SOLO LA LUCHA
NOS SALVARÁ
Escribe:
Milciades Ruiz
Setiembre 29-
2023
L |
ejos
de mejorar, la economía nacional está empeorando, en una situación mundial de
decaimiento económico. El desempleo juvenil se ha triplicado desde la pandemia,
como se ha multiplicado la delincuencia juvenil. La inflación nos hace más
pobres y no hay un manejo gubernamental expeditivo, mientras la pobreza avanza
en cascada empujándonos a pobreza extrema. ¿Qué hacemos?
Según
el Banco Central de Reserva- BCR, los países que más nos compran tendrán caídas
económicas este año y el siguiente. Calcula que la Unión Europea y EEUU tendrán
un crecimiento económico menor al 1% y que la economía china también seguirá
bajando en dirección al 4%. Que la inflación mundial todavía sigue alta
haciendo que el dinero siga escaso y caro.
Hay
pues, un desbarajuste incontenible en la economía capitalista. Esta, ha
autogenerado desequilibrios globales que se vuelcan sobre los países desarrollados.
La manifestación más visible es la migración internacional masiva desde los
países pobres hacia los países ricos por la abismal desigualdad social y la
necesidad de sobrevivencia. Como nunca antes, 79 países sufren inseguridad
alimentara aguda afirma el FMI.
El
capitalismo corporativo actúa como un émbolo planetario en el que la presión de
succión de riqueza es tan fuerte, que el fluido social no encuentra otra salida
que rebalsar el sifón de opresión. Pese a la dramática cantidad de muertos, la
migración es incontenible. Es que, los oprimidos no pueden evadir la opresión
del sistema, marchándose a otro planeta. Entonces la ebullición explota
espontáneamente.
Es
la ley del universo. Todo sistema de explotación humana genera su negación.
Esta va creciendo hasta adquirir capacidad para cambiar el sistema. Llega el
momento en que el régimen es ya insoportable y es preferible arriesgar la vida
intentando salir lo antes posible. Pero la migración internacional es solo una,
de las manifestaciones del proceso de deterioro general. No será mañana, pero
el declive es irreversible.
El
sobreendeudamiento de países, también está aumentando y la morosidad es
creciente. La maquinaria no da más, y empieza a fallar. El mercado es uno solo,
y no hay lugar para más mayoristas. La guerra por el mercado nos arrastra. Los
chicos también crecen y buscan independizarse. Si el sistema globalizado falla
rompiendo hegemonías, el descalabro es inevitable. Lo pagaremos todos.
Dejar
de exprimir un tanto, sería una pausa racional, a fin de revertir el proceso
migratorio, con estímulos económicos. Pero eso significaría renunciar a
poderíos, perder rentabilidad de acumulación y dividendos, bajando el nivel de
vida en los países desarrollados, lo cual es inadmisible para los opresores. La
represión internacional no es solución. Cuba y otros países resisten, y ganan
adherentes.
Pero
si no se ceden posiciones, la crisis se profundizará hasta alcanzar niveles
explosivos. En esta situación estamos a nivel mundial, lo que repercute en
todos los países. En el nuestro, la situación mundial se refleja en nuestra
economía, en lo social, político y en toda nuestra vivencia. Si la locomotora
global pierde velocidad, los vagones que arrastra, también lo hacen.
Nuestra
economía está en declive y lo más probable es que no crezca ni el 1% como ya lo
pronostica el BCR, mostrando el cuadro siguiente:
Pero
hay sectores sociales que no tienen margen para ajustar gastos y entonces
reducen alimentos a la familia. Si no te alimentas bien, eres vulnerable a
problemas de salud, por falta de protección. Los jóvenes dependen de los padres
para seguir mejorando, pero si estos, no cuentan con dinero suficiente, dejan
de estudiar.
La
migración internacional también nos afecta y en una situación de crisis de
desempleo, la explosión social ha reventado en los sectores más vulnerables.
Estamos alarmados por el exabrupto delincuencial a niveles crecientes nunca
vistos y nos indigna sus procedimientos. Pero ello, es producto del deterioro
económico en que nos encontramos a nivel mundial y nacional. La delincuencia es
un producto social. Es lo que la fábrica capitalista arroja, cuando los insumos
están deteriorados.
No
hay oportunidades de empleo juvenil. Sin dinero no hay amores. La juventud sin
dinero, es primavera sin agua. Si no hay empleo, ni tus padres tienen dinero
para dar a los hijos. ¿Qué te queda? La desesperación lleva a delinquir. Hay
que ponerse en el caso de los jóvenes para comprender su actitud. Pero si el
deterioro es masivo, por causas ajenas a la voluntad, el problema nos afecta a
todos porque no hay un lugar seguro para la ciudadanía. La plaga social está en
todas partes.
La
represión delincuencial ayuda, pero no es solución, porque la fábrica social
sigue arrojando productos malogrados. Lo seguirá haciendo mientras si no
arreglemos los desperfectos. Estamos acostumbrados a actuar sobre los productos
terminados que están fallados y no sobre los insumos. Igual sucede con otros
fenómenos sociales que ocurren porque no han sido atendidos oportunamente por
el estado.
La
protesta social se veía venir, pero no se hizo nada por socorrer a los
reclamantes. A fines de 2021, la tasa de pobreza en el Perú ya era de 25.9% en
promedio, pero en la sierra norte y central, ya ascendía a 42% y 32%,
respectivamente, como se muestra en el gráfico siguiente:
Lo
dicho hasta aquí, es solo un vistazo a groso modo de la situación en que nos
encontramos, pero la problemática es mucho más profunda. Y es aquí, donde se
precisa la solvencia de gobierno para el manejo de una situación crítica. Hay
alternativas para generar empleo, para la seguridad alimentaria, para el
crecimiento económico, para el control de la inflación, para frenar la
delincuencia y, para salir airosos frente a la crisis global.
Pero
tenemos que cambiar la república. Tenemos un país de recursos maravillosos,
pero seguiremos siendo mendigos si permitimos que la injusticia social
prevalezca. Solo la lucha nos salvará. <>
No hay comentarios:
Publicar un comentario