LA INDEPENDENCIA QUE NO FUE
Escribe: Milciades Ruiz
Si digo que el 28 de julio celebramos la
independencia del virreinato, pero no, la del Perú, y que, tal independencia se
la debemos al hijo del virrey, seguramente que no me creerán porque esto, no
está en el libreto curricular de la educación peruana. No es lo que imparten
los profesores “clasistas” del inmaculado magisterio. Y si les digo que, esa
independencia se la debemos a los chilenos, la fobia me alcanzará. Pero es
verdad, aunque usted no lo crea. Lo explico.
En la enseñanza educativa, los profesores siguen
diciendo a las generaciones de alumnos, que Túpac Amaru II, fue precursor de la
independencia lo cual es aberrante. La gesta que condujo este líder nativo, era
contra la opresión colonialista y la recuperación de la patria originaria. En
cambio, la independencia del virreinato era una lucha de los colonialistas que
buscaban separarse del imperio español y tener su propia monarquía. Túpac Amaru
II, no luchó por la independencia de quienes lo descuartizaron.
Sobre la primera confusión, debo decir que, en aquellos
tiempos EE UU, era colonia británica y fue un hito histórico su lucha de
separación del reino inglés, proclamando su independencia en 1776, con ideales
de derechos que no incluían a los nativos, sometidos a exterminio. En esa misma
época, en el virreinato del Perú, los nativos no tenían derecho a ser llamados
peruanos, lo cual estaba reservado solo a los colonialistas. Se les designaba
peyorativamente como “naturales” o “indios” y, estaban prohibidos de educarse,
andar a caballo, comprar vino y, realizar fiestas, sin licencia previa.
Bajo la influencia de la independencia de EE UU y de la
Revolución Francesa, es que se expande el ideario separatista en los
virreinatos, en paralelo con los ideales republicanos. Era el momento en que
España estaba por los suelos, sin rey, ni dinero. No estaban pensando en
liberar a nativos, ni esclavos. Todo se gestaba en Europa. El principal
promotor fue el ex oficial del ejército español y del francés, Francisco
Miranda. Había estado en la guerra de independencia norteamericana y, en la
Revolución Francesa que, la vivió directamente.
Precisamente en esta ola subversiva, se conoció con
Bernardo O'Higgins, prócer de la Independencia de Chile y gestor de la
independencia del virreinato del Perú. Era hijo del virrey del Perú, Don
Ambrosio B. O'Higgins y O'Higgins, quien fue destituido cuando se descubrió que
su hijo Bernardo en Europa, andaba en los afanes separatistas.
Están acreditados, los enormes esfuerzos de Bernardo
O'Higgins, para lograr la independencia del virreinato peruano y del alto costo
que asumió Chile, para financiar la expedición libertadora. Pidió apoyo al
gobierno de Río de la Plata y, a San Martín. El 5 de febrero de 1819, los
Ministros Plenipotenciarios del Director Supremo de las provincias Unidas del
Río la Plata, Juan Martín Pueyrredón y, del Director Supremo de Chile, Bernardo
O'Higgins, firmaron este compromiso compartido.
El acuerdo era que, el gobierno independiente de Perú,
deberá reintegrar los gastos de la operación. Ambas partes garantizaban la
independencia del estado que se forme en el Perú, cuando la capital estuviese
libre, respetando el derecho de propiedad de los amos sobres sus esclavos. Lo
demás, es historia conocida, en versión de los colonialistas convertidos en
republicanos.
Si en el Perú actual, la presidenta del Parlamento hace
distingos entre blancos e “indios”, es porque así está educada, dada su
procedencia familiar colonial. Es la cultura colonial que persiste en la
república y no es culpa de ella. Es la estructura de poder que los
descendientes colonialistas heredaron y lo han mantenido a toda costa. Para
esta cultura, los herederos de los dueños originarios del territorio peruano,
siguen siendo indios, como los imaginó Colón, creyendo que había llegado a la
India.
El Conde de Torre Velarde, que había sido regidor del
Cabildo realista en 1813, gobernador del Cercado en 1821, pasó a ser Vocal de
la Corte Suprema de Justicia. El Conde de la Vega del Ren, José M. Vásquez de
Acuña, alcalde, y teniente coronel de milicias pasó a ser Consejero de Estado.
El Mariscal de Campo del ejército realista, Juan Pío de Tristán y Moscoso,
subalterno de virrey La Serna, habiendo combatido contra la revolución de los
hermanos Angulo y Pumacahua, pasó a ser Prefecto de Arequipa, ministro en 1836,
y Presidente del Estado Sud Peruano de la Confederación Peruana Boliviana. Pero
hay mucho más. (Trazos para una República Equitativa-M. Ruiz- 2013).
Sobre este núcleo aristocrático, se fue erigiendo el
nuevo poder dominante de la República del Perú. Ellos coparon el Poder
Legislativo, Poder Ejecutivo, Poder judicial y la nueva Fuerza Armada
Republicana. Instalado el I Congreso Constituyente fue designado Presidente del
Congreso el sacerdote Dr. Francisco Javier de Luna Pizarro que antes había
jurado lealtad al rey. Vicepresidente fue el Conde de Vista Florida;
Secretarios: Dr. José Faustino Sánchez Carrión y Francisco Javier Mariátegui
hijos de colonialistas. Ningún líder nativo tuvo acceso al poder.
Era lógico que esto sucediera si vemos que, el acta de
la independencia fue firmada por el Conde San Isidro, Conde de la Vega del
Ren, Conde de Las lagunas, el Marqués de Villafuerte, Marqués de Monte Alegre,
Conde de Torreblanca, Conde de Vista Florida, Conde de San Juan de Lurigancho,
Marqués de Corpa, Marqués de Casa Dávila, etc.
Hay pues todavía, una persistente cultura colonialista
que nos induce a pensar que la independencia del Perú profundo es un asunto
pendiente, para la población ancestral. Para muchos, la mentira es más
agradable que la verdad, porque esta, a veces desilusiona. Pero es así, como se
establece una dominación social. Se encumbra a los dominadores, a los falsos
ídolos, al sistema de dominación y, se inculca a los dominados que su desgracia
es por designio divino y no, por efectos del sistema.
Todas las generaciones de peruanos, han sido educadas a
conveniencia de los beneficiarios sistema dominante, ocasionando una cultura
alienada. En doscientos años de dominación republicana, se han perennizado
muchas mentiras históricas. Solamente si rompemos la envoltura del engaño en
nuestra formación, es que podremos darnos cuenta de nuestra deformación
cultural.
Muchos afroperuanos nacieron esclavos por descendencia.
Los libertadores no le dieron libertad. Fue el guano de islas el que
proporcionó el dinero para comprar su libertad, 33 años después de la
declaración de la independencia (fines de 1854), previo pago a sus dueños. Sin
embargo, a sus descendientes, no se les enseña la verdad de su pasado y cantan,
“Somos libres seámoslo siempre” sin saber que ese himno, fue escrito para los
amos esclavistas.
Queda mucho por decir verdades y bondades de la
independencia del virreinato. Disculpen por negativismo de la nota, pero creo
que se justifica el planteamiento de que es necesario refundar la república,
con una nueva constitución que, reivindique al Perú ancestral. Eso no se puede
hacer con el actual régimen político de acceso al poder. ¿Ustedes qué dicen?
Julio 20, 2022
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