enfermos? Anestesiados por el estrés y la presión por la
supervivencia, eligiendo entre mantener el cuerpo productivo o la sensibilidad
solidaria, esa que nos hace llorar, que nos quita energías y que, como bien lo
sabe el médico que recibió un balazo por socorrer a un manifestante, nos puede
matar.
Pero cometen un error los cínicos que se creen
vencedores. Los fanáticos como Alejandro Cavero, que aparecen en Twitter
riéndose de los muertos; y también los moderados que condenan con puño cerrado
en una mano y la otra bien aferrada a la curul, los que piden migajas como la
renuncia de algún ministro cavernario. No han entendido la dimensión histórica
de todo esto. No solo pasan por alto que Dina Boluarte y su cúpula terminarán
enjuiciados y presos. También obvian las lecciones del pasado reciente: que
los jóvenes que actualmente son niños condenarán en voz alta todo lo que no
condenamos de estas matanzas hoy, y nos recriminarán no haber hecho lo
suficiente. Nos enrostrarán toda esta violencia permitida, la vergonzosa
normalidad.
Tremendo error creer que esto se puede pasar así
como así, que la página puede voltearse. Las matanzas de Dina Boluarte serán
motivo de vergüenza histórica, sus cronistas en el futuro verán infamias que
aun los informados de este tiempo no pueden ver (tal vez para no volverse
locos).
No podemos comprenderlo, porque la historia necesita distancia y sobrevuelo (la altura de los años transcurridos). Pero el relato de estos meses será un ejemplo feo de cómo, una vez más, confluyó lo peor del Perú: el racismo, la segregación, los gamonales armados, los soldados herederos de los sinchis, los indios que corren. Y esos menores de edad muertos, al contrario de lo que muchos creen, se harán cada vez más vividos. Conoceremos sus rostros, sus nombres. Esos relatos vividos serán parte de la educación sentimental de muchos.
Dina y Otárola, en investigación trucha, burlándose del país |
Pero este no es un texto de esperanza por la
memoria por venir. La memoria vendrá y tendrá a los mejores artistas
trabajando por la causa. Esa es la otra condena que le espera a Dina (y será
cadena perpetua). Pero también vendrán las secuelas. El daño está hecho y es
irreversible. Tendremos que volver atrás y mirar cómo permitimos que todo esto
pase, cómo podíamos ser tan tolerantes. Porque todo lo no dicho en estos días,
el silencio, las palabras reprimidas, los familiares que no pueden alzar su
voz, que ni siquiera pueden homenajear a sus muertos, incubará nuevas violencias
y resentimientos legítimos. Lo de siempre, que en el Perú siempre puede ser
peor. ◙
viernes, 28 de abril de 2023
DATOS PARA LA HISTORIA PUNEÑA
CREACIÓN Y REAPERTURA DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL DEL ALTIPLANO DE PUNO.
Por: Porfirio Enríquez Salas
1. Fundación de la Universidad de Puno.
La Universidad de Puno, fue creada por la Ley de
la Convención Nacional, el 29 de agosto 1856, firmada por el Mariscal Ramón
Castilla.
Consumada la creación de la Universidad, se
procedió a su instalación y puesta en funcionamiento. La actividad, se hizo tardíamente
el 1 de marzo de 1858, en el local del actual Glorioso Colegio Nacional San
Carlos (Paz-Soldán,1862).
La plana directiva primigenia de la Universidad,
fue conformada de la siguiente forma: Rector Dr. Juan Cazorla, Vice-Rector Dr.
Manuel Pino, Secretario Dr. Guillermo Pino, Tesorero Dr. Antonio Bueno y Fiscal
Dr. Gabriel Barrionuevo. El centro de estudios superiores, funcionó por tres
bienios: primer bienio 1858 – 1859, segundo bienio 1860 – 1861 y tercer bienio
1862-1863.
La falta del financiamiento necesario por parte
del gobierno central de la época, influyó negativamente en el normal
funcionamiento de la Universidad, condicionando su cierre intempestivo.
2. La llegada del siglo XX, la emisión de leyes
universitarias y la reapertura de la Universidad de Puno
Las primeras décadas del siglo XX, a nivel de la
educación superior universitaria, se caracterizó por la emisión de leyes
universitarias por los gobiernos que se sucedieron en la época. Sin embargo,
ninguna de estas leyes, estuvo orientada a facilitar la reapertura de la
Universidad de Puno.
Local, en sus primeros tiempos |
El contexto sociocultural económico y político
peruano en que se promulgó la citada Ley, se caracterizó por un proceso
acelerado de migraciones internas que incrementaron la presencia de población
joven en las ciudades costeñas y andinas, incentivadas por la necesidad de la
educación universitaria, como un medio para lograr el ascenso social.
Para atender esta creciente necesidad, el gobierno
de Manuel Prado creó las siguientes universidades nacionales: Amazonía Peruana,
San Luís Gonzaga de Ica, Técnica de Piura, Centro de Huancayo, Técnica de
Cajamarca, de Lambayeque y Federico Villareal.
En la misma Ley, se precisó la reapertura de las siguientes universidades: Técnica del Altiplano de Puno y San Cristóbal de Huamanga de Ayacucho. De igual forma se crearon cinco universidades privadas: Sagrado Corazón, Cayetano Heredia, San Martín de Porres, Santa María y del Pacífico).
3. Gestiones y proyectos elaborados por el
pueblo puneño y sus autoridades para la reapertura de la Universidad de Puno y
su funcionamiento
La decisión para reabrir la Universidad de Puno,
fue asumida desde el año de 1954, por el valeroso pueblo puneño, que, mediante
sus organizaciones sociales y autoridades, realizaron sucesivas gestiones ante
el gobierno central.
A las gestiones, se sumaron intelectuales puneños
y parlamentarios, que, entre 1954 a 1958, presentaron sendos proyectos al
congreso para su aprobación. El primer proyecto fue elaborado por el ilustre
maestro y senador puneño José Antonio Encinas y presentado al Senado en
noviembre de 1954. El segundo proyecto, con la denominación de Universidad San
Carlos de Puno, fue hecho por el senador Carlos A. Barreda y enviado al
Congreso de la República en septiembre de 1955. Los Diputados puneños Teófilo
Monrroy, Fernando Manrique y Roger Cáceres, enviaron, en noviembre de 1957,
ante la Cámara de Diputados, el tercer proyecto.
Todos estos proyectos, conforme a la información
histórica, fueron dictaminados y aprobados favorablemente por las diferentes
comisiones. Sin embargo, ninguno de ellos fue promulgado.
Finalmente, el Senador puneño Enrique Torres
Belón, en diciembre de 1958, presentó al Congreso de la República, el último
proyecto. Este proyecto, que logró superar las observaciones de los anteriores
proyectos, además, sustento el propósito de la reapertura, en sólidas bases
científicas, orientadas a la investigación y el desarrollo regional.
A ello se sumó, la organización administrativa, la
propuesta de creación de la facultad de ingeniería agropecuaria, el patrimonio,
las rentas de la universidad, y la construcción de la Ciudad Universitaria.
El proyecto, se convirtió en la Ley N° 13516, firmada por el presidente de la República Manuel Prado, fechada el 10 de febrero de 1961. Por mandato de esta Ley, se reabrió la Universidad de Puno, con el nombre de “Universidad Técnica del Altiplano” (UTA).
Alberto Barreda Cuentas organizador y primer Rector |
Inmediatamente, en cumplimiento de la ley de
reapertura, se instaló la Junta Organizadora y Ejecutiva de la UTA el 13 de
abril de 1961, recayendo la presidencia, en el Ing. J. Alberto Barreda Cuentas. La Junta, entre otras actividades, se
dedicó a la convocatoria y construcción de la Ciudad Universitaria en la Quinta
Valderrama, culminando en el año de 1964.
De acuerdo con los reportes históricos de la
época, la reapertura de la UTA, “[…] después de 100 años de espera, ese día se
hizo realidad el 29 de abril de 1962, cuando en ceremonia pública y solemne se inició
el dictado de clases, casi al aire libre, en el campus de la Ciudad
Universitaria […]” (Universidad Técnica del Altiplano, 1968, p. 7), en pleno
proceso de construcción de su infraestructura.
El inicio de las labores académicas, en
cumplimiento de la Ley N° 13516, se hizo con la Facultad de Ingeniería
Agropecuaria. Sin embargo, tuvo que adecuar su funcionamiento a la nueva Ley
Universitaria N° 13417, emitida el 8 de abril de 1960, por el presidente Manuel
Prado.
Posteriormente, en el año académico de 1965
(Pineda Arce, 1964), después de haber reestructurado su organización académica
y culminado exitosamente la construcción de la Ciudad Universitaria, la UTA,
denominada hoy Universidad Nacional del Altiplano, continuó con el servicio
ininterrumpido de educación superior universitaria, dirigida a las juventudes
del departamento de Puno y otras regiones del país.
_______________________________
Referencias
Bibliográficas:
Paz-Soldán, J.
(1862). Anales Universitarios del Perú, tomo segundo Lima: Universidad de San
Marcos de Lima. Recuperado de
http://revistas.sisbib.unmsm.edu.pe/.../article/view/298
Pineda Arce, E.
(1964). La ciudad universitaria de Puno. En Universidad Técnica del Altiplano –
Puno. Revista de la Universidad, Año 1, 2° Semestre, N° 2, 345-348.
Universidad Técnica
del Altiplano (1968). Álbum conmemorativo del tercer aniversario de la
fundación española de la ciudad de Puno 1668 - 1968. Puno: UTA.
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NOTA DEL DIFUSOR: En este mismo blog, más datos históricos.. Buscar 30 abril 2017
OPINION: PERIODISTAS Y PERIODICOS DE ANTES
OTROS TIEMPOS
César
Hildebrandt
Tomado
de HILDEBRANDT EN SUS TRECE Nº 633 28ABR23
U |
no abría los periódicos y podía leer a Sebastián Salazar Bondy, a José Miguel Oviedo, a Arturo Corcuera.
Uno se sentaba a leer, por ejemplo, las crónicas de viaje de Manuel Jesús
Orbegoso y volaba con ese corresponsal acezante que llegó a entrevistar a Pol
Pot. Los directores se llamaban Mario Castro Arenas, tan brillante como leído,
o Guillermo Cortez Núñez, aristócrata de la prensa masiva. Y si te ponías
callejero y cunda, entonces allí estaban las fabricaciones de Raúl Villarán,
como aquel “Ojo” en papel verde y textos del tamaño de Monterroso.
No importaba lo que dijeran los papeles o cuánto
sesgaran las noticias: era una prensa poblada de firmas y reputaciones, eran
periódicos que aspiraban a medirse con los mejores de la región, eran primos de
la cultura y muchas veces amigotes de confianza de la buena prosa.
Jamás olvidaré la impresión que me causó un texto magistral
de José Miguel Oviedo sobre su experiencia con el ayahuasca. Apareció en la
mejor época del semanario dominical de “El Comercio” y era el cuaderno de
bitácora de una excursión por el infierno, un diario que recontaba las imágenes
devoradoras de aquel mal sueño. Ese escrito sólo podía darse en una prensa que
alguna relación tuviera con la sensibilidad literaria y la belleza. Es que el
periodismo era una de las bellas artes y contaba historias que eran ciertas y
ejercía el oficio de la inteligencia para separar pajas de trigos.
Fui jefe involuntario en “Caretas’ cuando Blanca
Varela, náda menos, dirigía el suplemento cultural y César Lévano, el hombre
que se hizo de la nada y aprendió todo lo que debía saberse, estaba en la
dirección de informaciones. Augusto Elmore, el poeta, hacía lo suyo, que era
mucho, y Manuel D’Ornellas, muchos años antes de contraer fujimorismo vesical,
llegaba a la sesión de ideas cargado de propuestas y pies de página. Zileri,
tenor de sus propias iras, golpeaba el atril con una batuta sarmentosa hasta
que encontraba el tono que quería.
Si querías curiosear por los barrios de la derecha,
podías encontrar un artículo importado con la firma de Raymond Aron -fíjense
qué juntas tenían los conservadores nativos- o despacharte un puntazo de vista
de Enrique Chirinos Soto, muchos años antes de que Fujimori lo convirtiera en
amasijo de yerros retorcidos. Enrique se sabía la historia del Perú de cabo a
rabo y era el Castelar del derechismo parlamentario. ¿Cómo terminó en manos de
una mafia? Pregúntenle a Montesinos, el Fouché de las pacotillas y las grandes
cuentas suizas.
La izquierda de las furias tenía sus panfletos, sus boletines y sus prédicas. Era su infantería la que escribía porque los generales -Juan Gonzalo Rose, Alejandro Romualdo, Manuel Scorza, para citar tres ejemplos- estaban dedicados a lo suyo. De modo que no había mucha estética en esa prosa incendiaria, pero lo que sí puedo jurar es que esa izquierda, dedicada a la guerra tribal, no habría permitido el ingreso de gente como Vladimir Cerrón o Pedro Castillo. Ni para comprar café hubiesen servido. Ni para claque.
Uno accedía a esos mimeógrafos para saber qué
diablos pensaban los chinos de los moscos y qué insultos proferían los
trotskistas respecto de ambas supuestas traiciones. El edificio levantado por
José Carlos Mariátegui se había convertido en un solar polvoriento donde el
vecindario se expresaba a gritos y peleaba por el uso del caño. Pero no era una
izquierda tarada, ávida de adendas y orgullosamente analfabeta. Querían cambiar
el mundo, no birlarse la caja chica de algún gobierno regional.
Era otro el país, es cierto. Luis Bedoya Reyes
todavía se jactaba de haber estudiado en el Guadalupe y la educación pública
conservaba aspiraciones. La gran derrota en esta batalla decisiva nos la infligió
el fujimorismo. Fue la enésima venganza de un hombre que había conservado en la
memoria el recuerdo de las humillaciones a las que habían sido sometidos sus
padres, súbditos japoneses, por parte del primer gobierno de Manuel Prado.
¿Qué pasó con ese país problemático y esperanzado, disfuncional,
pero articulado, injustísimo pero enamorado de la cultura?
La respuesta es sencilla: ese país murió.
No apareció en los obituarios de “El Comercio”, pero
la defunción del Perú-promesa ocurrió. Se dio como fracaso social, económico, político,
institucional y moral. Ahora los ganapanes dicen que nos ha ido bien. Lo que no
dicen es que dependemos del precio del cobre, que tenemos 75% de economía
informal y que hay un 37% de población hundida en la pobreza.
Y los periódicos son estas resignaciones, estos
homenajes a la indigencia intelectual, estas letras muertas, estos pasquines de
las fiscalías y las comisarías. Las ideas se proscribieron, el debate cayó en
algún callejón. Un país sin planes necesita una prensa sin mañana. Esa es la idea.
No es nostalgia lo que siento. Es cólera. Cólera
inútil. Inútil como cualquier lágrima. Siento que soy Pedro Páramo y que no
puedo salir de Comala. ░░
jueves, 27 de abril de 2023
LOS PUEBLOS DE MI TIERRA
AZANGARO
Tomado
de: AZANGARO TIERRA QUERIDA
FUNDACIÓN QUECHUA
A decir del historiador y periodista azangarino
Bruno Medina Enríquez y del fallecido Prof. Odón Cardenas Mayta, quienes en sus
publicaciones sobre la historia de Azángaro realizadas en la Revista Aswan
Qhari en 1993, conceptúan que Azángaro tuvo dos fundaciones originarias, y luego
de ello devino en un proceso histórico glorioso que pasa en la colonia con
Vilcapaza, valiente durante la emancipación con Choquehuanca y rebelde, exitoso
y emprendedor con Giraldo, Luna, Urbiola, Quispe Quispe, Nuñez Butron y otros
durante la República.
En la época del Imperio Incaico, se produjeron
grandes conquistas, sobresaliendo en ellos algunos incas: Pachacútec, Cápac
Yupanqui, Wayna Qhapaq. El primero se dirigió al altiplano para someter a los
Cochabambas, atravesó el Desaguadero y conquistó a los Chancas, probablemente a
su regreso al Cusco, se topó con Macaya o con los lugareños sometiéndolos en
sangrientos enfrentamientos por lo que se les denominó los "ASWAN
QHARIS" o muy hombres. En las siguientes centurias los Incas llevarían a
los "ASWAN QHARIS" para integrar sus ejércitos conquistadores de las
zonas al Norte como al Sur de Sudamérica.
En noviembre de 1532, el Inca Atawallpa estando
prisionero de los invasores españoles, ofrece por su libertad, llenar 2 cuartos
de plata y 1 de oro, consecuentemente ordena que de todo el imperio se lleven
objetos preciosos de oro y plata, a lo que se oponen muchos sacerdotes (Rumi
Ñawi huyó con muchos tesoros), vencido el plazo de los 40 días para cumplir su
ofrecimiento, el Inca es juzgado, acusado y condenado a muerte, ante el engaño
de Pizarro los sacerdotes del Imperio ordenan esconder muchos tesoros, que no
fueron entregados a los conquistadores: por lo que la orden fue "ASWAN
KARUMAN APAICHIS" lo que quiere decir: que las riquezas fueran llevadas y
escondidas muy lejos. Por eso es que el nombre de Azángaro derivaría de estos
tres conceptos, fueron los españoles que al "traducir" estas
expresiones al idioma castellano, denominaron a dicha zona como AZANGARO, y
estos fueron los hechos que definen cómo se ha formado esa población.
Algunos otros autores consideran que existió una
gran cultura llamada los SANGARUS el que sirvió de base para el nombre de
Azángaro. Cuando llegaron los españoles, estas, denominaciones las adaptaron al
castellano resumiéndola en AZANGARO por facilidad de pronunciación. Ver también
la web de la Municipalidad de Azángaro, donde se reproduce esta definición
histórica sobre la fundación de Azángaro, tomada de las publicaciones
realizadas por Cárdena Mayta y Medina Enríquez.
Lizandro Luna el mas grande escritor azangarino |
Azángaro fue "descubierto" por el
Capitán toledano don Manuel Ortiz Aguilar (en noviembre de 1535) el padre
(sacerdote) Crisóstomo de Rodrigo, veedor de la Doctrina de bautizo de los
indios del Collao en 1535, es el primero que informa sobre la existencia de
Azángaro, el que se ubicaba en el lugar llamado Macaya y donde se adoraba un
ídolo posiblemente un gato y cuyos ojos eran de piedras preciosas; para el
adoctrinamiento cristiano de este lugar, se fundó la Doctrina de "Nuestra
Senora de Rosario", pequeña iglesia edificada con dirección del Padre
Domínico, Tomás de San Martín y Acosta (el mismo que fundó la Univ. San Marcos)
y la participación del Cacique Fabian Mango.
A pesar de lo expuesto, continuaba la idolatría en
Macaya y además crecía, escaseaba el agua, por lo que se decide trasladar el
lugar de adoctrinamiento al lugar llamado "Yanaqaqa" o piedra negra,
(tras el actual cerro Choquechambi) pasado el río llamado "K'ari
Mayu", que significa río de los hombres, es decir el actual río Azángaro,
este lugar era propiedad de los ricos de entonces; los Mango, los Turpo, los
Choquehuanca (más tarde traidores a la causa libertaria). Estando de Gobernador
y Cacique principal de Azángaro, don Diego Chuquihuanca, por Real Cédula del 5
de julio de 1586, del Virrey don Fernando Torres y Portugal, Conde de Villar,
consigue la autorización para el traslado del lugar de Azángaro, no sin antes
confrontar una serie de oposiciones. Los españoles tenían una forma peculiar de
fundar ciudades, Azángaro no podía ser la excepción, las autoridades y
representantes en ceremonial procesión que la oportunidad exigía, ubicaban el
lugar donde se establecerían las diferentes reparticiones y futuras
instituciones, luego repartían los solares, lo primero era la Iglesia,
"Nuestra Senora de la Asunción" de Azángaro y cuya primera piedra es
colocada el 22 de agosto de 1586 por Diego Chuquihuanca, de esta forma se
realiza la fundación española de Azángaro.
ÉPOCA COLONIAL
La llegada de los españoles a Azángaro, se produce
en 1535. En 1542 se crea el Virreinato del Perú abarcando tres Audiencias: la
de Lima, la de La Plata y la de Chile, en esta ocasión Puno y Azángaro,
pertenecen a este Virreinato y a la Audiencia de Lima. .. En 1561 se crea la
Audiencia de Charcas y Azángaro con Puno pasan a pertenecer a esta Audiencia.
En 1565 se crean los Corregimientos, los Corregidores como autoridades supremas
se convierten en los principales explotadores, lo que crea la necesidad de
acortar distancias de los territorios que pertenecen a las audiencias. Así en
1573 se divide el Cusco: Para Lima una parte y para el Obispado de la Paz la
otra parte, incluido Azángaro. En 1776 se crea el Virreinato de Buenos Aires,
el que abarca la jurisdicción de las Charcas (Alto Perú) y como era de
suponerse, todos los pueblos de aquella Audiencia pasan a pertenecer a ese
Virreinato, es decir Azángaro y Puno, consecuentemente Azángaro a partir de la
fecha pertenece al Virreinato de Buenos Aires, frente a esta incorporación se
producen algunos reclamos, pero en 1777 se emite una Real Cédula en la que se
confirma lo anteriormente anotado. En 1780 se produce el gran movimiento
libertario contra el Imperialismo Español, el único que remeció los cimientos
estructurales del absolutismo, encabezado; por JOSE GABRIEL THUPA AMARU INGA
movimiento en la que el héroe azangarino Pedro Vilca Apaza tiene trascendental
participación y consecuentemente exige y obliga a la Corona Española, a
realizar algunas reformas. Por eso en 1787 se crea la Audiencia del Cusco y en
sus límites fueron comprendidos, Azángaro, Lampa y Carabaya. Entre las reformas
España a lo largo de su gobierno posterior, adopta una serie de modelos, así
aparecen las Intendencias como nueva forma de organización, fueron creadas en
el Perú en 1782. En 1785 se crea la Intendencia de Puno y en ella se incluye
como parte integrante a Azángaro. Visualizando, Azángaro, pertenecía al
Virreinato de Buenos Aires políticamente; en lo eclesiástico a la Diócesis del
Cusco dependiente del Obispado de la Paz y administrativamente a la nueva
Intendencia de Puno. En 1796 se expide una Real Cédula con fecha, primero de
Febrero en la que se devuelve la Intendencia de Puno al Virreinato del Perú,
pero esto no fue definitivo y por una serie de reclamos quedó en suspenso;
hasta que nos sorprendió los grandes acontecimientos de la Emancipación, y
Azángaro continuaría perteneciendo al departamento de Puno como una de sus 5
provincias.
ÉPOCA REPUBLICANA
Pasada la Proclamación de la Independencia los
pueblos tienen que decidirse por su nacionalidad, especialmente los que
sufrieron los continuos cambios, como es el caso de Azángaro. El 26 de abril de
1822 un Decreto del Delegado Supremo del Perú (Gobernaba el Perú) don José B.
Torre Tagle, reglamentando las elecciones a Diputados (había pasado la
Independencia y aún faltaba las, gloriosas jornadas de Junín y Ayacucho
incorpora a Puno como, departamento del Perú y a Azángaro como su provincia, es
decir esta reincorporación nos DEVUELVE LA NACIONALIDAD PERUANA; fundamentado y
suficiente motivo para que Puno y Azángaro consideren esta fecha como trascendental
y conmemorativa, porque es el REGRESO A LA PATRIA. Lo anotado anteriormente se
ratifica por el Congreso Nacional; oficialmente el 21 de junio de 1825 en el
que por motivo de elecciones reaparece Puno como departamento y Azángaro es
elevado a provincia y reconocido sus distritos (En 1856 Castilla también lo
ratifica). El Libertador del Norte, Simón Bolívar recogiendo el clamor del Alto
Perú, funda la República de Bolivia el6 de agosto de 1825 y felizmente
encuentra los documentos anteriormente anotados y se ve obligado a respetarlos.
Ya en la Época Republicana En 1825, por Ley del 5
de febrero Azángaro es elevado a la categoría de ciudad. 1825, por Ley del 21
de junio Azángaro fue creado como capital de la provincia del mismo nombre con
sus 18 distritos: Achaya, Arapa, Asillo, Caminaca, Chupa, Muñani, Potoni,
Putina, Samán, San Antón San José, San Juan de Salinas, Santiago de Pupuja,
Tirapata, José Domingo Choquehuancai Pedro Vilcapaza, Huatasani y Azángaro.
El 18 de abril de 1828 el Congreso Nacional de la
República le confiere a Azángaro el honroso título de "BENEMERITO y
HEROICO PUEBLO DE VILCAPAZA" por su participación en la gesta libertaría y
que es compromiso de todo azangarino mantener esta línea.
El 20 de junio de 1989 se expide la Ley N° 25065,
otorgándole el título "AZANGARO TIERRA PROCER, CUNA DE LA REVOLUCION
EMANCIPADORA DE PEDRO VILCA APAZA" <>
Azangarinos en Lima |
martes, 25 de abril de 2023
FALLECIÓ UNO DE LOS MÁS DESTACADOS HISTORIADORES AREQUIPEÑOS
EUSEBIO QUIROZ PAZ-SOLDÁN
por Luis Fernando Apaza
La República, 24 de abril, 2023
Eusebio Quiroz Paz Soldán, uno de los referentes del
estudio de la historia de Arequipa, falleció este lunes 24 de abril a los
82 años en su ciudad natal, luego de estar internado en una clínica por 15
días. Amó a la Ciudad Blanca y fue uno de los conservadores de su identidad. En
un discurso, en 2021, por aniversario de esa localidad, dijo: “Lo único que he
hecho es trabajar y amar a Arequipa”.
Nació el 26 de noviembre de 1940. Según contó, aprendió a
leer antes que muchos de su edad debido a un accidente que sufrió de niño en el
ojo derecho. Gustaba de escuchar la música clásica y los yaravíes. Fue
admirador de Jorge Basadre, uno de los referentes historiadores e
historiógrafos peruanos de la época republicana y contemporánea.
Sus padres fueron Pedro Quiroz Pantigoso y Dymphna Paz
Soldán. Realizó sus estudios básicos en el colegio San Francisco de Asís y los
superiores en la Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa. Fue
docente en la citada casa de estudios, en la Universidad Católica de Santa
María y la Universidad San Pablo de Arequipa.
EUSEBIO QUIRÓZ PAZ SOLDÁN: EL HISTORIADOR MÁS PERSEVERANTE
por Pedro TORRES, Diario Correo, 11/07/2021
Hasta antes de la pandemia, verlo en una silla amplia, rodeado por los anaqueles de su biblioteca repleta de libros, apuntes, recortes periodísticos, cartas y otros textos apilados, incluso, sobre el escritorio, trabajando y estudiando, era la escena común cuando alguien lo visitaba, hoy solo permanece en el recuerdo y las fotografías.
El historiador se ha desprendido de su refugio y sus tesoros. Vendió su casa de la Cooperativa Universitaria porque le resultaba muy oneroso su mantenimiento para la pensión modesta que recibe. La vivienda la construyó con gran esfuerzo, viajó al extranjero para conseguir recursos que su esposa, Lucy Pacheco, usó para edificarla. “Me entregó la casa hecha, aunque no me rindió cuentas de lo gastado”, bromea.
Tiene un legado de libros
Los libros que lo rodeaban tampoco están con él, donó su biblioteca. Unos 5 mil textos que atesoraba en su antigua casa que ha pasado al cuidado de una universidad privada. La Católica San Pablo tiene la custodia de diversas obras de historia y algunos títulos dedicados por el premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, y el historiador Jorge Basadre Grohman, “La vida y la historia”, un especial tesoro de quien considera su maestro, aunque no le enseñó en las aulas.
“No era adecuado que la venda. Nadie me la hubiera comprado. La gente prefiere un carro moderno que una biblioteca. Ahora hay la creencia de que todo se aprende por Youtube y Netflix. En la universidad la van a cuidar para que los jóvenes puedan consultar en ella”, confiesa en voz baja, revelando un secreto que hubiera preferido guardar.
Problemas de salud que lo aquejan
Ha perdido la vista casi por completo por la diabetes que padece, y aunque ya no guarda la esperanza de seguir recurriendo a su archivo personal para sus proyectos, confiesa que mantiene vivo el gusto de seguir escribiendo con ayuda. “Antes leía mucho y dormía poco, ahora duerme poco, y escucha lecturas, “trato de seguir un camino y un propósito”, reflexiona.
“Yo soy un negado de Dios para tocar instrumentos o cantar, pero me siento feliz de los recuerdos que tengo, aunque a veces el exceso de ellos me cause dolor de cabeza, tengo recuerdos limpios en el corazón y la mente”, refiere el historiador.
No descuida su cuidado personal
Para esta entrevista, Don Eusebio viste un traje oscuro, chaleco, corbata y camisa como el que solía utilizar en su juventud para dar la impresión de ser mayor de edad y colarse en el café Le Paris de la calle Moral, donde charlaba con docentes del colegio militar, siempre ha sido amiguero dice mientras se toca las yemas de los dedos que han perdido sensibilidad por los piquetazos diarios para controlar su glucosa.
Asegura que tiene una “pandilla de amigos”, una de sus amistades la mantiene, incluso, desde los cuatro años de edad, pero el contacto con ellos ya no es el mismo desde hace más de un año.
La pandemia por el nuevo coronavirus le ha cortado las reuniones amicales y el gusto de caminar por las calles de su querida Arequipa.
El historiador ha tenido siempre una vida intensamente familiar. Es muy unido a sus hijos y a sus nietos, pero la pandemia le ha impedido abrazarlos. Por seguridad y precaución uno de sus nietos, de 12 años, tuvo que contemplarlo por la ventana, rememora que aquel día rompió en llanto. Mientras cumplía fielmente su aislamiento junto a su esposa para que el virus no llame a su puerta, la enfermedad le arrebató la vida de un hermano, un sobrino y uno de sus cuatro hijos. Lamenta no haber podido acompañarlos en sus entierros.
“Yo soy un negado de Dios para tocar instrumentos o cantar, pero me siento feliz de los recuerdos que tengo, aunque a veces el exceso de ellos me cause dolor de cabeza, tengo recuerdos limpios en el corazón y la mente”, refiere el historiador.
No descuida su cuidado personal
Para esta entrevista, Don Eusebio viste un traje oscuro, chaleco, corbata y camisa como el que solía utilizar en su juventud para dar la impresión de ser mayor de edad y colarse en el café Le Paris de la calle Moral, donde charlaba con docentes del colegio militar, siempre ha sido amiguero dice mientras se toca las yemas de los dedos que han perdido sensibilidad por los piquetazos diarios para controlar su glucosa.
Asegura que tiene una “pandilla de amigos”, una de sus amistades la mantiene, incluso, desde los cuatro años de edad, pero el contacto con ellos ya no es el mismo desde hace más de un año.
La pandemia por el nuevo coronavirus le ha cortado las reuniones amicales y el gusto de caminar por las calles de su querida Arequipa.
El historiador ha tenido siempre una vida intensamente familiar. Es muy unido a sus hijos y a sus nietos, pero la pandemia le ha impedido abrazarlos. Por seguridad y precaución uno de sus nietos, de 12 años, tuvo que contemplarlo por la ventana, rememora que aquel día rompió en llanto. Mientras cumplía fielmente su aislamiento junto a su esposa para que el virus no llame a su puerta, la enfermedad le arrebató la vida de un hermano, un sobrino y uno de sus cuatro hijos. Lamenta no haber podido acompañarlos en sus entierros.
Tuvo trayectoria en política
Eusebio Quiróz es social cristiano desde los 18 años y tuvo una breve incursión en la política en el año 2000, cuando el hoy encarcelado Alberto Fujimori Fujimori, tenía la intención de postular, por tercera vez, a la presidencia de la República. Su amigo y periodista, Pedro Planas, fue quien lo impulsó y convenció de postular al Congreso en las filas de la agrupación Somos Perú. El desaparecido sociólogo, José Luis Vargas, su amigo entrañable, escribió en el libro “Entre Arequipa y la Historia” de Carlos Rivera, que, para la campaña, Gonzalo ‘Chalo’ Guillén, dibujante arequipeño, fue quien se encargó de elaborar la caricatura de Eusebio Quiroz. “La balada del gordo” del dúo argentino Juan & Juan que en una de sus estrofas dice: la pinta es lo de menos, vos sos un gordo bueno, alegre y divertido, sos un gordito simpaticón, acompañó el spot televisivo y el jingle radial de la campaña.
Eusebio Quiróz no ganó la elección para formar parte del Congreso en el que Gerardo Cruz Saavedra juró ¡Por Dios y por la plata! Ahora no es ajeno al acontecer político del país y la polarización que se vive por las elecciones. Considera que es fundamental que la clase política y en general el país se libere de los enemigos que señaló el historiador, Jorge Basadre: los podridos, los congelados e incendiados.
“Los primeros se llevan al país en el bolsillo, los segundos quieren ver avance, pero no hacen nada, no mueven un dedo, y los terceros son los que quieren meter bombas por todas partes. Debemos amar al Perú como es, como una patria y ser capaces de poner todo el esfuerzo para sacarlo adelante, para servir y hacer mejor a la nación, no para llenarnos el bolsillo”, reflexiona.
Más de 50 años en las aulas
El investigador arequipeño tuvo formación católica y estudió en el colegio San Francisco, en la universidad se matriculó en la facultad de Letras y optó por Historia hasta obtener su Doctorado, también ingresó a la facultad de Educación y Derecho logrando el grado de Bachiller.
Eusebio Quiróz Paz Soldán ha dedicado a la enseñanza más de 50 años, desde los 17 años de edad, en un colegio secundario, luego en la Universidad San Agustín, la Católica Santa María, San Pablo y La Salle.
OBRAS DE EUSEBIO QUIROZ PAZ SOLDÁN
Escribió y publicó varias obras, algunas de ellas son:
Cien años después 1879-1979; reflexiones sobre la Guerra del
Pacífico”. Fue publicado en 1984 y ganó el premio del concurso de historia
organizado por la Fundación Manuel J. Bustamante de la Fuente
“La imagen histórica del Almirante Miguel Grau” (1991)
“Arequipa en la Guerra con Chile” (1991)
“En torno a mi ciudad: Arequipa” (1988)
“Historia
General de Arequipa” (1990) coautor con Máximo Neira, Guillermo Galdos,
Alejandro Málaga y Juan Guillermo Carpio Muñoz
“101 años de historia y tradición jurídica. Ilustre Colegio de Abogados de Arequipa”
(2012)
“Historia de la Academia Lauretana de Ciencias y Artes” (1999) en coautoría con
Héctor Ballón y Guillermo Galdos
“Obra Histórica de Arequipa” (2011)
Arequipa, pasado y presente (1990)
Jorge
Basadre: maestro y amigo (2004)
Para enseñar
historia del Perú (2008)
Identidad
Cultural Mestiza de Arequipa (2020)
Premio Nacional de Historia (1979).
En el año 2019 fue declarado Hijo ilustre de la ciudad de
Arequipa.
Reconocimiento como “Arequipeño del bicentenario”, a cargo
de la Municipalidad Provincial de Arequipa en 2021.
EUSEBIO QUIROZ, EL HISTORIADOR QUE RESCATA EL MESTIZAJE EN AREQUIPA
Agencia Peruana de
Noticias Andina, 4 octubre 2022:
Eusebio Quiroz Paz Soldán creció entre la música clásica y los yaravíes, se
formó en un colegio católico con niños de diferente origen social y estudió en
la Universidad Nacional San Agustín para ser abogado, pero decidió ser
historiador. Sin proponérselo, se ha convertido en un referente vital de la
identidad arequipeña y, por ende, de la cultura peruana.
Un accidente en el ojo derecho lo obligó a vivir su niñez de una manera
diferente. Aprendió a leer antes que muchos de su edad, y por lo cuidados que
necesitaba para recuperar su visión sus padres tuvieron especial cuidado con
él. Su progenitor lo llevaba a la tienda donde vendía discos de música clásica
y popular, y su madre fue su maestra de lecturas.
“Fui muy observador por eso. Recuerdo que veía cómo a las tres de la tarde la
gente iba a las picanterías a comprar jayari, plato tradicional arequipeño, con
su botellón de metal para llevar la chicha, o al señor que llegaba a nuestra
casa montado en su caballo, silbando, para dejarnos leche todas las mañanas. Yo
notaba que no realizaba labores urbanas”, cuenta.
Ese pequeño espectador de la vida cotidiana en la Ciudad Blanca de los años
cuarenta conserva en su memoria de historiador y catedrático imágenes intactas
de esa época. Como de aquel 1946 cuando su papá, don Pedro Eusebio Quiroz
Pantigoso, abrió su negocio de música, a donde llegaban aficionados a las
melodías de Beethoven, pero también a la música andina, yaravíes y pampeñas
arequipeñas.
La historia, su pasión
Pero el inquieto Eusebio también bebió de las enseñanzas de doña Dymphna Paz
Soldán, su madre, miembro de una familia asociada a la vida académica y el
mundo del derecho. Por eso, estudiar en la Universidad Nacional San Agustín con
el objetivo de ser un hombre de leyes no fue extraño para él. Era parte del
mandato de esa rama familiar.
Pero el mundo universitario lo acercó a disciplinas como la historia, la
filosofía y la economía, contadas por maestros que “agitaron su espíritu”, como
también a la lectura de Jorge, el hijo del pueblo, de María Nieves y
Bustamante, que le reveló el heroísmo de muchos arequipeños. Terminó la carrera
de derecho para no defraudar a la familia, y a partir de ese momento se entregó
a la historia para comenzar a contar la de su propia región.
Arequipa mestiza
Hace poco don Eusebio Quiroz Paz Soldán participó en el Primer Congreso
de Peruanidad ¿Qué nos une como peruanos? [agosto 2022], organizado
por la Universidad Católica San Pablo de Arequipa. Allí compartió el resultado
de años de consulta a importantes autores que se refieren a la identidad
cultural mestiza de Arequipa y a la peruanidad como Jorge Basadre, su principal
fuente de inspiración.
“Empecé a preguntarme por qué los arequipeños incluyen en su hablar palabras
mitad español y mitad quechua, por qué hasta ahora tienen un menú semanal, o,
como me decía un amigo, por qué los arequipeños son tan así”.
En 1990 fue invitado por el entonces alcalde provincial Luis Cáceres Velásquez
para dar un discurso por el 450° aniversario de fundación de la ciudad, al que
tituló Arequipa: pasado y presente. A partir de esa fecha afirmó su
interés por su Arequipa de todas las sangres.
Para este historiador que “adquirió desde muy temprano la cultura impune de
leer”, cita que él recuerda del historiador tacneño, el mestizaje es un
elemento de unión, y los peruanos lo están buscando en el fútbol o en
experiencias que no los ayudan. Hoy es propicio ahondar en lo nuestro, en
nuestras raíces, sostiene.
“La cultura de Arequipa es mestiza, y admitirlo tal vez sea el camino que nos
ayude a reconocernos mestizos, porque la cultura peruana está impregnada de
elementos mestizos. Es importante profundizar en lo propio. Quienes nos
dedicamos a la historia abrimos caminos, no los cerramos”, afirmó.