Escribe:
Guillermo Vásquez Cuentas |
LOS ANDES – 4mayo2012
El nuevo
presidente del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP), periodo
2012-2014, ingeniero Rómulo Mucho Mamani, natural de Juli, Puno, miembro
asociado al IIMP desde hace más de tres décadas, concentra un conocimiento
técnico, empresarial y de política sectorial en la minería, con el que responde
a la siguiente entrevista hecha en exclusiva por Los Andes.
Ingeniero
Mucho, ¿cuál será la tarea en la que se abocará su gestión?
Seguir
modernizando la institución aprovechando las iniciativas de los ingenieros de
minas al servicio del sector, acorde con los cambios en el mundo. Así,
contribuiremos a resolver el panorama complicado para consolidar las
inversiones mineras aprobadas y las futuras que permanecen en cartera.
Recientemente,
se reveló que América Latina cuenta con una cartera de US$ 300,000 millones de
inversión minera hasta 2020, de los cuales Chile captará US$ 100,000 millones y
Perú puede lograr US$ 50,000 millones, pero los conflictos sociales de
coyuntura, que por cierto tienen un componente político más que de técnico,
podrían retrasar estas inversiones. Quisiéramos utilizar ese valioso
conocimiento técnico-científico que tiene nuestro IIMP para explicarles a las
comunidades sobre sus dudas y temores, que comprendan la actividad minera y se
entienda de una vez por todas que no hay posibilidad de desarrollo de nuestro
país por ahora sin el concurso de la minería.
¿Estas
acciones cómo beneficiarán a los asociados del IIMP?
Recordemos
que los proyectos mineros constituyen la fuente de trabajo de quienes se
desempeñan en el sector, y llevaremos la voz técnica y autorizada del IIMP a
los debates públicos en el ámbito gubernamental y privado, fruto del aporte de
los ingenieros de minas y profesionales asociados. Ello permitirá robustecer la
solvencia técnica de los proyectos mineros fortaleciendo, a su vez, a nuestra
institución en el ámbito nacional e internacional.
Además,
las intervenciones de nuestro IIMP serán difundidas a nivel nacional, al igual
que las capacitaciones, con la trasmisión en vivo de nuestros Jueves Mineros,
que tendrán por lo menos seis conferencistas extranjeros por año. Nos
acercaremos a las universidades para incentivar la investigación.
Asimismo,
mejoraremos el TURIMIN, intensificándolo con la guía de reconocidos asociados
del IIMP. Del mismo modo, con el Comité Organizador de PERUMIN, trabajaremos
para que el trascendente evento siga su crecimiento, como en las versiones
pasadas.
La valla
que nos dejan el Ing. Miguel Carrizales y su directiva además de las anteriores
directivas es muy alta, pero trabajaremos para poder superar lo realizado.
Seguiremos impulsando los convenios internacionales con instituciones similares
a la nuestra en el mundo, a los que agregaremos otros beneficios para el
asociado.
¿En Perú,
cuál es la situación laboral de los ingenieros mineros y metalúrgicos?
Un
estudio que el IIMP encargó a Gerens para presentar en PERUMIN 2011 nos reveló
que alrededor de 6,000 ingenieros de minas están insertos en el mercado
laboral, de los cuales el 58% están en empresas contratistas y el 32% en
empresas mineras, principalmente de la mediana y gran minería. El resto se
desempeña entre empresas proveedoras y entidades del gobierno. Pudimos conocer
también el potencial de nuestros profesionales y aquello que les falta.
Aquí
quiero destacar un aspecto que desde el IIMP vamos a promover con las
universidades iniciativas de investigación : mejorar competencias técnicas en
la gestión de proyectos, planeamiento de recursos, gestión de temas ambientales
y el empleo de herramientas básicas como dominio del idioma inglés y el
software para aplicaciones en minería y metalurgia. Además de competencias
conductuales en habilidades socio emocionales, como el liderazgo, comunicación,
e inteligencia emocional para la buenas relaciones comunitarias.
¿Podría
explicar la actual coyuntura minera que atraviesa el país?
Los
peruanos debemos tener claro que nuestra fortaleza son nuestros recursos
minerales por ahora y que estamos en una lucha sin cuartel en el mundo
globalizado por atraer capitales para proyectos mineros que, además, son muy
importantes por todo lo que traen consigo.
Sin
embargo, en el camino al desarrollo, nuestro Perú tiene que enfrentar dos
desafíos: el primero es externo como la depresión mundial y que el crecimiento
de China sea menor al 6%, que afectaría nuestras exportaciones, y el segundo
reto es doméstico como resolver los problemas internos como el analfabetismo y
la pobreza, que generan terrorismo, narcotráfico, corrupción, informalidad que
incrementan los conflictos sociales que quieren paralizar la actividad minera,
también la falta de personal calificado puede ser un cuello de botella para el
desarrollo y construcción de proyectos mineros nuevos.
Por eso,
desde el IIMP seguiremos impulsando y con más fuerza la inversión en capital
humano que permitirá mayor productividad y mejores oportunidades para todos.
Recordemos que los ciudadanos preparados y productivos generan riqueza para sí
mismos y para los demás. Son el mejor activo de una nación.
¿Cómo se
debe tomar en cuenta el peritaje al EIA del proyecto Conga y qué efecto tienen
estos conflictos para Perú?
Sobre el
peritaje internacional, los técnicos siempre pensamos que iba a existir una
lista de recomendaciones, porque para eso vinieron los expertos. Por lo tanto,
las observaciones y recomendaciones validan el EIA y proponen hacer mejoras en
el diseño, como aumentar capacidad de los reservorios para mayor disponibilidad
de agua y mayor generación de puestos de trabajo.
Corresponde
a la empresa evaluar técnica y económicamente la factibilidad de las mismas.
Por eso
las recomendaciones deben tomarse en el esquema que el proyecto sea rentable y
la política de responsabilidad social sea óptima para con la comunidad;
esperamos eso para el éxito del país y del gobierno.
En general,
a los peruanos nos corresponde reflexionar si somos capaces de entender que
podemos lograr beneficios del buen momento que atraviesa la minería, habida
cuenta que hay bastante demanda de estos recursos, porque no sabemos qué pasará
en diez a veinte años, si los precios bajarán -porque son cíclicos- o si se
encontrarán materiales sustitutos. Si no aprovechamos, perderemos la
oportunidad y seremos, como siempre ha ocurrido, el país de las oportunidades
perdidas.