DAVID CHOQUEHUANCA,
VICEPRESIDENTE DE BOLIVIA. DISCURSO
DE ASUNCIÓN DEL CARGO
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el permiso de nuestros dioses, de nuestros hermanos mayores y de nuestra
Pachamama, de nuestros ancestros, de nuestros achachilas, con el permiso de
nuestro Patujú, de nuestro arcoíris, de nuestra sagrada hoja de coca.
Con
el permiso de nuestros pueblos, con el permiso de todos los presentes y no
presentes en este hemiciclo.
Hoy
quiero compartir nuestro pensamiento en unos minutos.
Es
obligación de comunicarnos, obligación de dialogar, es un principio del vivir
bien.
Los
pueblos de las culturas milenarias, de la cultura de la vida mantenemos
nuestros orígenes desde el amanecer de los tiempos remotos.
Los
hijos hemos heredado una cultura milenaria que comprende que todo está
interrelacionado, que nada está dividido y que nada está fuera.
‘Vayamos
juntos’
Por
eso nos dicen que todos vayamos juntos, que nadie se quede atrás, que todos
tengan todo y a nadie le falte nada.
Y
el bienestar de todos es bienestar de uno mismo, que ayudar es motivo de crecer
y ser feliz, que renunciar en beneficio del otro nos hace sentir fortalecidos,
que unirnos y reconocernos en el todo es el camino del ayer, hoy mañana y
siempre de donde nunca nos hemos alejado
El
ayni, la minka, la tumpa, nuestra colka y otros códigos de las culturas
milenarias son la esencia de nuestra vida, de nuestro ayllu.
Ayllu
no solo es una organización de sociedad de seres humanos, ayllu es un sistema
de organización de vida de todos los seres, de todo lo que existe, de todo lo
que fluye en equilibrio en nuestro planeta o Madre Tierra.
Durante siglos los cánones civilizatorios del Abya Yala fueron desestructurados y muchos de ellos exterminados, el pensamiento originario fue sistemáticamente sometido al pensamiento colonial.
Mas
no lograron apagarnos, estamos vivos, somos de Tiwanaku, somos fuertes, somos
como la piedra, somos cholke, somos sinchi, somos Rumy, somos Jenecherú, fuego
que nunca se apagaba, somos de Samaipata, somos jaguar, somos Katari, somos
comanches, somos mayas, somos guaraníes, somos mapuches, mojeños, somos
aymaras, somos quechuas, somos jokis, y somos todos los pueblos de la cultura
de la vida que despertamos larama, igual, rebelde con sabiduría.
‘Una
transición cada 2.000 años’
Hoy
Bolivia y el mundo vivimos una transición que se repite cada 2.000 años, en el
marco de la ciclidad de los tiempos, pasamos del no tiempo al tiempo, dando
inicio al nuevo amanecer, a un nuevo Pachakuti en nuestra historia
Un
nuevo sol y una nueva expresión en el lenguaje de la vida donde la empatía por
el otro o el bien colectivo sustituye al individualismo egoísta.
Donde
los bolivianos nos miramos todos iguales y sabemos que unidos valemos más,
estamos en tiempos de volver a ser Jiwasa, no soy yo, somos nosotros.
Estamos
en tiempo de volver a ser Iyambae, es un código que lo han protegido nuestros
hermanos guaraníes, y Iyambae es igual a persona que no tiene dueño, nadie en
este mundo tiene que sentirse dueño de nadie y de nada.
Desde
el año 2006 empezamos en Bolivia un duro trabajo para conectar nuestras raíces
individuales y colectivas, para volver a ser nosotros mismos, volver a nuestro
centro, al taypi, a la pacha, al equilibrio de donde emergen la sabiduría de
las civilizaciones más importantes de nuestro planeta.
Estamos
en pleno proceso de recuperación de nuestros saberes, de los códigos de la
cultura de la vida, de los cánones civilizatorios de una sociedad que vivía en
íntima conexión con el cosmos, con el mundo, con la naturaleza y con la vida
individual y colectiva de construir nuestro suma kamaña, de nuestro suma
akalle, que es garantizar el bien individual y el bien colectivo o comunitario.
Chacha-warmi
Uno
de los cánones inquebrantables de nuestra civilización es la sabiduría heredada
en torno a la Pacha, garantizar equilibrios en todo tiempo y espacio es saber
administrar todas las energías complementarias, la cósmica que viene del cielo
con la tierra que emerge de debajo de la tierra.
Estas
dos fuerzas cósmicas telúricas interactúan creando lo que llamamos vida como
una totalidad visible (Pachamama) y espiritual (Pachakama).
Al
comprender la vida en términos de energía tenemos la posibilidad de modificar nuestra
historia, la materia y la vida como la convergencia de la fuerza chacha-warmi,
cuando nos referimos a la complementariedad de opuestos.
El
nuevo tiempo que estamos empezando será sostenido por la energía del ayllu, la
comunidad, los consensos, la horizontalidad, los equilibrios complementarios y
el bien común.
Históricamente
se comprende la revolución como un acto político para cambiar la estructura
social, para así transformar la vida del individuo, ninguna de las revoluciones
ha logrado modificar la conservación del poder, para mantener control sobre las
personas.
‘Nuestra
revolución es la revolución de ideas’
No
se consiguió cambiar la naturaleza del poder, pero el poder ha logrado
distorsionar la mente de los políticos, el poder puede corromper y es muy
difícil modificar la fuerza del poder y de sus instituciones, pero es un
desafío que asumiremos desde la sabiduría de nuestros pueblos. Nuestra
revolución es la revolución de ideas, es la revolución de equilibrios, porque
estamos convencidos que para transformar la sociedad, el Gobierno, la
burocracia y las leyes y el sistema político debemos cambiar como individuos.
Nuestra
verdad es muy simple, el cóndor levanta vuelo solo cuando su ala derecha está
en perfecto equilibrio con su ala izquierda, la tarea de formarnos como
individuos equilibrados fue brutalmente interrumpida hace siglos, no la hemos
concluido y el tiempo de la era del ayllu, comunidad, ya está con nosotros.
Exige
que seamos individuos libres y equilibrados para construir relaciones armónicas
con los demás y con nuestro entorno, es urgente que seamos seres aptos de
sostener equilibrios para sí y para la comunidad.
Estamos
en tiempos de los hermanos de la apanaka pachakuti, hermanos del cambio, donde
nuestra lucha no solo era por nosotros, sino también por ellos y no en contra
de ellos. Buscamos el mandato, no buscamos enfrentamiento, buscamos la paz, no
somos de la cultura de la guerra ni de la dominación, nuestra lucha es contra
todo tipo de sometimiento y contra el pensamiento único colonial, patriarcal,
venga de donde venga.
La
idea del encuentro entre el espíritu y la materia, el cielo y la tierra de la
Pachamama y Pachakama nos permite pensar que una mujer y hombre nuevos podremos
sanar a la humanidad, al planeta, y a la hermosa vida que hay en ella y
devolver la belleza a nuestra madre tierra.
Defenderemos
los sagrados tesoros de nuestra cultura de toda injerencia, defenderemos
nuestros pueblos, nuestros recursos naturales, nuestras libertades y nuestros
derechos.
‘Volveremos al Qhapak Ñan’
Volveremos
a nuestro Qhapak Ñan, el camino noble de la integración, el camino de la
verdad, el camino de la hermandad, el camino de la unidad, el camino del
respeto a nuestras autoridades, a nuestras hermanas, el camino del respeto al
fuego, el camino del respeto a la lluvia, el camino del respeto a nuestras
montañas, el camino del respeto a nuestros ríos, el camino del respeto a
nuestra madre tierra, el camino de respeto a la soberanía de nuestros pueblos.
Hermanos,
para terminar, los bolivianos debemos superar la división, el odio, el racismo,
la discriminación entre compatriotas, ya no más persecución a la libertad de
expresión, ya no más judicialización de la política.
Ya
no más abuso de poder, el poder tiene que ser para ayudar, el poder tiene que
circular, el poder, así como la economía, se tiene que redistribuir, tiene que
circular, tiene que fluir, así como la sangre fluye dentro de nuestro
organismo, ya no más impunidad, justicia hermanos.
Pero
la justicia tiene que ser verdaderamente independiente, pongámosle fin a la
intolerancia a la humillación de los derechos humanos y de nuestra madre tierra.
El
nuevo tiempo significa escuchar el mensaje de nuestros pueblos que viene del
fondo de sus corazones, significa sanar heridas, mirarnos con respeto,
recuperar la patria, soñar juntos, construir hermandad, armonía, integración,
esperanza para garantizar la paz y la felicidad de las nuevas generaciones.
Solo
así podremos alcanzar el vivir bien y gobernarnos nosotros mismos.
¡Jallalla
Bolivia! "
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