ALDEA GLOBAL
César
Hildebrandt
Tomado de HILDEBRANDT EN SUS TRECE, 1MAR24
E |
l presidente de los Estados Unidos confunde al
presidente de México con el de Egipto. Cree que El-Sisi es hincha del chavo del
ocho.
El presidente de los Estados Unidos dice
últimamente que se ha reunido con Francois Mitterrand y con Helmut Kohl, cuando
ambos están bajo tierra (el primero en 1996 y el segundo en 2017).
Le falla la torojjma |
El presidente de los Estados Unidos no recordó el
nombre de la organización terrorista Hamas y la llamó “oposición”. Y en
Carolina del Sur llamó a Trump, su rival, “presidente en funciones”.
El presidente de los Estados Unidos balbucea, mira
vidriosamente a nadie, se cae de las escaleras, babea mentalmente y sigue
dándole a Israel autorización para seguir matando en Gaza y en Cisjordania. Y
sigue pidiendo dineros interminables para Ucrania a ver si así logra el sueño
senil que la industria militar le ha transmitido: humillar a Rusia, extender el
dominio de la OTAN, borrar toda resistencia al proyecto global que entusiasma a
Elon Musk.
Pero el presidente de los Estados Unidos puede
perder las elecciones próximas.
¿Y quién ganaría?
Pues el candidato republicano, Donald Trump.
El señor Trump piensa como un fabricante de
aguardiente de tabasco, tiene el cociente intelectual de un texano racista y
representa mejor que nadie la depravación de la política norteamericana. Y él
es la alternativa al viejo idiota y ardientemente criminal que hoy está en la
Casa Blanca.
En Francia, el país que Petain simbolizó en todo
su esplendor, el señor Macron insiste en hablar del envío de tropas de la Unión Europea a
Ucrania. ¿Se atreverá Macron a ser un Napoleón de papel maché? Cuando Mali y
Burkina Faso expulsaron hace poco a los franceses de una patada en el trasero,
no vimos a Macron sacar la espada del general. Lo vimos, más bien, como lo que
es: el jefe de cocina de esa Europa que se enfrenta a sus agricultores y es la
chica de los recados de la administración norteamericana.
Pobre Europa, en manos
del cinismo. Pobre Estados Unidos, que ayer fue un referente en su lucha
contra el fascismo.
El mundo es un fracaso y
el mamífero narcisista que cree dominarlo, hiede.
La izquierda ha perdido
la batalla, es cierto, pero la derecha con vocación de posteridad, también. La
deriva de la política estadounidense no es hacia un conservadorismo más
acentuado.
Estados Unidos se dirige
abiertamente al populismo autoritario de ultraderecha. Es Vox, pero en inglés y
con chicle. No son ideas sino proyectiles.
Guerrerista de escritorio |
Es un hombre obsesionado con un proyecto económico
que exige, para cumplirse, una enorme concentración de poder. Como eso le es
esquivo, Milei ha optado por situarse en el borde de la ilegalidad. El
pronóstico es reservado. Lo cierto es que este anarco-capitalista argentino es el
rostro veraz del gran proyecto que muchos otros, en Latinoamérica, maquillan
con un poco de lenguaje y el consuelo de las promesas. Milei quiere, como la
derecha chilena o peruana, un Estado-Policía que avale la distopía de un país
donde los ricos accedan a la soberbia y el orgullo y los pobres entiendan que
cumplen el papel de extras vitalicios en el gran rodaje. Son “Los diez
mandamientos” producida por Estudios Chicago y dirigida por Milton Friedman.
En los suburbios de este
mundo en llamas, está el Perú. La arterioesclerótica “The Economist” nos pone
como ejemplo de economía que cuida el valor de la moneda pero no menciona que
el 30% de la PEA es pobre y que la concentración de poder y riqueza alcanzan en
este país niveles de escándalo. Nuestro sol vale obcecadamente lo mismo, pero
con igual empecinamiento se mantienen la injusticia, la podredumbre política, el
Estado ausente, el sistema de salud por los suelos, los colegios precarios, el
fujimorismo dominante, la informalidad en modo de metástasis, el racismo
taimado y la ignorancia como contraseña social.
Pienso en el mundo,
pienso en mi país, y me pregunto, con el mayor de los egoísmos, si tengo
escape. No encuentro, por ahora, la respuesta. Mientras tanto, miro los libros
que tengo que leer. <>
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