SALVADOR ALLENDE:
SIEMPRE PRESENTE
Escribe: Milciades Ruiz
H |
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cincuenta años, un infausto 11 de setiembre de 1973, los sicarios del maligno
imperio capitalista, acabaron con la vida del presidente socialista de Chile,
Dr. Salvador Allende. La banda criminal de Pinochet, ejecutó el mandato
imperial. El pueblo peruano sintió que era uno de los suyos y hasta hoy
enarbola su nombre, perennizado en barrios populares de Lima y provincias. Su
nombre está estampado en calles y avenidas.
Si murió
por el pueblo, sería una ingratitud muy grande no rendirle el homenaje retributivo
que se merece. No habrá minuto de silencio, en esta sociedad acallada, pero sí,
la grata recordación de su inmolación. Que suenen las campanas en el corazón
del pueblo y caiga lluvia de flores en la alfombra de su recordación
revolucionaria.
También,
tengo una gratitud personal. En 1962, estaba estudiando medicina en la
universidad nacional de Trujillo, aun siendo un joven campesino de 22 años,
pero pude acceder a una beca de estudios que ofrecía la Revolución Cubana a
estudiantes peruanos. Perú, obediente del amo yanqui, había roto relaciones
diplomáticas con Cuba y tuve que viajar hasta Arica para abordar el avión, pero
llegué cuando ya había despegado el vuelo llevando los becarios.
Éramos seis
los rezagados y no teníamos dinero para regresar al país. ¿Qué hacemos? Alguien
dijo, pidamos ayuda al partido comunista en Arica y nos recibieron con los
brazos abiertos. Nunca pensé que los comunistas fuesen tan acogedores, después
de todo lo que hablaba la prensa. Hablaremos con el compañero Allende, nos dijeron.
Era por entonces, senador por el partido socialista. Mientras tanto nos
brindaron estadía repartiéndose a los auxiliados.
Me tocó ser
socorrido por el presidente del Instituto de Amistad con Cuba, quien me llevó a
su domicilio. Vivía en un arenal invadido por necesitados de vivienda. Era hora
de almuerzo y su esposa me dijo “tome asiento compañero”, jalando una silla a
una pequeña mesa. Me trajo un platito con cebollas picadas y esperaba que
trajera la sopa y el segundo. Pero no. “Sírvase compañero” me dijo la señora.
Eso era todo el almuerzo.
Tras quince
días, nos llegó una buena noticia. El senador Allende había hecho todas las
gestiones para resolver nuestro problema. Un nuevo avión vendría por nosotros.
Nunca olvidaré el gesto de solidaridad de los comunistas chilenos y, la
voluntad solidaria de Allende. ¡Gracias infinitas!
El
compañero Salvador Allende, perdurará por siempre en la historia de la
humanidad y en el corazón de Latinoamérica popular. Lo vimos llegar como el
lucero fulgurante del amanecer en la aurora revolucionaria de la década de
1960, con sus aureolas verde oliva, rojas y doradas, portando la banderola de
la Unidad Popular- UP. Todo era optimismo ilusionado en la fe popular.
Pero
Allende siguió hablando del Poder Popular y el nuevo orden en un estado
popular, de profundizar la democracia y las conquistas de los trabajadores, de
una nueva constitución en que la Asamblea del Pueblo sería la Cámara Única que
expresará la soberanía popular. Una nueva economía incluyendo área de propiedad
social, nacionalizar la gran minería; banca y los monopolios. Política
internacional de plena autonomía política y económica de Chile. ¿Qué cosa? Dijo
el amo yanqui. Eso es comunismo secundaron sus monaguillos locales.
Pero
Allende estaba decidido. “Tengo un compromiso con el pueblo y solo matándome
dejaré de cumplirlo”, dijo tajantemente. (¡Qué diferente a los políticos que
olvidan sus promesas electorales!). Se desató entonces una tempestad sangrienta
dando inicio al holocausto de la izquierda chilena. Fueron muchos los patriotas
populares arrancados de sus hogares que, no volvieron nunca más.
Hasta ahora
se sigue juzgando a los asesinos, pero justicia que tarda ya no es justicia.
Muchos verdugos han quedado impunes. Aunque algunos autores materiales vienen
siendo sentenciados tardíamente por la justicia cómplice de impunidad, los
autores mediatos, los que tramaron la matanza de lesa humanidad, siguen
imperturbables manejando la situación desde la metrópoli. No hay duda que
detrás de Pinochet y su banda criminal, estuvo la CIA y el gobierno
estadounidense.
Los jóvenes
de hoy y muchos menores de 60 años, no saben lo que es una dictadura. Quizá por
ello, no se valora lo que significó el drama heroico del pueblo chileno,
perseguido por un cavernario régimen de crueldad sin límites. Yo lo aprendí,
viviendo aun niño, la dictadura militar del general Odría, al ver refugiarse en
mi domicilio, perseguidos políticos.
Pero el
asunto es que el aparato represivo sigue en pie, con el mismo molde, en todos
nuestros países, tras las dictaduras antipopulares. Es el guardián de los
intereses del sistema capitalista que nos oprime. Mientras el sistema de
opresión hegemónica mundial mantenga la subordinación de nuestras fuerzas
armadas, el peligro sigue latente para la lucha popular.
De allí la
necesidad de romper las cadenas de sometimiento militar al sistema
interamericano impuesto por el amo continental. Es preciso reorganizar las
fuerzas armadas con sangre popular y patriótica de justo derecho que, defienda
la soberanía nacional, libre de mecanismos de subordinación a intereses extranjeros.
Nunca más, élites de casta domesticada al servicio de nuestros depredadores.
No cabe
duda que, si Allende continuaba, Chile sería hoy distinto y también
Latinoamérica, porque su ejemplo se hubiera extendido a otros países y eso, no
lo podía admitir el imperialismo yanqui cuyo sustento es la opresión de
nuestras naciones. No es un problema interno, sino de dominio internacional,
que nos avasalla.
Allende y
los miles de militantes de izquierda que, murieron asesinados por los sicarios
del amo imperialista, no podrán descansar en paz, mientras nuestros países no
se liberen del sistema de opresión internacional que nos agobia. No dejemos que
su muerte sea en vano y, persistir en su legado es nuestra responsabilidad.
La
formulación ideológica y programa del gobierno de allende, siguen vigentes en
nuestras aspiraciones. Aprendamos de su sacrificio, valentía, honestidad y su
actitud de ser consecuente con sus principios ideológicos. Gloria eterna en la
memoria popular a Salvador Allende, héroe de la humanidad.
Septiembre, 01- 2023
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