LIMA PERU 15 DICIEMBRE
2014
ADIÓS, SEÑOR PRESIDENTE
César Hildebrandt
Tomado de “HILDEBRANDT EN
SUS TRECE” N° 377, 15dic17 P. 12
N
|
os vamos a librar del señor Pedro Pablo Kuczynski y
ya era hora. El problema es que el verdugo de esa simbólica guillotina
congresal tiene la voz de Daniel Salaverry, la mirada de Lourdes Alcorta, los
bolsillos de Chlimper y Ramírez, el alma, en suma, del fujimorismo pútrido que
ya nos asoló.
Tengo informes de magnífica fuente que señalan que
el señor Kuczynski no ha podido convencer ni siquiera a un grupo de
parlamentarios de su partido que fueron a verlo para que les contara la verdad.
Y la verdad es la que ha transmitido, con canuda venganza, la firma Odebrecht:
el actual presidente cobró más de 700,000 dólares de la caja oscura de los
corruptores brasileños cuando era ministro de Estado y hombre clave en el
otorgamiento de una megaobra que terminó en manos de sus benefactores financieros.
Eso no es lobismo. Eso es felonía.
Los congresistas que fueron a escucharlo esperaban
del presidente un desmentido, una explicación, una gran coartada que los
sacara del apuro. No hubo nada de eso. El señor Kuczynski balbuceó algunas
palabras, culpó a terceros, habló de Gerardo Sepúlveda y Eduardo Elejalde, no
asumió ninguna responsabilidad.
Quienes esperan que el discurso presidencial aclare
todo, esperan en vano. PPK está perdido y lo único que podría pasar es que
surjan nuevas revelaciones que lo comprometan todavía más. El presidente hizo negocios
ilegales y, además, ha mentido ante instancias del sistema judicial y ante los
peruanos ingenuos que llegamos a creerle.
La vacancia es un hecho porque empieza a ser un
clamor popular. El asunto central es que el proceso de transición no signifique
que caigamos en manos de Fuerza Popular, una sórdida organización que está
siendo investigada por el Ministerio Público y que está viendo la forma de
tumbarse al Fiscal de la Nación para interrumpir el proceso por lavado de
dinero que la compromete hasta el tuétano. Que no nos pase lo de Brasil, que
pasó de la inepta Rousseff al prontuariado Temer.
El señor Kuczynski nos ahorraría muchas horas de
espectáculo inútil presentando su carta de renuncia. Si no lo hace, queda
expuesto a ser declarado moralmente incapacitado. Si eso sucediera, el régimen
quedaría en manos del vicepresidente Martín Vizcarra hasta el 28 de julio del
2021 -por más que Mercedes Aráoz piense lo contrario frotándose las manos y
asesorada por algunos apristas-.
Carlin, en La Republica |
Le corresponderá a Vizcarra, en ese caso, recrear el
poder ejecutivo con un gabinete fumigado que impida la repetición de los
errores que nos han conducido a esta situación. Y el peor error de los
cometidos ha sido el de creer que un grupo de tecnócratas, insensibles y
negociantes, podía damos el crecimiento económico, la estabilidad política y el
contenido social que eran, sin duda, los tres puntos básicos de la agenda.
Nada de eso ha sucedido. Un presidente fantasmal,
unos ministros dedicados a trampear leyes en favor de los fueros privados, un
premierato sin norte pero con surtidas codicias han sido fácilmente
secuestrados por la maquinaria profesional del fujimorismo, experto en
cancerarlo todo y convertido hoy, para vergüenza general, en “vocero de la
moralidad”.
La tarea de Vizcarra pasará por crear un poder
legítimo que vuelva a las fuentes primigenias de la histórica elección del
2016. Recordemos: un país espantado ante la inminencia del triunfo fujimorista
le entregó su confianza a un presidente que prometió caminar por sendas
radicalmente diferentes, es decir, las del respeto por las instituciones que
sostienen a la democracia, la de la decencia en el manejo de la cosa pública,
la de las reformas modernizadoras que hace tiempo debimos emprender.
Heduardicio, en El Comercio |
Ese presidente nos ha traicionado. Su pasado lo
condenaba al fracaso. Vizcarra, que puede representar también el aire sanador
del interior del país, está ante un gran reto. Para estar a la altura del
desafío tiene que romper con la derecha parásita que maniató a PPK y recordar
que pactar con el fujimorismo corrompido sería un error fatal.
La demanda es que Kuczynski se vaya. Pero también
que los señores del mototaxi no invadan Palacio. Y a PPK le queda un breve
orgullo: su desaparición de la escena política no se hizo a través de un fax y
desde Tokio. Hasta en esos detalles el fujimorismo es insuperable.
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Posdata: acabo de escuchar el mensaje de PPK cerca de la medianoche.
No aclaró nada y volvió a mentir. El personaje, construido por los
marqueteros, se impuso. Pero es falso, no creíble, y deja lodo en cada huella.
El diagnóstico se confirma: perdió la oportunidad de su vida. ▒
Hildebrandt en sus trece |
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