LEY 29421 NO SE CUMPLE
Escribe:
Milcíades Ruiz
Como
todos sabemos, el 12 de octubre de 1942 el navegante Cristóbal Colón llegó a la
isla Guanahani cerca de Cuba y supuso que había llegado a la India siguiendo
una ruta inversa. Esta suposición determinó que a todo poblador nativo de
América se le conociera por entonces como “indio”. Pese a que tal suposición
fue desmentida se siguió utilizando este término y aún hoy, peyorativamente de
manera discriminatoria. Pero esta misma fecha fue establecida también por
iniciativa española como “Día de la Raza” desde una perspectiva lastimera,
reconociendo las bondades de las culturas nativas de América.
Aunque
para la población andina el “Día de la Raza” no era para festejar sino para
lamentar, al menos era motivo para rememorar obligatoriamente cada año en las
instituciones y centros educativos, las proezas de nuestros antepasados. En
nuestro país, dicha efeméride fue sustituida en el año 2009 mediante ley 29421,
por el "Día de los Pueblos Originarios y del Diálogo Intercultural"
ordenando que “cada año el Ministerio de Educación elabora en coordinación con
los gobiernos regionales y las organizaciones representativas de los pueblos
originarios, los actos y actividades que deben realizarse”.
Las
leyes son para cumplirse dicen muchos. Sin embargo, el mandato de esa ley viene
siendo desacatado impunemente por la administración estatal, pasando al olvido
toda recordación a nuestro pasado prehispánico cuya grandiosidad no cesan de
develar las investigaciones arqueológicas. De cada 4 peruanos uno es quechua,
aimara o nativo de la selva. El 51,2% se considera mestizo y solo el 6.2 se
considera blanco. No obstante, la discriminación proviene desde la misma
política educativa gubernamental.
No
se habla de las heroicas rebeliones de la población ancestral durante siglos de
dominación extranjera colonialista, ni de los héroes nativos, ni de sus
culturas sino es para fines turísticos solamente. No se habla de la
independencia del Tahuantinsuyo. Por el contrario, se habla cada vez más del
“Bicentenario” de la independencia del virreinato de los opresores aunque
ninguna ley lo ordene expresamente. La independencia política del virreinato
del Perú se hizo sin emancipación de la población aborigen ni de los esclavos.
Los centros educativos ocultan esta verdad.
Esta
discriminación cultural tergiversa la historia para favorecer los intereses de
la dominación vigente. Por otro lado, la manipulación por reflejo condicionado,
hace que hasta los aborígenes terminen celebrando un acontecimiento que fue
ajeno a sus ancestros. El Acta de la Independencia fue firmada por condes,
marqueses y miembros de la aristocracia virreinal sin ninguna participación de
los representantes nativos. Es que esa independencia era válida solo para los
opresores virreinales y no para los oprimidos.
Por
eso, cuando la letra del himno nacional dice “largo tiempo el peruano oprimido,
la ominosa cadena arrastró. Condenado a cruel servidumbre, largo tiempo en
silencio gimió. Mas apenas el grito sagrado, Libertad en sus costas se oyó, La
indolencia de esclavo sacude, la humillada cerviz levantó”, no se refiere a los
peruanos autóctonos sino a los españoles sudamericanos que se consideraban en
esa condición frente a los españoles peninsulares. Veían solo el abuso que se
cometía con ellos pero no, el abuso que los mismos cometían contra la población
despatriada.
Jurada
la independencia los supuestos “patriotas” continuaron con sus vasallos nativos
y esclavos traídos de África como si nada hubiera pasado en el régimen
virreinal. No era que los colonialistas extranjeros se retiraban y devolvían su
patria a la población autóctona. Eso no. Los realistas se pusieron el disfraz
republicano y como los tránsfugas políticos actuales volvieron “patriotas” para
seguir gobernando. Entonces, desde que los invasores europeos sometieron al
Tahuantinsuyo nunca más los pobladores andinos recuperaron su patria que les
fue arrebatada por la fuerza.
Esa
patria ha desaparecido del mapamundi sin que los peruanos ancestrales se
resignen a perderla definitivamente y este sentimiento nacional crece día adía
sin que los dominadores se den por enterados. Siempre se reacciona cuando ya es
tarde pero puede correr la sangre como en la Revolución Francesa. La
civilización occidental y cristiana, proveniente de Europa sepultó nuestra
civilización andina y así se mantiene porque la dominación ha cerrado las
puertas de acceso al poder a los pueblos originarios que se han quedado sin
derecho a gobernarse.
Dejar
que los hechos discriminatorios pasen sin resistencia alguna nos hace cómplices
por indiferencia. Los más auténticos dueños del territorio peruano no deberían
seguir segregados del gobierno nacional sino por el contrario, darles cabida
hasta que se sientan realmente partícipes de las decisiones nacionales. De lo
contrario seguirá latente el resentimiento social que tarde o temprano podría
desenfrenarse arrasando con todo lo que actualmente odia.
Pero
así como advertimos de la discriminación cultural, hay una inmensidad de casos
aplicados contra la población de sangre aborigen en todos los aspectos de la
vida nacional y eso es factor de rebeldía natural. Aún en la actualidad si
alguien se interna en los pueblos originarios andinos podrá comprobar el terror
encarnado que la gente tiene respecto al hombre blanco que por siglos abusó de
sus ancestros. Le teme y lo odia instintivamente porque representa el poder de
los dominantes.
Es
que los descendientes de los conquistadores y colonialistas siempre han
gobernado el país ya sea posesionándose del Poder Ejecutivo como del
Legislativo. Dominan el poder judicial, las fuerzas armadas, y otras instancias
de gobierno. Por eso vemos ahora como hemos visto en gobiernos anteriores a
legisladores como los Belaunde y los Diez Canseco que descienden de Juan de la
Torre que fue uno de los trece de la Isla del Gallo, encomendero, fundador y
alcalde de Arequipa. Pero no sucede lo mismo con los descendientes de Huáscar,
Túpac Amaru, Túpac Catari, etc.
Gran
parte de la población aborigen sobrevive refugiada entre la cordillera de los
andes desde que los conquistadores europeos sometieron al Tahuantinsuyo en el
siglo XVI aplicando los más crueles abusos hasta el exterminio genocida. La
población nativa quedó cautiva en campos de concentración denominados
“Reducciones de indios” erradicando ayllus. La república reconoció esas
reducciones como Comunidades Indígenas sin restituir la heredad de los ayllus.
Esas
comunidades no eran instituciones ancestrales como sí lo eran los ayllus. Pero
la tergiversación cultural los presenta como entidades nativas aunque estas no
hayan existido en el incanato. Presentan también como entidad nativa a los
“Varayoc” (Alcalde vara) lo cual es una falsedad histórica. Estos fueron
estatuidos a raíz de la sublevación de Túpac Amaru para quitarle toda autoridad
a los curacas y evitar que encabecen rebeliones. En su reemplazo el corregidor
era el que elegía a los alcaldes de vara entre los traidores más adulones.
Valga
la oportunidad para reflexionar sobre lo mucho que nos queda por hacer para
recuperar la verdadera historia, nuestra cultura milenaria y los derechos de
las poblaciones ancestrales que han sido negados hasta ahora por la dominación
vigente. Todos los peruanos sacan pecho por Machu Picchu como maravilla mundial
pero muchos no reconocen a los autores de esa maravilla. Pero allí están en el
genoma de sus descendientes, sirviendo de bestias de carga a los turistas. A
otros se les mira con desprecio y se les pone barreras por solo llevar apellido
ancestral. Este calvario debe terminar.
Es
probable que muchos cuestionen lo dicho y me mal interpreten. Pero aun así,
ojalá que por lo menos sirva para reflexionar sobre este tema.
Octubre,
2017
ILUSTRACIONES: A) En 1532 España, potencia
europea, invade estado Inca y B) ejecuta Genocidio execrable. C) Después de
tres siglos se produce
la
"independencia" de y para nobles españoles y criollos, ya que D) en
la fundación de la república no participaron los indígenas y otras clases
sociales sometidas.
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