“COALICIÓN DE CORRUPTOS Y AUTORITARIOS GOBIERNAN EL PERÚ”: STEVEN LEVITSKY
El politólogo, profesor
en la Universidad de Harvard, Estados Unidos, y autor del libro Cómo mueren las
democracias, analiza el panorama político del país y alega que la protesta
pos-Castillo asustó mucho a los sectores urbanos.
Diego
Quispe Sánchez
LA REPÙBLICA
31DIC23
En esta
entrevista, el politólogo Steven Levitsky comenta cómo la coalición
entre el régimen de Dina Boluarte y el Congreso socava la democracia, y pone
énfasis en que nuestro país se encuentra en una situación similar a la de la
dictadura de Alberto Fujimori, con la diferencia de que ahora hay
una alianza más amplia, pero a su vez frágil.
-Hace
casi un año cuestionó el exceso de violencia del Gobierno. ¿Cómo definir el
Gobierno de Dina Boluarte? ¿Un régimen autoritario?
-El Perú obviamente está en transición y el Gobierno de Boluarte es una especie de híbrido. No estamos en un régimen sólido o institucionalizado en una situación de alta inestabilidad. Mencionaste el excesivo uso de fuerza hace un año, yo diría que fue una masacre de parte de las fuerzas de seguridad del Estado y ha pasado un año y no hay rendición de cuentas, no hay justicia después de esa tremenda masacre del tamaño que no estamos acostumbrados a ver en democracia. Una definición básica de la democracia moderna exige elecciones libres, el derecho de votar y la protección amplia de los derechos cívicos y humanos. Para mí, primero, con la masacre de casi 50 personas y segundo, con la ausencia casi total de rendición de cuentas después de esa masacre, el Perú empieza a violar abiertamente ese último criterio de la democracia. No hay en el régimen actual protección amplia de derechos civiles y humanos. Entonces, para mí el régimen actual deja de ser plenamente democrático. Dictadura es un poco exagerado. Es un Gobierno débil. Pero plena democracia ya no es.
-¿Y este
Gobierno es sostenible? ¿Un presidente, para sobrevivir necesita una bancada
para salir airoso en el Congreso? Boluarte no tiene bancada, ¿qué futuro le
depara?
-Boluarte
es políticamente superdébil, podría caer mañana si se rompe su alianza de
protección mutua con el Congreso. No tiene bancada, pero sí ha
llegado a un acuerdo implícito de sobrevivencia con el Congreso. La mayoría de
congresistas no quiere irse antes del 2026. Ella también quisiera quedarse en
la presidencia obviamente y ninguno puede sin el otro. Si ella renuncia, hay
elecciones. Los congresistas no quieren eso. Entonces, hay una especie de
acuerdo entre dos actores políticos sumamente débiles que han perdido toda
legitimidad, pero que en una sociedad exhausta y sin ganas de seguir
movilizando por ahora, han logrado un pacto de sobrevivencia. Podría durar dos
años, pero lo dudo. El costo del sistema político sería altísimo.
-¿Por
qué duda que el Gobierno pueda durar hasta el 2026?
-Porque es
un Gobierno muy frágil y todas las bancadas en el Perú son muy frágiles. Es una
situación política muy fragmentada. Entonces, hay una coalición que yo llamaría
autoritaria, que hoy en el Perú es una coalición de corruptos y autoritarios.
En vez de tener un Fujimori y un Vladimiro Montesinos, tienen prácticas
sostenidas entre varios grupos pequeños que fácilmente pueden fragmentarse. Y
es un poco como Guatemala, tiene una situación parecida. No hay Fuerzas
Armadas en el poder, no hay partidos sólidos, no hay un líder consolidado en el
poder como Fujimori y Nayib Bukele en El Salvador. Es una coalición fluida y
fragmentada. Y por eso creo que es bastante factible, sobre todo por su falta
de popularidad del Gobierno, una ruptura.
-La otra
idea que mencionó fue que hay una sociedad exhausta ante todo lo que pasa. Hubo
convocatorias de protestas contra el Gobierno y el Congreso, pero no han tenido
la acogida que se esperaba. ¿Por qué, pese a todo lo que pasa, la sociedad
sigue exhausta?
-La
protesta masiva y la movilización social es siempre difícil de predecir. Puede
ocurrir cuando uno no espera. Muchas veces uno piensa que hay condiciones para
las protestas y no son (grandes). Pero en el Perú, me parece, una movilización
requiere de los sectores medios urbanos. La caída de Merino, hace unos años,
fue producto de una movilización que incluía a gran parte de los sectores medios
urbanos. La protesta tras la caída de Pedro Castillo fue,
sobre todo, en provincia y le dio un susto tremendo a casi todo Lima, sobre
todo a la élite. Y me parece que los sectores medios limeños ahora no están tan
dispuestos a juntarse con los sectores calificados como radicales. Hay una
brecha mucho más grande que antes entre los sectores de provincia y medios
urbanos. Con esa división, no creo que tenga éxito la protesta.
-Como sabes
bien, siempre hubo una brecha entre Lima política y el resto del país.
-Pero se
ha agudizado en este periodo.
-Sí. Mira,
Castillo y la protesta pos Castillo asustó mucho a los sectores urbanos y a la
costa. Le dio un susto tremendo y el miedo es una de las razones por la que
mucha gente en Lima está dispuesta a aceptar el Gobierno y la situación actual
porque lo prefieren a una situación de inestabilidad y amenaza desde el
interior del país. Yo creo que fue una reacción histérica, no basado en la
realidad. La protesta quizás amenazaba al Gobierno de Boluarte, pero no existía
una amenaza real a los limeños. Pero no fue percibido así. La clase media
limeña reaccionó muy mal.
-¿Es
atípico que alguien como Boluarte, quien llegó a la presidencia con Perú Libre
y un ideario radical, ahora esté de aliada con la derecha y el fujimorismo?
-Estamos
viviendo en un país donde los partidos políticos colapsaron
hace más de una generación, un sistema político donde los políticos como clase
han desaparecido, no hay. Hay pocos políticos de carrera. La política está
llena de novatos que andan sin partido con proyectos individualistas. Y Boluarte, como Castillo, es
una política sin experiencia, una novata, que busca, como la gran mayoría de
los políticos, algo individual y no tiene movimiento, no tiene partido, no
tiene ni pasado ni futuro político. Está buscando sobrevivir. Y un político
individual, solo en el mundo, buscando sobrevivir, está expuesto a un nivel de
pragmatismo que francamente asusta.
-Quiero
preguntarle su opinión sobre el comportamiento de nuestras instituciones al
indultar a Alberto Fujimori y desacatar al sistema interamericano de derechos
humanos. ¿Cómo deja esto al Gobierno?
-Lo deja
mal. El Perú está siendo gobernado por una coalición de corruptos derechistas y
autoritarios, y el fujimorismo es un socio de esa coalición. Y estamos viendo
una actitud que muchas veces vemos en gobiernos autocráticos, como en el de
Fujimori, Hugo Chávez, Rafael Correa o Bukele. Salvo que no hay un solo líder,
sino una coalición de varios actores y operan, no tanto desde el Poder
Ejecutivo, sino desde el Congreso y otras instituciones. Están haciendo lo
mismo que Fujimori hizo buscando controlar y corromper varias instituciones del
sistema judicial y otras para poder protegerse y usarlo de armas contra sus
rivales políticos. Es el mismo comportamiento, pero desde el Congreso.
Entonces, esa coalición ya no es absolutamente fujimorista, los fujimoristas
forman parte de ella. Hace años un objetivo político fue obtener la libertad de
Alberto Fujimori y lo lograron. Lograron controlar el Tribunal Constitucional
(TC) a fin de cuentas.
-Dentro
de esta coalición hay ciertas narrativas. Por ejemplo, dicen que quienes
defienden las instituciones son los “caviares” y progresistas. Antes les decían
comunistas o rojos. Son un mismo sector que desconoce los tratados
internacionales. ¿Cómo definir ese discurso político?
-Iliberales,
antiliberales y antidemocráticos. Son autoritarios y sus enemigos los definen
ellos. Lo que más odian en el mundo son los caviares. ¿Los caviares qué son?
Los que defienden las instituciones y los derechos. Las instituciones y los
derechos son parte de un régimen democrático. Los defensores de la
institucionalidad democrática liberal terminan siendo los caviares. Y atacan a
los caviares y quieren destruir y están destruyendo la democracia liberal
en el Perú.
-Hace
dos semanas fue suspendida la fiscal Patricia Benavides por estar investigada
por presunta organización criminal. ¿El Perú es un país donde no hay garantías
en el sistema de justicia para que prevalezcan los derechos de los ciudadanos?
-Es muy
precario. Mira, yo actualmente estoy en Lima y cuando llegué hace un par de
semanas sentí como si hubiera regresado al pasado. Yo vivía aquí a mediados de
los años 90, en la época de Fujimori y Montesinos. Ver el comportamiento de los
medios e ir a un quiosco y ver varias tapas de periódicos derechistas atacando
a Gustavo Gorriti. Ver el comportamiento del fiscal de la Nación haciendo
acuerdos, comprando congresistas y utilizando varios tipos de chantaje para
controlar el Congreso, ver que los canales de televisión excluyen a los mejores
periodistas del país, es como si estuviéramos viviendo la época de Fujimori y
Montesinos, pero sin Fujimori y Montesinos. Entonces, sí, la corrupción de la
fiscal es un golpe tremendo y es un golpe positivo que haya sido suspendida.
Hay instituciones menos corrompidas obviamente, la Junta Nacional de Justicia
(JNJ) sigue siendo una institución todavía más independiente que otras y por
eso están desde el Congreso intentando tumbarla.
-¿En el
Perú estamos haciendo todos los méritos para que esta democracia muera o aún
estamos a tiempo de no convertirnos en una especie de Guatemala?
-Bueno,
Perú está a medio camino de Guatemala. Si se muere la democracia peruana, que
está muy mal actualmente, se va a morir, por lo menos, con una enfermedad que
es un poco diferente al caso de Fujimori hace una generación. Alberto Vergara
y Rodrigo Barrenechea están viendo un libro sobre la extraña
muerte de la democracia peruana, que está muriendo sin dictador. Pero sí
(nuestra democracia), está haciendo todos los méritos para morir. Lo peor y lo
más peligroso es la falta de rendición de cuentas y la falta de respuesta ante
la gente. O sea, las encuestas en el Perú son muy claras. Y lo que la gente
quiere es elecciones, por ejemplo. La gente quiere rendición de cuentas por los
casi 50 muertos a manos del Estado peruano y la gente quiere un alto a la corrupción, un cierto control
de la corrupción. Lo que hace la presidenta y el Congreso es al revés, es
escupir en la cara de la gran mayoría de los peruanos y decirnos “no nos
importa lo que ustedes quieren, no nos importa qué quiere la sociedad, vamos a
hacer lo que nos da la gana: protegernos, hacernos ricos y quedarnos en el
poder aunque no tengamos legitimidad”.
-Han
perdido el descaro, ¿no?
-El costo
que va a pagar el sistema político peruano va a ser enorme. ¡No pueden cagarse
en la gente por dos o tres años y esperar que el sistema político sobreviva!
Esto va a terminar muy mal. <>
_________________________
Diego
Quispe Sánchez. Bachiller
en Ciencias de la Comunicación y egresado de la Maestría de Periodismo y
Comunicación Multimedia. Siete años como cronista parlamentario.
Steven Levitsky. Es un destacado politólogo con estudio en Ciencias Políticas por la Universidad de Stanford (1990) y un doctorado en la Universidad de Berkeley, California (1999). Desde mayo de 2008, es profesor titular de las asignaturas de Government y Social Studies en Harvard University. Se desempeña como consejero de dos organizaciones de estudiantes en Harvard University: la Organización de Harvard para América Latina, y el Proyecto de Harvard para el Desarrollo Sostenible; y, además, ejerce de Consejo Consultivo de la Asociación Civil POLITAI, dedicada a la investigación en Ciencia Política y Gobierno, conformada por estudiantes de la Pontificia Universidad Católica del Perú.
No hay comentarios:
Publicar un comentario