domingo, 2 de octubre de 2022

HISTORIA PERUANA

 ¿ES CIERTO QUE TÚPAC AMARU FUE LEAL A LA CORONA DE ESPAÑA Y NO QUISO LA SECESIÓN?

Existe en el Perú un grupo de historiadores que niegan que Túpac Amaru se haya proclamado como soberano, argumentando que siempre mostró fidelidad a la Corona de España, que nunca quiso la independencia, que no tenía claro el objetivo de su rebelión, y que muy posiblemente el edicto que se le encontró fue sembrado por las autoridades virreinales para condenarlo por el delito de Lesa Majestad, es decir que era una falsificación española.

● Refutación:

Dichas posturas han sido refutadas por historiadores como Sivirichi, Donato Amado, Durand, Aparicio, Cornejo, entre otros nacionales, y mucho antes que todos ellos por el historiador militar colombiano Manuel Briceño en la década de 1880, quien fue el primero que dio a conocer el bando de coronación, cuando en el Perú era un aspecto casi desconocido de la vida y obra de Túpac Amaru para los historiadores.

1.- Briceño argumentaba que si este edicto que supuestamente nunca fue publicado por Túpac Amaru, y que se le fue encontrado al día siguiente de su captura, el 7 de abril, con fecha “18 de marzo de 1781”, era imposible que tal documento viajase tan rápido a Ecuador, Colombia, Venezuela y Panamá por el norte, y que se encontrase en tantas instancias de Sudamérica, si es que el rebelde Túpac Amaru no lo hubiese publicado en 1780, en el momento mismo del estallido de la rebelión.

2.- Briceño señala que para diciembre de 1780 ya habían indios, caciques y gobernadores subalternos que se dirigían a él como “Su Magestad”, "Nuestro Señor", entre otras expresiones propias de los monarcas, un indicio irrefutable de que el evento de la proclamación si era verídico y si ocurrió. Aquello mismo es certificado por las fuentes primarias que datan del juicio de 1781, como es el caso de la postura que tiene el visitador Areche frente al cacique rebelde en vista de los diversos testimonios y documentos que evidencian el delito de Lesa majestad.

“Desde el principio de su traición, mando, y mandaba como Rey, bajo el frívolo y falso pretexto de ser descendiente legítimo y único, según va indicando, de la sangre real de los Emperadores gentiles […] le hablaban y escribían en medio de su rudeza, con la mayor sumisión y respeto, tratándole a veces de Señoría, Excelencia, Alteza y Magestad, viniendo de varias provincias a rendirle la propia obediencia y vasallaje”. (Areche, 1781)

El Dr. José Saldivar Saavedra se encarga en el juicio de señalar que el fidelismo mostrado por el rebelde en algunos documentos no es más que una artimaña para ganarse el apoyo de los criollos y españoles del Cuzco, así como para librarse del castigo que le corresponde por haber intentado usurpar el poder de la Corona de España. El Dr. Saldivar ratifica que este (Túpac Amaru) nunca se ha rectificado sobre su creencia de que es el “dueño legítimo de estos dominios” y el “mandar sobre los vasallos solo le compete a su persona”.

2.1.- Fragmentos documentales sobre el delito de Lesa Majestad:

“Desde donde está dando órdenes como Rey absoluto, prendiendo y ahorcando, haciendo creer que lo hace como heredero de este Reino, por decir ser cuarto nieto del Emperador Inca de él. Y aun ha pasado la insolencia de este, a dar órdenes a los Caciques de la ciudad del Cuzco”. (Lorenzo Zata, 1780)

“El edicto se reduce a mandar como si fuera Rey absoluto y como indio de la sangre real de los Incas y principal tronco que hace saber a todos los vecinos, moradores, estantes y habitantes de esta provincia de Azángaro”. (Miguel de Zamora, 1780)

Nuestro gran señor José Túpa Amaro, Rey Inca de este reino manda convocar a todos los caciques y oficiales de esta provincia para servir en su gobierno, ofreciéndoles perdón y misericordia”. (Juan Tito, 1780)


El soberano rey Inca me ordena pasar a cuchillo todos los corregidores, sus ministros, caciques, colectores y otros dependientes, así mismo todos los chapetones, criollos, mujeres y niños, sin consideración de sexo ni y edad”. (T. Katari, 1781)

“Los indios por disposición de su Rey Inca, cuyo maldito nombre ha hecho perder el sentido a estos indios, pues muchos de mediana comodidad, y que lo pasaban muy bien, se han hecho a la parte de los tobas, creyendo este destino y otros semejantes”. (Gregorio de Zegada, 1781)

“Igualmente se ha acreditado ser el principal caudillo un José Quiroga, a quien no pudo aprender, y que en nombre del rebelde Tupac Amarú ha hecho en los indios tal impresión, que no habrá como disuadirlos de otro modo que con el castigo”. (Andres Mestre, 1781)

“Don José Vasquez de Velazco, el que ha confesado delante de mí haber formado algunos edictos en nombre de Tupac Amaro; y á 2 de los reos que fueron al suplicio, les habia puesto los evangelios sobre sus cabezas, para que tuviesen felicidad en las empresas de su nuevo Rey”. (J. Reseguin, 1781)

“Señores Principales, así españoles como naturales y mestizos, criollos […] En nombre de Su Majestad Don José Gabriel Túpac Amaru, Rey Inca de este vasto Virreinato del Perú […] Por lo que habiéndose visto con maduro acuerdo todos estos motivos, en nombre de Dios, Nuestro Señor, y despues de él, en el de nuestro referido Monarca, Inca, vengo a convidarles más bien con la paz y concordia, que á hacerles guerra”. (De la Cruz, 1781)

“los indios ya no reconocían por su soberano a S. M. el Rey de España, sino únicamente a su Rey Inca, Don Cristoval Tupac Amaru” (Escribano público, 1781)

“como Gobernador electo para estas provincias, en nombre de S. M. D. José Gabriel Túpac Amaro, Rey Inca de este vasto virreinato del Perú, y hablando con Vds. en calidad de embajador suyo, digo:- Que el fin á que he venido á esta provincia, y escribo esta, es, para saber el parecer y dictámen de sus voluntades en asunto a vasallaje, del que tomándoles el consentimiento, quisiera que Vds. deliberáran el partido á que se inclinan, y me avisarán su dictámen: esto es, si se conforman á ser vasallos debajo de las banderas de dicho Monarca”. (Pedro De la Cruz Condori, 1781)

“Preguntósela, si sabe de un borrador, en que se suponía la coronación de su marido y su jura, llamándose José I; quién lo trajo, con qué carta venía y quién lo remitía”. (Mata Linares, 1781)

3.- Briceño señala que las autoridades españolas no necesitaban de un falso edicto para condenarlo a muerte, por el delito de Lesa Majestad, porque el resto de cargos (asesinato, rebeldía, traición, robo, etc.) que se le imputaban ya eran suficientes para ejecutarlo de una manera cruel. Para el momento de su captura el líder rebelde ya no era considerado cristiano, por estar excomulgado, por lo tanto no estaba sujeto a la piedad de la fe.

4.- Otro punto es que difundir tal documento suponía un peligro para las autoridades virreinales, más que ser algo perjudicial para la rebelión, ya que dotaba a Túpac Amaru de un aura mesiánico que le dotaría de más súbditos y vasallos favorables para su causa, si se tiene muy en cuenta que los indios eran extremadamente supersticiosos y que en la década de 1770, y especialmente en el año de 1777, las misma autoridades españolas trataron de erradicar y de ridiculizar estas creencias populares que abogaban por la aparición de un Rey Inca que habría de libertar a los indios y expulsar a los españoles.

5.- Tras la muerte de José Gabriel Túpac Amaru, como si se tratase de una monarquía constituida, hubo una disputa entre los Katari y los parientes de Túpac Amaru por la sucesión, culminando aquello con el ascenso de Diego Cristóbal Túpac Amaru como máximo líder.

“Yo, Dn. Julián Apaza, que por sobre nombre tengo Túpaj Katari, habiendo servido y condesendido a S. M. Tupaj Amaro como leal vasallo, dispongo por designio y mandato superior la susesión que ahora me corresponde como Rey Inca de todos los reales ejércitos y ministerios de éstos reinos y provincias del Perú”. (Túpac Katari, 1781).

6.- El uso de símbolos reales e imperiales hispano-incaicos durante la rebelión, calificados como “símbolos de la gentilidad” o “símbolos paganos” por las autoridades virreinales, que para nada se ajustaban al de unos leales vasallos del Rey de España.

7.- El hecho de adjudicarse títulos nobiliarios y distribuir cargos reales de manera arbitraria entre los líderes rebeldes, haciéndoseles llamar “virreyes”, “capitanes generales”, “tenientes generales”, “duques”, “marqueses” y “condes”. Así mismo decretar la abolición de corregimientos, cacicazgos y títulos de nobleza, atribuciones exclusivas de la Corona de España.

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Referencias:

.- Temblor en los Andes: profetas del resurgimiento indio en el Perú, M. Sarkisyanz (1992).

.- Colección documental del Bicentenario de la Revolución emancipadora de Túpac Amaru, Luis Durand Flórez (1980).

.- Bibliografía de estudios sobre Carlos III y su época, Francisco Aguilar Piñal (1988).

.- Tiempo de guerra: Estado, nación y conflicto armado en el Perú, siglos XVII-XIX, Alejandro M. Rabinovich (2019).

.- Ficha de Relación histórica de los sucesos de la rebelión de José Gabriel Tupac-Amaru, en las provincias del Perú, el año de 1780.

.- Colección documental del gobierno de Don Agustín de Jáuregui, Eulogio Zudaire Huarte (1978).

.- Shadows of Empire: The Indian Nobility of Cusco, 1750-1825, David T. Garrett (2005).

.- Documentos para la historia de la sublevación de José Gabriel de Tupac-Amaru, The Rockefeller Foundation (1836).

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