LECTURAS INTERESANTES Nº 785
LIMA – PUNO - PERU
16 OCTUBRE 2017
METAMORFOSIS
Escribe:
Ricardo Velazco
En “HIDEBRANDT EN SUS TRECE” Nº 368,
13OCT17, pp, 9,10
El
ministro de Defensa, Jorge Nieto Montesinos, uno de los hombres más cercanos al
presidente Pedro Pablo Kuczynski, alguna vez creyó que la revolución era la única
forma posible para alcanzar un país más justo y que la lucha armada era una
alternativa. El sociólogo fue un activo dirigente de la nueva izquierda radical
que dominó el escenario político durante la década de los 70 y la primera mitad
de los 80.
Nació
en Arequipa el 29 de octubre de 1951. Su padre fue un oficial del Ejército y su
madre, prima de Vladimiro Montesinos, ama de casa. Pese a crecer en un hogar de
ideas “progresistas”, su mayor influencia política fue su tío, el poeta y
candidato a la vicepresidencia por Izquierda Unida, Luis Nieto Miranda.
Luego
de pasar por la gran unidad escolar Francisco Bolognesi, su vida universitaria
se inició en la Universidad Nacional San Agustín (UNSA), donde estudió Derecho
a principios de los años 70. En 1972 se muda a Lima para continuar sus estudios
en la Universidad Católica. Aquí no tardó mucho en sumarse a los movimientos
estudiantiles y perfilar un carácter de liderazgo que lo llevó a presidir la
Federación de Estudiantes de la PUCP con el apoyo de la agrupación Vanguardia
Revolucionaria, dirigida en ese entonces por un joven Javier Diez Canseco. Al
año siguiente Nieto cambió el Derecho por Ciencias Sociales y se hizo conocido
con el apelativo de “Coco”.
En
la PUCP Nieto perteneció a los rezagos del Movimiento de Izquierda
Revolucionaria (MIR), aquel partido fundado por Luis de la Puente Uceda y
convertido en grupo guerrillero durante los años 60. Ahí se codeó con conocidos
rostros de la izquierda, entre ellos el exparlamentario andino Alberto
Adrianzén Merino, el exdiputado Agustín Haya de la Torre y la excongresista
Rosa Mavila.
“Era
bastante activo e inteligente. Tenía que serlo. En esa época, como no había
huelgas en la Universidad Católica, tenías que destacar académicamente o los
estudiantes no votaban por ti para dirigente. No existía el activista
profesional dedicado exclusivamente a la mili-tancia”, señala Haya de la Torre
de la Rosa, reincorporado a un sector contestatario del Apra.
Durante
su paso por el Consejo Universitario de la PUCP, el ministro de Defensa llegó a
compartir espacios políticos con otros estudiantes como Alan García y Martha
Chávez, una simpatizante en aquella época de las ideas de izquierda y
estudiante de Derecho.
Además
de alumno aplicado, Nieto también mostró habilidades netas para convertirse en
uno de los líderes juveniles del convulso ambiente de los setenta que dominó en
las universidades. “Le gustaba mucho la lectura y era muy locuaz. También era
muy buen orador”, recuerda Agustín Haya de La Torre.
Mavila
coincide con esta descripción y añade que el ahora ministro “siempre tuvo una
forma de pensar muy táctica. Tenía visión para hacer buenos análisis de la
coyuntura. La voluntad política también era algo con lo que había nacido. En
una ocasión nos dijo que él podía llegar a ser presidente del Perú”, recuerda
Mavila.
Por
ese tiempo Nieto y sus compañeros de agrupación habían rechazado alinearse con
las corrientes de Moscú o Pekín, decantándose por la revolución cubana de 1959,
las protestas de mayo de 1968 en Francia y las manifestaciones en Estados
Unidos contra la guerra de Vietnam, hechos históricos por los que Nieto
mostraba profunda admiración. “Aunque nunca entablamos una conexión real con
los cubanos como sí lo hicieron otras organizaciones, había mayor simpatía por
el Che Guevara y Fidel Castro. Por el contrario, Nieto era un gran crítico del
velasquismo pese a que este era progresista. Eso era normal, pues Velasco había
intervenido las universidades. La región estaba plagada de dictaduras
militares”, cuenta Haya de la Torre.
En
1974 sucedieron tres hechos que marcaron la vida estudiantil de Nieto
Montesinos. Con motivo de las visitas de presidentes latinoamericanos por el
sesquicentenario de la batalla de Ayacucho, fue parte del grupo de dirigentes
juveniles que fueron apresados para evitar posibles disturbios. Según una
fuente muy cercana a Nieto, el ministro de Defensa pasó un mes detenido en el
penal de Lurigancho. Poco tiempo después acabó sus estudios de sociología e
ingresó al Partido Comunista Revolucionario (PCR), organización liderada por
Manuel Dammert, actual congresista de Nuevo Perú. Ahí, sin saberlo, se cruzaría
con otros izquierdistas que posteriormente también terminarían ligados al
gobierno pepekausa: el ministro del Interior, Carlos Basombrío, el exministro
de Economía, Alfredo Thorne, y el parlamentario de Peruanos por el Kambio Gino
Costa.
“Teníamos
una idea, bastante errada, de la destrucción del Estado porque no había una visión global de las cosas. En realidad éramos un
grupo heterodoxo, principalmente mariateguista, que tenía muy claro los temas
del dogmatismo y del voluntarismo radical guerrillero”, dice Rosa Mavila sobre
aquella etapa.
El liderazgo de Dammert al frente del PCR no
duró mucho tiempo. Hacia mediados de la década, luego de la caída de Velasco y
el ascenso al poder de Francisco Morales Bermúdez, Nieto Montesinos,
acompañado de Agustín Haya de la Torre, Jorge Béjar, Manuel Córdova y otros,
renunció al movimiento para fundar uno nuevo: el Partido Comunista
Revolucionario “Trinchera Roja”. En 1977 dicha agrupación se alió a Vanguardia
Revolucionaria y al MIR para fundar un frente denominado Unión Democrática Popular
(UDP). Los dos objetivos angulares de la alianza fueron la salida de los
militares del poder y la unificación total de la izquierda. Fracaso absoluto:
los militares se fueron cuando quisieron y la izquierda nunca dejó de subdividirse.
“En ese tiempo había la idea de que la
democracia era inviable en el Perú. Incluso había voces que decían que nunca
más iba a haber un parlamento ni elecciones. Previamente Velasco había sido el
primer gobernante en cerrar el Congreso por completo. En ese contexto una idea
muy fuerte era que, efectivamente, el Perú se dirigía a una confrontación
armada porque no había manera de que los militares dejaran el poder. Se temía
que se quedaran por 20 o 30 años más”, dice Agustín Haya de la Torre.
Ese mismo año la UDP y Nieto Montesinos, como
uno de sus dirigentes, participaron activamente en la organización del gran
paro del 19 de julio del 77, aprovechando su influencia en la Confederación
Campesina del Perú, la Federación de Trabajadores de la Industria Metalúrgica
y el magisterio.
Uno de los personajes con los que Nieto
compartió actividades políticas dentro de la UDP por esos días fue nada menos
que con Víctor Polay Campos, futuro lider del terrorista Movimiento
Revolucionario Túpac Amaru (MRTA). El paso de Polay por UDP, según señalan
varios consultados, fue muy breve. Participó tímidamente en pocos debates y se
retiró silenciosamente.
La vida para los miembros de la UDP durante
los últimos años de la dictadura militar no fue fácil. Hasta el cambio de
gobierno permanecieron en la semiclandestinidad y sus reuniones, también
ilegales, se llevaban a cabo los fines de semana en un local prestado por la
FEPUC cerca de la Iglesia de la Merced en el centro de Lima.
Habiendo participado de la Asamblea
Constituyente de 1978, la UDP preparó candidatos para las primeras elecciones
libres en doce años celebradas en 1980. Nieto Montesinos fue seleccionado para
postular como diputado por el Callao, pero los votos no le alcanzaron. Dos años
después, en 1982, obtuvo una beca de estudios a México que lo alejaría del Perú
pero no de su coyuntura. Entre 1986 y 1987 colaboró con algunos artículos para
la mítica revisa izquierdista “El zorro de abajo”, dirigida por Carlos Iván
Degregori.
En el país del norte obtiene el grado de
magíster en Ciencia Política por la Facultad Latinoamericana de Ciencias
Sociales (FLACSO) y un doctorado en el Colegio de México. Los títulos le
sirvieron para obtener un puesto en la UNESCO, donde ocupó el cargo de Director
de la Unidad para la Cultura Democrática y la Responsabilidad. Allí, el tiempo
y el rodillo de la socialdemocracia europea, sumados a las comodidades de la
sociedad del “bienestar”, limaron cualquier arrebato radical en “Coco Nieto”.
“Aunque ser ministro de Defensa luego de
haberse enfrentado a los militares suena paradójico, para mí lo más extraño es
verlo en un gobierno de derecha como el de PPK. Podría haber esperado verlo en
una gestión hasta del APRA, sobre la que él ha escrito, pero con PPK la unión
era impensable”, sentencia Agustín Haya de la Torre. <>
El mundo a cambiado tanto en las últimas décadas que habria que ser un necio para que las personas se queden estáticos. Apoyo la evolucion política del Dr. Nieto.
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