jueves, 2 de enero de 2020
lunes, 30 de diciembre de 2019
domingo, 29 de diciembre de 2019
LA COYUNTURA PERUANA
LECTURAS INTERESANTES Nº 936
LIMA PERU 29
DICIEMBRE 2019
SÍ PODEMOS
RECUPERAR EL PERÚ
LA
REPUBLICA 29DIC19
C
|
arlos y Alexandra en el piso mojado de un
McDonald’s, atravesados por una descarga eléctrica; Jéssica y sus hijos, sus
cuerpos cortados, quemados, envueltos en humo, a una cuadra de la comisaría.
No, no son solo fatídicos y circunstanciales “accidentes”, no son casos
aislados sino ecos lacerantes de una habitualidad que acallamos hasta que
estalla. Son las vidas que el neoliberalismo y el patriarcado sacrifican para
reproducirse mientras miramos de costado, consumidos por la supervivencia
cotidiana, adormecidos por las luces y las pantallas. Sí, estamos en crisis, y
no es solo de representación política, es mucho más grave y profunda. Estamos
en un nudo histórico que condensa y entrelaza procesos cuyos desenlaces están
en pugna, desde los valores y vínculos que ordenan nuestras sociedades hasta
la hegemonía comercial pero también política y cultural en la geopolítica
global y regional, pasando por la crisis climática y civilizatoria que sigue
depredando y mercantilizando la naturaleza, poniendo en riesgo el agua que
nuestro hijos y nietos han de beber y el aire que han de respirar.
En el Perú esta crisis múltiple está signada por la
corrupción y la captura del Estado por poderes mafiosos y lobistas que han
rematado nuestras riquezas y acrecentado sus privilegios a costa de la exclusión
y explotación de las mayorías. La crisis ha tenido un hito importante en el cierre
del Congreso producto de la acción ciudadana y de las fuerzas políticas
democráticas, pero no se ha resuelto, apenas se ha abierto un nuevo episodio
con la convocatoria a elecciones parlamentarias complementarias.
Lamentablemente, se trata de un proceso electoral “a medias” -otra sería la
situación si estuviéramos hoy ante elecciones generales que el sentido
histórico imponía- al que llegamos con una reforma política “a medias” que no
promueve nuevas reglas ni nuevos actores, sino que propicia un “reciclaje” de
lo mismo de siempre. Y, sin embargo, aunque no son definitivas, estas
elecciones sí son importantes, porque en ellas se trazarán los surcos de la
salida a las crisis. Algunos los trazan autoritarios y reaccionarios -azuzando
odios y miedos hacia lo diferente y diverso, silenciando a las mujeres que
claman por libertad y a las voces disidentes-, otros prefieren la continuidad
neoliberal asfixiante y unos pocos pugnan por hacerlos anchos, democráticos y
emancipadores.
Será clave, entonces, poner un dique en el próximo
Congreso para que las mafias y lobis no se recompongan y desmonten los avances
en la lucha contra la corrupción, para continuar y profundizar las reformas
emprendidas –política y de justicia- y abrir los debates que los de siempre
quieren eludir: la distribución del poder y la riqueza, la precarización y
explotación en el trabajo, las millonarias exoneraciones tributarias a grandes
empresas, bancos y mineras, la depredación de la naturaleza que hipoteca la
vida de las generaciones futuras, la recuperación de derechos fundamentales
como la salud, la educación o la vivienda hoy convertidos en mercancía y
privilegios que solo algunos pueden pagar, etc.
Es tiempo de poner en debate estas múltiples
desigualdades y exclusiones agravadas por el machismo, la homofobia, el racismo
y el clasismo seculares y arraigados en nuestra sociedad.
Para ello, el espacio institucional es importante
pero insuficiente, necesitamos recuperar la calle, la universidad, el trabajo,
como espacios de encuentro y de diálogo, necesitamos alzar la frente, mirar al
otro, vencer los prejuicios y desconfianzas, reconocemos no solo como víctimas
de un mismo sistema que precariza nuestras vidas sino como aliados y agentes de
cambio. Porque ellos podrán tener millones, pero nosotros somos millones.
Dialogando, organizándonos, tendiendo puentes, sumando
fuerzas, sí podemos romper el pacto infame de hablar a media voz y con la
cerviz humillada, podemos avanzar hacia la construcción de un nuevo pacto entre
peruanas y peruanos, sobre la base de nuevas reglas y nuevos valores; un nuevo
pacto que marque el cumplimiento de la transición inconclusa del año 2000 y de
nuestra independencia tras 200 años de una República excluyente.
Sí podemos recuperar el Perú. ❖
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