MATAR O MORIR
por Antonio Zapata
La
República, 2 de diciembre, 2022
Algunos
congresistas exaltados han definido su línea con esos términos. Seguro soñaron
con Grau y Bolognesi, pero suena a palabrería hueca. Saben que no tienen
los votos para vacar y que un buen grupo prefiere gozar de los privilegios
hasta el 2026. Entonces, ¿por qué lo hacen? La respuesta es sencilla,
por pose, porque prefieren el gesto melodramático ante sus tribunas antes que
afrontar la situación con seriedad.
Pero la
frase es un avance en la violencia verbal: ahora es a matar. Por su lado, los
insultos de estos días han estado centrados en la vida íntima de la primera
ministra. Francamente es el colmo, además que incurran en ello periodistas
mujeres que se sienten ultrajadas cuando alguien las ofende. La doble moral y
la incontinencia verbal se han desbordado. El problema es que tiene
consecuencias políticas.
Ese
desborde de palabras intimidantes es parte de riesgosas maniobras
legales. El Congreso amenaza con vacar o suspender, mientras que el
Ejecutivo lo hace con la interpretación sobre la confianza y cerrar el
Parlamento. Ambos intuyen que –-si se atrevieran-– el resultado sería que ambos
caerían y habría nuevas elecciones. Por eso no dan el paso. Pero se ponen al
borde y en cualquier momento pueden caer en el precipicio. Ambos poderes
son manejados por personal alterado e inexperto que busca algo imposible en la
precaria democracia peruana, salvarse a sí mismo a través de la
eliminación del rival.
Nadie puede
saber exactamente cuál será la coyuntura y menos los detalles. Pero la
tendencia es clara. Ambos se dirigen al choque y la ciudadanía no va a permitir
que uno quede indemne. Así, la frase “matar o morir” de ese par de congresistas
es un anticipo inconsciente del fin de sus carreras. Van a salir de escena y
les será difícil regresar.
En estas
circunstancias algunas fuerzas consideran que se requiere reformas políticas
y la Coalición Ciudadana ha presentado un conjunto de sugerencias. La
lógica es clara. Si se convoca a elecciones con las reglas actuales –que se
asumen como deficientes– el resultado también será negativo. Es verdad. Pero no
parece posible que estos congresistas, a quienes se pide que se vayan a su casa
por incompetentes y corruptos, aprueben un paquete de reformas orientadas a que
nunca más vuelvan al poder. Es pedir peras al olmo. Más bien, una mirada
realista conduce a pensar que tarde o temprano habrá elecciones y que lo más
probable es que se lleven adelante con las reglas actuales. Así recién lleguen
en 2026, es mejor estar preparados para ese desenlace.
Por ello,
es preferible definir un programa de reformas y buscar apoyos en actores
políticos con sentido. Mi apreciación es que sería necesario empezar por
las preocupaciones reales de la gente en términos de ingresos, salud,
educación, vivienda y trabajo; antes que por fórmulas legales. Pero es
indudable que las demandas sociales y políticas deben ir juntas. Esas reformas
son la bandera que es preciso levantar. Ya no se trata de pedirle a otro que
haga esto o aquello. Por ejemplo, mis camaradas de izquierda creen que aún se
debe exigir que Castillo cumpla sus promesas. Otra utopía. No lo hará. Por el
contrario, fin de año es el momento para preparar la salida racional que
represente el sentido nacional y popular que hierve en el país.
TESIS SOBRE EL CAOS POLÍTICO PERUANO
por Sinesio López Jiménez
La
República, 24 de noviembre, 2022
1. La
crisis política actual comenzó en el 2016 cuando Keiko Fujimori (KF)
se negó a aceptar la derrota electoral y decidió desbarrancar a Kuczynski
(PPK) para gobernar desde el Congreso. Pretendió dar un golpe de Estado
congresal como son casi todos los golpes de Estado del siglo XXI en América
Latina.
2. La
pretensión golpista surgió cuando PPK no tenía mayoría en el Congreso que era
controlado por KF. Se produjo entonces un típico gobierno dividido que no
tenía gobernabilidad porque el presidencialismo del Perú no es puro como en
USA, sino parlamentarizado.
3. En el
Perú es difícil, si no imposible, que un presidente tenga mayoría congresal
porque los partidos representativos han colapsado y han sido reemplazados
por “partidos” patrimonialistas que son vientres de alquiler de caudillos
ambiciosos. Esto ha producido una alta fragmentación política que impide formar
coaliciones para que el Ejecutivo tenga mayoría.
4. El
Congreso fujimorista quiso vacar a PPK por supuesta incapacidad moral en dos
ocasiones. Ante la inminencia de la vacancia, PPK renunció y fue reemplazado
por el vicepresidente Vizcarra. KF consumó su golpe parlamentario usando a
Vizcarra como títere. Este se negó a desempeñar ese deshonroso papel,
propuso una reforma política y otra judicial y llamó a un referéndum que ganó.
Apeló luego al mecanismo constitucional de dos votos negados de confianza para
disolver el Congreso.
Periodismo mermelero |
6. Mientras
tanto, la pandemia evaporó el mito del neoliberalismo exitoso: la economía
primario-exportadora era una máquina de producir informales (75%), altos
niveles de desigualdad y pobreza (reducida por el boom exportador), un
Estado neoliberal capturado, débil e incapaz, una sociedad fragmentada, racista
y discriminadora y un individualismo posesivo.
7. En
las últimas elecciones ganó Castillo, y KF y la ultraderecha inventaron un
fraude electoral. Desde el primer día de gobierno, la ultraderecha y la prensa
oligopólica buscaron vacarlo. Dos mociones de vacancia han fracasado y preparan
la tercera.
8. Castillo
ha puesto su cuota en el golpe congresal: incapacidad para formar coaliciones
políticas y seleccionar un equipo técnico de primera para gobernar,
patrimonialismo y corrupción.
9. La
ultraderecha y los medios han logrado que el Poder Judicial criminalice la
política, algo nuevo que no pasó en gobiernos anteriores. Jueces y
fiscales invaden la política y convierten a los partidos y al Ejecutivo,
supuestamente corruptos, en organizaciones criminales. <:>
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