¿ES CIERTO QUE TÚPAC AMARU FUE LEAL A LA CORONA DE ESPAÑA Y NO QUISO LA SECESIÓN?
Existe en
el Perú un grupo de historiadores que niegan que Túpac Amaru se haya proclamado como soberano,
argumentando que siempre
mostró fidelidad a la Corona de España, que nunca quiso la
independencia, que no
tenía claro el objetivo de su rebelión, y que muy posiblemente el edicto
que se le encontró fue
sembrado por las autoridades virreinales para condenarlo por el delito de Lesa
Majestad, es decir que era una falsificación española.
●
Refutación:
Dichas
posturas han sido refutadas por historiadores como Sivirichi, Donato Amado,
Durand, Aparicio, Cornejo, entre
otros nacionales, y mucho antes que todos ellos por el historiador militar
colombiano Manuel Briceño en la
década de 1880, quien fue el primero que dio a conocer el bando de coronación, cuando en el Perú era un
aspecto casi desconocido de la vida y obra de Túpac Amaru para los
historiadores.
1.- Briceño
argumentaba que si este edicto que supuestamente nunca fue publicado por Túpac Amaru, y que se le fue encontrado
al día siguiente de su captura, el 7 de abril, con fecha “18 de marzo de 1781”,
era imposible que tal documento viajase tan rápido a Ecuador, Colombia, Venezuela y Panamá por el
norte, y que se encontrase en tantas instancias de Sudamérica, si es que el
rebelde Túpac Amaru no lo hubiese publicado en 1780, en el momento mismo
del estallido de la rebelión.
2.- Briceño
señala que para diciembre
de 1780 ya habían indios, caciques y gobernadores subalternos que se dirigían a
él como “Su Magestad”, "Nuestro Señor", entre otras
expresiones propias de los monarcas, un indicio irrefutable de que el evento de
la proclamación si era verídico y si ocurrió. Aquello mismo es certificado por
las fuentes primarias que datan del juicio de 1781, como es el caso de la postura que tiene el visitador Areche frente al cacique
rebelde en vista de los diversos testimonios y documentos que evidencian el
delito de Lesa majestad.
“Desde el
principio de su traición,
mando, y mandaba como Rey, bajo el frívolo y falso pretexto de ser
descendiente legítimo y único, según va indicando, de la sangre real de los
Emperadores gentiles […] le hablaban y escribían en medio de su rudeza, con la
mayor sumisión y respeto, tratándole a veces de Señoría, Excelencia, Alteza y
Magestad, viniendo de
varias provincias a rendirle la propia obediencia y vasallaje”. (Areche,
1781)
El Dr. José Saldivar Saavedra se encarga en el juicio de señalar que el fidelismo
mostrado por el rebelde en algunos documentos no es más que una artimaña para
ganarse el apoyo de los criollos y españoles del Cuzco, así como para librarse
del castigo que le corresponde por haber intentado usurpar el poder de la Corona de España. El Dr.
Saldivar ratifica que este (Túpac Amaru) nunca se ha rectificado sobre su
creencia de que es el “dueño
legítimo de estos dominios” y el “mandar
sobre los vasallos solo le compete a su persona”.
“Desde
donde está dando órdenes como Rey absoluto, prendiendo y ahorcando, haciendo
creer que lo hace como heredero de este Reino, por decir ser cuarto nieto del
Emperador Inca de él. Y aun ha pasado la insolencia de este, a dar órdenes a los Caciques de la
ciudad del Cuzco”. (Lorenzo Zata,
1780)
“El edicto
se reduce a mandar como si fuera Rey absoluto y como indio de la sangre real de
los Incas y principal tronco que hace saber a todos los vecinos, moradores,
estantes y habitantes de esta provincia de Azángaro”. (Miguel
de Zamora, 1780)
“Nuestro gran señor José Túpa
Amaro, Rey Inca de este reino manda convocar a todos los caciques y
oficiales de esta provincia para servir en su gobierno, ofreciéndoles perdón y
misericordia”. (Juan Tito, 1780)
“El soberano rey Inca me ordena
pasar a cuchillo todos los corregidores, sus ministros, caciques, colectores y
otros dependientes, así mismo todos los chapetones, criollos, mujeres y niños,
sin consideración de sexo ni y edad”. (T. Katari, 1781)
“Los indios
por disposición de su Rey Inca, cuyo maldito nombre ha hecho perder el sentido
a estos indios, pues muchos de mediana comodidad, y que lo pasaban muy bien, se
han hecho a la parte de los tobas,
creyendo este destino y otros semejantes”. (Gregorio de Zegada, 1781)
“Igualmente
se ha acreditado ser el principal caudillo un José Quiroga, a quien no pudo aprender, y que en nombre del rebelde
Tupac Amarú ha hecho en los indios tal impresión, que no habrá como disuadirlos
de otro modo que con el castigo”. (Andres
Mestre, 1781)
“Don José Vasquez de Velazco, el que ha
confesado delante de mí haber formado algunos edictos en nombre de Tupac Amaro;
y á 2 de los reos que fueron al suplicio, les habia puesto los evangelios sobre
sus cabezas, para que tuviesen felicidad en las empresas de su nuevo Rey”. (J. Reseguin, 1781)
“Señores
Principales, así españoles como naturales y mestizos, criollos […] En nombre de Su Majestad Don
José Gabriel Túpac Amaru, Rey Inca de este vasto Virreinato del Perú […]
Por lo que habiéndose visto con maduro acuerdo todos estos motivos, en nombre
de Dios, Nuestro Señor, y despues de él, en el de nuestro referido Monarca,
Inca, vengo a convidarles más bien con la paz y concordia, que á hacerles
guerra”. (De la Cruz, 1781)
“los indios
ya no reconocían por su soberano a S. M. el Rey de España, sino únicamente a su
Rey Inca, Don Cristoval
Tupac Amaru” (Escribano público, 1781)
“como
Gobernador electo para estas provincias, en nombre de S. M. D. José Gabriel
Túpac Amaro, Rey Inca de
este vasto virreinato del Perú, y hablando con Vds. en calidad de
embajador suyo, digo:- Que el fin á que he venido á esta provincia, y escribo
esta, es, para saber el parecer y dictámen de sus voluntades en asunto a
vasallaje, del que tomándoles el consentimiento, quisiera que Vds. deliberáran
el partido á que se inclinan, y me avisarán su dictámen: esto es, si se
conforman á ser vasallos debajo de las banderas de dicho Monarca”. (Pedro De la Cruz Condori, 1781)
“Preguntósela,
si sabe de un borrador, en
que se suponía la coronación de su marido y su jura, llamándose José I;
quién lo trajo, con qué carta venía y quién lo remitía”. (Mata Linares, 1781)
3.- Briceño
señala que las autoridades
españolas no necesitaban de un falso edicto para condenarlo a muerte, por el
delito de Lesa Majestad, porque el resto de cargos (asesinato, rebeldía,
traición, robo, etc.) que se le imputaban ya eran suficientes para ejecutarlo
de una manera cruel. Para el momento de su captura el líder rebelde ya no era
considerado cristiano, por estar excomulgado, por lo tanto no estaba sujeto a
la piedad de la fe.
4.- Otro
punto es que difundir tal documento suponía un peligro para las autoridades
virreinales, más que ser algo perjudicial para la rebelión, ya que dotaba a
Túpac Amaru de un aura mesiánico que le dotaría de más súbditos y vasallos
favorables para su causa, si se tiene muy en cuenta que los indios eran
extremadamente supersticiosos y que en la década de 1770, y especialmente en el
año de 1777, las misma autoridades españolas trataron de erradicar y de
ridiculizar estas creencias populares que abogaban por la aparición de un Rey Inca que habría de
libertar a los indios y expulsar a los españoles.
5.- Tras la
muerte de José Gabriel Túpac Amaru, como si se tratase de una monarquía
constituida, hubo una disputa
entre los Katari y los parientes de Túpac Amaru por la sucesión, culminando
aquello con el ascenso de Diego Cristóbal Túpac Amaru como máximo líder.
“Yo, Dn. Julián Apaza, que por sobre
nombre tengo Túpaj Katari, habiendo servido y condesendido a S. M. Tupaj
Amaro como leal vasallo,
dispongo por designio y mandato superior la susesión que ahora me corresponde como Rey Inca de
todos los reales ejércitos y ministerios de éstos reinos y provincias del Perú”.
(Túpac Katari, 1781).
6.- El uso
de símbolos reales e imperiales hispano-incaicos durante la rebelión,
calificados como “símbolos de la gentilidad” o “símbolos paganos” por las
autoridades virreinales, que para nada se ajustaban al de unos leales vasallos
del Rey de España.
7.- El
hecho de adjudicarse
títulos nobiliarios y distribuir cargos reales de manera arbitraria entre los
líderes rebeldes, haciéndoseles llamar “virreyes”, “capitanes generales”,
“tenientes generales”, “duques”, “marqueses” y “condes”. Así mismo
decretar la abolición de corregimientos, cacicazgos y títulos de nobleza,
atribuciones exclusivas de la Corona de España.
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Referencias:
.- Temblor en los Andes: profetas
del resurgimiento indio en el Perú, M. Sarkisyanz (1992).
.- Colección documental del
Bicentenario de la Revolución emancipadora de Túpac Amaru, Luis Durand Flórez
(1980).
.- Bibliografía de estudios sobre
Carlos III y su época, Francisco Aguilar Piñal (1988).
.- Tiempo de guerra: Estado,
nación y conflicto armado en el Perú, siglos XVII-XIX, Alejandro M. Rabinovich
(2019).
.- Ficha de Relación histórica de
los sucesos de la rebelión de José Gabriel Tupac-Amaru, en las provincias del
Perú, el año de 1780.
.- Colección documental del
gobierno de Don Agustín de Jáuregui, Eulogio Zudaire Huarte (1978).
.- Shadows of Empire: The Indian
Nobility of Cusco, 1750-1825, David T. Garrett (2005).
.- Documentos para la historia de
la sublevación de José Gabriel de Tupac-Amaru, The Rockefeller Foundation
(1836).
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