PERCY ZAGA BUSTINZA,
EL QUIJOTE
DEL ALTIPLANO
José Morales Serruto
N |
ació el 05 de abril de 1945 en la calle Lambayeque de la
ciudad de Puno y murió el 01 de diciembre de 2017 cuando era trasladado de
emergencia a la ciudad de Arequipa.
Teniendo todas las cualidades para brillar como uno de
los literatos más encumbrados en el firmamento literario del país y fuera de
él, no abandonó su tierra natal por la vanidad, se quedó en ella para hacer de
la esquina del barrio, de las bancas de la Plaza de Armas, de las calles y el
calor de su hogar, una verdadera facultad de literatura, en la que muchos han
bebido de su savia de gran maestro.
Muchos ya hablaron del poeta, maestro, político,
periodista, músico y literato Percy Zaga Bustinza, y más aún de su fructífera trayectoria
en la construcción de la sobria plataforma cultural de Puno: fundador de la
“Promoción intelectual Carlos Oquendo de Amat”, del Grupo de Arte “Utaraya” y
el Grupo “Qlisgen”, parte también del Centro Federado de Periodistas y el
Colegio de Periodistas. Sin lugar a dudas, Percy Zaga Bustinza -para nuestra
humilde percepción- es el intelectual más iluminado, talento privilegiado de la
literatura del altiplano, que sin arrogancia camina por las calles de Puno.
Nuestra intención no es hacer un análisis de su obra
poética, menos de su incansable y quijotesca labor, que lo llevó a enseñar a
los puneños sobre la vida y obra de los literatos de esta parte del país.
Queremos hablar del hombre de a pie, del ciudadano dispuesto a hablar con
cualquier otro, con humildad, en el puesto de la casera de la esquina,
saboreando una bebida, presto al consejo sincero y dispuesto a un aleccionador
diálogo de la vasta literatura puneña, y muchas veces más, cuando abría las
puertas de su casa de par en par, natural al destellar todo el calor humano de
su ser.
OGAL
Más
abajo de tu playa/ más abajo de tu arena/ de tu limo más abajo/ y más aún de
los peces/ los helechos, las raíces.
En
el origen mismo/ de tu nombre o tu ser/ hay otro lago, tan/ gigante, tan
hermoso/ tan pequeño como tú.
Humilde, íntegro, sincero, de palabra sencilla y
profunda como sus poemas, estos describen y afirman a don Percy Zaga Bustinza
como el literato puneño más importante del siglo XX y XXI, por la facilidad con
la que explica la complejidad metafórica de cada autor y deshilvana verso a
verso un escrito, que desarropa el alma del gran maestro que se esconde en esa
figura que irradia confianza y mucha seguridad para hablar de un tema muy poco
común para para los puneños: “Literatura”.
Tuvimos el privilegio de sentarnos en el calor de su
hogar, para escuchar de sus labios múltiples anécdotas, de su larga trayectoria
de vida, de cada una de sus facetas, de su largo recorrido, de su formación
como maestro, literato, bohemio, músico eterno y encumbrado dirigente político,
último y primer integrante de su ensueño y de su mayor realidad, su pasión inolvidable:
“Juventud Obrera”.
Refrescando su garganta con un sorbo de agua, dibujando
una sonrisa de satisfacción en su rostro, recuerda con orgullo y nostalgia el
día y el lugar de su nacimiento, la casa alquilada del Dr. Uriel Cáceres Olazo,
del jirón Lambayeque, donde vivía su mamá con una tía. Recuerda a su padre, que
era profesor, con el que vivió muy pocos años. Con orgullo afirma ser exalumno
de la escuelita 883, ahora Miguel Grau, y recuerda a la maestra Julia Masías
Arroyo, parte de un tronco cultural, quien le incentivó a él y a muchos a
escribir. En sus ojos se percibe un brillo de satisfacción y recuerda haber
ganado por el Día de la Madre un concurso de poesía que se difundió en Radio La
Voz del Altiplano, que lo motivó a seguir escribiendo a escondidas para
publicarlos en el Diario Los Andes, con otros nombres.
Sin forzar sus recuerdos, habla de los “Chasquis”, grupo
de jóvenes y adultos de ese tiempo, que promovían cultura, que los animaba a él
y a un par de amigos a ser parte de ellos; con ese sueño presentaron a
“Jóspani” sus poemas, para que sean admitidos, pero solo recibían respuestas
vacías, con el pretexto de que eran “propuestos”, aunque eternamente.
Lanzando un suspiro de satisfacción, habla de la llegada
de Gerardo García Rosales, y lo describe como un extraordinario artista,
dibujante, escritor, actor, poeta, bailarín, etc., y recuerda que en el Parque
Pino los tres amigos se negaban a quedarse sin horizonte cultural y deciden
crear un nuevo grupo, y rememora que descubrió a Carlos Oquendo de Amat, a
través de un libro titulado “Floresta de Poesía Peruana”, poemas para jóvenes,
editado por el Ministerio de Educación, en el que publicaban poemas de Enrique
Guzmán y Valle, César Vallejo.
En ella se publicaron dos poemas: “Madre” y “Poema”, y
los rubricaba “Carlos Oquendo de Amat. “Su poesía nos gustó mucho y al leerlo
descubrimos al poeta puneño que hasta ese entonces nadie lo tomaba en cuenta en
el Perú, menos en Puno. Nadie conocía a Carlos Oquendo de Amat, al poeta, el
más culto y más trascendente, nadie lo conocía; yo lo descubrí”, afirma con
cierta satisfacción.
Recuerda que Omar Aramayo les propuso que adopten el
nombre de “Carlos Oquendo de Amat” y recuerda que él propone el nombre
“Promoción Intelectual Carlos Oquendo de Amat”, que es considerado hasta este
momento el segundo movimiento cultural puneño después de Orkopata.
Entre sonrisas recuerda, con nostalgia, que su sueño
juvenil era consagrarse como un gran arquitecto, pero su padre quería que sea
maestro y que por eso decidió estudiar en la Universidad Nacional de Educación
Enrique Guzmán y Valle, La Cantuta, donde se formó como maestro y volvió a Puno
para trabajar en varios lugares de la zona como maestro.
Se confiesa amigo de Horacio Zevallos, y ser parte de la
dirigencia sindical del “SUTE”, por lo que fue subrogado en más de dos
oportunidades, y cuenta que en el lapso de su lucha por su reposición ingresó a
la Universidad San Marcos para estudiar literatura, lo que le mostró el amplio
horizonte de la literatura, que a su vez le ayudó a ordenar y entender el tema.
Recuerda con mucha emoción que fue alumno de grandes
maestros, como Washington Delgado, Antonio Cornejo Polar y otros que le
ampliaron su panorama literario. También recuerda que fue alumno de la
Universidad San Antonio Abad del Cusco, donde estudió periodismo, aunque tuvo
que abandonarlo por razones propias.
Para hablarnos de su producción intelectual, nos deja un
momento y empieza a poner en nuestras manos una colección de textos en los que
advertimos los títulos de “A Mayte”, “Mi País”, “Cantos, “Cinematógrafo de
lienzo y bambú”, “Mi ciego mi gallo y tú”, “Calendario Cívico puneño”,
“Diccionario Regional de la Cultura Puneña”, y “Biografías de ilustres
puneños”, mientras firmaba la dedicatoria a cada uno de los textos, contaba la
anécdota de que hacía algún tiempo había invitado a su biblioteca a un joven
literato, que al retirarse se dio cuenta que le había sustraído valiosos
libros. Pero al margen de ello, hay que destacar que muchos de esos poemas los
leímos en algunas antologías de poesía de circulación nacional, en muchas se
destaca “Pido perdón a los lagartos”.
Antes de terminar este ameno diálogo, no podíamos dejar
de hacerle una pregunta de regla: Si recordaba a alguna persona que lo motivó a
escribir. La respuesta fue contundente. “Me motivó la profesora Julia Masías de
Arroyo, Adolfo Bustinza del Carpio, además de dos o tres personas”, y aprovechó
para declararse fanático casi religioso de Gabriel García Márquez, Juan Rulfo,
que es extraordinario (su “Pedro Páramo” es genial, dijo), además de otros,
como Walt Whitman, sin duda Cervantes (el Quijote es una obra extraordinaria).
“Pero, como todos, sigo en el debate mundial de cuál es la mejor novela: si don
Quijote de la Mancha, de Cervantes, o Cien Años de Soledad, de Gabriel García
Márquez”, apuntó.
Retornando su memoria a nuestra región, habla de las
mujeres literatas a las que la sociedad nunca les dio el lugar que se
merecieron. Por ejemplo, Mercedes Bueno Morales, Milida Castillo, Gloria
Mendoza y, antes a ellas, recuerda a una señora “Catacora” que escribió “Poemas
en Azul”, que merecen ser estudiados.
Con la pedagogía de gran maestro, con la sobriedad de un
experto, empieza a describir y reflexionar sobre los grandes de Puno… Para
Percy Zaga, el más grande sigue siendo Carlos Oquendo de Amat. Cuenta que se
atrevió a estudiar su poesía y la describe. «Su poesía no tiene la música del
modernismo, no tiene el sentimiento del romanticismo de la época, su poesía es
imagen… ‘Madre tu nombre viene lento como las músicas humildes’ no dice nada,
pero es una imagen bellísima, que tu nombre ‘viene lento como las músicas
humildes’, ¿pero en qué está lo poético? ¿Dónde está lo bello?... que, entre
imagen e imagen de su poesía, encuentras lo poético y la belleza; entonces,
para poder captar esta belleza, hay que saber leer la poesía de Carlitos, entre
imágenes; ahí está la grandeza de Carlos Oquendo de Amat.
Churata es un Dios, es uno de los genios americanos en
este momento, está siendo estudiado en varios países de Europa, están
reproduciendo su libro, ‘El Pez de Oro’, su obra que es totalizadora, que nos
sacude la conciencia, es un americanismo profundo y habla de una raza, no solo
de una raza, sino de un conjunto de etnias, y es muy grande ya.
Admiro a Federico More, que hace del lenguaje lo que
hace un panadero de la harina; lo que quiere y demuestra, que a las 12 del día
son las seis de la mañana y no hay forma de contradecirle, porque maneja tan
bien el lenguaje, que los ha hecho llorar a los Miró Quesada del Comercio y
otros. Simplemente, un tipo genial en el manejo del lenguaje.
Solidaridad de amigos en momentos difíciles
Creo que Mariano H. Cornejo es uno de los grandes
pensadores. Su libro ‘Sociología General’ sigue siendo el libro oficial de la
Universidad Autónoma de México y la Universidad Notre Dame de París; sigue
siendo el libro que deben de estudiar sus alumnos.
Pienso que José Antonio Encinas no ha sido estudiado
hasta el momento. Decimos un gran maestro, ¿pero en que está la grandeza de
Encinas?... Encinas se adelantó a Mariátegui en plantear que la educación es
parte del problema social, que el problema educativo rural es el problema de la
tierra. Cuando Villarán, Alejandro Deustua, dominaban el pensamiento
ideológico, filosófico del Perú, que eran los grandes del Siglo XIX,
justificaban que no se eduque al indio y aparece Encinas y les demuestra que sí
se les debe educar, pero de forma diferente. Esos son los personajes
extraordinarios de la literatura de Puno», concluye el maestro.
Percy Zaga Bustinza, teniendo todas las cualidades para
brillar como uno de los literatos más encumbrados en el firmamento literario
del país y fuera de él, es el hombre que no abandonó su tierra natal por la
vanidad, se quedó en ella para hacer de la esquina del barrio, de las bancas de
la Plaza de Armas, de las calles y el calor de su hogar, una verdadera facultad
de literatura, en la que muchos han bebido de su savia de gran maestro. Zaga
Bustinza no es el que vuelve a la tierra revestido de arrogancia y petulancia a
reclamar honores, es el experto que te guía por la senda pedagógica de la
literatura; es el perfecto guía que te conduce por la ruta exacta de la cultura
literaria y el humano que irradia un gran calor humano.
Con todos estos méritos, no dudamos que las nuevas
generaciones de literatos que vienen, en un futuro no muy lejano, creen la
nueva corriente literaria zaguista. ▒▒
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