VIAJANDO SIN DESTINO
Escribe: Milciades Ruiz
La
temática de esta nota, puede parecer impropia para el momento, dada la
tendencia de mirar hacia afuera y no, hacia adentro. Nos conmueve más, lo que
pasa en el extranjero, que lo que sucede acá. Más nos llama la atención los
escándalos políticos que propala la prensa sensacionalista, que la dramática
realidad nacional. Pero, la interrupción obedece a la necesidad de fertilizar
nuestras filas para reactivar su desarrollo.
erú,
no tiene un Plan de Desarrollo Nacional que sirva de horizonte y matriz
constitucional para todo gobierno cualquiera sea su ideología. Cada grupo
gobernante tira al tacho su propio plan de gobierno, tras su triunfo electoral
y administra el país improvisadamente, según la coyuntura política. Todos
estamos en este barco a la deriva. ¿Por qué?
Hay
muchas razones de esta desdicha. Internas y externas, propias y ajenas. Todos
tenemos aspiraciones natas y por experiencias. Solo los animales no la tienen. Todos
anhelamos triunfar en la vida. Los que sufren, aspiran salir del sufrimiento.
Nuestro ideal es mejorar al máximo lo que somos. Pero este deseo tropieza con
dificultades por limitaciones propias y ajenas que, impiden nuestras
aspiraciones.
No
obstante, los que no nos resignamos, luchamos para vencer esas barreras. Nos
empeñamos en hacer planes para alcanzar nuestros ideales, nos preparamos y
buscamos escalar posiciones. Si no lo hacemos, no podremos prosperar. Si lo
hacemos trazaremos objetivos y metas a alcanzar en un plazo determinado.
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Imposible avanzar |
A
mayor conocimiento, se amplía nuestro razonamiento y nuestros ideales
individuales se tornan grupales, según el estamento que compartamos. Entonces
hacemos planes conjuntos como sindicatos, comunidades sociales, cooperativas,
asociaciones, partidos políticos, etc. Si no lo hacemos, no podremos prosperar
como agrupación. Si lo hacemos, trazaremos objetivos y metas para el corto,
mediano y largo plazos.
En
este escalamiento tenemos aspiraciones como clase social y como conjunto
nacional. Aspiramos a un mayor nivel de vida, erradicar la pobreza, la
desigualdad social, la desnutrición, desempleo, salir del atraso. O también,
elevar nuestra capacidad económica, impulsar el desarrollo nacional, alcanzar
nuestra independencia económica, tener soberanía nacional, etc.
Pero
para esto, necesitamos hacer planes sectoriales, concordantes con la integrad
nacional, trazando objetivos y metas concretas en el corto, mediano y largo
plazos. Si no lo hacemos no podremos prosperar como país. Si lo hacemos,
tendremos que desarrollar programas con estrategias y métodos eficientes,
realizando actividades efectivas en sus resultados. De este modo, iremos
escalando posiciones hasta alcanzar la prosperidad deseada.
La
lógica mostrada parece simple, pero no lo es. A medida que los ámbitos crecen,
las dificultades se hacen mayores. Por un lado, no tenemos la educación ni el hábito de la planificación de nuestro
futuro. Es lo primero que debería pasar por nuestra mente desde niños para
para proyectarnos en el tiempo, pero no tenemos esta costumbre. Lo ideal, es
tener un país habituado a planificar su futuro, en todo aspecto y ámbitos.
Por
otro lado, existen intereses de la
dominación global, para que esto no suceda, por el peligro que encierra pérdida
de dominio. “A río revuelto ganancia de pescadores”. El asunto es que, hay
una contrariedad entre los intereses de los dominados y, de los dominadores.
Predomina la fuerza de mayor peso. La pelota rueda si no encuentra resistencia.
Si
la riqueza de los dominadores, se sustenta en la succión de riqueza que les
quita a los dominados, es lógico que hará todo lo necesario para que esta
relación de dominio no cambie. No le conviene que sus subordinados se
independicen. Si un empresario capitalista vive a costa de sus trabajadores,
cuidará que no aprendan la tecnología que utiliza. De lo contrario, se
independizarán abriendo sus propios negocios con menores precios. Eso no le
conviene y, si no lo impide, su empresa quebrará.
A
nivel global, EE UU pensó que China teniendo bajo desarrollo, no sería una
amenaza, sino un sumiso contribuyente. Pero China, planificó y desarrolló una estrategia para salir de la pobreza.
Aprovechó sus debilidades para producir a bajo costo y precios competitivos en
el mercado. Adquirió la tecnología norteamericana y generó tecnología propia,
para expandir su mercado. No solo invadió los mercados de occidente, sino de
los mismos EE UU. Hoy este, lucha por defenderse de la invasión China con
medidas protectoras, pero ya es tarde.
EEUU
es todavía, el país más rico del mundo y su poder económico le da condiciones
de vida superiores. Pero la acumulación de riqueza no es producto solo de su
desarrollo interno, sino de la succión de riqueza de los países que están bajo
su dominación desde hace siglos. La sola
circulación del dólar nos convierte en sus contribuyentes. Si esta
estructura se cae, la riqueza proveniente del exterior se reducirá, bajará su
nivel vida y, se acabará su esplendor. Esto es lo que actualmente trata de
evitar, pues los países bajo su férula tratan de liberarse.
Estos
breves ejemplos, nos dan la pauta sobre lo que podemos hacer si nos proponemos
prosperar como personas, familias, grupos sociales, localidades, valles,
regiones y país. Si los grupos políticos captan la idea, hay muchas banderas
por enarbolar y crecer, recogiendo las aspiraciones en la problemática popular.
Es cuestión de desarrollar iniciativas para una plataforma política atractiva.
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Necesaria educación para el cambio |
Por
ejemplo, las regiones, provincias y distritos son limosneros del MEF neoliberal
al que suplican fondos para sus proyectos. Este formula el marco macroeconómico
que el Congreso aprueba sin cuestionar y, reparte el presupuesto según su
idiosincrasia, cuidando en mantener su poder. Liberarse de este poder, es
posible si los pueblos del interior se proponen, romper esta atadura.
Los
subsidios, programas sociales, proyectos de inversión pública, gastos
burocráticos, etc., favorecen más a los que más tienen y postergan las
aspiraciones de los pueblos del interior del país. Se privilegia a la costa en
desmedro de la sierra y selva, a la capital y grandes ciudades en desmedro de
los poblados menores. Subsidios encubiertos y exoneraciones para las
multinacionales exportadoras e importadoras, reduciendo fondos para los
sectores empobrecidos.
Como
esta, existen muchas injusticias que las agrupaciones políticas populares
podrían tomar como banderas de reivindicación y empoderamiento. Luchar por un presupuesto equitativo y, por
un nuevo sistema de administración económica nacional puede levantar nuestras
filas, porque concuerda con las aspiraciones de autogobierno federativo
expresado por los sectores postergados.
Pero
hay que planificar con honestidad y realismo. No actuar solo por coyuntura. La
improvisación, en la lucha popular conduce al fracaso. La emotividad no debería
estar por encima de lo racional. El plan
de desarrollo político nos da el horizonte, pero el pliego de negociación
colectiva deberá ser concreto. ¿Cuántas organizaciones populares tiene su plan
de desarrollo? Ojalá que lo dicho, no caiga en saco roto. <>