SEGURIDAD ALIMENTARIA
Y ALIMENTICIA
Escribe: Milciades
Ruiz
e
ha estado debatiendo sobre seguridad alimentaria, tanto en foros
internacionales –Cooperación Asia Pacífico-APEC, FAO- como a nivel nacional. Es
un asunto de estado que está tomando relevancia estratégica. Pero el enfoque de
esta problemática y, su solución, depende de la ideología con la que se la
concibe. Veamos.
Los
burócratas que nunca ha pasado hambre, claman y reclaman de Perogrullo,
abogando por la “Seguridad alimentaria”. Para estos, se trata de un problema de
abastecimiento y, disponibilidad en el mercado, abogando por políticas
estatales al respecto. Ponen énfasis en lo alimentario, primando sobre lo
alimenticio que, es la ingesta de las personas.
Es
que, el mundo, ha perdido la razón de ser, de la humanidad. Para este enfoque,
el ser humano, no es el eje de la preocupación, sino el ordenamiento del
sistema capitalista. Temen que el desabastecimiento alimentario desestabilice
el orden establecido por la dominación capitalista. Las leyes del mercado son
sagradas y están por encima d nuestras vidas. “Padre mercado, santificado
sea tu nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad, en la tierra
globalizada como en cada país. Danos el pan de cada día y perdona nuestras
ofensas.”
En
cambio, para la ideología socialista, los recursos humanos son los más valiosos
con los que cuenta un país y por eso, se opone a todo tipo de expoliación
humana con fines de lucro particular. Entonces, lo natural es que cuidemos de
ellos desde antes del nacimiento, para que adquiera la fortaleza nutritiva para
su desarrollo corporal y mental en las mejores condiciones.
Si
cuidamos bien nuestros recursos humanos, con los nutrimentos alimenticios e
informativos, tendremos generaciones futuras de alto rendimiento en sus
capacidades productivas y reproductivas. De la sustentabilidad y sostenibilidad
de nuestros recursos humanos depende el futuro nacional. Tendríamos así,
técnicos, deportistas, profesionales, científicos y gobernantes de la más alta
calidad.
Al
hablar en general de nuestros recursos humanos, me estoy refiriendo, no solo a
nuestros hijos, sino a todos los habitantes del Perú hasta los últimos rincones
de la costa sierra y selva. El derecho a la alimentación saludable debería ser
para todos sin excepción, pero el sistema que condiciona nuestras vidas, no lo permite,
por más voluntad que tengamos. Las leyes supremas del mercado, marcan nuestro
destino.
La
cantidad y calidad alimenticia determinan el potencial de desarrollo y
crecimiento de los humanos, incluyendo talla y formación corporal. En la
infancia. la alimentación inadecuada los expone a enfermedades infecciosas que
los debilitan. Pero, ¿Cuál es el trato que reciben recursos humanos peruanos
bajo el sistema de las leyes del mercado capitalista? Para muestra, basta un
botón.
Según
la Encuesta nacional Demográfica y de Salud Familiar 2023 ENDES, realizada por
el INEI, se tiene:
- Al 43,1% de
niñas y niños de 6 a 35 meses de edad, se les detectó anemia. En el área
rural (50,3%). La anemia en mujeres en edad fértil es mayor en las de
origen nativo (23,5%).
- La desnutrición
crónica afectó al 11,5% de infantes menores de cinco años de edad. En
mayor proporción en el área rural (20,3%), mayor en 12,2% que en el área
urbana (8,1%).
- Las niñas y
niños cuyas madres se ubican en el más bajo nivel de riqueza fueron
afectados en mayor proporción con desnutrición crónica (22,7%).
Como
se podrá apreciar, el maltrato a nuestros recursos humanos es de lo peor.
Paradójicamente, los peores alimentados son los de las zonas donde se producen
los alimentos. Lo mejor de las cosechas se va para subsidiar a la ciudad porque
así, es el dictado de las leyes del supremo mercado. El eslabón primario de la
cadena alimentaria, es el de menor rentabilidad. El aumento de cosechas hace
bajar el precio y a veces no cubre ni el costo de producción.
Si
el campesinado aplica tecnologías para elevar su productividad, la sobreoferta
los arruinará. Dirán entonces que este, no es un asunto alimentario, pero esta
es la causa por la que se deja de comer obligatoriamente para poder obtener el
poco dinero con el cual se cubren las necesidades de salud, educación, vestimenta,
etc. Así está condicionada la vida campesina por la divinidad del mercado, ante
la indiferencia de un estado de carácter inhumano.
Pero,
¿A quiénes conviene que se mantenga esta situación? Pues, a los grupos de poder
que lucran con esta aberración. La dependencia alimentaria ha sido introducida
por las corporaciones del ramo, modificando nuestros hábitos alimenticios. Los
grandes monopolios y oligopolios, controlan el mercado de los alimentos en
perjuicio de la producción nacional y de la salud de la población nacional.
Uno
de estos grupos, el Grupo Romero, propietario de la cadena alimentaria ALICORP,
otorgó a cuenta de beneficios posteriores más de un millón y medio de dólares,
para la campaña electoral de Keiko Fujimori. Sus intereses están garantizados
por la mayoría parlamentaria fujimorista, que tantas indignaciones nos da. Ese
millón y medio salió de nuestros bolsillos, haciéndonos aportantes indirectos a
la campaña política de la susodicha.
En
solo en uno de sus tantos rubros ALICORP, es el mayor importador de trigo, que
multiplica a cualquier otro, con unos 300 millones de dólares anuales. Esta
abrumadora importación ha matado la producción nacional de trigo acaparando
mercado y con competencia desleal, a precio subsidiado en el país de origen.
Ahora se come pan de trigo importado donde antes había producción local. Pero
en los últimos cinco años ALCORP, registró importaciones de alimentos por valor
de US$ 2,535´754,682.
Para
el colmo alimentario, ahora importamos papas preparadas tipo snack para
pollerías. Siendo el país de origen de este tubérculo, tenemos que traer para
de países que se llevaron gratis nuestro material genético. Todo esto sucede
porque los gobernantes no tienen consciencia del daño que le hace al país,
desatendiendo la alimentación de nuestros recursos humanos, generación tras
generaciones de desnutridos.
Prefieren
crear diversos ministerios pero no, un Ministerio de Alimentación que preserve
la calidad de nuestros recursos humanos. Solo en el gobierno de Velasco se creó
este ministerio que, luego fue eliminado con la vuelta de la derecha al
gobierno del país, para dar curso a la libre especulación de alimentos. No hay
organismo público que asuma esta problemática, ya que, el ministerio de
agricultura solo cumple funciones de fomento productivo y no es su función el
manejo estratégico de la alimentación de los peruanos, que es multisectorial.
Sabemos
de los daños fatales a la vida con la libre circulación de alimentos ultra
procesados, con colorantes y, saborizantes artificiales. Muchos elementos
químicos se usan como preservantes de alimentos envasados, mantequillas
artificiales, pollos industriales inyectados diariamente con hormonas,
antibióticos, vacunas, colorantes químicos de carnes y demás comida chatarra,
son altamente contaminantes y nocivos, Pero, dejar hacer y dejar pasar, es la
señal de la cruz del libre mercado de alimentos.
Podría
seguir señalando otros aspectos de inseguridad alimentaria y alimenticia, pero
lo poco que he mostrado quizá toque la sensibilidad de las agrupaciones
políticas populares y, capten banderas para sus plataformas de gobierno. ¿Cuál
es la política de estado en materia alimentaria y alimenticia que propugnamos?
Llegar al poder sin saber qué hacer, en esta materia, sería lamentable. O no.
Ustedes qué dicen. <>
23 agosto de 2024