“MASCARAS EN EL AIRE”
DE BORIS ESPEZUA, MOSHO Y GUIDO
SERRUTO
Sonia René Molina Cabala
No estábamos preparados para recibir esta gratísima sorpresa
antes de fin de año, y menos del Gobierno Regional Puno (que agonizaba saturado
de conflictos)
Tres maestros acreditados, que enseñan, que comparten sus
conocimientos, y que además no han subido al podio de la sobrevaloración en
ningún momento. Maestros generosos, comunicativos, que repelen el culto al YO: que
son antípodas de “Narciso”, que habiendo llegado a la cima de sus
artes, no calibran despectivamente a los demás
mortales….que deslizan siempre un par de frases encomiables a quien viene en
busca de consejo, que le toman de la mano y brindan sin ningún estribo secretos
profesionales. Ellos son: El eximio artista plástico Moshó, Boris y Artista
Grafico Guido Serruto. Por cierto, es muy difícil alcanzarlos.
Boris Espezúa Salmón (Premio Copé de oro 2009) 4 años
tenía anidando el libro, ¿Será que el fondo de los ojos de nuestros vates,
absorbe de manera exótica, el numen creativo que luego plasma y transmite? , ¿Será
que emiten radiaciones químicas poderosas, que atraen como imán a personas de
gran sensibilidad?; ¿Será por ello que nos les falta adoradoras?, pues
precisamente por los ojos, se transmite la energía que irrumpe del interior. No
es por tanto igual que la de cualquier mortal la mirada extrema de los artistas
(Boris, Moshó, Guido), que hoy tenemos en la palestra.
El eje central que alumbró esta Obra partió
del Poeta Mayor (de Juli) Boris Espezúa Salmón, que oteó como nadie la
importancia vital de la imagen en la obra literaria y aunó esfuerzos con el
irrepetible maestro Moshó, honorable melgarino máximo representante de la
exquisitez y versatilidad del artista contemporáneo y
finalmente Guido, el joven fotógrafo que ve aún con ojos inocentes
nuestras danzas y extrae del paisaje y sus habitantes el
clímax cósmico de la forma irrepetible, con solo ajustar en el
segundo preciso el click mágico del obturador. Todo ello aglutinado en un solo
libro: formidable conjunción de trueno, rayo y calor. La química que
emanan los ojos del Buho, capaces de generar conflictos en sus
siempre jóvenes fans. La prodigiosa imaginación de Moshó, capaz de enseñar en
unas horas el arte del dibujo y la pintura (soy testigo de cómo habilitó a mi
hijo en tres días, en que plasmó un tigre sentado y un barco flotando en alta
mar.) ¡Maravilloso! Maestro…, capaz de transmutar los rasgos amorfos de
nubes y piedras en figuras animadas, de dar vida y colores a la historia de
Puno; y lo más impactante: su poderoso talento caricaturista, clave de su
filosofía de la vida, tremendamente irónica de los días que vivimos.
El joven fotógrafo Guido Serruto, no se queda atrás. Se
lanzó a la vida pública en el Puno actual, como maestro de niños menores de 13
años en la isla de Amantaní con resultados exitosos que fueron divulgados en el
Ministerio de Relaciones Exteriores de Puno. Para saber cuánto vale alguien
talentoso, es necesario evaluar al docente y al alumno. En este caso
ambos; Moshó y Guido obtendrían veinte. Mas, es difícil y complicado enseñar
a escribir poesía -la especialidad de Boris- pues según él: “antes que ser
poeta hay que ser filósofo” y si esta materia afinca en él junto a las Ciencias
Jurídico-políticas, el tema se complica en exceso. Sin embargo cualquier
profano, puede apreciar la belleza de la poesía, aunque no entienda por
completo el significado profundo del mensaje, este efecto comparten Gamaliel
Churata en su libro “El Pez de Oro”, Omar Aramayo en “Los Dioses”, y Boris
Espezúa en su libro Cope: Gamaliel y el Oráculo del Agua”; de modo más
amigable.
Protagonistas que opinan en esta obra son: el Kusillo, el
Ayarachi, Santiago y la china diabla. La naturaleza vibrante se comprime en los
versos, en la imagen atrapada en claroscuros y colores radiantes. Se aprecia en
los rostros la simbiosis que sufren los danzarines apenas se enfundan sus
vistosos trajes e irrumpen al tronar la música…olvidan su pasado, presente y
futuro y dan vida al subconsciente. Magia de carnavales, paralela a Venecia…
a las noches de Suecia, a carnaval de Rio, donde por la búsqueda del goce
inasible no importa la vida o la muerte, la seguridad o el decoro. Acá sueltan
sus kkepis todos los que danzan.
Se transforman en el espíritu de la danza.
Y para nuestra mayor sorpresa nos enteramos que los libros
en la imprenta no han sido cancelados totalmente. Es decir el presidente anterior
Mauricio Rodríguez, dejó un asunto más a medio resolver.
La obra de arte se halla impresa en tamaño A-4, horizontal,
presentación de lujo por su diagramación, materiales y contenidos y también por
bondades adicionales como: el prólogo a cargo del poeta y docente universitario
Marco Martos de la Universidad Decana San Marcos de Lima, que alude a los
maestros Gamaliel Churata y Efraín Miranda Luján; y el comentario de los
expertos: Ana María Jordán, Hernán Cornejo Roselló y Elard Serruto
Dancuart
Escuchemos a Boris:
“¿Ese fulgor
convertido en sopor chorreando brillo, descifra el desconsuelo de nuestras
sombras?”
- “¿Dónde estuvo desterrada
la espina de fuego, dejando su quemadura encostrada?”
- “Mis pasos
cicatrizan los callos del aire, congela el agua evaporada que sale coque nace
con la muerte”.
- “Ronda su
propio cadáver cuando danza, ronda su alegría efímera y paralela a la plegaria
del espíritu. El oro de no tener nada, las sobras que te dan todo.”
- “La música se
engulle al mundo, entra por los resquicios de las casas con su tono de
inmortalidad flotando”
Poesía y prosa poética, intercalada de 3
prodigiosas acuarelas de Moshó, alusivas a la fiesta patrimonial de La
Candelaria:
Primera estampa: el pueblo
de rodillas con su bandera blanca hecha jirones , una virgen de mirada
resignada cargando al niño y con vista al frente , un dragón asomando la
cabeza, una sirena de mirada despectiva, un ángel Gabriel de moreno
rostro y albo ropaje, el templo de indios de San Juan, San Gabriel, danzarines
de morenada, diablada, tinkus, ayarachis, sikuris, huaca huaca, rey moreno;
varias de ellas con espadas, el chullo, el báculo que todos queremos
portar, Manuel Pino. Al final de la estampa la virgen estrecha con cariño al
niño asustado.
Segunda estampa: la careta
del diablo mirando de perfil, una turista con su lámpara de carburo, una china
diabla, jalándose un joven gringo, templo de San Juan, las polleras
–mantón de una subyugada huaca huaca, una careta de diablo al suelo y tres
danzarines de diablada. El lanzón de Chavín tirado al suelo, las
chullpas de Sillustani, la laguna de Umayo con sus balsas de
totora, loritos.
Tercera estampa :
se observa el campo trasladado al centro de Puno, se asoma al fondo el arco
Deustua, los kaperos, cargando leña, dentro de sus Kkepis, una turista de
pícara sonrisa, el perrito mirando el fuego del pago a la tierra, músicos
que soplan instrumentos de viento, Torres de la catedral, la virgen, el
celular en manos de nueva gente joven, los devotos de la procesión,
las alas del ángel Gabriel., un gringo saludando con el pulgar hacia arriba, cirios,
flores, picaflores danzando, peces que van y vienen- incluyendo a Boris,
Gamaliel y Omar. El sol y los símbolos venerados antaño: El puma, (Ricardo
Bardales) el rayo ( Guido) , el cóndor ( Moshó) .
Las fotografías de Guido Serruto, son extraordinarias:
algunas en blanco y negro y otras a colores. Y son cerca de 60 de variados
argumentos:
Una anciana que baila con la mirada ausente y sus mejores
galas sin brillos ni menjunjes. Un niñito del campo vestido de bayeta y alpaca,
de sonrisa abierta y mirada satisfecha, mostrando sus manitas oscuras, producto
de intenso trabajo y exceso de vida libre exposición. Dos zampoñistas de ojos
cerrados, tocan absortos dulces melodías desde doce cañas huecas. Una conocida
promotora de Turismo, danzarina de huaca huaca, blandiendo su porongo y su llijlla, ataviada íntegramente de rojo.
Hablan por todos nosotros cuatro personajes clave de las
danzas en los versos de Boris:
- Ayarachi
“Los perros muertos de mis memorias, huelen mi sombra y su ojo negro. Las
grietas del ladrido del perro cabeza de puma, ruge de sus agujeros de una
muerte que no tuvo
A veces aborrezco mi rostro, mi triste vivir de humo y ante la ternura
huyo y también huyo de los derrumbes interiores, de esa entraña glaciar que
hace arder mi lacerado cuerpo.”
- China diabla
“Me voy con todas las puntas de la pasión con los desvaríos y los
embarazos sensuales
Me voy con la genitud y la infinitud del vivir
En este lugar mágico y vulnerable como mi calzón.”
“La danza es el cuerpo en movimiento, es una zambullida de la herida a la
pasión abierta, la reserva de la sabiduría libre que necesita el cuerpo, el
clímax de las hojas sueltas mecidas en el viento. La danza nos permite tantear
con su lengua invisible lo de afuera y se interioriza en nosotros en un
instante perpetuo.”
Y el danzarín más lúcido, libre y despistado: el kusillo (léase
Boris Espezúa) .
“Nuestra
tarea es tejer y destejer en la gente un espectáculo inquieto, donde todos
quieren expresarse y envidian la licencia que tiene el kusillo que
sí puede azotar, amar, burlarse y reírse sin ser identificado. Soy un dolor
trajeado vestido de risa para ocultar el llanto, entusiasmo al cielo a fin de
que el Wamani proteja mis excesos, exude mis misterios y mis ateridos gritos
ahogados.
Puno mayo 2015
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