LECTURAS
INTERESANTES Nº 835
LIMA PERU
13 JULIO 2018
PODRE QUE
VIENE DE LEJOS
César
Hildebrandt
Tomado de “HILDEBRANDT
EN SUS TRECE” N° 405, 13JUL18, p.12
R
|
eleo
cosas de Emilio Romero, Alfonso Quiroz, Basadre. Trato de encontrar la raíz,
el gen maldito. ¿Por qué estamos tan podridos? ¿De dónde nos viene la vocación
por el fango?
La
respuesta más probable es que fue la república la que hizo posible que lo que
había sido anecdótico se convirtiera en un mal crónico.
No hay
trazos de corrupción en las culturas precolombinas y menos en el siglo y medio
de hegemonía incaica. Y la corrupción en la colonia fue constantemente
combatida desde España, con relativo éxito. El juicio de residencia al que era
sometido el virrey que dejaba de serlo era algo de temer y funcionaba como
disuasivo.
HINOSTROSA El gran juez de la tremenda corte |
Nuestra
independencia de España fue la conquista de un ejército mandado por dos
sucesivos extranjeros -uno argentino y el otro grancolombiano- y una marina
igualmente extraña al mando de dos británicos: Cochrane y Guisse.
Los
criollos, herederos de las 300 familias que dominaban la agricultura de la
costa, secuestraron la república en la que no habían creído y la hicieron
bolsa, botín y patrimonio.
Entre
los primeros decretos impuestos por el protector San Martín y el dictador
Bolívar estuvo el de amenazar con la pena de muerte a los asaltantes de los
fondos públicos. Y no importa lo que diga el chauvinismo de oropel: nuestro
primer presidente -nombrado por el Congreso tras la destitución de la junta
encabezada por La Mar- fue un traidor que, al momento de asumir Torre Tagle,
había establecido contactos con el aún vigente ejército realista.
De esos
miasmas venimos. La república despreció tanto al indio que, según narra Emilio
Romero, derogó en 1826 una ley colonial por la que se castigaba tributariamente
el abandono de tierras de cultivo por parte de los hacendados. En algunos
aspectos, la colonia trató mejor a los pobres rurales del Perú que lo que hizo
por ellos la naciente república.
El 21 de
noviembre de 1821 el generalísimo José de San Martín impulsó un decreto para
premiar con tierras confiscadas a españoles a los jefes del ejército
independentista. ¡Y esto que faltaban tres años para la batalla de Ayacucho!
La
repartija sanmartiniana nos la cuenta Romero: “Aparece que la hacienda Caucato
de Pisco, tasada en 400,000 pesos, se regaló a don Juan García del Río, al
Mariscal de Campo Juan Antonio Álvarez de Arenales, al coronel Juan Manuel
Borgoño, al coronel Tomás Heres, al coronel Guillermo Miller, al coronel Diego
Paroissien, al Intendente Gregorio Lemusa y al coronel Ramón Antonio Deza, más
o menos
25,000 pesos por cabeza...”. No peleaban gratis nuestros libertadores.
En diciembre de 1847 el presidente Ramón Castilla dio el primer decreto de la
consolidación, gracias al cual se reconocían supuestas deudas que tenía el
Estado para con los que habían luchado por la independencia y habían dado
dinero, fincas, joyas o lo que fuere. ¡El gran Castilla dio inicio al mayor
saqueo autoinfligido de la república!
Apoyo multánime a Gorriti |
¿Cómo se
probaban esas deudas? No se necesitaba prueba alguna: bastaba la declaración jurada
de “testigos”. Al 30 de octubre de 1852 -ya con José Rufino Echenique, padre
ancestral del latrocinio como hábito, en la presidencia- esas acreencias
tramposas, sigue diciéndonos Romero, llegaron a más de 19 millones de pesos.
Muchas de las fortunas extravagantes de la república surgieron de ese dolo.
Del mismo modo que otros patrimonios se decuplicaron con el negociado del
guano. Romero estipula que en los cuatro años del gobierno del ladrón
Echenique el guano rindió 73 millones de pesos pero que en el Presupuesto
General de la República sólo figuraron 8 millones (es decir, dos cada año). ¿Se
imaginan a qué nivel de inmundicia habíamos llegado?
Junto
todos estos datos para recordar en estas breves líneas lo que hemos sido. Esta
podre viene de lejos y no podemos fingir ahora ningún asombro. Herederos
somos de un país a medio hacer, de una nación deforme, de una anarquía
persecutoria y de una propensión por la infamia expresada largamente en nuestra
historia. Reelegimos a gentuza, perdonamos lo imperdonable, avalamos abusos,
silbamos mientras nos roban y pensamos -oh consuelo- en que sí vamos a estar en
el próximo Mundial. Produjimos a Fujimori y le dimos a su hija el manejo de la
casa de las leyes. ¿Hay países con retardo mental? Podría ser. Es asunto de
que la ciencia haga su trabajo.
No puede
asombrarnos que la mugre haya hecho metástasis y que haya dominado al Consejo
Nacional de la Magistratura y al Poder Judicial. Lo que debería sorprendernos y
reconfortarnos es que todavía haya fiscales y jueces como los que han
protagonizado el descubrimiento de estas conversaciones vergonzosas.
Mechaín en PERU21 DE 13JUL18 |
Digámoslo
claro: tenemos un presidente de emergencia porque el anterior era un pillo en
trance de jubilación; padecemos un Congreso dominado por un partido mafioso
nacido de una organización criminal liderada por alguien que, después de huir
del país, quiso ser senador japonés; Hinostroza Pariachi no es una excepción
sino el promedio -con antifaz y pata de cabra- del poder que decide quién debe
ir a la cárcel; la ONPE no garantiza nada; el Tribunal Constitucional emite
sentencias con tachaduras de liquid paper... ¿Sigo? Ah, es cierto: la gran
prensa está interesada en los negocios y los intelectuales hace tiempo que
abandonaron la lucha.
Hemos
tocado fondo. Necesitamos refundarnos. Dudo mucho que podamos hacerlo. Alguna
apatía maligna, alguna mosca tse tse, alguna entretención de multitudes nos
hará olvidar pronto el deber de limpiar el país que amamos y que nos devora. ▓
Tomado de Hildebrandt en sus Trece, 13julio18 |
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