CRISIS:
ARRANCANDO LA ESPERANZA
Escribe: Milcíades
Ruiz
La presente nota, versa sobre el anunciado cambio de modo de
vida en el mundo, la desarticulada gestión gubernamental y nuestra actuación
política. Reparos al programa “Arranca Perú” y como no, mi saludo de año nuevo
andino y brindis por nuestro día.
No es bueno creer todo lo que nos dicen sin reflexionar.
Muchos dicen que el mundo será diferente después de la pandemia y hay quienes
lo toman como un hecho inevitable, tanto como un designio divino. Se presume
que, lo que viene sucediendo en nuestro planeta, ha generado consciencia cívica
de, no atentar más contra nuestro hábitat. Por consiguiente, habría un giro en
nuestro comportamiento hacia un sistema de vida compatible con la supervivencia
humana. ¿Cuánto de verdad hay en esta predicción?
Es probable que muchos humanos asuman ese comportamiento
ideal, porque no tienen intereses contrarios. Pero hay grandes poderes
planetarios que son los que han puesto al planeta en esta situación, por el
afán de lucro capitalista. Si esta es la causa, entonces no habrá cambio
efectivo si antes, no se la elimina. Podrá haber cambios aparentes, parciales,
declarativos, pero nada cambia totalmente si no hay una fuerza contraria que la
haga cambiar. Entonces no es cuestión de consciencia, sino, de poder.
De todas maneras, será necesario lucharla intransigentemente
como movimiento mundial. De lo contrario volveremos a lo mismo con otra careta
y las condiciones de vida en nuestro planeta seguirán deteriorándose. Marte,
perdió su atmósfera, sin la cual, no es posible la vida como la conocemos. En
esa tendencia estamos. Pero para no ser mal entendido como apocalíptico, me
referiré a algo más local.
No hay más optimista que Vizcarra que se auto alienta,
aunque esté perdiendo. Después de habernos mecido con el espejismo de la
meseta, ahora nos encandila con el programa “Arranca Perú” para obtener un
millón de empleos que no se sabe cuándo, dónde y cómo arrancará, pues seguirá
el mismo proceso fraudulento de la corrupción generada por la pandemia. El INEI
reporta que solo en Lima, entre marzo y mayo, 2.3 millones de trabajadores
perdieron el trabajo. Aunque los despidos proseguirán.
El monto presupuestado para dicho programa es de 6.436
millones de soles, de los cuales se dará solo el 5% al agro para los trabajos
de limpieza de causes que acostumbran hacerlo por su cuenta todos los años.
Son S/ 373 millones para 76,555 puestos de trabajo. Aunque todos vienen
reclamando que se otorgue un trato preferencial agro como medida de seguridad
alimentaria, al parecer hay un mal entendido de parte del gobierno, al
asignarle tan bajo presupuesto.
El sector agrario, aparte de ser el más importante en la
captación de empleo, tiene particularidades especiales que lo hacen muy
diferente de los sectores urbanos. Allí los desempleados no van a salir a robar
ni a vender ambulatoriamente. Los inversionistas agrarios en más del 99% son al
mismo tiempo trabajadores y empleadores. Pero la limpieza de causes, es
preparatoria para la próxima campaña agrícola 2020/2021 que empezará en el
segundo semestre para las cosechas del año entrante.
Si de lo que se trata es, asegurar que no falten los
alimentos post pandemia, se debió haber comprado parte de las cosechas que
terminan este mes y guardar para cuando llegue la escasez, el segundo semestre.
Se pudo haber almacenado en lugares de refrigeración natural y artificial, o
procesarlos como conservas como se hace con el pescado y otros, deshidratados,
etc. De este modo se hubiera evitado la ruina de los agricultores por las
pérdidas derivadas de la encerrona y falta de poder adquisitivo. Este álgido
asunto, no lo resuelve Arranca Perú, y hay un tiempo perdido que nos costará
caro.
En el sector agrario no se produce en cualquier momento.
Cada cultivo tiene un ciclo climático y se trabaja escalonadamente con cada
estación. No se puede sembrar papa en verano ni arroz en invierno, por más que
pongamos a disposición de los agricultores empleos y créditos. Cada cultivo
necesita una temperatura exacta en un mes exacto, para la floración. Un exceso
de calor o de frío, impide la floración, sin la cual no hay producción.
Tradicionalmente nunca falta papa en el mercado, pues hay
una alternancia. La sierra abastece de enero a julio. Entonces la costa siembra
desde abril para abastecer de agosto a diciembre. Pero con la cuarentena no se
ha podido subir a la sierra para traer la semilla ya que hasta el transporte
fue bloqueado. Entonces no hubo siembra ni habrá suficiente abastecimiento de
cosechas a partir de agosto. Lógicamente, el precio al consumidor “arrancará”
para arriba. No hay acción sin reacción.
Este sencillo ejemplo ilustra sobre las características de
la producción alimentaria y sobre el malentendido gubernamental que deja pasar
el tiempo sin atinar a prevenir lo que la gente le reclama en cuanto a
seguridad alimentaria. De modo que, el burocrático programa “Arranca Perú”,
demorará en arrancar y cuando lo haga será tarde para el agro, porque no le
servirá para arrancarlo de la ruina, ni para arrancar la prevención
alimentaria. Los únicos arrancados serán los campesinos.
Pero lo que salta a la vista es que el gobierno no se
conduce de acuerdo a un plan sustentable y nos lleva a la deriva sin
estrategia, ni metas. Tampoco hay exigencias de la ciudadanía sobre las medidas
que corresponde tomar con miras a resolver los riesgos de la crisis económica
nacional, y se acepta pasivamente sin objeciones, las medidas aisladas que se
le ocurren. Tampoco hay propuestas definidas sobre lo que se debe hacer para
forzar un cambio de rumbo en condiciones diferentes a las de la pre pandemia.
Diversos países ya están adquiriendo más oro preventivamente
porque no tienen confianza en la estabilidad monetaria mundial, ante el riesgo
de inflación y devaluación. No vaya a suceder lo que nos hizo sufrir con sus
paquetazos Alan García, al descontrolarse la economía. Todo indica que la
recuperación económica no compensará la caída ni el gasto en el corto plazo.
Por eso el precio del oro ha empezado a subir y se calcula que para fin de año
podría llegar a 1.800 dólares la onza.
De ser así, tampoco se podrá detener la extracción
ambulatoria del oro amazónico. Al igual que las oleadas de ambulantes en la
capital por efecto del desempleo, tampoco se podrá contener la expansión de los
cultivos ilícitos. Entonces si “Arranca Perú” no da los resultados esperados,
muchos arrancarán hacia la depredación amazónica. Ese es el riesgo de un mal
manejo de la situación, pues una cosa arrastra a la otra y así se complica
todo.
Lamento pasar como pájaro agorero, pero hay que estar
atento. Así que, mejor concluyo deseándoles un Feliz Año Nuevo Andino. El 21 de
junio nuestro planeta habrá alcanzado su máxima inclinación en su órbita al
rededor del sol. Será la noche más larga del año porque su sombra oscurece
temprano y el sol aparece tarde (El día más corto del año). Esta máxima
inclinación marca el solsticio de invierno para el hemisferio sur del planeta,
al mismo tiempo que marca el solsticio de verano para el hemisferio norte.
A partir de esta fecha la Tierra empezará a inclinarse en
sentido contrario gradualmente hasta el 21 de diciembre que para nosotros será
el solsticio de verano y para el norte planetario el de invierno. Con esa
fecha, Europa y Norteamérica, acaban el año y celebran el año nuevo con el
advenimiento del invierno. Pero, así como nos implantaron la religión, estamos
obligados a seguir un calendario ajeno, omitiendo el año nuevo andino.
De este modo, celebramos el año nuevo imitando a nuestros
dominantes y fingimos un invierno, en pleno verano. Durante siglos de
dominación colonial y republicana, la astronomía andina fue perseguida y
prohibida como práctica pagana. Aunque la ciencia confirmó la sabiduría de
nuestros antepasados, el Inti Raymi, nuestra fiesta de año nuevo tenía que
festejarse a escondidas de las autoridades políticas y religiosas. Pero ya nada
impide que reivindiquemos lo nuestro. Es el fin de las cosechas y el
advenimiento de una nueva campaña agrícola.
También, el 21 de este mes es nuestro día. Va un abrazo para
todos los padres sobrevivientes y el reconocimiento cariñoso a los padres de
los padres. Salud compadres.
Junio, 2020