viernes, 18 de octubre de 2024

HUMOR POLITICO PERUANO

 CHUPONEO DE OTORONGO

Gustavo Adrianzén: Juan José, ¿qué ha pasado con la captura del número dos de Sendero Luminoso?

Juan José Santiváñez: Que yo sepa, nada. ¿No me digas que se nos ha escapado?

GA: No, no se trata de eso

JJS: ¿entonces? Ya sé, no es el número dos. Bueno, será el tres entonces.

GA: No, tampoco.

JJS: Caracho, ¿no me digas que es el número uno? Increí­ble, Me saqué la Tinka. Ahora sí voy a ser candidato presi­dencial y...

GA: Juan José. escúchame bien. La prensa dice que te has equivocado. Que el capturado no es ningún cabecilla, que hace varios años que no per­tenece a esa agrupación y que se gana La vida como albañil.

JJS: ¿Y tú crees eso?

GA: La verdad es que no. Yo no creo que alguien pueda ganarse la vida como albañil. Bueno, yo no podría. Tengo muchos gastos.

JJS: Gustavo, cuando te pre­gunto si crees en lo que dice la prensa, me refiero a si de verdad crees que me he equi­vocado.

GA: No sé. A propósito, ¿cómo va el estado de emergencia?

JJS: Mira, según la computadora del Ministerio del Interior, antes del estado de emergencia, se registraban mil robos por día.

GA: ¿Y ahora?

JJS: No sabemos. Se robaron la computadora.




HILDEBRANDT. REFLEXIONES

 CON LA MÚSICA A OTRA PARTE

César Hildebrandt

En HILDEBRANDT EN SUS TRECE N° 705, 18OCT24

N

o sé qué hubiera sido de mí sin la música.

La primera vez que escuché a Bach sentí que levitaba, que me iba, que fugaba. Bach y la gravedad -después lo supe- eran enemigos.

Fui un niño privilegiado porque en casa mi madre tenía siempre sintonizada Radio Selecta y eso me acostumbró a los clásicos. Pero en esa heroica emisora Bach era un pros­crito y el repertorio termi­naba casi siempre con “La Inconclusa” de Schubert. No me quejo: fue allí donde mi oído se acostumbró a quie­nes escucharía, más tarde, en aparatos más sensibles o a través de intérpretes subidos a un escenario. Si alguien me obligara a decir qué momentos de mi vida recuerdo con más nitidez cuatro de ellos serían ha­ber estado en un recital de clavecín de Lola Odiaga, haber oído a Yoyo Ma (to­cando a Bach) en el Santa Úrsula, haber estado en el teatro de la Ópera Estatal de Hamburgo el día de un es­treno mozartiano o haberle visto el gaznate a Pavarotti mientras cantaba una aria de Bellini.

Descubrir a Bach fue un acontecimiento. Y llegar al Bach de la viola da gamba fue todo un destino.

La literatura vive de las palabras. El teatro es un deli­cado parásito de las pasiones. Los escultores, como los pintores, suelen imitar o recrear la realidad. Pero la música viene de la nada, cae perpendicular de lo absoluto, procede de las sombras porque no se nutre de nada que preexista. La música no tiene referentes e inventa -cuando es buena, cuando no es narrativa- un mundo regido por la arbitrariedad y la ilusión.

Amo la música que me cambió la vida y tengo en mi cabeza, cada vez que me desanimo, pasajes de sinfonías y sonatas. Las recuerdo mental­mente cuando debo limpiarme después de escuchar a algún mi­nistro o congresista. Pero también me vie­nen a la cabeza cuan­do recuerdo el tiempo que perdí, las veces que no tuve el valor, los días gemelos y sin rostro. Descubrí así que la música es para mí una ruta de escape, una buena coartada para largarme.

¿Se puede escuchar a Bach sin algo de culpa mientras los niños gazatíes se mueren de hambre o de metralla? ¿Puedo, en calma, poner el disco de Marais que más me gusta mientras el mundo demuestra estar gobernado por hienas? ¿No suena casi ridículo el Vivaldi del fagot que anuncia mi podcast amateur si en el Perú las leyes las hace el hampa y las promulga una Bonnie Parker de los andes? ¿En qué búnker egoísta hay que vivir para oír un capriccio de Zelenka al mismo tiempo que en mi país hasta las ollas comunes son objeto de extorsión?

No debo seguir. Hago demagogia barata diciendo lo que acabo de decir. Hago populismo cuesta abajo.

Nadie debe sentirse cul­pable por amar lo que cree que es bello en un mundo que sólo puede ser horri­ble porque está construido sobre el barro de la codicia capitalista.

Escucho a Milei hablar sobre el egoísmo y la sacra­lidad de las leyes del merca­do y me digo: este hombre no tiene una sola peca de humanismo, este debió que­darse en Charly García. La belleza -no la moda- nos exime, en resumen, de las trampas de la vulgaridad y de las tentaciones del cri­men.

Escucho a Dina Boluarte leyendo el mamarracho que le preparan los descerebrados que la rodean y me digo: esta señora es la tragedia del Perú en persona, el triunfo de la oclocracia. En ese sen­tido, sí es jefa de Estado, lí­der natural, personificación de la nación.

Y entonces vuelvo a Bach.

Apelo a Bach. Es, literalmente, el arte de la fuga.

A la edad descomedida que padezco supongo que el ejercicio de huir volando en una viola no se prolongará en demasía. Espero irme con mi música a otra parte. <:>

jueves, 17 de octubre de 2024

PRESENTACION DE LIBRO IMPRESCINDIBLE PARA PUNEÑOS Y ESTUDIOSOS

 


El director-editor de este blog, tiene el agrado de invitar a los amigos que lo vistan, al acto cultural de presentación de la Antología sobre la Fundación de Puno.  (Jr. Héroes de Tarapacá 168, Cercado de Lima, ref. 1ra cuadra de la Av. Brasil)

miércoles, 16 de octubre de 2024

GRANDES MUSICOS PUNEÑOS

VÍCTOR EMILIO CUENTAS AMPUERO

BREVE NOTA BIOGRAFICA

Escribe: Iván Alfredo Cuentas Aparicio*

En este breve aporte biográfico se resume la vida de un reconocido e inspirado compositor puneño autor de su popular obra cenital: “Cholitas Puneñas”. A lo largo de su existencia nunca se distanció anímica y espiritualmente de Puno, su amado terruño, permanentemente alojado en su retina y activo en su memoria.

Hacia el año 1900 la pa­reja conformada por Juan Mariano Cuentas Monge y Sara Ampuero Soto, se traslada a Puno, pues su matrimonio se realizó en La ciudad de Arequipa, tierra donde nació la señora Sara.

Víctor Emilio Cuentas Am­puero nace el día 6 de octubre de 1904 como segundo hijo de los tres que conformaron la prole. Don Juan Mariano muere en 1908, por Lo que doña Sara empieza a trabajar en el Colegio Nacional San Carlos de La ciu­dad de Puno como preceptora aplicando los conocimientos y estudios que hizo en Arequipa. Luego de pocos años, la fami­lia se trasladó a Juli y se instaló en una casa cuyo segundo piso tenía una ventana que daba al lago Titiqaqa y por debajo ha­bía una callejuela trajinada des­de muy temprano, por mujeres que cargaban a sus hijos y llevaban canastas con productos para negociar. Esta condición costumbrista y cotidiana segu­ramente fue creando en Víctor Cuentas la imagen que más tarde se traducirá en las letras y música que componen su obra musical “Cholitas puneñas".

Como se sabe los años pos­teriores a la primera Guerra Mundial sumieron al mundo en una pobreza generalizada que, en pueblos como Puno, agu­dizaron la escasez de trabajo, donde la juventud no tenía po­sibilidades de desarrollo social y económico. Estas condicio­nes obligaron a Víctor Emilio a salir de Puno y recorrer el Perú en un largo y contin    uado periplo por Cusco, Apurímac, Ayacucho, Junín y Pasco. A raíz de esa experiencia escribió una pequeña novela con el nom­bre de “Sobre el dorso andino”. Nuevamente de retorno a Puno trabaja en el Banco de Crédito y luego en La Prefectura; no obs­tante, su afán de estudios lo lle­va a La Paz, Bolivia, y se inscribe en el Instituto Superior Greeg, donde estudia Contabilidad.

La población de Puno, asen­tada en una ciudad pequeña y de encantadora placidez pro­vinciana estaba conformada por gente citadina y algunos grupos de familias que venían de diferentes distritos y pro­vincias, por lo que el correlato social era fluido. Todos se co­nocían.

El mismo músico Andrés (Pupa) Dávila Martínez se tras­ladaba desde Chucuito fre­cuentemente, hacia la ciudad de Puno para frecuentar a sus conocidos. Él fue amigo de Víc­tor Cuentas con quien se en­contraba para departir frater­nalmente. En una ocasión Víctor Cuentas le preguntó al “Pupa” Dávila sobre su producción ar­tística. La pregunta iba por Las letras de Las canciones como Calabozo de Chucuito y Cam­panazos, en las que está pre­sente la angustia y se recrea el dolor y se aviva la desesperan­za. Ante esa crítica el “Pupa" le indicó que sus creaciones eran reflejo del espíritu indígena cu­yas vivencias eran de carácter taciturno y triste. Víctor Cuentas Le indicó que no era así que el pueblo indígena gozaba en Las fiestas de carnaval, en las co­sechas y tantas otras manifes­taciones del campo que eran oportunidad para el puro júbilo y la algarabía. Le aseguró que él compondría una canción que exaltara el gozo de la vida con letra alusiva a la vida poética con música vivaz inspirada de puneños y puneñas.

Así pues, con este reto auto propuesto se inició la composi­ción del huayno “Cholitas puneñas” cuyo nombre primigenio fue Laramkota, significando el Lago azul intenso que vio en su niñez. En Los versos de La Letra no se encuentran frases de tris­teza, congoja o agobio. El quinto verso dice “...y la Luna soledo­sa", adjetivo que no existía en el castellano y que se traduce como “la Luna parecida al sol".

Con el tiempo la canción se expandió por el centro y sur del Perú, tanto así que el Ministerio de Educación dispuso que, en toda escuela rural, al momen­to de formarse, los alumnos la cantasen.

La difusión del arte era pre­caria y en el caso de “Cholitas puneñas" sufrió cambios en su letra, por lo que Víctor Cuentas la inscribió en la APDAYC hacia 1953.

A finales de la década de los años 30, llega a Puno la firma Singer, distribuidora de máqui­nas de coser. Víctor Cuentas accede a esta labor y le asig­nan la ruta del norte de Puno y de todo el departamento del Cusco.

Oscar Cuentas Ampuero, hermano de Víctor, fue con­tratado como profesor en el Colegio Mateo Pumacahua de Sicuani e invitó a su hermano Víctor Emilio a trasladarse a Si­cuani. Otro tanto sucedió con José María Arguedas Altamirano que luego de haber salido en libertad de la cárcel El Sexto de Lima, arribó a Sicuani don­de ya vivían y trabajaban Luis (“el cholo") Nieto, poeta cusqueño, los hermanos Alencastre y Alfredo Macedo Arguedas, escritor puneño, todos con quienes Víctor Cuentas Ampuero se relacionó y empezó a departir conformando un grupo juvenil de difusión de arte y cultura. La amistad que se creó con José María Arguedas se expresa en la composición, hecha al alimón, del huayño “Tankar morada", letra de Cuentas y música de Argue­das. Esa composición no se ha podido recuperar.

Pasados algunos años Víctor Cuentas se traslada e instala en Lima, trabaja en el terminal ma­rítimo y luego en el Ministerio de Hacienda de aquella época.

La colonia puneña era pe­queña y los paisanos se en­contraban para departir en tardes domingueras y tener La oportunidad de compartir re­cuerdos y seguramente degus­tar el chairito puneño. Cuando se aprestaban a ejecutar con sus instrumentos musicales, re­cuperaban la magia de las me­lodías de Puno, la ensoñación de la tierra y el lago y todo era avivado por melodiosas y sentidas voces cantoras.

En la capital ya se había fun­dado algunos clubes depar­tamentales. Víctor Cuentas y algunos paisanos decidieron crear el Club Departamental Puno. Para ello acotaron dinero compraron una edificación en calle Cervantes. El club existe en la actualidad y acoge a paisanos que arriban desde Puno.

En su oportunidad Víctor Cuentas Ampuero y su esposa Violeta Bellido fueron socios de la Asociación Cultural Brisas del Titicaca, teniendo así la oportunidad de donar instrumentos musicales.

La familia Rodríguez, grupo musical familiar de origen cus­queño, grabó el huayño de Víctor Cuentas “Noche carnavaler­a” en un Long play de música puneña, y para el tricentenario de ciudad de Puno en 1968, el grupo musical Los Violines de Lima hizo lo propio con “Cholitas Puneñas".

Dentro de la pro­ducción artística, Víctor Cuentas compuso Cholitas puneñas, Atardecer, Noche carnavalera, Hasta mañana y varios valses, además de un florilegio de poemas publicados por la Universidad Nacional del Altiplano, como “Dolmen”.

Víctor Cuentas Ampuero, como sobresaliente músico y compositor puneño, ha recibido múltiples reconocimientos por instituciones ligadas a la actividad artístico cultural en el Perù. <>

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·       Iván Cuentas Aparicio es hijo de Víctor Cuentas Ampuero. Nació en Puno el 30 de octubre de 1941. Estudió en el Colegio Nacional San Carlos de esa ciudad y en la Universidad Nacional del Altiplano. Participó activamente en el Grupo de Teatro “Chasqui”. Fue actor en la película “El misterio del Karisiri”. Es integrante de la Agrupación Puno de Arte Folklorico y Teatro APAFIT y pertenece al grupo de intelectuales puneños “Los Siete Ciudadanos”.

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 Cholitas Puneñas

Cholitas puneñas somos
venimos del lago azul
donde incendia el sol sus maravillas
y la luna soledosa
surca como un velero de amor
Puno, Puno tierra de ternura
son tus calles pandilleras
suspiros de un amanecer.

Traemos en las pupilas
un paisaje arrobador
de colinas llenas de alegria
y de pampas rumorosas
y de cielos llenes de arrebol,
tus montañas
de aguas cristalinas
de este lago que te besa

son mi vida, son todo mi ser. 



domingo, 13 de octubre de 2024

OPINION: ANTECEDENTES, SITUACION ACTUAL Y PERSPECTIVAS DE LA DELINCUENCIA

 REVERSO DE LA 

DELINCUENCIA JUVENIL

Escribe: Milciades Ruiz

T

odo en el universo es resultado procesal. Toda consecuencia es producto del proceso precedente. Ingerimos materiales que entran en proceso, dando por resultado las condiciones de nuestra salud. La salud social, es también, producto procesal. Viene al caso, la grave situación delincuencial que, nos agobia. Pero esta, es uno de los productos que arroja el proceso social en que nos encontramos.

Siendo la delincuencia, un producto social, tendremos que ubicar la fuente que la ocasiona, para eliminarla. De lo contrario, la fábrica social continuará arrojando los mismos resultados, aunque se reprima el producto final. No es un asunto policial solamente. Los fenómenos sociales son de incumbencia nacional e internacional, porque es un asunto estructural del sistema, bajo cuyo régimen estamos.

No es casualidad que, la delincuencia haya aumentado gravemente en todos los países al mismo tiempo. Tiene mucho que ver con la falta de crecimiento económico mundial, la inflación global, incremento de la pobreza, baja inversión, carencia de empleo, la guerra hegemónica, la guerra comercial mundial y, otros factores globales y nacionales.

El anuario policial 2023, registra un total de 570,890 denuncias por comisión de los diferentes delitos, cifra que es mayor en 89,833 casos más que el año pasado, representando un aumento de 19%. En Lima, la mayor incidencia llega al 27%. Las denuncias por homicidio pasaron de 2,116 en el 2015, a 4,938 en el 2023. No es casualidad que esto haya sucedido a la par con otros indicativos socioeconómicos.

EL crecimiento económico nacional, ha sido casi nulo el año pasado y, ha generado desempleo, los ingresos han disminuido y en muchos casos, desaparecido. Si no hay ingresos, tampoco hay electricidad, ni servicios básicos, pero sí, hambre y la pobreza lleva a la desesperación delictiva porque los niños piden pan. Si no hay para pan, menos habrá para que estudien. Si llegan así, a la edad juvenil, tampoco tendrán oportunidades de trabajo. ¿Tienen ellos, la culpa de su grave situación?

No trato de justificar la delincuencia juvenil, sino buscar una explicación materialista. Redondeando datos del INEI, en Perú, hay 26 millones de personas en edad de trabajar. La población ocupada o con empleo, es un poco más de 17 millones. En el 2023, solo el 34,5% de la población ocupada tenía trabajo formal y 65,5% tenía empleo informal (solo un tercio frente a dos tercios)

Como se aprecia en el cuadro precedente, Las oportunidades de empleo han disminuido tremendamente, de un año a otro. El desempleo en el área urbana, donde ocurren la mayor cantidad de delitos, ha aumentado en el 2023.

 



Según el INEI, en el año 2023, la tasa de desempleo, afectó en mayor proporción a la población menor de 25 años (10,9%).

 

Lógicamente, si no hay empleo, la pobreza aumenta.

 



Son pobres extremos aquellas personas que integran hogares cuyos gastos per cápita están por debajo del costo de la canasta básica de alimentos. El siguiente gráfico muestra que, la línea de pobreza extrema para el año 2023, aumentó más en Lima Metropolitana y Callao. Apenas S/ 294 per cápita. Precisamente donde abunda la mayor delincuencia. Pero sabemos que, los promedios per cápita, ocultan los casos dramáticos.

 




En el siguiente gráfico reportado por el INEI, puede apreciarse la incidencia de la pobreza post pandemia, entre la población joven. Justamente, el segmento donde la delincuencia es mayor.

 


En esta situación, se encuentran los recursos humanos más jóvenes con los que cuenta el país y, en la que ciframos nuestras esperanzas para el futuro nacional. ¿Podemos hacer algo? Si no tenemos el poder de decisión para aplicar políticas de estado que contrarresten esta problemática, es muy poco lo que podemos hacer. Pero por lo menos las organizaciones populares deberían pronunciarse para hacer ver al pueblo que necesitamos su apoyo.

Podríamos reclamar programas estatales de empleo juvenil en áreas reproductivas en provincias, construcción de escuelas, agroindustria, lácteos, y otros rubros de alta absorción de mano de obra. Pero quizá lo más efectivo sea crear consciencia nacional con este enfoque. Valga la ocasión para hacer ver a las organizaciones políticas populares, el valor estratégico de la bandera del pleno empleo, en sus pretensiones de gobierno. Salvo, mejor parecer. <:>

Octubre 14 del 2924

EN TORNO AL POEMA "ORGULLO AIMARA"

 CARLOS DANTE NAVA


Escribe. José Paniagua Núñez

P

ocas creaciones literarias, en nuestro medio, han calado hondo en el espíritu del pueblo y perviven en el tiempo. Los poemas de Carlos Dante Nava: a 51 años de su muerte -28 de septiembre de 1958- autor de “Orgullo Aymara”, tienen la frescura musical de una madrugada con sol, y el candor azul que inspira el cielo serrano.

Un amigo del poeta y compañero de bohemia: el artista plástico, Simón Valencia Melgar, me contó como nació el poema “Orgullo Aymara”. Versión que vale la pena reproducirla en recuerdo y homenaje al más celebrado de los poetas puneños.

Dante, tenía un cuarto de alquiler ubicado en la convergencia de las calles Deustua y Tacna. Casa de la Profesora y también poeta, Agripina Gutiérrez Valdivia. Aquí, se habrían escrito gran parte de los poemas de “Báquica Febril” y “Ayam Aru”; (El espíritu está en la palabra). Aquí, los sueños del poeta se matizaron con la realidad.

Pues bien, en una de ésas bohemias nocturnas que Dante compartía con los pintores Simón Valencia y Florentino Sosa, en la residencia del último (Calle Arequipa y Huancané) por alguna circunstancia el poeta se encontró solo -“Qué solo que me he quedado en esta sombra tan sola, huérfano de amigos y hermano de las estrellas”- Y es aquí cuando se propuso buscar a sus amigos del Grupo “Orkopata” que se reunían en la casa de Don Narciso Barrientos, Barrio “Orcapata” subiendo por la Calle Lima, al costado del entonces llamado “Hospital San Juan de Dios”. El poeta tocó la puerta y no tuvo respuesta. Había pasado la media noche. A unos cien o doscientos metros de ese lugar, junto a un pozo de agua, se quedó dormido. Se cuenta que al despertar sin ese malestar corporal que deja toda borrachera, el poeta sacudió su rubia cabellera, extendió los brazos como abrazando el horizonte, tendió la mirada al azul del Lago Titicaca, que desde el barrio “Orcapata” se divisa perfectamente, y dijo en voz alta: “Soy un indio fornido, de treinta años de acero”.

Dante tenía justamente treinta años. Y ésta introducción del poema ”Orgullo Aimara”, dicho en voz alta frente al paisaje mañanero, se fue elaborado en la mente del poeta por un tiempo, hasta que una noche de té con trago de pisco, en una “Té-te-ría” (establecimiento que antaño expendía dicho licor, llamando a sus clientes con el “pito” que producía el vapor el agua hervida en un recipiente de lata, colocado en la puerta del establecimiento: “Té con pito y alfajores, por mirar a una huachafa”, escenario ubicado junto al Templo de “San Juan”, en la “Plaza Pino”) donde el poeta declamó por vez primera ante un grupo de amigos, su “Orgullo Aimara”.

Los amigos aplaudieron. Ya no era novedad para ellos que el poeta supiera sus versos de memoria; una virtud que sorprendía a los oyentes, como decía alguna vez, el poeta Alberto Cuentas Zavala, “muchas veces, la juventud puneña, arrancaba al poeta de las musas borrachas, para llevarlo al Teatro Municipal o al Colegio San Carlos para escuchar de su voz ronca un ramillete de versos musicales, y aplaudirlo a rabiar”.

Por esos años, la vida cultural de Puno discurría activamente, entre las actividades literarias y periodísticas del Grupo “Orkopata” liderado por los hermanos Peralta, que publicaban “Boletín Titikaka”, “Tea”, “Voz Obrera”, “Don PP” y otras revistas y periódicos.

Dante Nava, era un activo colaborador de “INTI”, vocero eventual que dirigía Manuel A. Quiroga quien fue uno de los fundadores de la Federación de Periodistas de Puno y socio activo del Instituto Americano de Arte que, en esos años, realizaba exposiciones de pintura y actuaciones culturales con la orquesta del compositor Castor Vera Solano y su vocalista Asunción Garnica; el hermano del poeta Tenor Alfredo Nava, los pianistas don José Solórzano Castilla o las hermanas Sosa Secchy; las declamadoras Blanquita Arce y Alejandrina Segovia, y otras personalidades del mundo artístico de ese momento.

Fue por esos años que, a invitación de su Presidente el Dr. Amadeo Landaeta Basadre, ingresamos al Instituto y tuvimos la suerte de participar en esas giras.

El "gringo" Nava
Los artistas plásticos, que ya había fundado el “Círculo Pictórico Laikakota”. Periodistas y escritores de esos años, se cuenta que hacían sus tertulias literarias o compartían simplemente unos tragos en la única y elegante pastelería, salón de Billar y café del “Ñato” Guzmán, ubicado en la Casa de Piedra, ingresando a la Plaza de Armas por la Calle Lima, o en alguno de los establecimientos que rodeaban el “Parque Pino”.

En ese panorama de aldea en tránsito a ciudad; de “pueblucho pintoresco y culto”, como lo llamara en uno de sus artículos periodísticos el famoso Federico More, había nacido “Orgullo Aymara”, poema universal que vale por su propio contenido y que a la muerte del poeta, la “Sociedad Intelectual Chaski”, levanta un obelisco en la Plaza que hoy lleva su nombre, para colocarlo en una placa de bronce. Años después, se remodela ese escenario y se levanta la alegoría al poema, que hoy ostenta. Y éste es el único lugar seguramente del Perú o del mundo, donde se levanta un monumento a un poema, antes que al poeta, al decir del “Cholo Nieto”, cuando visitamos la tumba del “gringo” Nava.

Esta evocación del poeta amigo y de sus versos, me permiten hoy día, interpretar desde un punto de vista muy personal; el ya inmortal poema: “Orgullo Aymara”; que a la fecha tiene más de medio siglo de vigencia.

“Soy un indio fornido de treinta años de acero

Forjado sobre el yunque de la meseta andina

En los martillos fúlgidos del relámpago herrero

Y en la Sol entraña de su fragua divina.

Aquí, el poeta Nava, hijo de un inmigrante Italiano y madre peruana, nacido en Lima –Distrito de Barranco- adquiere una identidad netamente puneña. Ha formado su vocación de escritor autodidacta y libre como el viento, en el marco de un pueblo que se levanta a orillas del lago más alto navegable del mundo: El Titicaca. El poeta, se siente un indio más dentro el mundo andino; es parte del sol y del relámpago que dinamiza la vida silvestre del escenario altiplánico y el despertar de un pueblo urbano, que en esos momentos, vivía una efervescencia cultural sin precedentes:

“El lago Titikaka templó mi cuerpo fiero

En los pañales tibios de su agua cristalina

Me amamantó la ubre de un torvo ventisquero

Y fue mi cuna blanda la más pétrea colina.

La descripción poética del hombre y su vivencia, no puede ser más elocuente. En ese diario compartir con los diversos matices del agreste clima serrano, se vive esa fusión hombre-medio telúrico, descubriendo muchas bondades en su entorno, que se traducen en música y poesía. La formación del poeta, al abandonar sus estudios del Centro Escolar 881 que dirigía el Profesor José Antonio Encinas, tiene un permanente vínculo con hombres y mujeres que están de paso por la ciudad y se alojan en el entonces “Hotel Nava” de su padre, ubicado entre la Av. La Torre y el Mercado Central. Su contacto con la vida intelectual de Puno, su vínculo con Editoriales de

Argentina y Bolivia, cuyos libros distribuía, previa lectura, y el impacto del clima duro y tonificante, fortalece el espíritu creativo y original del poeta, que en forma sencilla y espontánea facture versos que describen el binomio “hombre-paisaje”:

“Las montañas membrudas educaron mis músculos,

Me dio la tierra mía su roqueña cultura,

Alegría las albas y murria los crepúsculos.

Y es que la “Poemática de Nava –al decir de Vicente Achata Vargas- es revolucionaria, antes que vernacular; poesía cuya hondura es el dolor étnico, el dolor del hombre del Ande, de paradójica existencia, que tiene por cuna blanda la más pétrea colina. Pero al mismo tiempo, poesía de un ideal romántico que sueña para esta querida tierra unos superhombres de Nietzche”:

Cuando surja mi raza que es la raza más rara,

Nacerá el superhombre de progenie más pura,

Para que sepa el mundo lo que vale el aimara.

De esta manera el poema “Orgullo Aimara”, es un homenaje a al hombre del Altiplano, a su existencia de miles de años dominando la naturaleza, a sus condiciones especiales de supervivencia a más de cinco mil metros de altura sobre el nivel del mar, a su trabajo de domesticador de animales nativos, a su fortaleza agraria que cultiva su alimentación y enseña a conservarla o deshidratarla como ocurre con las diversas variedades de papa, y a su condición de motor humano, que desde tiempos remotos a nuestros días, es un engranaje más en la explotación minera de los países del tercer mundo. Es el llamado “indio”, una raza que no se ha extinguido y actualmente mantiene sus condiciones de “superhombre” en muchos aspectos del trabajo manual e intelectual. Son gentes del Altiplano peruano-boliviano que inclusive en los centros de explotación petrolera, muestran su formación y resistencia a los embates climáticos de este Continente.

Inspirado en ellos, creo que ha nacido el “Orgullo Aimara” de nuestro poeta. Y mientras algunos piensan que “Orgullo Aimara”, fue inspirado por la vida y las actividades políticas de su amigo, el viejo luchador aprista Manuel A. Quiroga. Nosotros recogemos textualmente lo que él escribió sobre el poeta: “Dante Nava, el poeta culminante mas indio, es quién en dos cintarazos de luz arrancados del relámpago, del rayo restallante ha dicho lo que vale el porvenir de la raza, al esculpir sobre los Andes su gran poema “Orgullo Aimara”.  <:>

PARA LA HISTORIA DEL PERIODISMO PUNEÑO

 64 ANIVERSARIO DEL FALLECIMIENTO DE JUAN EDUARDO FOURNIER BARRIONUEVO.

Eduardo H. Paredes Chukiwanka

Publicado en Facebook por Ana García Paredes

U

n día como hoy 12 de octubre del año 1957, falleció don Juan Eduardo Fournier Barrionuevo, quién nació en Puno el 18 de septiembre de 1881 hijo del ciudadano francés José Fournier y de la dama puneña Catalina Barrionuevo Solórzano y casado con la dama puneña Rosa Elvira Paredes.

Sus estudios primarios los realizó en la Escuela Municipal de Puno, dirigida por don José María Miranda, quien logró formar a sus alumnos con un espíritu de lucha y sana beligerancia. Los estudios secundarios los realizó en el Colegio San Carlos, don Eduardo dirigió la revista "El Carolino".

Propulsor de la cultura puneña y formador de la conciencia gremial del obrero y artesano puneño.

Tipógrafo que fue uno de los editores más resaltantes en Puno. En la Tipografía Fournier se editaron los principales libros de ésa época, fue un artista del arte gráfico, publicando con esmero y pulcritud entre otras obras, Baquica Febril de Dante Nava, Altipampa y Tahuantinsuyo de Emilio Vásquez, Epopeya del Perú y Tres Poemas de Enrique Ancieta, Apuntes Geográficos de Puno de Vicente Jiménez y la Fundación de Puno, de su amigo y compañero de andanzas intelectuales José Antonio Encinas.

Fundador y Director del quincenario "La Voz del Obrero", desde cuyas páginas aleccionaba sobre los derechos ciudadanos y especialmente de los obreros. Éste periódico, escrito por obreros, no fue superado en el transcurso del tiempo y tuvo como principales redactores a Alejandro Cáceres, Manuel Z. Aragón, Aurelio Martínez, José Manuel Sierra, Jacinto Gamero, Daniel Franco y Modesto Flores. Arturo Peralta ingresó como redactor a los 17 años de edad, iniciando su trayectoria literaria y aprendiendo el arte de la tipografía.

Fournier fue un trabajador gráfico por excelencia y inició en su tipografía, la impresión del famoso Boletín Titicaca, el periódico La Tea.

El Grupo Bohemia Andina, integrado entre otros personajes,, por Emilio Romero y Ezequiel Urviola, recibió todo el impulso, apoyo, estímulo y colaboración de don Eduardo Fournier.

Fue honesto y honrado y en diario vivir dió lecciones de civismo, moral, rectitud y benevolencia a la vez.

Ocupó la Alcaldía Provincial de Puno en 2 oportunidades (1923 y 1941) desempeñando el cargo ci dignidad, responsabilidad, dinamismo, honradez y laboriosidad, creador de la Biblioteca, Museo y Pinacoteca Municipal. La Piscina Municipal, fue construida debido a su impulso y persistencia.

Fue fundador del Centro Federado de Periodistas de Puno, directivo de la Sociedad Fraternal de Artesanos y de la Sociedad Pública de Beneficencia de Puno socio del Instituto Americano de Arte de Puno y en una de sus revistas escribió "Historia del Periodismo en Puno"

Fournier fue valiente defensor de los indígenas y reclamaba sanción para los culpables de las masacres que sufrían.

Eduardo Fournier dirigió la Tipografía que llevaba su nombre junto a su hijo Hipólito Paredes, quien le sucedió en la conducción de la Imprenta.

La Tipografía Fournier, en 1979 tuvo que suspender para siempre su servicio a la sociedad puneña, por la acción de siniestras personas y la decisión de un juez venal, como lo llamó en uno de sus poemas el literato Omar Aramayo.

El 12 de octubre de 1957, un ataque cardíaco, llevó a la inmortalidad a don J. Eduardo Fournier Barrionuevo el sepelio de este distinguido puneño, congregó a la ciudadanía que mostró su hondo pesar por la desaparición física de una persona que hizo mucho por Puno.

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Buscar también en este blog:

Emilio Vásquez: DON J. EDUARDO FOURNIER BARRIONUEVO

Eduardo Paredes Chukiwanka:  110 AÑOS DEL PERIODICO PUNEÑO "LA VOZ DEL OBRERO"